El poema describe un sueño extraño sobre naranjos y frutos que se exprimen hasta sangrar. Imágenes tentadoras e inverosímiles cobraban vida en un espejo dentro de un viejo armario, donde gotas de sudor caían. En la escena frenética, una rama explora ansiosamente una almendra de fuego mientras gemidos desesperados hacen que el tiempo se contraiga y expanda. Finalmente, un cielo raso frágil se desploma sobre la madera rota de un armario mágico.