El documento analiza si ha cambiado el perfil del inversor en fondos de inversión en España. Señala que los datos de flujos recientes muestran un mayor apetito por el riesgo al invertir en fondos con componentes de bolsa. Sin embargo, también reconoce que las bajas tasas de interés han forzado a los inversores a asumir más riesgo para obtener rentabilidad. Aunque hay más inversión en bolsa, no está claro si el perfil del inversor ha cambiado o si ha sido el entorno el que les ha
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Miguel colombas. inversión
1. ¿Ha cambiado el perfil del inversor en fondos?
Como dice la famosa paradoja, “todas las generalizaciones son falsas, incluso ésta”.
No necesita explicación. Algo no puede ser cierto y falso al mismo tiempo. Algo
parecido me sucede con la respuesta a esta pregunta: ¿ha cambiado el perfil del
inversor? Si analizamos los flujos de los últimos trimestres, tanto en España como en
el resto del mundo, podríamos deducir que ciertamente hay un mayor apetito por el
riesgo. Así es. Hasta agosto, los fondos de inversión españoles con componente de
inversión en Bolsa suman suscripciones netas por más de 30.000 millones de euros,
mientras que los monetarios y fondos de renta fija tuvieron salidas por más de 6.000
millones.
Pero también es cierto que la represión financiera provocada por unos tipos de interés
anormalmente bajos durante largos periodos de tiempo, no deja muchas alternativas
para obtener rentabilidad que no pasen por incrementar el nivel de riesgo. También el
compromiso demostrado por las autoridades monetarias tiene valor en sí mismo, tanto
como su capacidad para gobernar las expectativas de los mercados. No solamente
tenemos incentivos, es que los saltamos con red de seguridad.
Por tanto, ¿ha cambiado nuestro perfil? O más bien, ¿ha sido el entorno el que nos ha
obligado a tomar decisiones en principio más arriesgadas? Por el simple hecho de que
haya más inversión en Bolsa, no basta para determinar la respuesta. Los datos de
flujos de agosto así lo indican, y sí parece que algo ha cambiado. En ese periodo, en
el que las principales bolsas han agudizado sus caídas desde los máximos de mayo,
uno esperaría que el pánico hiciera presa de los inversores. Bien al contrario, en
agosto las suscripciones netas de fondos con inversión en bolsa han alcanzado los 1,4
miles de millones de euros.
Y es que es muy lógico. La represión financiera sigue ahí, y aunque hay más
incertidumbres que antes de verano, los datos macroeconómicos mundiales son
buenos. La actividad económica, la confianza del consumidor y el crecimiento en el
mundo desarrollado mantienen niveles saludables mientras que los países emergentes
están sufriendo una desaceleración.
Lógicamente, el inversor profesional ha tenido que vender parte de sus posiciones
para ajustar el nivel de riesgo de sus carteras por el incremento de volatilidad en los
mercados. Mientras se analizan los acontecimientos económicos mundiales, y en
especial en China, que deben ser observados y con cautela, esta volatilidad será alta.
Por otro lado, para un inversor con horizonte temporal a medio plazo, el riesgo de
quedarse fuera del mercado es muy alto.
Es en momentos tan difíciles como éste, en los que los fondos de inversión ofrecen
mayor valor a los inversores. No sólo por la diversificación a la que están obligados
sus gestores, sino sobre todo por la capacidad que tienen los profesionales que los
gestionan de tomar estas decisiones con información y agilidad. Los fondos de “asset
allocation”, los llamados perfilados, han sido y siguen siendo los fondos más
demandados por los inversores por ajustar en todo momento la inversión a cada perfil
de riesgo.
Creo que el inversor español ha acertado en esta elección que, en los últimos meses,
le ha ayudado a mantener con mayor tranquilidad el foco de su inversión en lo
importante: en el horizonte temporal de la inversión, en los datos económicos y no en
2. los sentimientos. Y de paso minimizar el famoso riesgo de ir a contrapié con los
mercados. Algo de lo que siempre se ha acusado a los inversores particulares.
Miguel Colombás, miembro del Observatorio Inverco