1. REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL “RÓMULO GALLEGOS
VICERRECTORADO ACADÉMICO
DECANATO DE POSTGRADO
DOCTORADO EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
El Plagio
INTEGRANTE:
LUZ A. DÍAZ DELGADO C.I. N° 2.514.14
5
SECCIÓN “C”
FACILITADORA:
DRA. SUSANA GÓMEZ DE LEAL
SAN JUAN DE LOS MORROS, JULIO 2009
2. El Plagio
Según el Diccionario Enciclopédico Guillet, la palabra plagio significa: “Delito que
consiste en publicar como propias, obras ajenas o fragmentos de ellas.”
En esta época el plagio es un delito que se comete frecuentemente e incurren en ello gran
parte de estudiantes, investigadores, profesionales de todas las ramas de la ciencia. Sucede
al utilizar las técnicas de la información y la comunicación (TIC) para conseguir
información y presentar como propias las ideas, opiniones, experiencias de otras personas,
quienes han invertido en ellas esfuerzo, tiempo, dedicación. Es un acto de deshonestidad,
de falta de ética, se considera un robo descarado.
El plagio se hace por la facilidad que existe de poder accesar a mucha información
actualizada, utilizando el internet como elemento de consulta. Se realiza por: la falta de
tiempo para investigar, las exigencias de los estudios o del trabajo, por comodidad, por
saturación de trabajos, entre otros motivos.
El delito del plagio se comete cuando se oculta el origen de la información, de la fuente
de donde se obtuvo, el no darle el crédito reconociendo el mérito de quien logró la
información de origen.
El plagio no es nuevo, ha existido desde muchos años atrás. Tuve la desagradable
experiencia de vivirla hace unos cuantos años cuando trabajaba en una prestigiosa
institución, dictando cursos a grupos de instructores, técnicos, estudiantes, amas de casa,
por todo el país donde los solicitaban. Preparaba mi material, lo cual consistía en varios
manuales sencillos con el contenido del curso elaborados por mí, ya que en la institución no
existían; además le iba incorporando todas las experiencias que iba adquiriendo, las que se
lograban en cada región donde iba. Se los entregaba a los participantes para que les sacaran
copia. Por supuesto estaba mi nombre como autora.
Años después, me llama una amiga Directora de otra institución para mostrarme un
material que había editado el Ministerio y le enviaron desde en Caracas relacionada con
estos cursos, para que yo los revisara por si me interesaban. Mayor sorpresa cuando al abrir
3. uno de los manuales era la copia textual de todo el contenido de mis manuales. Pero al
revisar para ver si era una recopilación o algo por el estilo, observé que solamente le
habían cambiado la primera hoja y como autora, aparecía una de mis participantes del curso
de una de las ciudades donde yo había estado. No le dije nada a la amiga sólo le dije que
esperara un momento y fui a traerle mi manual y se lo mostré. Ella lo comparó y observó el
plagio de mi trabajo. Ambas conocíamos a la persona. Ni siquiera había colocado una
bibliografía donde apareciera mi nombre. Me dijo que enviara al Ministerio y a la persona
una comunicación con el reclamo o la denuncia, pero consideré que ya no valía la pena,
además nunca solicité derechos de autor, ni nada por el estilo.
La sensación que sentí fue muy desagradable, de decepción, de tristeza, de impotencia al
saber que nada se podía hacer. Que había sido muy ingenua pues ni siquiera los vendí, sólo
los prestaba para que los copiaran. Le había facilitado el trabajo. Por otra parte me quedó la
satisfacción que mi producción era tan valiosa que sirvió como material de trabajo editado
por un Ministerio para repartirlo en todo el país. Sólo que otra persona se había llevado la
gloria.
Elaborado por:
Luz A. Díaz Delgado.
Doctorado en Ciencias de la Educación
Sección “C” UNERG.