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INTRODUCCIÓN, 1 La  cristología  es una parte de la teolo- gía que trata sobre  Cristo . Estudia a Jesucristo como el  Verbo encarnado e  Hijo de Dios , y a Jesús como nuestro salvador y redentor , tal como nos lo propone la  fe  de la Iglesia. El  misterio de Cristo , que se refiere a su persona y a su obra de salvación, anuda y resume  todos  los artículos de la  fe : los que se refieren a la  Trinidad , pues Él es Dios, el Hijo del Padre, y nos revela la Trinidad; y los que se refieren a los  designios y obras  de Dios, pues Él ha realizado el plan de su voluntad salvífica. CR 1 de 43
INTRODUCCIÓN, 2 Mediante los métodos propios de la  historia  podemos llegar a conocer  cada vez mejor la realidad visible de la  vida  de Jesús. Pero  únicamente mediante la  Revelación  divina y la  fe  podemos trascender lo externo y llegar a conocer quién es Él  verdadera- mente : “nadie conoce al Hijo sino el Padre” ( Mt 11, 27 ); “nadie puede venir a mí si no le atrae el Padre que me ha enviado” ( Jn 6, 44 ). Jesucristo , mediador y plenitud de toda la Re- velación,  no  es un  mito : es  Dios hecho hombre que vivió en un contexto histórico concreto, y los acontecimientos de su vida fueron  reales  y comprobables . Pero hace falta un conocimiento amoroso de Cristo hasta hacernos  semejantes  a Él (cfr.  CCE 428-429 ). CR 2 de 43
INTRODUCCIÓN, 3 Desde finales del siglo  XVIII  (Ilustración), surge la búsqueda de reconstruir la vida de Jesús con una metodología histórica prescin- diendo de lo que no tiene una explicación racional. Cristo fue un simple hombre :  desechar  como mito todo lo  milagroso . En el siglo  XIX , el  protestantismo liberal  también intentó llegar al “verdadero” Jesús, sólo hombre, contando  únicamente  con la razón  y la ciencia  histórica  positiva. Se podría conocer muy poco del “ Jesús histórico ”. Siglo  XX : para  Rudolf Bultmann  la fe en Jesús fue desarrollán- dose por un proceso de  mitificación . Habría que estudiar la  histo- ria de las formas literarias  de los Evangelios y después  desmiti- ficar  el camino que la fe habría recorrido. Autores posteriores: nuevas aportaciones de la  lingüística . Se llega a un Jesús “judío”, taumaturgo, maestro, revolucionario, o profeta escatológico. CR 3 de 43
INTRODUCCIÓN, 4 Los  prejuicios  racionalistas excluyen  de entrada   como imposible  que Jesucristo sea  Dios  o la realidad de los  milagros . Esta actitud resulta incompatible con la sincera  búsqueda  de la  verdad . La distinción entre el “ Jesús histórico ” y el “ Cristo de la fe ” es una distinción de graves consecuencias. El mismo nombre de “ Jesucristo ”, con el que le denominaron desde los comienzos, confiesa que “Jesús”, el Hijo único de Dios que  vivió en Nazaret ,  es  el “Cristo”, el de la  fe . La actitud principal de la pri- mera tradición cristiana fue la de conservar  fielmente  el recuerdo de las palabras y obras de Jesús. CR 4 de 43
INTRODUCCIÓN, 5 El  punto de partida  de la cristología (teología) es la  fe . El depósito de la fe se ha transmitido de dos modos: la  Sagrada Escritura  y la Tradición . Y “el oficio de  interpretar  auténticamente la palabra de Dios escrita o transmitida ha sido confiado únicamente al  Magiste- rio  vivo de la Iglesia, cuya autoridad se ejerce en el nombre de  Jesu- cristo ” ( Dei Verbum 10 ). Las  ciencias  humanas (historia, arqueología, filolo- gía, etc.) tienen su  valor  (conocer mejor las condi- ciones históricas de la cultura del ambiente de Jesús, los géneros literarios, la composición de los Evange- lios, etc.), siempre que se apliquen de modo científi- co y  con rectitud , y no estén viciadas por determi- nadas ideas filosóficas. Ese Jesús que la historia in- vestiga  no  es un  simple hombre , es el Hijo de Dios. CR 5 de 43
VENIDA DEL HIJO DE DIOS, 1 El  fin de la Encarnación  es la  salva- ción de los hombres : el Hijo de Dios vino “para que el mundo se salve por Él” ( Jn 3, 17 ), “para ser salvador del mundo”( 1 Jn 4, 14 ). Credo : “por nosotros los hombres y por  nuestra salvación  bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo  se en- carnó de María  la Virgen y se hizo hombre”. CR 6 de 43
VENIDA DEL HIJO DE DIOS, 2 CCE 457 : “El Verbo se encarnó para salvarnos  reconciliándonos con Dios ”. CCE 458 : “Se encarnó para que nosotros conociésemos así el  amor de Dios ”. CCE 459 : “Se encarnó para ser nuestro modelo de santidad ”. CR 7 de 43 La salvación del hombre comprende  dos aspectos  unidos: la libera- ción del  pecado  y la comunicación de la  vida divina . CCE 460 : “Se encarnó para hacernos ‘ partícipes de la naturaleza divina ’ ( 2 P 1, 4 )”.
