Tras la Primera Guerra Mundial y la Gran Depresión de 1929, surgieron nuevas ideologías totalitarias en Europa lideradas por figuras carismáticas como Mussolini en Italia, Hitler en Alemania y Stalin en la Unión Soviética. Estos regímenes totalitarios se caracterizaron por ser altamente autoritarios con un fuerte control estatal sobre la sociedad y la economía, la supresión de las libertades individuales y la oposición, y la exaltación nacionalista del líder.