9. Funciones de la publicidad La función fática o de contacto: el mensaje necesita llamar la atención del destinatario, y a ello condiciona la mayoría de sus elementos. La función apelativa: el anuncio ha de influir y convencer al posible comprador. La función referencial o representativa: el anuncio informa sobre cualidades de los productos. La función poética: es habitual que en los mensajes publicitarios se aprovechen figuras retóricas para facilitar la memorización del eslogan.
10. Funciones de la publicidad Los anuncios publicitarios se componen de elementos diferentes que contribuyen a alcanzar un objetivo común: convencer al receptor de la bondad del producto. Cada uno cumple una función concreta y se especializa en alguna de las tareas básicas que constituyen y describen el proceso comunicativo del mensaje publicitario, y que se resumen con el conocido título de ópera Aida: Llamar la atención (A) del receptor. Despertar su interés (1) por el producto o servicio que se anuncia. Crear el deseo (D) de poseerlo o utilizarlo. Conducir a una acción (A): la compra del producto o la contratación del servicio.
13. Personificación: consiste en dar cualidades o rasgos humanos a objetos inanimados para hacerlos más cercanos. Como, por ejemplo, una lavadora con ojos y boca.
14. Metáfora: es cuando sustituimos el objeto del que tratamos por otro con el que lo asociamos imaginativamente. Se hace para destacar alguna cualidad. Como, por ejemplo, utilizar una oveja para hablar de la lana.
15. Hipérboles es la exageración desmedida de algo. Por ejemplo, una botella más grande que los edificios.
16.
17. Nivel denotativo: por el que la analizamos describiendo los elementos que la componen sin incorporar ninguna valoración de la imagen. Se ajusta a lo que muestra.
18. Nivel connotativo: por el que se interpretan los elementos leídos antes. Se da sentido a lo que se ve, y eso depende de las experiencias previas de cada sujeto, de forma que dos personas pueden llegar a establecer ante la misma imagen conclusiones distintas.
19. Contenido de un anuncio En general, el mensaje publicitario integra contenidos diversos, entre los que destacan éstos: Los que identifican el producto (identificativos), recogidos en el nombre de la marca, el logotipo, los iconos, etc. Los que llaman la atención y despiertan el interés (implicativos), en forma de llamadas, preguntas, historias o relatos, etc. Los que describen el producto (informativos) y muestran, normalmente de manera positiva, sus propiedades (ponderativos). La organización de estos contenidos como texto lingüístico responde, comúnmente, a una estructuración en tres partes: el encabezamiento o titular, el cuerpo o desarrollo y la rúbrica o cierre. Aunque suele existir gran libertad y variedad en el tratamiento y disposición de estas partes, la primera y la tercera son siempre más concisas y llamativas desde el punto de vista tipográfico, pues suelen incluir la llamada de atención, la identificación del producto y el eslogan; mientras que la segunda parte -en general, en letra más pequeña- se destina a hacer una descripción del producto, explicar sus ventajas o desarrollar la estrategia de persuasión elegida