VENIDA DEL HIJO DE DIOS, 3 El hombre,  con sus solas fuerzas , no puede al- canzar la salvación. Después del  pecado origi- nal , todos los hombres habían quedado privados de la gloria de Dios, de la amistad de Dios, y esclavos del pecado.  Nadie  puede ser justificado sino por la  gracia  de Jesucristo. La Encarnación es obra del  amor  y de la  misericordia  de Dios. La decisión de Dios  de salvarnos es absolutamente  libre y gratuita . La venida del Hijo de Dios al mundo  no era necesaria  para la salvación del hombre. El nombre de Jesús quiere decir en hebreo “Dios salva” o “Salvador”. CR 8 de 43
VENIDA DEL HIJO DE DIOS, 4 Promesas del Redentor :  1 )  protoevangelio  ( Gn 3, 15 );  2 ) promesa a Abraham  ( Gn 12 ) de darle una tierra y hacerle padre de un gran pueblo y que por su descendencia serían bendecidas todas las nacio- nes de la tierra;  3 )  confirmación y renovación  de la promesa con dis- tintos elegidos, concretando la ascendencia del Mesías: descendiente de  Jacob , de la tribu de  Judá , de la familia de  David . Profecías  sobre el Mesías  rey :  1 ) será  hijo de David  y su reino no tendrá fin (Natán: 2 Sam 7, 12-16 );  2 ) especial  filiación divina ( Salmo 2 );  3 ) nacerá de una  virgen  y se lla- mará Emmanuel, que significa “Dios con nosotros” ( Is 7, 14 ). CR 9 de 43
VENIDA DEL HIJO DE DIOS, 5 Profecías  sobre el Mesías  rey y profeta : Moisés, tipo y figura de todos los profetas.  Dt 18, 15-19 : Dios enviará “otro profeta” como  Moisés  que enseñará  y  guiará  a su pueblo.  Is 61, 1-2 : el Me- sías será ungido por Dios con el espíritu de los profetas  para anunciar la  salvación  a los hombres. Profecías  sobre el Mesías  rey y sacerdote :  Salmo 109 (110) : el Sal- vador será a la vez rey y sacerdote. Pero su sacerdocio no es el leví- tico. Figura de Cristo:  Melquisedec , rey-sacerdote (cfr.  Heb 7, 3 ). Profecías  sobre el  sacrificio de Cristo :  Is 42, 49, 50, 52 : cantos sobre el “Siervo de Yahvéh”;  Salmo 21 (22) . “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”. “ Hijo del hombre”: Dan 7: restaura el reino mesiánico. CR 10 de 43
VENIDA DEL HIJO DE DIOS, 6 El nombre de  Mesías  proviene del hebreo “ mashiah ” que significa “ ungido ”. Fue traducido al griego por “ christós ” y latinizado en “ christus ”. Originalmente se aplicaba al  rey  de Israel, ungido con aceite en su investidura. Aplicado a David y a su dinastía. Tam- bién a los consagrados para una misión recibida de Dios ( sacerdotes  y excepcionalmente  profetas ). El  Mesías  “que Dios enviaría para instaurar definitivamente su Reino (...) debía ser ungido  por el Espíritu  del Señor a la vez como rey y sacerdote (cfr.  Za 4, 14; 6, 13 ), pero también como profeta (cfr.  Is 61, 1 ;  Lc 4, 16-21 ).  Jesús  cumplió la esperanza mesiánica de Israel en su triple función de  sacerdote, profeta y rey ” ( CCE 436 ). CR 11 de 43
VENIDA DEL HIJO DE DIOS, 7 La  Encarnación   da sentido  a toda la historia.  Cristo  es el funda- mento de toda la  historia anterior , que tiene valor salvífico sólo por medio de Él y hacia Él se ordena. Así como también  Cristo es el fundamento de toda la  historia posterior , que vive de la gracia proveniente de su obra redentora. Gaudium et spes 10 : “Cree la Iglesia que la clave , el  centro  y el  fin  de  toda la historia humana se halla en su  Señor y Maestro ”. Cristo  es el  centro  de la historia humana, no en sentido cronológico, sino  trascendente : es “ el alfa y la omega, el primero y el último, el principio y el fin” ( Ap 22, 13 ). CR 12 de 43
REALIDAD DE LA ENCARNACIÓN, 1 En el admirable plan de la donación que Dios hace de sí mismo a la criatura, la  Encarnación es el acontecimiento  central  y  culminante , y María  ha sido la colaboradora con su fe y con su amor a la unión de Jesús con la humanidad. La Encarnación es obra de la  Trinidad . Se realiza por el  Espíritu Santo  en comunión con el  Hijo . María es verdaderamente  Madre de Dios . “En efecto, aquél que ella concibió como hombre, por obra del Espíritu Santo, y que se ha he- cho verdaderamente su Hijo según la carne, no es otro que el Hijo eterno del Padre, la  segunda persona de la Santísima Trinidad ” ( CCE 495 ). CR 13 de 43
REALIDAD DE LA ENCARNACIÓN, 2 Realidad del cuerpo de Cristo El  docetismo  (ya en el  siglo I ) considera que la materia es mala y, en consecuencia,  niega  que Cristo tuviera un  verdadero cuerpo material. El cuerpo de Cristo sería sólo  aparente : su nacimiento o su pasión y muerte no fueron reales sino sólo ficticios e irreales. NT : testimonia que Cristo fue hombre verdadero, con un  cuerpo real : descien- de de David, fue concebido de María, nació, se cansó, tuvo hambre y sed, durmió, sufrió, derramó su sangre, mu- rió, fue sepultado. Cuerpo  de carne y hueso , real y tangible. Santos Padres :   negar la realidad del cuerpo de Cristo es   negar la redención . CR 14 de 43
REALIDAD DE LA ENCARNACIÓN, 3 Realidad del alma de Cristo Apolinar  de Laodicea ( siglo IV ): la humanidad de Cristo estaría compuesta solamente de carne y alma  sensitiva . El Verbo asu- miría la función de alma  intelectiva y racional . Santos Padres : sin alma (sin inteligencia ni voluntad humanas), Cristo  no habría redi- mido  al linaje humano, pues  no fue sanado lo que no fue asumido . Apolinarismo  condenado  por el Papa San Dá- maso y el Concilio  Constantinopla I  ( 381 ). Verdadera  naturaleza humana de Jesús:  unión  del alma y del cuerpo.  CR 15 de 43
REALIDAD DE LA ENCARNACIÓN, 4 Jesucristo es perfecto Dios Adopcionismo : Cristo no era una persona di- vina, sino un  hombre  que recibió una “dyna- mis” o  fuerza  divina en el  Bautismo  que lo hace un hombre superior. No es Hijo de Dios por naturaleza, sino sólo  por adopción  (ej.: Pablo de Samosata , obispo de Antioquía, con- denado y depuesto de su cargo en el año  268 ). Arrio  ( 256-336 ):  Subordinacionismo  extremo: Hijo creado de la nada,  criatura  a través de la cual se hicieron las demás cosas. Conde- nado en  Nicea I  ( 325 ): Cristo es “homousios”,  consustancial  al Padre. Siglo XIX y XX: negación de la divinidad del “ Jesús de la historia ”. Pío X condenó el modernismo (Enc.  Pascendi, 1907 ). CR 16 de 43
