El documento critica una campaña de la Diputación de Álava sobre derechos humanos. Argumenta que la campaña tiene motivos electorales y no un verdadero interés en los derechos humanos. Usa ejemplos que refuerzan estereotipos negativos sobre musulmanes y grupos minoritarios. El objetivo real del PP es segmentar a la sociedad y presentarse como la única alternativa frente a estos grupos.
Lecciones de intolerancia de la Diputacion de Alava. Noticias Gipuzkoa
1. Noticias de Gipuzkoa – Viernes, 6 de marzo de 2015 IRITZIA 5
A
nimamos a hacer un ejercicio antes
de seguir leyendo: piense el lector
en los cinco principales valores
democráticos o de Derechos Humanos que
cree que se vulneran en Euskadi, aquellos
que verdaderamente cree que son un pro-
blema para la sociedad vasca. Piense tam-
bién en ejemplos concretos que haya vivido.
¿Lo tiene? Bien. Ahora, compare sus res-
puestas con la nueva campaña de la Diputa-
ción Foral de Álava titulada Tolerancia cero.
Para la Diputación, los mayores problemas
de Derechos Humanos de la ciudadanía ala-
vesa son el fanatismo religioso, la violencia
machista, la homofobia, la mutilación geni-
tal femenina y el maltrato a las personas
mayores. ¿Usted, lector, ha acertado
muchas? Nos atreveríamos a decir que no
más de tres. Pero si grave es olvidarse de
intolerancias que han tenido afectación real
en la sociedad vasca (sin minusvalorar las
que aparecen), siendo sustituidas por otras
cuya gravedad es evidente pero con mínima
incidencia en la sociedad alavesa, como la
mutilación genital femenina (MGF), más
preocupante aún son los ejemplos concre-
tos que nos ponen para ilustrar cada una de
ellas.
Por cierto, es significativo que fuera el mis-
mo PP que hoy se muestra tan sensible con
el problema de la mutilación genital femeni-
na en las niñas de Álava, quien en 2012 se
cargara literalmente el proyecto del Obser-
vatorio y nuevas estrategias para la forma-
ción de los/as profesionales sobre la mutila-
ción genital femenina en Álava: Conocer
para actuar en Álava, cuyo objetivo era reali-
zar un abordaje preventivo de la MGF en
Araba/Álava, desde la atención primaria en
salud, servicios sociales y educación.
DISEÑOYEJEMPLOS El propio diseño de la
campaña ya nos predispone a posicionar-
nos queda la foto que podían haber sacado
al recurso de inconstitucionalidad que puso
el PP a la ley de matrimonio entre personas
del mismo sexo en España. Pero eso rompe-
ría la barrera del nosotros (buenos) y los
otros (malos).
¿Cuál es el verdadero propósito de la cam-
paña de la Diputación de Álava? ¿Les mueve
un interés real por los Derechos Humanos?
La respuesta es no, por dos motivos. El pri-
mero es que los gobiernos del PP nunca se
han destacado por ser grandes defensores
de los mismos, más bien al contrario. Para
muestra, los acontecimientos de los últimos
meses en la valla de Melilla, las críticas de
cinco relatores de Derechos Humanos de las
Naciones Unidas a la reforma del Código
Penal por considerar que puede cercenar
derechos fundamentales de los ciudadanos
o el importante repaso que le hace a España
el Comité de Derechos Económicos, Sociales
y Culturales de Naciones Unidas en su quin-
to informe periódico (E/C.12/2012/SR.28).
UNUSOMEZQUINO La segunda es que se
hace un uso mezquino de los Derechos
Humanos intentando encontrar una justifi-
cación para socavar el primer artículo de la
Declaración Universal de los Derechos
Humanos: “Todos los seres humanos nacen
libres e iguales en dignidad y derechos y,
dotados como están de razón y concien-
cia, deben comportarse fraternalmente
los unos con los otros”. Además, hay que
recordar que los Derechos Humanos son
indivisibles, interrelacionados e interde-
pendientes. El avance de uno facilita el
avance de los demás. De la misma mane-
ra, la privación de un derecho afecta
negativamente a los demás.
Si a la Diputación de Álava no le impor-
tan los Derechos Humanos, ¿cuál es el
objetivo de la campaña? Creemos que el
fin último es meramente electoral. Desde
hace tiempo, el PP tiene una estrategia
clara, segmentar a la sociedad con base
en su lugar de procedencia, cultura y reli-
gión; asignar valores esencialistas y nega-
tivos a las personas que entran dentro de
dichas categorías sociales y presentarse
como la única alternativa posible para
luchar contra dichos sujetos. Desde Argi-
tuz llevamos tiempo diciendo que se
están cruzando muchas líneas rojas y se
está creando un clima social negativo que
va asociado a discursos del odio. Por
suerte, una parte considerable de la
sociedad está reaccionando con madurez
y no tenemos duda de que sabrá poner
las cosas en su sitio. Que los ciudadanos y
las ciudadanas alavesas apuestan por la
defensa radical de todos los Derechos
Humanos así como la lucha contra la
intolerancia de verdad.
