El documento explica la doctrina del egoísmo moral, que sostiene que las personas deben actuar en pro de su propio interés. Presenta tres tipos de egoísmo moral y analiza argumentos a favor y en contra. A favor señala que el altruismo puede ser contraproducente y que buscar el propio interés mejora la sociedad. En contra indica que no resuelve conflictos de intereses y usa falacias como el falso dilema o la petición de principio.
1. EL EGOISMO MORAL
El egoísmo moral, o egoísmo ético, es una doctrina ético filosófica que afirma que las
personas deben tener la normativa ética de obrar para su propio interés, y que tal es
la única forma moral de obrar, sin embargo permite realizar acciones que ayuden a
otros, pero con la finalidad que el ayudar nos dé un beneficio propio tomándolo como
un medio para lograr algo provechoso. Afirma que la validez de una teoría o praxis se
encuentra en su aportación directa a la edificación positiva y responsable del yo o
desarrollo personal.
El egoísta moral se basa en la afirmación de sí mismo; que lo convierte en su propio
soberano al volverlo consciente de su realidad moral y personal. La realidad es la de
su propia existencia y su vivir en una realidad determinada. Está vinculado a la
dimensión moral de formas de subjetivismo o solipsismo radical
LOGICA PRIVADA Y AUTOEDIFICACION
El sentido del yo y sus intereses sólo pueden ser determinados o interpretados por el yo
mismo; dentro de esta lógica se encuentra el principio de acción moral del egoísta. Frases
como lo personal es lo real de Soren Kierkegaard o mi causa es lo mío de Max Stirner
reflejan este criterio. La base para juzgar el beneficio propio es el nivel de edificación o
desarrollo personal que produce a nivel material, intelectual y emocional.
La edificación de uno mismo es el resultado y el objetivo del ejercicio responsable de la
soberanía individual cuando a través de ésta se logra autodeterminación y autorrealización .
Esta actitud ética del egoísta moral, ha sido explicada por medio de figuras identitarias
como: el único o el subjetivo
TIPOS DE EGOISMO MORAL
Tres diferentes formulaciones del egoísmo ético o moral se han identificado:
Individuales. Un egoísta ético individual celebraría que todas las personas deben
hacer lo que les beneficia.
Personales. Un egoísta ético personal afirma que él debe actuar según su propio
interés, pero no hace aseveraciones acerca de lo que los demás deberían hacer.
Universales. Un egoísta ético universal argumenta que todo el mundo debe actuar
de una manera que sea en su propio interés.
Una filosofía que sostenga que se debe ser honesto, justo y benévolo, porque esas virtudes
le sirven al beneficio propio es filosofía egoísta; sostener que esas virtudes deberían
practicarse por razones que no sean de interés propio no es filosofía egoísta.
2. ARGUMENTOS A FAVOR DEL EGOISMO ETICO
La mayoría de quienes apoyan el egoísmo ético piensan que la verdad es muy obvia y por
lo tanto no se necesitan argumentos que lo comprueben. Generalmente se usan tres líneas
de razonamiento a su favor:
El argumento de que el altruismo es contraproducente.
Cada uno de nosotros conocemos perfectamente nuestros deseos y necesidades y
sabemos qué es lo que nos hará feliz y cómo llevarlo a cabo. Los deseos y
necesidades de los demás los conocemos imperfectamente[cita requerida], por lo tanto es
probable que al tratar de ayudarlos se les provoque un perjuicio.
El ofrecer caridad, es hacerla dependiente de otra, es decirle que no es capaz ...; en vez
de agradecernos, se sentirá resentida por la ayuda ofrecida. Estar pendiente del bienestar de
los demás es una invasión a su privacidad. Si cada persona se preocupara por sus propios
intereses, habría una mejora en la sociedad. Como dice Robert G. Olson en su libro The
Morality of self-interest(1965): “ Es más probable que el individuo contribuya al
mejoramiento social cuando procura racionalmente sus mejores intereses de largo plazo”.