REALIDAD DE LA ENCARNACIÓN, 5 NT: prerrogativas divinas de Jesús: - Es superior a la  Ley : señor del sábado ( Mt 12, 1-8 ). - Es superior a los  profetas y reyes  (Jonás y Salomón:  Mt 12, 41-42 ). -  Perdona  los pecados, poder exclusivo de Dios. - Se equipara con Dios en la  autoridad  (“...Pero Yo os digo...”). - Pide  fe  ( Jn 14, 1 ) y  amor  por encima de todo ( Mt 10, 37 ) que sólo Dios puede exigir, y su aceptación es requisito para la  salvación ( Mt 10, 32 ). Incluso pide que se entregue la  vida  por Él ( Lc 17, 33 ). NT: su preexistencia al mundo: Jn 17, 5 : “gloria que tuve junto a ti  antes  de que el mundo existiera”; Col 1, 15-17 :  creador  y  conservador  del mundo; muchos textos que  afirman que ha venido  enviado  por su Padre: viene “del cielo” ( Jn 3, 13 ), “de lo alto” ( Jn 8, 23 ); “ha salido de Dios Padre” ( Jn 8, 42 ),  etc. . CR 17 de 43
REALIDAD DE LA ENCARNACIÓN, 6 NT: igualdad de Jesús con el Padre: Como el  Padre  actúa siempre, así Jesús da la vida y la salud, incluso en sábado ( Jn 5, 17 ). Jn 8, 19 : “Si me conocierais a mí conoceríais también al  Padre ”;  Jn 10, 38 : “El Padre está en mí, y yo en el  Padre ”;  Jn 14, 9 : “El que me ha visto a mí ha visto al  Padre ”. Jn 10, 30 : “El  Padre  y  yo  somos una sola cosa”. NT: afirmaciones explícitas y directas de su condición divina: Prólogo  del Evangelio de San  Juan ;  Rom 9, 5  (“el cual es sobre todas las cosas  Dios  bendito por los siglos”);  Flp 2, 5-8  (“siendo de condi- ción  divina , no retuvo ávidamente el ser igual a  Dios ...”);  Tit 2, 13-14 (“esperamos la manifestación gloriosa del gran  Dios  (...) Jesucristo”). CR 18 de 43
REALIDAD DE LA ENCARNACIÓN, 7 “ Hijo de Dios” en la Sagrada Escritura: AT : título dado a los ángeles ( Dt 32, 8 ), al pueblo elegido ( Ex 4, 22 ), y a sus reyes ( 2 Sam 7, 14 ). Significa entonces una relación particu- lar entre Dios y su criatura. También cuando llama “hijo de Dios” al Mesías ( Salmo 2, 7 ) los judíos entendían que era un hombre singular- mente bendecido por Dios, y  no Hijo único  de Dios  por naturaleza . NT : - Lo que vimos ya muestra que Jesús se declaraba Hijo de Dios en cuanto verdadero  Dios  nacido del Pa- dre: los judíos lo entendían así y querían matarle por eso; - Jesús distingue: “mi Padre... vuestro Padre” ( Jn 20, 17 ); - Él es “hijo propio” ( Rom 8, 3 ) y  Unigé- nito  ( Jn 3, 16. 18 ) del Padre; -  Mt 11, 27 : “Nadie co- noce al Hijo sino el Padre, ni nadie conoce al Padre sino el Hijo...”. CR 19 de 43
UNIDAD PERSONAL DE JESUCRISTO, 1 Nestorio  (patriarca de Constantinopla,  428 ): María no sería Madre de Dios porque en Jesús habría  dos personas : una divina y otra hu- mana, y María sería madre de la persona  humana  de Cristo. La unión entre la naturaleza divina y la humana sería sólo una  unión moral  entre dos sujetos. Identidad de voluntad, pero  no  se podría decir que el Hijo de Dios nació de María, murió,  etc. . Refutado por San  Cirilo de Alejandría y condenado por  Éfeso  ( 431 ). Unión de las dos naturalezas de Cristo  en la Persona  (hipóstasis)  divina  del Verbo, única en Cristo. Por eso María es ver- daderamente  Madre de Dios : de Ella nació el Verbo según la carne. CR 20 de 43
UNIDAD PERSONAL DE JESUCRISTO, 2 Monofisismo :  Eutiques , superior de un mo- nasterio de Constantinopla ( s. V ), afirma que después de la Encarnación hay  una sola natu- raleza  en Cristo, compuesta de la divina y la humana, aunque la humana habría sido  absor- bida  en la infinita persona del Hijo de Dios. Condenado por San  León Magno  ( 440-461 ) y  Calcedonia  ( 451 ): “ Hay que confesar a un solo y mismo Hijo y Señor nuestro Jesu- cristo:  perfecto  en la  divinidad , y  perfecto  en la  humanidad ; ver- daderamente Dios y verdaderamente hombre (...). Se ha de recono- cer a  un solo y mismo   Cristo  Señor, Hijo único del Padre, en  dos naturalezas , sin confusión, sin cambio, sin división, sin separación. (...) Quedan a salvo las propiedades de  cada una  de las naturalezas”. CR 21 de 43
UNIDAD PERSONAL DE JESUCRISTO, 3 Una  hipóstasis  o individuo es una substancia individual completa, subsistente  en sí misma, independiente en su ser de otros individuos. => Se llaman “ personas ” a las hipóstasis más dignas, los seres  racio- nales  que son dueños de sus actos. Naturaleza  es la  esencia  en cuanto  principio de operaciones  (ej.: la naturaleza de Pedro es su condición humana con sus facultades propias por las que actúa como hombre). La  distinción  entre una  naturaleza  y la persona  que la posee es una distinción entre una parte y el todo . Ej.: Pedro es la persona, el  todo , y la naturaleza es una  parte  de él que le especifica. CR 22 de 43
UNIDAD PERSONAL DE JESUCRISTO, 4 La  unión  de las  dos naturalezas  en Cristo es una unión  hipostática  (en la persona). No tiene semejanza con ninguna otra unión. La conocemos por la  fe . La naturaleza humana de Cristo es  íntegra  y perfecta , pero  no  es una  persona humana , ni es un sujeto distinto del  Verbo . Constantinopla II (553)  “confesó a propósito de Cristo: ‘No hay más que  una sola  hipóstasis (o persona) que es nuestro Señor Jesucristo, uno de la Trinidad ’. Por tanto,  todo en la humanidad  de Jesucristo debe ser atribuido a su persona  divina  como a su propio sujeto, no solamente los  milagros  sino también los  sufrimientos  y la misma muerte ” ( CCE 468 ). CR 23 de 43
UNIDAD PERSONAL DE JESUCRISTO, 5 La  Encarnación   no  supuso  cambio  alguno en el Hijo de Dios, que es  inmutable . Sólo hay cambio en la naturaleza  humana  que comien- za a existir elevada inefablemente a la  unión personal  con el Verbo. La  Persona  de Cristo  no  es  causada  por la  unión  de las dos naturale- zas, sino que es  eterna . Cristo no “es” o existe por su naturaleza hu- mana, sino que por ella “ es hombre ”. Cristo en cuanto hombre  no es hijo adoptivo  por la gracia  que tiene, pues su humanidad no constituye ningún sujeto personal  que pudiera ser hijo. El  Hijo de Dios  (Persona) es  Hijo de María , pues ha nacido  verdaderamente  de Ella  según su naturaleza humana. Nacen personas, no naturalezas. CR 24 de 43
