La autoestima se basa en la armonía interior y una actitud positiva. Para tener una buena autoestima, es importante ser coherente con los propios valores, trascender más allá de los logros personales al ser útil para los demás, y darse permiso para adoptar juicios y conductas que surgen de la propia conciencia más allá de las creencias convencionales, atreviéndose a confiar en uno mismo.