El documento discute las diferencias culturales en la concepción del yo y el juego en el inglés, alemán y español. Explica que el inglés y alemán relacionan la experiencia musical con el juego, mientras que el español la relaciona con tocar un instrumento. También argumenta que el lenguaje es una fuerza viva en constante transformación, producto de la historia, las acciones y el pensamiento de una cultura.