UNIDAD PERSONAL DE JESUCRISTO, 6 Para unos autores recientes la personalidad consis- tiría en la  apertura   de la   conciencia  humana al ser en general, al infinito, o sea a Dios. Pero entonces, como en Cristo hay un  centro de conciencia   huma- no  referido a  otro centro   de conciencia divino , ha- bría dos subjetividades en Él: una divina (Dios), otra humana (Cristo). Jesús será un hombre en quien tiene lugar la  revelación suprema  de Dios. Esas teorías reducen la realidad de un ser a  uno de sus actos : la per- sona sería la simple conciencia de sí. Lo cual es un  error , pues toda operación vital -como lo es la conciencia-  requiere un sujeto  operan- te, que es la persona. La persona  no se identifica  con su conciencia, ni se constituye por ella:  la persona es quien tiene esa conciencia  de sí. CR 25 de 43
UNIDAD PERSONAL DE JESUCRISTO, 7 El Hijo de Dios ha hecho  partícipe  a la humanidad asumida de la dignidad  de su persona: al expresar el misterio de la Encarnación se da una especie de comunicación de propiedades entre lo huma- no y lo divino, que se llama “ communicatio idiomatum ”. A la  única   persona  de Cristo hay que atribuir  tanto  todas las pro- piedades y acciones   de su naturaleza divina  como  las de su natura- leza humana (ej.: se puede decir “Dios ha nacido de María” o “ha muerto por nosotros”). No se puede atribuir  a una naturaleza  de Cristo las propiedades y acciones  de la otra  (ej.: no se puede decir que la divinidad ha nacido en el tiempo). Sí se puede  reduplicar : “Jesús, en cuan- to Dios...”; “el Hijo de Dios, en cuanto hombre...”. CR 26 de 43
LLENO DE GRACIA Y DE VERDAD, 1 La  humanidad de Cristo  es el adecuado  instrumento  indisoluble- mente unido al Verbo para la  obra salvífica . Es un instrumento vivo y racional, no inerte o pasivo. Cuanto más unido se está con Dios, más se participa de su bondad y más abundantes bienes se reciben.  No  hay  unión más íntima  con Dios que la unión  en una persona divina . De ahí que Cristo en su humanidad esté lleno de los dones divinos: su naturaleza  humana pertenece propiamente a la  persona divina  del Hijo de Dios que la ha asumido (cfr.  CCE 470 ). El Hijo de Dios  no asumió  aquellos defectos o li- mitaciones que  dificultarían  la obra salvífica (peca- do, ignorancia...).  Sí asumió  aquellas limitaciones de nuestra naturaleza que  sirven al fin  de la Encar- nación y que  no  son defecto  moral  (dolor...). CR 27 de 43
LLENO DE GRACIA Y DE VERDAD, 2 Santidad  en el  AT : alguien o algo es santo en  sentido ontológico en la medida que está  unido a Dios , le pertenece, y está destinado o consagrado a su servicio exclusivo (el Templo, el sábado, el pueblo de Dios...). En el  NT , esta noción se enriquece con la de una  participación en la vida divina  por acción del Espíritu Santo que transforma al hombre interiormente, lo  diviniza , lo purifica del pecado. En  sentido operativo y moral  se dice que es santo quien vive establemente la  unión sobrenatural con Dios por la fe y el amor. Cristo es santo no sólo  en cuanto Dios , sino tam- bién  en cuanto hombre . CR 28 de 43
LLENO DE GRACIA Y DE VERDAD, 3 Por la  unión hipostática , la humanidad de Cristo tiene la santidad infinita del Verbo. Así en cuanto hombre, Cristo es  santo  porque su humanidad está unida al Verbo  y  le pertenece . Ese don a la natura- leza humana de Cristo se llama “ gracia de unión ”. Cristo en cuanto hombre también es santo por la  gracia habitual , conveniente porque su humanidad no es santa por sí misma ni se ha transformado en divina ( distinción  de las dos naturalezas). Llega a ser divina y santa  por participación . Cristo tiene  plenitud de gra- cia santificante  porque la unión de su humanidad a Dios es la más estrecha imaginable. Jesús poseía la gracia  con toda la perfección posible : con todos los efectos, virtudes, dones y operaciones que ésta puede tener y alcanzar. Todas las gracias que tienen los hom- bres  provienen de Él . Esa plenitud se llama “ gracia capital ”. CR 29 de 43
LLENO DE GRACIA Y DE VERDAD, 4 La gracia diviniza al alma  en su esencia . Esta divinización se extiende a las  potencias del alma por las  virtu- des sobrenaturales . Cristo en cuanto hombre está  plenamente  divinizado por la gracia habitual: por eso no podían faltarle las  virtudes infusas  en grado máximo  y  perfecto .  Pero   no  tuvo aquellas virtudes que suponen en sí mismas alguna  carencia  o  imperfección  ( fe : ya poseía la vi- sión de Dios;  esperanza : ya tenía la unión con Dios;  penitencia : no tuvo pecado). A causa de su plenitud de gracia, Cristo poseía los  dones  del Espíri- tu Santo en grado  excelentísimo  y  eminente , y  todos los carismas que han tenido los  hombres  para alguna misión de edificación de los demás (apóstoles, profetas, predicadores, doctores, pastores,  etc. ). CR 30 de 43
LLENO DE GRACIA Y DE VERDAD, 5 Jesús es santo también en sentido  opera- tivo y moral : completa  identificación  de su voluntad humana con su voluntad di- vina, en lo grande y en lo pequeño. El Magisterio ha enseñado en varias ocasiones que Cristo  no  tuvo pecado , es “semejante en todo a nosotros,  excepto en el pecado ” (ej.: Calcedonia, 451 ); y estuvo libre también del  pecado original  y del “ fomes peccati ”, por lo que en Él la sensibilidad estaba siempre  per- fectamente  subordinada a la razón (ej.:  Constantinopla II, 553 ). Cristo no sólo  no tuvo pecado   de hecho , sino que era  impecable , porque las acciones son  de la persona . Si Cristo pudiera pecar, sería  Dios  quien pecaría. Además Cristo gozaba de la  visión  de Dios, que supone la imposibilidad de rechazar el Bien infinito. CR 31 de 43
LLENO DE GRACIA Y DE VERDAD, 6 Como Cristo tiene dos naturalezas perfectas, tiene  dos modos  de conocer , uno infinito y  divino  y otro  humano . Conocimiento humano de Cristo Gaudium et spes 22 : El Hijo de Dios “trabajó con manos de hombre, pensó con inteligencia de hombre , obró con voluntad de hombre, amó con corazón de hombre”. Tuvo  ciencia adquirida  (parte de los sentidos y de la experiencia),  ciencia de visión  (visión beatífica propia de los bienaventurados:  Jn 8, 38 : “Yo digo lo que veo en el Padre”) y  ciencia infusa  o proféti- ca (proviene directamente de Dios por la comuni- cación de algunas ideas a la mente humana). CR 32 de 43