La ética del ”altruismo” es algo destructivo para la sociedad.
El altruísmo provoca que se abandonen sueños, proyectos, etc., sacrificando la vida
propia para salvar a otras personas. Por lo tanto en la ética del “altruismo”, la vida
de un individuo o los intereses propios no tienen valor y se debe estar dispuesto a
hacer un sacrificio para salvar a otros.
Sin embargo en el egoísmo ético cada persona debe velar por su propio bien; se le da un
valor fundamental al individuo.
El egoísmo ético es compatible con la moral del sentido común.
Consiste en obedecer ciertas reglas: cumplir promesas, no mentir, no dañar, etc.
todos estos deberes u obligaciones derivan a un fin común, el cual es el interés
propio. Aun así, algunos deberes y obligaciones pueden ir en contra del interés
propio.
El principio del egoísmo ético conduce a una regla de oro del axioma de no-agresión: "no
debes hacer a los demás lo que no quieras que te hagan, por que si lo haces, los demás muy
probablemente te lo harán." Así que se debe de seguir ciertas normas u obligaciones donde
no se debe dañar a otros para un fin o interés propio. Este razonamiento nos lleva a la
siguiente situación: Si el egoísta ético estuviese en una posición tan ventajosa que le
garantizase su propia seguridad ante los demás..., nada le impediría hacer a estos lo que
no quisiera que le hicieran a él..., por ello el egoismo moral encaja dentro del relativismo
cultural.
3. ARGUMENTOS EN CONTRA DEL EGOISMO ETICO
Se afirma que el egoísmo ético no puede resolver conflictos de interés. Kurt Baier, escritor
del libro The Moral Point of View (1958) dice que el egoísmo ético no puede ser correcto
porque no puede dar soluciones a los conflictos de interés. Es decir, si nosotros sólo
tomáramos en cuenta intereses propios, nunca aceptaríamos que éstos quedaran arruinados,
por lo tanto, no podría haber soluciones morales a problemas de intereses. Sin embargo y,
como respuesta, los partidarios del egoísmo ético afirman que el acuerdo pacífico o
negociación que permite solucionar un conflicto de interés, puede ser benéfico para todos
los egoístas involucrados. Autores como David Gauthier, autor de La moral por acuerdo
(Gedisa, Barcelona, 1994), responden a las críticas contra el egoísmo moral afirmando que
la solución de conflictos de interés puede explicarse por interés.
El dilema del prisionero, en teoría de juegos, muestra que aun cuando las actitudes
cooperativas puedan suponer un sacrificio inmediato de intereses individuales, a largo plazo
la cooperación beneficia a todas las partes en juego. Los egoístas éticos responden a esto
diciendo que esto resulta ser un egoísmo sociocentrista, que denominamos
colusión[cita requerida].
El egoísmo ético en lo individual dice:
(A1) “Debemos actuar de manera racional”. (A2) “Lo racional es mirar siempre por el
propio interés”. (A3) Como (A1) y (A2) es verdadero entonces “Debemos mirar siempre
por el propio interés”.
y añaden "egoísmo ético" (realmente es altruísmo) en lo social:
(A4) “Aunque el altruismo fuera lo correcto, no estamos familiarizados con los deseos y
necesidades de los demás, por lo tanto, si les ayudamos nos entrometeremos en sus vidas y
les haremos más mal que bien”. (A5) “Aunque al ayudar a los demás les hagamos bien les
estamos degradando, robándoles su dignidad y su respeto propio; les estamos diciendo que
no son competentes para cuidarse a sí mismos”. (A6) Como (A3) y (A4) y (A5) es
verdadero entonces “Debemos rechazar las políticas que velan por los intereses de otros,
pues cuando cada uno mira su propio interés es más probable que contribuya al
mejoramiento social”. (A7) Como (A6) es verdadero entonces “Debemos promover una
sociedad capitalista”. Este argumento puede rebatirse de las siguientes maneras:
1. Uso de falacias:
(i) El egoísmo ético utiliza la falacia del falso dilema. El egoísmo ético nos pone ante el
dilema de elegir entre mirar siempre por nuestros propios intereses (egoísmo ético) o en no
mirar nunca por ellos (altruismo); pero la perspectiva del sentido común está entre los dos
extremos. Dice que ambos, los intereses propios y los ajenos, son importantes y deben
contrapesarse: no todos los intereses son igual de importantes, pues existe una jerarquía de
intereses. De la misma manera que damos más importancia a nuestros intereses
fundamentales que a nuestros intereses banales, a veces, también deberemos dejar a un lado
4. nuestros intereses banales para actuar a favor de los interés fundamentales ajenos; otras
veces, resultará que uno deberá ocuparse de sí mismo.
