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Mi experiencia en observación

12 de Apr de 2015
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  1. MI EXPERIENCIA EN OBSERVACIÓN Un acercamiento a mi práctica docente. La enseñanza es una profesión ambivalente. En ella te puedes aburrir soberanamente, y vivir cada clase con una profunda ansiedad; pero también puedes estar a gusto, rozar cada día el cielo con las manos, y vivir con pasión el descubrimiento que, en cada clase, hacen tus alumnos. Esteve, José M. (1998) Así, la escuela se convierte en un universo cambiante, en el que cada día se puede vivir de manera diferente y tener experiencias variadas. En este sentido puedo decir que ha transcurrido una semana de observación en un segundo grado de escuela telesecundaria en un contexto rural. EL DOCENTE Con 17 alumnos, el docente titular desarrolla sus actividades de acuerdo a su formación y experiencia. Situación que le permite tener un control adecuado del grupo. El docente parece conocer las características de los alumnos, sus gustos e intereses así como las cosas que les desagradan o no les despierta interés e incluso conoce sus necesidades. Con todo lo anterior el docente se muestra muy humano ante ellos, trata de comprender su realidad (en la que algunos tienen que caminar bastante y otros ayudar en labores del campo y/o domesticas), por lo que el contacto primero que tiene con los alumnos es muy humano, tal vez ha comprendido lo que en palabras de José M. Steve dice “Hace tiempo, descubrí que el objetivo es ser maestro de humanidad. Lo único que de verdad importa es ayudarles a comprenderse a sí mismos y a entender el mundo que les rodea. Para ello, no hay más camino que rescatar, en cada una de nuestras lecciones, el valor humano del conocimiento” (1998).
  2. Esta se vuelve en mi primera impresión, la manera en que el docente se acerca a los alumnos y trata de entenderlos desde su realidad y conocer cuáles son sus maneras de ser y de pensar que se reflejan día a día en la escuela y aula. El docente, que cuenta con más de 25 años de experiencia, tiene claro la manera que ha de abordar los contenidos y las asignaturas. “La enseñanza es una actividad que busca favorecer el aprendizaje. La enseñanza genera un andamiaje para facilitar el aprendizaje de algo que el aprendiz puede hacer si se le brinda una ayuda”. Gvirtz, Silvina y Mariano Palamidessi (1998) El docente usa como andamiaje lo que el sistema de Telesecundaria le provee, es decir parte del programa televisado y hace uso del libro principalmente aunado a las actividades que se hacen en el cuaderno y que está ampliamente relacionado con lo que el libro provee. De esta forma los diferentes contenidos y asignaturas son abordados: se mira el programan televisivo, para después hacer algunos comentarios (que son en su mayoría dados por el docente), se realiza la actividad que indica el libro y prácticamente no se realiza una socialización final al respecto. Con lo anterior se puede apreciar que utiliza un mismo método, solo con algunas variantes, para las diferentes asignaturas. Y deja de lado las características de los alumnos y las oportunidades que puede ofrecer los contenidos, para Cesar Coll “el tratamiento educativo de las diferencias individuales es que una enseñanza verdaderamente individualizada que tenga en cuenta estas diferencias debe renunciar a prescribir un método de enseñanza único aplicable a todos los alumnos” (1997). Esto significaría tener un abanico de métodos que fueran convenientes de acuerdo a las características de los alumnos, a los contenidos y las circunstancias que pudieran ir sucediendo, por lo que para el trabajo docente se consideraría una gran labor y estar en una constante renovación de conocimientos. Desafortunadamente el sistema ha dejado a muchos docentes que se mantengan en esta zona de confort en el que el docente cumple con el programa, el alumno se
  3. adapta a las formas de trabajo rutinarias y los padres aceptan las formas de trabajo del docente y escuela. Por otra parte la disciplina que se tenga o la ausencia de esta dentro del aula determinan en gran medida el ambiente que ha de prevalecer y por lo tanto favorecer el desarrollo de las actividades y la apropiación de las competencias que se pretendan desarrollar. Conocer de donde provienen los alumnos, las costumbres y formas familiares determinan la formas de comportarse de los alumnos como lo menciona Zubillaga “Cuando el alumno de secundaria llega a la escuela, ya lleva consigo un tipo de disciplina y una idea de la misma; sin embargo, este nuevo espacio suele llevarlo a modificar o reafirmar su comportamiento y su concepto sobre aquélla, según sus características de personalidad (John Horrocks, 1987), pues los cambios de trabajo de la escuela primaria a la secundaria son bruscos, a la vez que el estudiante en lo individual vive otros de la misma magnitud (fisiológicos, biológicos, psicológicos) que inciden, algunas veces, en su comportamiento y carácter” (1998). Pues en este periodo junto con las experiencias que ha adquirido, su desarrollo propio y el carácter que mantenga la escuela ante esto determina el ambiente y los comportamientos que se pueden suceder en este entorno social. El docente es quien en gran medida regula estos comportamientos e interviene con los alumnos cada vez que lo ve prudente con el fin de formar en valores y comportamiento; y es que cuando los alumnos reconocen las exigencias de la institución o del docente parecen tenerlas presentes y cumplirlas o más bien regulan su comportamiento dependiendo de las situaciones, pues pareciera que reconocen en donde y cuando modificar estas pautas de comportamiento, principalmente para su conveniencia.
