El español fue condenado a la pena capital en el año 2000 por triple asesinato. Desde entonces clama su inocencia: «No quiero que me maten». 28 febrero 2010 La Razón
Declaracion jurada de la ex vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner
En el corredor de la muerte con Pablo Ibar
1. SOCIEDAD
EN LA ACADEMIA
GENERAL MILITAR
El Príncipe de
Asturias renueva
25 años después
su fidelidad
a la bandera
Fueunactotansolemnecomo
emotivo.ElPríncipedeAsturias
volvióajurarlabandera25años
despuésdesusalidadelaAcade-
miaGeneralMilitardeZaragoza
juntoasuscompañerosdelaXLIV
promoción.«Estoyorgullosode
renovarelcompromisodeservicio
aEspañadelantedelosfuturos
oficiales,yaqueconstituyeunreto
yunaresponsabilidad»,afirmó
DonFelipe.Tampocoquisodejar
desubrayarque,desdequeenel
año1989seiniciaronlasoperacio-
nesenelextranjero,nohahabido
ningunaenlaquenohayaestado
algunodesuscompañerosde
promoción.
LA RAZÓN DEL
DOMINGO
EN PROCESO LA
SEGUNDA APELACIÓN
Koitz
Miedo,tristeza,sueñosligadosalalibertadyesperanza,«sila
pierdesestásmuerto».Ésossonlossentimientosquetransmite
PabloIbarenunaentrevistaquehaconcedidoaLARAZÓN.
RealizadaenelcorredordelamuertedeunaprisióndeFlorida,
Ibar–condenadoen2000portripleasesinatoenunjuiciocon
mássombrasqueluces–narrasuvidacotidianaenunambien-
temarcadoporlasejecuciones.«Noquieropensarenello»,
afirma,mientrasafrontalasegundaapelación. ■ Pág.51
Ibar,condenado a muerte en EE UU:
«No recuerdo lo que es estar libre»
Efe
DEPORTES
DOS GOLES DE HIGUAÍN
El Madridvapulea alTenerife (1-5)ymantiene su
presión al Barça,que ganó «in extremis» al Málaga
FueunpartidocómodoparaelRealMadrid,enelqueinclusosepudopermitirellujode
desperdiciaralgunasoportunidadesclarasdegol.ConunTenerifequenuncarenuncióal
ataque,losmadridistasencontraronlosespaciosnecesariosparaquesusjugadores
demostrasensupegada.Sinembargo,elBarçacumplióconloesperadoyganónosin
problemasalMálaga(2-1),conloquelosculéssiguenlíderesunajornadamás.■ Pág.76
Punto de Mira • 7LA RAZÓN • Domingo. 28 de febrero de 2010
2. La Razón del Domingo
Reportaje gráfico: Koitz
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El español fue condenado a la pena capital en el año
2000 por triple asesinato. Desde entonces clama
su inocencia: «No quiero que me maten»
Marta Torres- Raiford (Florida)
P
ablo Ibar, de 37 años,
suele levantarse cada
mañanadebuenhumor
y en perfecta forma. Sin
embargo,durantenues-
tra cita con él en el Union Correc-
tional Institution de Florida le en-
contramos un poco triste: «Estoy
bien –suspira–. Pero hoy es un mal
díaporquevanaejectuaraalguien.
Levanamatar.Todoelmundo(por
los demás presos que esperan la
penacapital)estábajo(demoral)y
triste. Piensan que puede tocarles
yaaellos».Ibarserefierealasuerte
que corrió durante nuestro en-
cuentro Martin Grossman, conde-
nado en 1984 por el asesinato de
una oficial de Policía.
En el corredor
de la muerte
con Pablo Ibar
A pesar de los intentos
de hacerla cara a
cara, la entrevista se
celebró a través de una
mampara de seguridad
51LA RAZÓN • Domingo. 28 de febrero de 2010
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3. Yallega.Apareceesposado,con
las manos a la espalda y vestido
con un mono naranja, un color
que,asegura,«nopiensovolvera
utilizar cuando salga de aquí». El
guardiaquelehallevadohastala
salacierralapuertadehierropor
laquehaentrado.Ibarcolocasus
manos a la altura de un agujero
para que éste le quite las esposas
y después se sienta. Durante la
conversación nos cuenta cómo
es eso de esperar la muerte du-
ranteaños,eltranscurrirdecada
díaysusesperanzasdesalirdela
prisión. Sorprende su aspecto
pulcro y cuidado, sobre todo sus
uñas, perfectamente cortadas. A
veces sonríe, en otras ocasiones
tragasalivaytambiénseemocio-
na, pero sólo al final, cuando el
guardia avisa de que nos quedan
cinco minutos de charla y le pre-
guntamossiquierealgo.«Quiero
ganar un juicio nuevo. Ése es mi
deseo.Lomásgrandedelmundo
para mí sería poder estar con mi
familia celebrando juntos la Na-
vidad. No quiero que me maten.