LLENO DE GRACIA Y DE VERDAD, 7 La crítica histórica, el protestantismo liberal y el modernismo, han sostenido que Jesús  padecía error  en cuanto a la fecha del  fin del mundo  y en cuanto a la naturaleza de su  mesianismo . Teorías condenadas por  San Pío X  (Enc.  Pascendi, 1907 ). La existencia de un error en Cristo  implicaría que no es  Dios , que no es la  Verdad . No tuvo ni error ni ignorancia . Padres : Cristo no ignoraba la fecha del fin del mundo, sino que  ni quería ni debía  revelarla. =>  CCE 474 : “Lo que reconoce ignorar en este campo (cfr.  Mc 13, 32 ), declara en otro lugar no tener misión de revelarlo (cfr.  Hch 1, 7 )”. CR 33 de 43
LLENO DE GRACIA Y DE VERDAD, 8 A partir del  siglo XX , especial interés por la conciencia  que Jesús tenía  de sí mismo : si se sabía Hijo de Dios y Mesías. Unos autores niegan  que tuviera conciencia de su divinidad. Otros sostienen que desde una  inicial ignoran- cia , iría  poco a poco  tomando conciencia de ser Hijo de Dios y Salvador del mundo. Jesús en su  conciencia humana  tenía un claro y verdadero  conoci- miento de sí : Hijo de Dios venido al mundo para salvarnos. En  NT se ve ya cuando tenía  12 años : “¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?” ( Lc 2, 49 ). Además, nunca aparece un yo hu- mano de Jesús y  otro  yo del Hijo de Dios. Y Jesús utiliza a menudo la expresión revelada a Moisés, “ Yo soy ”, manifestando que es Dios. CR 34 de 43
OTRAS CARACTERÍSTICAS, 1 Monoenergetismo : para ganarse a los mo- nofisitas,  Sergio de Constantinopla  (inicio s. VII ) enseñó que Cristo tenía  una única operación .  Monotelismo : buscando la uni- dad religiosa, el Emperador  Heraclio  dejó de hablar del monoenergetismo y pasó a sostener que había  una sola voluntad  en Cristo. Lo impuso a toda la Iglesia ( 638 ). Máximo el Confesor  consiguió que el Papa  Martín I  convocara un concilio en  Letrán  ( 649 ) que condenó ambos errores. En el año  681 , el concilio ecuménico de  Constantinopla III   los condenó solemne- mente: “se dan en Él (Cristo)  dos voluntades  y  dos operaciones  na- turales, sin división, sin cambio, sin separación, sin confusión”. CR 35 de 43
OTRAS CARACTERÍSTICAS, 2 El Verbo asumió una naturaleza humana  per- fecta , y la  voluntad libre  pertenece, de modo esencial, a la integridad y perfección de la natu- raleza humana. Así tiene  un querer divino común  con el Padre y el Espíritu Santo, propio de la naturaleza divina, y  un querer humano propio  de su naturaleza humana asumida, que no comparte  con el Padre y el Espíritu Santo. Libertad humana  de Cristo: “Doy mi vida para tomarla de nuevo. Nadie me la quita, sino que yo  la doy libremente ” ( Jn 10, 17 ). Que Cristo sea libre  no significa  que pudiera  pecar . Elige  siempre el  bien   con dominio  sobre sus actos porque su libertad es  perfecta . Querer el mal,  no  es lo propio de la  libertad , aunque sea un signo de libertad, como el error no es conocimiento. CR 36 de 43
OTRAS CARACTERÍSTICAS, 3 La voluntad  humana  de Cristo siempre “ sigue  a su voluntad  divina sin  hacerle  resistencia ni oposición , sino que, por el contrario, está siempre subordinada a esta voluntad omnipotente” ( Constantinopla III, 681 ). En  Getsemaní , cuando Jesús dice: “No se cumpla mi voluntad, sino la tuya” ( Mt 26, 39 ),  no  hay  oposición  de voluntades, sino que su  inclinación sensible  o su  sensibilidad podían apetecer algún bien distinto del querer divino,  pero  estaban  enteramente sometidas a él por el acto libre de su  voluntad racional humana . CR 37 de 43
OTRAS CARACTERÍSTICAS, 4 Constantinopla III, 681  confesó “ dos operaciones  naturales sin di- visión, sin cambio, sin separación, sin confusión, en el mismo Señor nuestro Jesucristo, nuestro verdadero Dios, esto es, una operación divina  y otra operación  humana ”. Santo  Tomás de Aquino  ( Compendium theolo- giae, c. 212, n. 419 ): “La  naturaleza  es el  princi- pio de la operación . Por eso en Cristo no hay una sola operación por ser un único sujeto, sino dos operaciones porque son  dos  las  naturalezas ”. Como todo hombre, puede realizar todas las  acciones humanas na- turales  y como todo hombre  en estado de gracia  puede realizar obras sobrenaturales . Todas estas acciones son propias de la  se- gunda Persona  de la Santísima Trinidad. CR 38 de 43
OTRAS CARACTERÍSTICAS, 5 Como las acciones humanas de Cristo eran libres  y nacían del inmenso  amor  al Padre que el Espíritu Santo había infundido en su alma,  todas  ellas eran  meritorias , es decir, eran dignas de  alcanzar el fin  al que las había ordenado el designio divino. Antes de su Resurrección,  Cristo mereció   para sí mismo  aquellos bienes que aún no poseía (glorificación y exaltación de su  huma- nidad ). También  mereció   para nosotros  la  salvación . Mereció la gracia  para  todos  los hombres, pues a este fin estaba ordenada la Encarnación del Verbo. CR 39 de 43
OTRAS CARACTERÍSTICAS, 6 Las acciones humanas de Cristo en cuanto son instrumentos de la divinidad En el  orden físico : se sirve de gestos y palabras  humanas  para hacer milagros . Estas acciones humanas en cuanto son instrumentos de la divinidad para realizar obras propias de la omnipotencia divina se llaman en teología “ teándricas ”. En el  orden espiritual , la divinidad se sirvió de su querer humano y de sus palabras para  perdonar  los pecados, y de sus acciones humanas para comunicar la  gracia . En todas estas acciones la  causa eficiente princi- pal  es la naturaleza y el poder del  Verbo , que tiene en común con el  Padre  y el  Espíritu Santo ; y la  humanidad  de Cristo es la  causa instrumen- tal . CR 40 de 43
OTRAS CARACTERÍSTICAS, 7 Cristo tuvo aquellos  sentimientos  y  pasiones  propios de la naturale- za humana compatibles con la plenitud de gracia y que servían a nuestra redención:  alegría  de las obras de su Padre ( Lc 10, 21 ) y de saberse amado del Padre ( Jn 15, 10 );  deseos ardientes  de nuestra redención ( Lc 12, 50 ) y de quedarse en la Eucaristía ( Lc 22, 15 ); tristeza  al contemplar los sufrimientos de su Pasión y el pecado de los suyos ( Mt 26, 38 );  dolor del alma  hasta  llo- rar  por la muerte de Lázaro ( Jn 11, 33- 35 );  ira  ante la hipocresía de algunos ( Mc 3, 5 ) y los mercaderes en el Templo ( Mt 21, 12 ),  etc. . En Cristo la  razón  controlaba  perfectamente  sentimientos y pasio- nes,  toda su afectividad . CR 41 de 43