Pero esta conclusión puede ser invalidada rechazando la premisa que dice que siempre “es
incorrecto impedir que alguien cumpla con su deber”. Según el egoísmo ético, el que uno
deba impedirle a alguien que cumpla con su deber depende completamente de si sería
provechoso para uno hacerlo.
El error lógico es de otro tipo. Según el egoísmo ético, si realizar una acción K favorece los
intereses de una persona A, pero a su vez perjudica los intereses de una persona B entonces
el deber de A es hacer K y el deber de B impedir K, pues “cada individuo -y todos ellos-
debe actuar buscando su propio interés”:
A debe actuar buscando su propio interés (Ia) B debe actuar buscando su propio interés (Ib)
X debe actuar buscando su propio interés (Ix)
Pero esto nos lleva al siguiente punto.
(vi) El egoísmo ético ni siquiera es una teoría. Imaginemos que la acción K es matar,
entonces podríamos preguntar al egoísmo ético: ¿es éticamente correcto que un individuo A
mate a un individuo B? la respuesta del egoísmo ético será "depende", porque K es una
acción éticamente correcta para A y éticamente incorrecta para B, pero no puede decirnos si
la acción K es éticamente correcta o incorrecta en sí misma, es decir, no puede decirnos que
“las personas no deben ser matadas”. Esto es así porque, para el egoísta ético, una acción K
es éticamente correcta si tiene como consecuencia beneficiar su propio interés -el medio
para conseguirlo es indiferente-, ese es el principio que sigue. En cambio, si le preguntamos
al egoísmo ético: ¿es éticamente correcto favorecer el propio interés? el egoísmo ético
responderá que sí, porque dice que siempre “debemos actuar para favorecer los intereses
propios”, pero esto no es cierto: lo que realmente dice el egoísmo ético es que siempre
“debo actuar para favorecer mis intereses propios”, pues que los demás cumplan o no
cumplan con su deber, como vimos, para el egoísta ético es secundario. Es más, para el
egoísta ético lo éticamente correcto es que los demás no cumplan con su deber egoísta. Es
decir, la acción que favorece los intereses propios es éticamente correcta y la acción que no
favorece los intereses propios es éticamente incorrecta, pero esto no se dice de manera
universal sino de manera individual. Esto quiere decir que el egoísmo ético intenta pasar
por regla universal, por ciencia, una regla que sólo es verdadera desde la perspectiva
individual de un egoísta ético. La regla que debe seguir el egoísta ético es la siguiente: sólo
yo debo actuar siempre buscando mi propio interés. Dicha regla entra en contradicción
lógica consigo misma cuando es aplicada por otro individuo.
(vii) El egoísmo ético es arbitrario. Algunas personas dicen que los intereses de un grupo
cuentan más que los intereses de otro grupo, y la razón que dan es que no son del mismo
grupo. Esta argumentación usa la falacia de petición de principio. La falacia de petición de
principio se usa para discriminar a otros individuos por ser de un grupo diferente[3]. El
criterio para discriminar a otros individuos con intereses puede ser la raza, el género, la
nacionalidad, la especie, etc. pero si no podemos mostrar que hay alguna diferencia fáctica