  4. Creo que en algún momento el sistema de telesecundaria se ha institucionalizado al punto de llegar a un estandarización en donde los apoyos y materiales didácticos han llegado a ser parte de un mecanismo que parece aplicarse indistintamente a todos los contenidos y asignaturas, llegando incluso a formar un ambiente rutinario y monótono en donde lo único que puede cambiar la jornada es ese humanismo que se presenta en los alumnos y en algunas ocasiones en los docentes. Pero es un humanismo más lejano al conocimiento y más cerca a las relaciones de convivencia con el fin de tener un ambiente agradable. LOS ALUMNOS Para el adolescente de secundaria este espacio significa muchas cosas, lugar de interacciones, de cambios, de oportunidades y de aprendizajes; estos últimos tomados con poca importancia en muchas ocasiones. Un espacio en el que suceden diversas situaciones, ambientes, circunstancias, etc., y que en su mayoría son generadas por los alumnos y sus maneras de ser. En este primer encuentro con un grupo de estudiantes, uno se encuentra a la expectativa de quienes son los estudiantes, como son, sus intereses, su argot, sus ideales, etc. y así sucede, en un primer encuentro los alumnos se muestran un poco serios por mi presencia, pues en cuanto toman confianza aparecen con más claridad sus atributos y características. Están los alumnos más disciplinados y que responden a las actividades que se llevan a cabo (que son mujeres), esta quien atiende apenas el trabajo del aula e incluso se atreve a decir que sinceramente la escuela no le gusta y que asiste por obligación, también esta quien atiende a las actividades pero no le gusta participar, incluso hablar.
  5. Pero en este grupo se puede observar como surgen las diferentes formas de trabajo de acuerdo a las interacciones que en el suceden. Para unas actividades ellos parecen reconocer sus habilidades y se integran de tal forma que se ayudan mutuamente. Aun cuando el trabajo es individual algunos grupos de trabajo resultan entre ellos de tal manera que se logra una continua cooperación; aunque el docente no dé lugar a estas agrupaciones parecen resultar de manera natural y favorable según Reyzábal “ Parece pues que regularmente los resultados que las actividades de grupo pueden dar lugar a producciones más elaboradas, incluso más adecuadas, que las de los mismos sujetos trabajando individualmente” en este sentido el grupo trabaja de esta manera y le resulta aunque lo hace de una manera no premeditada. Durante las clase los alumnos, si no todos se muestran participativos, todos están dispuestos a trabajar en lo que se les pide, a ritmos diferentes lo que ocasiona que en muchas de las ocasiones algunos terminen mucho antes que otros y razón también para que al cambiar de asignatura el trabajo quede incompleto, lo cual se vuelve un problema al momento de que el docente revisa lo que hacen. Por lo anterior considero que “Una vez iniciada la enseñanza, el maestro la evalúa constantemente observando las reacciones de sus alumnos y haciéndoles preguntas. Con base en esas reacciones y respuestas, toma una decisión sobre cómo está realizándose la instrucción. Si piensa que la lección se efectúa en forma satisfactoria, seguirá enseñando conforme a lo planeado” Airasian, Peter W. (2002). Eso debería de suceder pero el mecanismo escolar mantiene alejada esta práctica y se prefiere evaluar al final con el propósito de verificar cuanto se ha comprendido y no en el momento de desarrollar las actividades y así cerciorarse de los procesos que pudieran ocurrir y como intervenir. La intervención del docente se reduce y limita. Es por eso que el docente reconoce en los alumnos falta de autonomía que les permita trabajar de manera autónoma y las tareas que se llevan a casa, en pocas de las ocasiones se cumplen o mejor dicho solo son algunos alumnos los que la realizan y la mayoría no lo hacen ya sea porque sus tardes las ocupan el labores domésticas, ya sea por costumbre y falta de interés. Es preciso mencionar que las