OTRAS CARACTERÍSTICAS, 8 En Jesús no faltó la  virtud natural , de la que derivan todas las demás, que es  el amor , y que es  sobrenaturalizado  por la  caridad . Éste ha sido el motor de su vida, y la clave de la armonía y unidad de todo su ser:  su amor y entrega al Padre y a nosotros . CCE 478 : “Nos ha amado a todos con un corazón humano. Por esta razón, el  Sagrado Corazón de Jesús , traspasado por nuestros peca- dos y para nuestra salvación, ‘es considerado como el principal indi- cador y símbolo (...) del  amor  con que el divino Redentor ama conti- nuamente al eterno  Padre  y a  todos los hombres ’ ( Pío XII , Enc. Haurietis aquas, 1956 )”. CR 42 de 43
OTRAS CARACTERÍSTICAS, 9 Los  Evangelios  no nos han transmitido ninguna descripción directa sobre el  rostro  y el  aspecto físico  de María y de Cristo. De  modo indirecto nos  sugieren  algunos datos sobre la fisonomía de  Jesús : debió de tener una presencia  agradable , amable  para que muchos acudieran a Él, y le lle- varan niños para que les impusiera las manos; unos  modales dignos  que inspiraban el afecto de personas  de toda condición ; una  mirada  que re- movió a los Apóstoles para que lo siguieran de- jando todas las cosas... Quizá Dios  permitió  que  no  tuviéramos una des- cripción de Jesús para que  no  fuéramos atraídos a Él por motivos meramente  humanos . CR 43 de 43

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Tratado de Cristologia

  • 1. INTRODUCCIÓN, 1 La cristología es una parte de la teolo- gía que trata sobre Cristo . Estudia a Jesucristo como el Verbo encarnado e Hijo de Dios , y a Jesús como nuestro salvador y redentor , tal como nos lo propone la fe de la Iglesia. El misterio de Cristo , que se refiere a su persona y a su obra de salvación, anuda y resume todos los artículos de la fe : los que se refieren a la Trinidad , pues Él es Dios, el Hijo del Padre, y nos revela la Trinidad; y los que se refieren a los designios y obras de Dios, pues Él ha realizado el plan de su voluntad salvífica. CR 1 de 43
  • 2. INTRODUCCIÓN, 2 Mediante los métodos propios de la historia podemos llegar a conocer cada vez mejor la realidad visible de la vida de Jesús. Pero únicamente mediante la Revelación divina y la fe podemos trascender lo externo y llegar a conocer quién es Él verdadera- mente : “nadie conoce al Hijo sino el Padre” ( Mt 11, 27 ); “nadie puede venir a mí si no le atrae el Padre que me ha enviado” ( Jn 6, 44 ). Jesucristo , mediador y plenitud de toda la Re- velación, no es un mito : es Dios hecho hombre que vivió en un contexto histórico concreto, y los acontecimientos de su vida fueron reales y comprobables . Pero hace falta un conocimiento amoroso de Cristo hasta hacernos semejantes a Él (cfr. CCE 428-429 ). CR 2 de 43
  • 3. INTRODUCCIÓN, 3 Desde finales del siglo XVIII (Ilustración), surge la búsqueda de reconstruir la vida de Jesús con una metodología histórica prescin- diendo de lo que no tiene una explicación racional. Cristo fue un simple hombre : desechar como mito todo lo milagroso . En el siglo XIX , el protestantismo liberal también intentó llegar al “verdadero” Jesús, sólo hombre, contando únicamente con la razón y la ciencia histórica positiva. Se podría conocer muy poco del “ Jesús histórico ”. Siglo XX : para Rudolf Bultmann la fe en Jesús fue desarrollán- dose por un proceso de mitificación . Habría que estudiar la histo- ria de las formas literarias de los Evangelios y después desmiti- ficar el camino que la fe habría recorrido. Autores posteriores: nuevas aportaciones de la lingüística . Se llega a un Jesús “judío”, taumaturgo, maestro, revolucionario, o profeta escatológico. CR 3 de 43
  • 4. INTRODUCCIÓN, 4 Los prejuicios racionalistas excluyen de entrada como imposible que Jesucristo sea Dios o la realidad de los milagros . Esta actitud resulta incompatible con la sincera búsqueda de la verdad . La distinción entre el “ Jesús histórico ” y el “ Cristo de la fe ” es una distinción de graves consecuencias. El mismo nombre de “ Jesucristo ”, con el que le denominaron desde los comienzos, confiesa que “Jesús”, el Hijo único de Dios que vivió en Nazaret , es el “Cristo”, el de la fe . La actitud principal de la pri- mera tradición cristiana fue la de conservar fielmente el recuerdo de las palabras y obras de Jesús. CR 4 de 43
  • 5. INTRODUCCIÓN, 5 El punto de partida de la cristología (teología) es la fe . El depósito de la fe se ha transmitido de dos modos: la Sagrada Escritura y la Tradición . Y “el oficio de interpretar auténticamente la palabra de Dios escrita o transmitida ha sido confiado únicamente al Magiste- rio vivo de la Iglesia, cuya autoridad se ejerce en el nombre de Jesu- cristo ” ( Dei Verbum 10 ). Las ciencias humanas (historia, arqueología, filolo- gía, etc.) tienen su valor (conocer mejor las condi- ciones históricas de la cultura del ambiente de Jesús, los géneros literarios, la composición de los Evange- lios, etc.), siempre que se apliquen de modo científi- co y con rectitud , y no estén viciadas por determi- nadas ideas filosóficas. Ese Jesús que la historia in- vestiga no es un simple hombre , es el Hijo de Dios. CR 5 de 43
  • 6. VENIDA DEL HIJO DE DIOS, 1 El fin de la Encarnación es la salva- ción de los hombres : el Hijo de Dios vino “para que el mundo se salve por Él” ( Jn 3, 17 ), “para ser salvador del mundo”( 1 Jn 4, 14 ). Credo : “por nosotros los hombres y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se en- carnó de María la Virgen y se hizo hombre”. CR 6 de 43
  • 7. VENIDA DEL HIJO DE DIOS, 2 CCE 457 : “El Verbo se encarnó para salvarnos reconciliándonos con Dios ”. CCE 458 : “Se encarnó para que nosotros conociésemos así el amor de Dios ”. CCE 459 : “Se encarnó para ser nuestro modelo de santidad ”. CR 7 de 43 La salvación del hombre comprende dos aspectos unidos: la libera- ción del pecado y la comunicación de la vida divina . CCE 460 : “Se encarnó para hacernos ‘ partícipes de la naturaleza divina ’ ( 2 P 1, 4 )”.
