2. ¿Qué es la
vacunación?
La mayoría de las vacunas
se inyectan, pero otras se
ingieren (vía oral) o se
nebulizan en la nariz
La vacunación es una forma sencilla, inocua y eficaz de protegernos
contra enfermedades dañinas antes de entrar en contacto con ellas.
Las vacunas activan las
defensas naturales del
organismo para que
aprendan a resistir a
infecciones específicas, y
fortalecen el sistema
inmunitario.
Tras vacunarnos, nuestro sistema inmunitario produce anticuerpos,
como ocurre cuando nos exponemos a una enfermedad, con la
diferencia de que las vacunas contienen solamente microbios (como
virus o bacterias) muertos o debilitados y no causan enfermedades
ni complicaciones.
3. ¿Cómo actúan las vacunas?
- Reconoce al microbio invasor (por ejemplo, un virus o una bacteria)
- Genera anticuerpos, que son proteínas que nuestro sistema inmunitario produce naturalmente para
luchar contra las enfermedades;
- Recuerda la enfermedad y el modo de combatirla. Si, en el futuro, nos vemos expuestos al microbio
contra el que protege la vacuna, nuestro sistema inmunitario podrá destruirlo rápidamente antes de que
empecemos a sentirnos mal.
- En definitiva, las vacunas son una forma ingeniosa e inocua de inducir una respuesta inmunitaria sin
causar enfermedades.
- Nuestro sistema inmunitario está diseñado para recordar. Tras la administración de una o más dosis de
una vacuna contra una enfermedad concreta, quedamos protegidos contra ella, normalmente durante
años, décadas o incluso para toda la vida. Por eso las vacunas son tan eficaces: en vez de tratar una
enfermedad cuando esta aparece, evitan que nos enfermemos.
Las vacunas se ponen en marcha las defensas naturales del organismo
y, de ese modo, reducen el riesgo de contraer enfermedades.
Actúan desencadenando una respuesta de nuestro sistema inmunitario,
que:
4. ¿Cuál es el momento adecuado para
vacunarse (yo o mi hijo)?
- Las vacunas nos protegen durante toda la vida y en diferentes edades, desde el nacimiento
hasta la edad infantil, durante la adolescencia y la edad adulta.
- La mayoría de los países proporcionan cartillas de vacunación, tanto a los niños como a los
adultos, en las que se consignan las vacunas que han recibido y las nuevas vacunas o las
dosis de refuerzo que se les deben administrar más adelante. Todos debemos asegurarnos de
estar al día con la vacunación.
- Retrasar el momento de vacunarnos es correr el riesgo de enfermarnos gravemente. Si
esperamos a hacerlo hasta arriesgarnos a exponernos a una enfermedad (por ejemplo, durante
un brote), puede ser demasiado tarde para que la vacuna actúe y para recibir todas las dosis
recomendadas.
- Si ha omitido alguna de las vacunas recomendadas para usted o su hijo, hable con su
profesional de la salud para ponerse al día.
5. ¿Por qué debo vacunarme?
Si no nos vacunamos, corremos el
riesgo de contraer enfermedades
graves como el sarampión, la
meningitis, la neumonía, el tétanos
y la poliomielitis, muchas de las
cuales pueden ser discapacitantes
y mortales. Según los cálculos de
la OMS, las vacunas infantiles
salvan la vida de 4 millones de
niños cada año.
-Aunque algunas enfermedades
son actualmente poco frecuentes,
los patógenos que las causan
continúan circulando en todo el
mundo o en partes de él. Hoy en
día, las enfermedades infecciosas
atraviesan fronteras con facilidad e
infectan a las personas que no
están protegidas.
Las dos principales razones para vacunarse son protegernos a nosotros mismos y proteger a las
personas que nos rodean. Puesto que no se puede vacunar a todas las personas —por ejemplo, no es
recomendable para los recién nacidos, las personas gravemente enfermas y las que pueden presentar
determinadas alergias—, al protegernos nosotros evitamos contagiarles enfermedades que se pueden
prevenir mediante vacunación.
6. ¿Qué enfermedades previenen las vacunas?
Actualmente se siguen desarrollando otras vacunas, y algunas de ellas ya se administran experimentalmente. Es el caso de las
que protegen contra el virus Zika o contra el paludismo, que todavía no están disponibles en todo el mundo.
Es posible que, en su país, no necesite todas estas vacunas. Algunas solo es necesario administrarlas en situaciones
específicas: antes de viajar a determinados lugares, en las zonas de riesgo o cuando una persona corre un riesgo elevado de
infectarse por motivos laborales. Los profesionales sanitarios le informarán de las vacunas que necesitan usted y su familia.