Nunca pensé que iba a terminar
así», responde conmovido.
Sobrino de Urtain
Su esposa, Tanya, va a visitarle
casi todas las semanas: «El fin de
semana pasado (por el de San
Valentín), cumplimos nuestro
duodécimo aniversario de boda
(la ceremonia se celebró cuando
él estaba en la cárcel). Y yo llevo
aquí casi quince años. Tanya
suelevenirlossábados,perocada
60 días te dejan tener una visita
especial. Dura dos días. Cuando
entro, me dejan abrazarla y be-
sarla.Perosólounavez.Ycuando
nosdespedimos,otravezmás.Sí
nos permiten caminar juntos y
cogernosdelamano.Y,sielguar-
dianoteve,sepuederobaralgún
besito»,explica.Asupadre,Cán-
dido, le ve al menos una vez al
mes:«Cuandovienehablamosde
mis hermanos, de su vida, de lo
que pasa en España, de mis tías,
mistíos,misprimos...».Cándido
eshermanodelfamosoboxeador
Urtain, de quien Pablo admite
que «tengo recuerdos de cuando
yo era pequeño. Me parecía un
gigante».
Ibar fue condenado a pena de
muerte en el año 2000 por el ase-
sinato en 1994 de Casimir Su-
charsky, propietario de un club
nocturno,ydosmodelos,Sharon
y Marie Anderson. Desde enton-
ces,luchaporunprocesojudicial
justo, ya que la principal prueba
en su contra consiste en una
imagen borrosa de una cámara
de seguridad instalada en la vi-
vienda de Sucharsky.
El caso de Ibar se ha visto ya
durante tres juicios: el primero
fue declarado nulo en 1997 por-
queeljuradonopudoponersede
acuerdo sobre un veredicto; el
segundo, celebrado en 1999, fue
«En total, aquí hay unos 300
condenados a muerte y 2.200
presos. En la planta donde yo
estoy somos 28. Hay uno que
lleva más de 30 años esperando.
Otro,25,ytresquerondanlos20.
Así que soy uno de los nuevos»,
explicaIbaratravésdelcristalde
seguridad.
Tenemos una hora para reali-
zarlaentrevista.Atrásquedanlos
lentosmesesdetramitaciónpre-
vios al encuentro. Para llegar al
Union Correctional Institution
de Florida hay que tomar una
desviación de la carretera 121, a
lo largo de la cual descubrimos
variospueblos.Sevencasasblan-
cas con jardín. La pregunta es
inevitable: ¿De verdad existe
gente que querría vivir cerca de
una prisión de máxima seguri-
dad?Puesparecequesí.Después
de llegar a la entrada principal
debemos acceder a otro edificio
y pasar dos controles de seguri-
dad. Un amable guardia revisa el
material que llevamos para la
entrevista. Lo que no esté en su
listanosepodrámeterdentrode
lasala:lacámaradelfotógrafo,la
grabadora, un cuaderno, un bo-
lígrafo,pilas.Parecequetodoestá
bien. Otro guardia nos conduce
por un acceso enrejado. Nos es-
pera un nuevo control. Final-
mente,seabrelapuertadelasala
donde veremos a Pablo Ibar.
Una pequeña aldea
ElUnionCorrectionalInstitution
se encuentra en Raiford, una al-
dea de 193 habitantes. Hace un
fríoseco,unostresgrados,apesar
de estar en Florida. Aquí apenas
hay viviendas, pero sí una gaso-
linera y una iglesia baptista. A
diez kilómetros se encuentra
Lake Buttler, ya con 2.000 habi-
tantes. Skips es su restaurante
más popular, donde sirven los
mejores bocadillos con patatas
fritas de la zona. Y donde pasan
sus ratos libres los guardias de la
prisión de Pablo Ibar.
SORPRENDE SU
aspecto pulcro y
cuidado,sobre todo
las uñas,
perfectamente
cortadas
SU ESPOSA,TANYA,
va a visitarle casi
todas las semanas.
Se casaron hace 12
años,cuando él ya
estaba en prisión
Viene de la página anterior
■ EN EL CORREDOR DE LA MUERTE CON PABLO IBAR
significa estar libre. Bueno, sí lo
recuerdo, pero no sé qué se sien-
te», matiza.
Hapasadolosúltimos15años
entre cárceles y prisiones en
Florida, y de su vida en libertad
lo que más echa de menos son
lospequeñosdetalles:«Notener
que levantarme cuando ellos
(por los guardias) me lo dicen,
no comer cuando me ordenan
que tengo que comer o no salir
de la celda cuando me mandan
pruebasdeADN,huellasdactila-
res y análisis de pelos recogidos
en el lugar de los hechos corres-
ponden con los de Pablo Ibar.