  6. tareas son extraídas del libro del alumno, llevar materiales y en ocasiones en realizar alguna indagación con gente adulta. ¿Por qué esta falta de interés? ¿Qué hacer?, he aquí un ejemplo “Es cierto, en ocasiones los niños no trabajan en el salón. ¿Qué hacer con ellos, entonces? Más de uno podrá contestar con ligereza: "Pues que en su casa desquite cuanto no hizo en la escuela, ¡que le dejen una buena tarea!". Yo pienso muy diferente. Cuando mis chicos no trabajaban bien en la escuela, lo hacían conmigo por la tarde. No se trataba de un castigo. Mientras la escuela estuvo en Rébsamen puse en práctica cierta costumbre” Jiménez. Es decir estar con ellos acompañarlos, conocer cómo se enfrentan a las tareas y porque si no lo hacen en la escuela deberían hacerlo en casa. Realmente se debe de cambiar la práctica en el aula, poner verdadero empeño en que las tareas escolares se lleven a cabo y fomentar este hábito de terminar con las tareas que se proponen. Para interesar a los alumnos en el estudio, no basta con captar su atención; hay que lograr mantenerla. Por eso, un profesor no puede estar satisfecho sólo con las técnicas de animación. Tiene que planificar la enseñanza de forma que establezca la relación de estudio entre la asignatura y el alumno. En cuanto a si los alumnos han comprendido lo que han realizado no me queda del todo claro, pues prácticamente durante esta semana no se hizo evaluación de ningún tipo, y las tareas que se realizaban no se socializaban, el trabajo se quedó en lo que hicieron los alumnos y uno hubo confrontación al respecto de su trabajo. Se puede decir que los alumnos comprenden a partir de sus propias representaciones y estas en poco son desequilibradas para formar un nuevo conocimiento, sino que el conocimientos se forma a partir de sus experiencias como lo dice en “yo enseño, pero ¿ellos aprenden?”. En realidad, los alumnos abordan las tareas escolares (escucha, lectura, observación, etc.) con la ayuda de sus antiguas ideas (Duffy y Roehier, 1986) y estas concepciones iniciales con frecuencia persisten a pesar de las actividades escolares” (Giordan y De Vecchi, 1987) Saint- Onge, Michel (2000). Así con la poca asistencia que los alumnos tienen se crean concepciones de lo que están realizando a partir de sus experiencias.
  7. CONCLUSIÓN El grupo de manera general se encuentra disciplinado y responde a la organización tanto de la escuela como del docente, a pesar de seguir un ritmo mecanizado y utilizando los medios y materiales que el sistema provee, muestra suficiente flexibilidad para poder intervenir y realizar cambios en la dinámica de trabajo. Muestran disposición principalmente cuando las actividades se muestras más dinámicas y se trabaja en grupo. El ambiente áulico es favorable pues los alumnos reconocen que tienen que realizar tareas, aunque sus ritmos son diferentes y la atención diversificada es necesaria pues sus necesidades también lo son. En este grupo encuentro una gran oportunidad para desarrollar la práctica docente a partir de sus características y posibilidades que se pueden alcanzar, tanto de aprendizaje por parte de los alumnos como de desarrollo de actividades por parte del docente.
  8. Bibliografía En: Esteve, José M. (1998), “La aventura de ser maestro”, en Cuadernos de Pedagogía, núm. 266, febrero, Barcelona, Praxis, pp. 46-50. Gvirtz, Silvina y Mariano Palamidessi (1998), "La enseñanza" en El ABC de la tarea docente: curriculum y enseñanza, Buenos Aires, Aique, pp. 133-137 Coll, César (1997), ―¿Cómo enseñar?... O el problema de la metodología de la enseñanza‖, ‖ en Psicología y currículo, México, Paidós, pp. 111-118 En Gabriela Ynclán (comp.), Todo por hacer algunos problemas de la escuela secundaria, México, Patronato SNTE para la Cultura del Maestro Mexicano, 1998, pp. 141-168. Los grupos de trabajo como generadores de destrezas orales Ma. Victoria Reyzábal Airasian, Peter W. (2002) La evaluación en el salón de clases, México, SEP (Biblioteca para la actualización del maestro). Tareas, ¡no! Fernando Jiménez Saint-Onge, Michel (2000), ―¿Disponen siempre los alumnos de las informaciones necesarias para poder comprender?‖, en Yo explico, pero ellos... ¿aprenden?, México, SEP (Biblioteca del normalista), pp. 76-84.
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