Las vacunas protegen contra muchas
enfermedades, entre ellas:
-El Cólera
-La Fiebre Tifoidea
- La Hepatitis B
-La Neumonía
- Las Paperas
-El Sarampión
-El Tétanos
-La Varicela
7. ¿Quién puede vacunarse?
Prácticamente todo el mundo se puede vacunar.
Sin embargo, la vacunación está desaconsejada o debe postergarse en situaciones específicas o
cuando se presentan determinadas enfermedades orgánicas:
- Enfermedades o tratamientos crónicos (como la quimioterapia) que afecten al sistema
inmunitario
- Alergias graves o potencialmente mortales a componentes de las vacunas (cabe señalar que
estas alergias son muy raras)
- Una enfermedad grave el día de la vacunación. Con todo, los niños que presentan una
enfermedad grave el día de la vacunación deben ser vacunados en cuanto se encuentren bien.
Las enfermedades de intensidad moderada y la fiebre baja no contraindican la vacunación.
Aun así, estos factores suelen variar en función de la vacuna. Si no está seguro de que usted o
su niño pueden recibir una determinada vacuna, pregúntelo a los profesionales sanitarios. Ellos
le ayudarán a decidir con conocimiento de causa acerca de su vacunación o de la de su hijo.
8. ¿Qué contiene una vacuna?
Todos los componentes de las vacunas son importantes para garantizar su inocuidad y su
eficacia. Estos son algunos de ellos:
- El antígeno: es una forma muerta o debilitada de un patógeno (por ejemplo, un virus o una
bacteria) que prepara a nuestro organismo para reconocer y combatir una determinada
enfermedad en el futuro.
- Adyuvantes: ayudan a incrementar la respuesta inmunitaria y, así, facilitan la acción de las
vacunas.
- Conservantes: garantizan que la vacuna mantiene su eficacia.
- Estabilizantes: protegen la vacuna durante su transporte y almacenamiento.
Algunos de los componentes que figuran en la etiqueta de las vacunas nos son desconocidos,
pero muchos de ellos están presentes de forma natural en nuestro organismo, en nuestro
entorno y en los alimentos que ingerimos. Para garantizar su inocuidad, se hace un examen y un
seguimiento integral de todas las vacunas y de sus ingredientes por separado.
9. ¿Son seguras las vacunas?
- La vacunación es inocua y, aunque pueda producir efectos secundarios, como dolor en el
brazo o fiebre baja, suelen ser muy leves y temporales. Si bien no puede descartarse que
ocasionen efectos secundarios graves, estos son sumamente raros.
- Todas las vacunas autorizadas son sometidas a pruebas rigurosas a lo largo de las distintas
fases de los ensayos clínicos, y siguen siendo evaluadas con regularidad tras su
comercialización. Además, los científicos hacen un seguimiento constante de la información
procedente de diversas fuentes en busca de indicios de que causen efectos adversos.
- Es mucho más probable padecer lesiones graves por una enfermedad prevenible mediante
vacunación que por una vacuna. Por ejemplo, el tétanos puede ocasionar dolores muy
intensos, espasmos musculares (por ejemplo, de músculos que se utilizan para masticar) y
coágulos sanguíneos, mientras que sarampión puede inflamar el encéfalo (encefalitis) y causar
ceguera. Muchas enfermedades prevenibles mediante vacunación nos pueden matar. Los
beneficios de la vacunación superan con creces los riesgos a los que exponen, y sin vacunas
habría muchos más casos de enfermedades y de defunciones.
10. Las vacunas, ¿causan efectos secundarios?
- Como todos los medicamentos, las vacunas pueden causar efectos secundarios leves —por
ejemplo, fiebre baja, dolor o enrojecimiento en el lugar de inyección—, que desaparecen
espontáneamente a los pocos días.
- Raramente producen efectos secundarios más graves o duraderos: la probabilidad de sufrir
una reacción grave a una vacuna es de uno entre un millón.
- Las vacunas se someten a una vigilancia continua para garantizar su inocuidad y detectar
posibles efectos adversos, que son infrecuentes.
11. ¿Se puede administrar a los niños más
de una vacuna simultáneamente?
- Se ha demostrado científicamente que administrar varias vacunas al mismo tiempo no causa
efectos negativos. Los niños están expuestos cada día a cientos de sustancias que
desencadenan respuestas inmunitarias. Al ingerir un alimento, introduce nuevos gérmenes en
su organismo, y su nariz y su boca albergan muchas bacterias.
- Cuando se administra a un niño una vacuna múltiple (por ejemplo, contra la difteria, la tosferina
y el tétanos) se reduce el número de inyecciones y se le causa menos malestar. Además, se
garantiza que recibe las vacunas que necesita en el momento adecuado para no exponerlo al
riesgo de contraer enfermedades potencialmente mortales.