  • 8. VENIDA DEL HIJO DE DIOS, 3 El hombre, con sus solas fuerzas , no puede al- canzar la salvación. Después del pecado origi- nal , todos los hombres habían quedado privados de la gloria de Dios, de la amistad de Dios, y esclavos del pecado. Nadie puede ser justificado sino por la gracia de Jesucristo. La Encarnación es obra del amor y de la misericordia de Dios. La decisión de Dios de salvarnos es absolutamente libre y gratuita . La venida del Hijo de Dios al mundo no era necesaria para la salvación del hombre. El nombre de Jesús quiere decir en hebreo “Dios salva” o “Salvador”. CR 8 de 43
  • 9. VENIDA DEL HIJO DE DIOS, 4 Promesas del Redentor : 1 ) protoevangelio ( Gn 3, 15 ); 2 ) promesa a Abraham ( Gn 12 ) de darle una tierra y hacerle padre de un gran pueblo y que por su descendencia serían bendecidas todas las nacio- nes de la tierra; 3 ) confirmación y renovación de la promesa con dis- tintos elegidos, concretando la ascendencia del Mesías: descendiente de Jacob , de la tribu de Judá , de la familia de David . Profecías sobre el Mesías rey : 1 ) será hijo de David y su reino no tendrá fin (Natán: 2 Sam 7, 12-16 ); 2 ) especial filiación divina ( Salmo 2 ); 3 ) nacerá de una virgen y se lla- mará Emmanuel, que significa “Dios con nosotros” ( Is 7, 14 ). CR 9 de 43
  • 10. VENIDA DEL HIJO DE DIOS, 5 Profecías sobre el Mesías rey y profeta : Moisés, tipo y figura de todos los profetas. Dt 18, 15-19 : Dios enviará “otro profeta” como Moisés que enseñará y guiará a su pueblo. Is 61, 1-2 : el Me- sías será ungido por Dios con el espíritu de los profetas para anunciar la salvación a los hombres. Profecías sobre el Mesías rey y sacerdote : Salmo 109 (110) : el Sal- vador será a la vez rey y sacerdote. Pero su sacerdocio no es el leví- tico. Figura de Cristo: Melquisedec , rey-sacerdote (cfr. Heb 7, 3 ). Profecías sobre el sacrificio de Cristo : Is 42, 49, 50, 52 : cantos sobre el “Siervo de Yahvéh”; Salmo 21 (22) . “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”. “ Hijo del hombre”: Dan 7: restaura el reino mesiánico. CR 10 de 43
  • 11. VENIDA DEL HIJO DE DIOS, 6 El nombre de Mesías proviene del hebreo “ mashiah ” que significa “ ungido ”. Fue traducido al griego por “ christós ” y latinizado en “ christus ”. Originalmente se aplicaba al rey de Israel, ungido con aceite en su investidura. Aplicado a David y a su dinastía. Tam- bién a los consagrados para una misión recibida de Dios ( sacerdotes y excepcionalmente profetas ). El Mesías “que Dios enviaría para instaurar definitivamente su Reino (...) debía ser ungido por el Espíritu del Señor a la vez como rey y sacerdote (cfr. Za 4, 14; 6, 13 ), pero también como profeta (cfr. Is 61, 1 ; Lc 4, 16-21 ). Jesús cumplió la esperanza mesiánica de Israel en su triple función de sacerdote, profeta y rey ” ( CCE 436 ). CR 11 de 43
  • 12. VENIDA DEL HIJO DE DIOS, 7 La Encarnación da sentido a toda la historia. Cristo es el funda- mento de toda la historia anterior , que tiene valor salvífico sólo por medio de Él y hacia Él se ordena. Así como también Cristo es el fundamento de toda la historia posterior , que vive de la gracia proveniente de su obra redentora. Gaudium et spes 10 : “Cree la Iglesia que la clave , el centro y el fin de toda la historia humana se halla en su Señor y Maestro ”. Cristo es el centro de la historia humana, no en sentido cronológico, sino trascendente : es “ el alfa y la omega, el primero y el último, el principio y el fin” ( Ap 22, 13 ). CR 12 de 43
  • 13. REALIDAD DE LA ENCARNACIÓN, 1 En el admirable plan de la donación que Dios hace de sí mismo a la criatura, la Encarnación es el acontecimiento central y culminante , y María ha sido la colaboradora con su fe y con su amor a la unión de Jesús con la humanidad. La Encarnación es obra de la Trinidad . Se realiza por el Espíritu Santo en comunión con el Hijo . María es verdaderamente Madre de Dios . “En efecto, aquél que ella concibió como hombre, por obra del Espíritu Santo, y que se ha he- cho verdaderamente su Hijo según la carne, no es otro que el Hijo eterno del Padre, la segunda persona de la Santísima Trinidad ” ( CCE 495 ). CR 13 de 43
  • 14. REALIDAD DE LA ENCARNACIÓN, 2 Realidad del cuerpo de Cristo El docetismo (ya en el siglo I ) considera que la materia es mala y, en consecuencia, niega que Cristo tuviera un verdadero cuerpo material. El cuerpo de Cristo sería sólo aparente : su nacimiento o su pasión y muerte no fueron reales sino sólo ficticios e irreales. NT : testimonia que Cristo fue hombre verdadero, con un cuerpo real : descien- de de David, fue concebido de María, nació, se cansó, tuvo hambre y sed, durmió, sufrió, derramó su sangre, mu- rió, fue sepultado. Cuerpo de carne y hueso , real y tangible. Santos Padres : negar la realidad del cuerpo de Cristo es negar la redención . CR 14 de 43
  • 15. REALIDAD DE LA ENCARNACIÓN, 3 Realidad del alma de Cristo Apolinar de Laodicea ( siglo IV ): la humanidad de Cristo estaría compuesta solamente de carne y alma sensitiva . El Verbo asu- miría la función de alma intelectiva y racional . Santos Padres : sin alma (sin inteligencia ni voluntad humanas), Cristo no habría redi- mido al linaje humano, pues no fue sanado lo que no fue asumido . Apolinarismo condenado por el Papa San Dá- maso y el Concilio Constantinopla I ( 381 ). Verdadera naturaleza humana de Jesús: unión del alma y del cuerpo. CR 15 de 43
  • 16. REALIDAD DE LA ENCARNACIÓN, 4 Jesucristo es perfecto Dios Adopcionismo : Cristo no era una persona di- vina, sino un hombre que recibió una “dyna- mis” o fuerza divina en el Bautismo que lo hace un hombre superior. No es Hijo de Dios por naturaleza, sino sólo por adopción (ej.: Pablo de Samosata , obispo de Antioquía, con- denado y depuesto de su cargo en el año 268 ). Arrio ( 256-336 ): Subordinacionismo extremo: Hijo creado de la nada, criatura a través de la cual se hicieron las demás cosas. Conde- nado en Nicea I ( 325 ): Cristo es “homousios”, consustancial al Padre. Siglo XIX y XX: negación de la divinidad del “ Jesús de la historia ”. Pío X condenó el modernismo (Enc. Pascendi, 1907 ). CR 16 de 43