Cuandoduerme,Pabloaveces
sueña que está libre, «aunque
siempre hay algo que me sujeta.
Haceunpardesemanassoñécon
mi madre, que murió hace doce
años de cáncer. Estaba con ella
en un hotel grande, en un lugar
bellísimo. Pero todavía había
guardias. Ya no recuerdo lo que
aplazado porque su abogado de
oficio fue detenido, acusado de
agrediraunamujerembarazada,
y el tercero terminó en 2000 con
la condena a muerte de Ibar.
Siempre ha pedido un proceso
justo. Incluso su primer repre-
sentante legal reconoció que no
mantuvo una buena defensa.
Además, existen otras irregulari-
dades:laruedadereconocimien-
to se celebró sin la presencia de
un abogado, y ninguna de las
“
Ya no recuerdo lo que
significa estar libre.
Bueno,sí,pero no sé
qué se siente»
“
Lo más grande del
mundo para mí sería
poder celebrar la
Navidad en familia»
“
Si el guardia no me ve
puedo robar algún
besito a mi esposa
en las visitas»
52 • La Razón del Domingo Domingo. 28 de febrero de 2010 • LA RAZÓN
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4. «SUEÑO CON
abrir y cerrar la
puerta cuando
quiera,y con
comerme un bistec
grande»,reconoce
hacerlo. Lo que peor llevo es
estar lejos de mi familia. Cele-
brar la Navidad en casa. Abrir y
cerrar la puerta cuando quiero,
no tener que vivir en un cuarto
con un orinal al lado de la cama
y la comida. Ahora, con la crisis
económica,dejarondeservirnos
carne, leche y fruta. Me gustaría
comerme un bistec grande con
camarones», explica con una
sonrisamientrasrecuerdaqueel
1 de abril cumplirá 38 años.
Cada día, Pablo corre durante
mediahoraensucelda,quemide
1,8 metros de ancho, 2,7 de largo
y 2,89 de alto: «Ahí estamos todo
el día. El desayuno llega alrede-
dor de las cinco o seis de la ma-
ñana.Despuésdecomer,duermo
un poquito más y me despierto a
las nueve. A partir de esa hora
empiezo a escribir a mis amigos,
alagentequemeapoyaenEspa-
ñayamimujer.Elalmuerzollega
a las doce. Guardo la comida y
hago ejercicios desde las doce y
media o la una hasta las tres. Por
la noche, veo un poquito deTV»,
relata. «Tres veces a la semana
nos sacan a la ducha.Te esposan
pordetrás,tellevanalosbañosy,
unavezallí,tequitanlasesposas.
Te dejan lavarte entre cinco y
siete minutos. Podemos salir al
patio dos veces a la semana, que
es cuando podemos jugar al ba-
loncesto, al voléibol y correr un
poquito. Ésa es mi rutina. Mien-
tras no estás muerto, siempre
tienes una oportunidad», reco-
noce con la cabeza baja.
En la segunda apelación
Ibarintentatrabajarensuapela-
ción, pero le cuesta «porque yo
no conozco la ley. Te dejan ir a la
biblioteca una vez a la semana
durantedoshoras.Yovoyyleolos
casos y las opiniones de los que
saben. Y trato de encontrar algo
que me pueda ayudar. Ahora
mismo me encuentro en la se-
gunda apelación: cuando man-
tienes que tu abogado no fue
eficiente.Laterceraseríalafede-
ral. Y la última, para la Corte Su-
prema de los Estados Unidos»,
explica.
Aunque sonríe a menudo du-
rante la charla, Pablo reconoce
que a veces no tiene ganas de
hacer nada. Desde que llegó al
Union Correctional Institution
hanejecutadoa19personas.Para
él todavía no hay fecha. En Flori-
da, el método se puede elegir:
sillaeléctricaoinyecciónletal.La
aplicación de la pena capital
tiene lugar en la Prisión del Esta-
do,justoalladodelcentrodonde
estáencerradoPabloIbar.Lasilla
de tres patas es de roble y fue
construida por el personal del
departamento correccional en
1998. La anterior fue realizada
por los propios presos en 1923,
después de que se adoptase este
método de ejecución. Antes se
utilizaba la horca. El ejecutor es
unciudadanoestadounidenseal
que la ley del Estado preserva su
derechoalanonimato.Cobra150
dólares por trabajo.