En representación de la Asociación Pro Derechos
Humanos Argituz
Leccionesdeintolerancia
delaDiputacióndeÁlava
Ellapitzero
Castellón
POR XabierLapitz
R
echazar un soborno genera más
estrés que aceptarlo. Es la conclu-
sión a la que han llegado dos
investigadores del departamento de Econo-
mía Experimental y Computacional de la
Universidad Jaume I (¡de Castellón!) en un
trabajo ya publicado. Eso lo explicaría casi
todo. Y supongo que la investigación empe-
zó con una curiosidad académica: qué
esconden los ojos del corrupto Fabra tras
esas permanentes gafas negras. La ciencia,
cada vez más, se adentra en los misterios de
la condición humana y confirma lo que nos
temíamos. G
ONDAVASCA94.8/95.6FM
ElPPtieneunaestrategiaclara:
segmentaralasociedadenbaseasu
lugardeprocedencia,culturay
religión;asignarvaloresesencialistas
ynegativosadichascategorías
socialesypresentarsecomolaúnica
alternativaposible.
nos: a la izquierda, ejemplos de intolerancia
sobre fondo negro; a la derecha, la toleran-
cia sobre fondo blanco. Más allá de lo desfa-
sado del diseño gráfico, al ser gente con la
piel tirando a oscura la mayoría en los ejem-
plos de la intolerancia en contraposición a
la tolerancia, la composición final queda
bastante mal.
Dejando de lado los gustos estéticos, la miga
está en los ejemplos concretos. Para ilustrar
el fanatismo, bien se podría haber puesto
alguna de las múltiples fotos que circulan
por Internet de dirigentes de Nuevas Gene-
raciones (juventudes del PP) con el brazo en
alto haciendo el saludo nazi, o
podían haber
puesto
las pegatinas con la cruz
gamada que han aparecido en la puerta de
entrada del local de la asociación Afroame-
ricana de Gasteiz y en Lanbide. Pero no,
para el fanatismo utilizan la foto de un gru-
po de mujeres con burka sacada en Afganis-
tán. Claro que, si a lo que en realidad se
quieren referir es al fanatismo religioso, nos
quedan bastante más cerca los Legionarios
de Cristo, cuyo fundador fue algo más que
acusado de pederastia. Pero no, mejor
seguir incidiendo en el estereotipo de
musulmanes-yihad-terrorismo-burka.
Recordar que esa gente se baña en nuestras
piscinas y sube a nuestros autobuses;
menos mal que tenemos a la Ertzaintza dis-
puesta para identificarlas por la calle.
Para la homofobia, casualmente también
utilizan una imagen de tierras lejanas, cómo
no, asociadas a países musulmanes. Es una
pena porque bastante más cerca nos queda
Rusia, aunque no es plan de incomodar al
vecino millonario, ¿no? Y todavía más cerca
Colaboración
POR MiguelA.Navarro,
AndrésKrakenberger
yJuanIbarrondo
puesto
las pegatinas con la cruz
d h id l t d
Cuandonosaconsejabanapostarpor
la“sociedaddelmercado”,dijimos
quenoydemostramosquesepuede
construirunasociedadcompetitiva
ymodernasinrenunciar
aunfuertecompromisosocial
esfuerzo lideraron la gran transformación
de los años 80, 90 y comienzo de siglo
saben que es posible. Todo depende de las
decisiones que tomemos ahora. Si nos con-
formamos con hacer lo que hacen los
demás, acabaremos siendo como los
demás. Si, en cambio, decidimos colectiva-
mente tomar un camino alternativo,
encontraremos dificultades, pero segura-
mente alcanzaremos mejores resultados.
DEBATE SOBRE LA RGI Todo ello en un
momento en el que escasean los trabajos y
se escamotean los salarios –sobre todo
para los jóvenes y las mujeres– y en el que
asistimos a un debate corrosivo sobre la
Renta de Garantía de Ingresos (RGI) en
nuestra Comunidad que, por cierto, en el
mencionado informe se resalta como sig-
no distintivo de progreso de nuestro país y
corrector de las desigualdades en el perio-
do 2008/2014.
Nuestra historia reciente y todos los indi-
cadores socio-económicos demuestran,
además, que la apuesta por una sociedad
comprometida con la igualdad es más
competitiva. Es una decisión de valores
pero también muy práctica. Mencionába-
mos en el artículo anterior que hasta el
FMI lo reconoce así, siendo la última apor-
tación la de la OCDE, que acaba de publi-
car un informe en el que tasa en un 22% la
mejora de la competitividad que supone la
participación de los trabajadores en la
dirección de las empresas.
Depende de nosotros y nosotras. ¿Renova-
mos nuestro compromiso con un modelo
vasco para el desarrollo humano sosteni-
ble o nos dejamos llevar por la marea de la
desigualdad? Y tengamos claro, eso sí, que
no acabarán con el pueblo vasco quienes,
de manera absurda, niegan su existencia.
Nuestro pueblo dejará de existir el día que
en su ADN desaparezca la solidaridad.
Agirre Lehendakaria Center