2. Índice
• Introducción
• Maridaje por complementación
• Maridaje por contraste
• ¿Blanco o tinto?
Carnes Rojas
Pescado o carnes blancas
Postres
• El perfecto maridaje
• Conclusiones
• Bibliografía
Angélica Selene Torres Reyes 201 AET
3. • Maridaje es el arte de combinar los alimentos con los vinos. El
tipo de alimentos con que se puede combinar un vino es
indispensable para tener armonía entre los sabores de la
bebida y los de la comida. También la textura y el aroma de
los platillos tienen que ver con la decisión de cuál vino elegir
para acompañar a los alimentos.
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4. • Los sabores del vino y
de los alimentos son
parecidos, por lo tanto
se refuerza la gama de
ambos sabores. Por
ejemplo, un alimento
suave intensifica el
sabor de un vino suave
y viceversa. Los vinos
dulces servidos con
tartas de fruta hacen un
maridaje por
complementación.
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5. • La intensidad de los sabores del vino
y de los alimentos es distinta. Un
buen contraste permite resaltar uno
de los dos o enfrentarlos, si es que
ambos tienen mucho carácter. Es el
caso de los quesos fuertes como el
Roquefort, que necesitan vinos tintos
de mucha robustez como los de
Rioja, Burdeos o Borgoña. Pero es
importante cuidar bien el tipo de
contraste, porque un alimento muy
poderoso puede opacar por completo
a un vino suave, y un vino de gran
carácter dejará atrás a un alimento
muy delicado.
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6. • Aunque la norma general es
degustar carnes rojas con
vino tinto, también hay
carnes blancas que maridan
bien con este tipo de
vino, todo depende de su
preparación e ingredientes
que le acompañen.
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7. • Para las carnes, en
general, son más apropiados
los tintos y, dependiendo de
si van con salsa fuerte, como
el roquefort, deben tener
más estructura, como es el
caso de los 'reserva' o 'gran
reserva'. Asimismo, debe
tomarse en cuenta que
cuanta más grasa contengan
los platos, se requieren vinos
más estructurados y con más
tiempo en barrica.
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8. • En el caso de los pescados, la
tradición muestra que lo más
conveniente es degustar vinos
blancos, aunque no se trata de
una regla universal; si el pescado
es blanco, va bien un vino
blanco, pero si es graso, como el
salmón, el bacalao o el bonito,
se marida bien con un blanco
macerado en barrica o con un
tinto crianza, porque se necesita
tanino para quitar la grasa.
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9. • A la hora de los
postres, siempre se hay
dificultades por el contraste
de sabores. Es importante
tener en cuenta no mezclar
vinos secos con platos muy
dulces, ya que se percibiría el
seco con un sabor mucho más
ácido. Los vinos dulces
constituyen un buen
acompañamiento para los
postres, pero es importante
que tengan cierta acidez para
que el postre no “canse”.
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11. • Hay diferentes maneras de buscar la unión entre el
vino y los alimentos, puede ser que prefieras la
complementación o que elijas el contraste entre los
sabores. Vale la pena probar estas dos
combinaciones, pero también rompiendo reglas
puedes conseguir excelentes resultados.
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