Pablo recuerda una de las oca-
siones en las que vinieron a bus-
car a un condenado: «Fue un día
muy difícil. Vi cómo entraban
cuatro guardias grandísimos en
la celda. Le desnudaron y le lle-
varon a un lugar para que se
despidiese de su familia antes de
matarle. ¿Cómo se puede despe-
dir alguien de esa manera? No
quieropensarenello»,dice.Rápi-
damente, le cambia la cara cuan-
do habla de su esposa, Tanya, la
mismaquedefiendequeestaban
juntoscuandosecometióeltriple
crimenporelquefuecondenado
a pena de muerte: «Cada vez que
viene a verme hablamos de la fa-
milia, de su vida fuera, del futuro,
de su trabajo... Tenemos muy
buena relación», aclara.
Amorincondicional
Alpreguntarlesi,comocualquier
pareja, discuten de vez en cuan-
do, Ibar reconoce que «sí, claro.
Llevamos doce años casados,
aunqueyoestéaquídentro.Pero
no sé qué haría sin ella. Después
de que muriera mi madre nunca
penséquepodríateneraalguien
a mi lado de esta manera tan in-
condicional».
Así es como Pablo Ibar espera
la muerte, aunque prefiera pen-
sar que a él no le va a tocar: «Hay
que ser positivo, lo máximo po-
sible. Tener esperanza. Si no
tienes esperanza, ¿cómo puedes
sobrevivir aquí adentro? Creo
que si la pierdes es cuando estás
muerto», insiste antes de despe-
dirse y recordar que seguirá tra-
bajando en su segunda apela-
ción. En su firme decisión de
lograr la libertad.
«SI NO TIENES
esperanza,¿cómo
puedes sobrevivir
aquí dentro? Si la
pierdes es cuando
estás muerto»,dice
Pablo Ibar, durante la
sesión de fotos, que
también fue realizada a
través del cristal
Koitz
«EE UU PODRÍA ABOLIR LA PENA CAPITAL EN LA PRÓXIMA DÉCADA»
El director ejecutivo del Centro de
Información de Pena de Muerte Richard
Dieter, una organización no gubernamental
que ofrece análisis y documentación sobre
la pena capital, nos explica por qué se aplica
este castigo en EE UU y por qué quizá en un
futuro próximo se pueda abolir.
-¿Puede ofrecer algún pronóstico sobre el
futuro de Pablo Ibar?
-Me resulta difícil, ya que no sé el estado de
sus apelaciones.Afortunadamente, Florida
tiene un sistema decente de representación
para parte del proceso de apelación. Las
ejecuciones se han ralentizado. Sólo hubo
dos en 2008 y otras dos en 2009, a pesar de
ser el segundo estado con más presos en el
corredor de la muerte en el país.
-¿Cuánto tiempo suele transcurrir entre la
condena y la aplicación de la pena?
- No hay un tiempo exacto.A veces, si la
persona deja de apelar, la ejecución llega en
un año o dos. Pero si el condenado recurre
a todas las apelaciones, el caso se puede
prolongar entre 12 o 15 años.
-¿Cuál es el nivel de aceptación de la
pena de muerte entre los ciudadanos
estadounidenses?
- Alrededor del 64 por ciento está conforme,
en teoría. Sin embargo, el mismo porcentaje
también está a favor de la cadena perpetua
sin libertad condicional si se les da a elegir
esta otra opción. Muchos estadounidenses
son conscientes de los riesgos de ejecutar a
una persona inocente, la injusticia de la pena
de muerte y otros problemas.Además, el
apoyo ha descendido en los últimos años.
-¿En qué se basa esta tradición?
-Estados Unidos siempre ha contemplado
la pena de muerte, una condena que llegó
de Inglaterra, donde se aplicaba de forma
muy amplia. Por otra parte, nuestro país,
históricamente, tiene una tasa más alta
de asesinatos que los países de Europa o
Canadá. Por eso, la gente siempre ha sentido
la necesidad de aplicar este castigo.
-En 1972, el Tribunal Supremo de EE UU
abolió la pena de muerte, pero la reinstauró
en 1976. ¿Es posible que su país abandone
este castigo definitivamente en un futuro
próximo?
-Creo que sí, que podría suceder en la
próxima década. De hecho, tres estados la
han abolido en los últimos tres años. Otros
están cerca de hacerlo. Las sentencias de
muerte han descendido un 60 por ciento,
y las ejecuciones, un 50. Los riesgos de
equivocación y, por tanto, de ejecutar a
un inocente, han provocado que la gente
se replantee su apoyo. El argumento más
convincente en contra es el riesgo de un
irredimible error. La gente también se
empieza a dar cuenta de que la pena de
muerte es cara, demasiado cara.
Silla eléctrica de la prisión de Florida
Camilla del centro para la inyección letal
La Razón del Domingo • 53LA RAZÓN • Domingo. 28 de febrero de 2010
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