Vida cotidiana y santidad en la enseñanza de san Josemaría
1. Vida cotidiana y santidad en la enseñanza de san Josemaría
Parte I.- La finalidad de la vida cristiana:
la gloria de Dios
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Resumen de lo veremos
san Josemaría indica el fin último de la vida cristiana con tres
expresiones: “dar gloria a Dios”, “querer que Cristo reine”, “llevar
a todos, con Pedro, a Jesús por María”.
También indica su concatenación: dar gloria a Dios implica querer
que Cristo reine; y sólo busca que Cristo reine quien procura
unirse a Él y unir a los demás con Él en su Iglesia, por medio de
María.
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Resumen de lo veremos
En la enseñanza de san Josemaría, estas tres expresiones se
traducen en otras tres, típicas de su mensaje.
Para él, dar gloria a Dios consiste en ser contemplativos en
medio del mundo1;
buscar que Cristo reine, equivale a poner a Cristo en la cumbre
de todas las actividades de los hombres2;
y llevar a todos con Pedro a Jesús por María, se realiza haciendo
de la Eucaristía el centro y raíz de la vida cristiana3.
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Dar Gloria a Dios
Contemplativos en medio del mundo
Buscar que Cristo reine
Poner a Cristo en la cumbre de todas la actividades
Cooperar con el Espíritu Santo en la edificación de la
Iglesia
La santa Misa, centro y raíz de la vida interior
Todos con Pedro a Jesús por María
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Resumen de lo veremos
La misma concatenación de las tres primeras expresiones, existe
también entre las tres segundas. Para ser contemplativos en
medio del mundo, es preciso tratar de poner a Cristo en la
entraña de la propia actividad profesional; y esto se realiza
uniendo el trabajo a la Santa Misa, es decir, procurando que la
entera jornada sea “una misa”, por la acción del Espíritu Santo.
De este modo el cristiano se santifica, pues el Espíritu Santo le
une a Cristo como hijo de Dios y, bajo el impulso del mismo
Espíritu que le hace partícipe del sacerdocio de Cristo, realiza la
misión apostólica de atraer a todos los hombres a la unión con
Jesucristo en la Iglesia, por mediación de María.
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Resumen de lo veremos
Sin embargo, para comprender la enseñanza de san Josemaría sobre estos
aspectos, nos ha parecido que era imprescindible considerar primero su
concepción del fin último de la vida cristiana.
¿Cómo se va a poner un fundamento sin saber lo que se ha de edificar? ¿O
de qué sirve un eje si no se conoce a dónde debe apuntar? El fundamento
de la filiación divina (o del “sentido” de la filiación divina, como veremos) es
la base de la identificación con Cristo en el trabajo profesional y en los
quehaceres cotidianos que configuran el mundo, herencia de los hijos de
Dios, siempre que no se pierda de vista que han de orientarse a la gloria de
Dios, al reinado de Cristo y a la edificación de la Iglesia, buscando la
contemplación en ese trabajo y en esos quehaceres, al unirlos al sacrificio
de Cristo actualizado en el Altar.
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Resumen de lo veremos
Podemos decir, en definitiva, que esta Parte I nos proporciona la
luz necesaria para enfocar adecuadamente los temas que
estudiaremos en los restantes capítulos.