  • 17. REALIDAD DE LA ENCARNACIÓN, 5 NT: prerrogativas divinas de Jesús: - Es superior a la Ley : señor del sábado ( Mt 12, 1-8 ). - Es superior a los profetas y reyes (Jonás y Salomón: Mt 12, 41-42 ). - Perdona los pecados, poder exclusivo de Dios. - Se equipara con Dios en la autoridad (“...Pero Yo os digo...”). - Pide fe ( Jn 14, 1 ) y amor por encima de todo ( Mt 10, 37 ) que sólo Dios puede exigir, y su aceptación es requisito para la salvación ( Mt 10, 32 ). Incluso pide que se entregue la vida por Él ( Lc 17, 33 ). NT: su preexistencia al mundo: Jn 17, 5 : “gloria que tuve junto a ti antes de que el mundo existiera”; Col 1, 15-17 : creador y conservador del mundo; muchos textos que afirman que ha venido enviado por su Padre: viene “del cielo” ( Jn 3, 13 ), “de lo alto” ( Jn 8, 23 ); “ha salido de Dios Padre” ( Jn 8, 42 ), etc. . CR 17 de 43
  • 18. REALIDAD DE LA ENCARNACIÓN, 6 NT: igualdad de Jesús con el Padre: Como el Padre actúa siempre, así Jesús da la vida y la salud, incluso en sábado ( Jn 5, 17 ). Jn 8, 19 : “Si me conocierais a mí conoceríais también al Padre ”; Jn 10, 38 : “El Padre está en mí, y yo en el Padre ”; Jn 14, 9 : “El que me ha visto a mí ha visto al Padre ”. Jn 10, 30 : “El Padre y yo somos una sola cosa”. NT: afirmaciones explícitas y directas de su condición divina: Prólogo del Evangelio de San Juan ; Rom 9, 5 (“el cual es sobre todas las cosas Dios bendito por los siglos”); Flp 2, 5-8 (“siendo de condi- ción divina , no retuvo ávidamente el ser igual a Dios ...”); Tit 2, 13-14 (“esperamos la manifestación gloriosa del gran Dios (...) Jesucristo”). CR 18 de 43
  • 19. REALIDAD DE LA ENCARNACIÓN, 7 “ Hijo de Dios” en la Sagrada Escritura: AT : título dado a los ángeles ( Dt 32, 8 ), al pueblo elegido ( Ex 4, 22 ), y a sus reyes ( 2 Sam 7, 14 ). Significa entonces una relación particu- lar entre Dios y su criatura. También cuando llama “hijo de Dios” al Mesías ( Salmo 2, 7 ) los judíos entendían que era un hombre singular- mente bendecido por Dios, y no Hijo único de Dios por naturaleza . NT : - Lo que vimos ya muestra que Jesús se declaraba Hijo de Dios en cuanto verdadero Dios nacido del Pa- dre: los judíos lo entendían así y querían matarle por eso; - Jesús distingue: “mi Padre... vuestro Padre” ( Jn 20, 17 ); - Él es “hijo propio” ( Rom 8, 3 ) y Unigé- nito ( Jn 3, 16. 18 ) del Padre; - Mt 11, 27 : “Nadie co- noce al Hijo sino el Padre, ni nadie conoce al Padre sino el Hijo...”. CR 19 de 43
  • 20. UNIDAD PERSONAL DE JESUCRISTO, 1 Nestorio (patriarca de Constantinopla, 428 ): María no sería Madre de Dios porque en Jesús habría dos personas : una divina y otra hu- mana, y María sería madre de la persona humana de Cristo. La unión entre la naturaleza divina y la humana sería sólo una unión moral entre dos sujetos. Identidad de voluntad, pero no se podría decir que el Hijo de Dios nació de María, murió, etc. . Refutado por San Cirilo de Alejandría y condenado por Éfeso ( 431 ). Unión de las dos naturalezas de Cristo en la Persona (hipóstasis) divina del Verbo, única en Cristo. Por eso María es ver- daderamente Madre de Dios : de Ella nació el Verbo según la carne. CR 20 de 43
  • 21. UNIDAD PERSONAL DE JESUCRISTO, 2 Monofisismo : Eutiques , superior de un mo- nasterio de Constantinopla ( s. V ), afirma que después de la Encarnación hay una sola natu- raleza en Cristo, compuesta de la divina y la humana, aunque la humana habría sido absor- bida en la infinita persona del Hijo de Dios. Condenado por San León Magno ( 440-461 ) y Calcedonia ( 451 ): “ Hay que confesar a un solo y mismo Hijo y Señor nuestro Jesu- cristo: perfecto en la divinidad , y perfecto en la humanidad ; ver- daderamente Dios y verdaderamente hombre (...). Se ha de recono- cer a un solo y mismo Cristo Señor, Hijo único del Padre, en dos naturalezas , sin confusión, sin cambio, sin división, sin separación. (...) Quedan a salvo las propiedades de cada una de las naturalezas”. CR 21 de 43
  • 22. UNIDAD PERSONAL DE JESUCRISTO, 3 Una hipóstasis o individuo es una substancia individual completa, subsistente en sí misma, independiente en su ser de otros individuos. => Se llaman “ personas ” a las hipóstasis más dignas, los seres racio- nales que son dueños de sus actos. Naturaleza es la esencia en cuanto principio de operaciones (ej.: la naturaleza de Pedro es su condición humana con sus facultades propias por las que actúa como hombre). La distinción entre una naturaleza y la persona que la posee es una distinción entre una parte y el todo . Ej.: Pedro es la persona, el todo , y la naturaleza es una parte de él que le especifica. CR 22 de 43
  • 23. UNIDAD PERSONAL DE JESUCRISTO, 4 La unión de las dos naturalezas en Cristo es una unión hipostática (en la persona). No tiene semejanza con ninguna otra unión. La conocemos por la fe . La naturaleza humana de Cristo es íntegra y perfecta , pero no es una persona humana , ni es un sujeto distinto del Verbo . Constantinopla II (553) “confesó a propósito de Cristo: ‘No hay más que una sola hipóstasis (o persona) que es nuestro Señor Jesucristo, uno de la Trinidad ’. Por tanto, todo en la humanidad de Jesucristo debe ser atribuido a su persona divina como a su propio sujeto, no solamente los milagros sino también los sufrimientos y la misma muerte ” ( CCE 468 ). CR 23 de 43
  • 24. UNIDAD PERSONAL DE JESUCRISTO, 5 La Encarnación no supuso cambio alguno en el Hijo de Dios, que es inmutable . Sólo hay cambio en la naturaleza humana que comien- za a existir elevada inefablemente a la unión personal con el Verbo. La Persona de Cristo no es causada por la unión de las dos naturale- zas, sino que es eterna . Cristo no “es” o existe por su naturaleza hu- mana, sino que por ella “ es hombre ”. Cristo en cuanto hombre no es hijo adoptivo por la gracia que tiene, pues su humanidad no constituye ningún sujeto personal que pudiera ser hijo. El Hijo de Dios (Persona) es Hijo de María , pues ha nacido verdaderamente de Ella según su naturaleza humana. Nacen personas, no naturalezas. CR 24 de 43
  • 25. UNIDAD PERSONAL DE JESUCRISTO, 6 Para unos autores recientes la personalidad consis- tiría en la apertura de la conciencia humana al ser en general, al infinito, o sea a Dios. Pero entonces, como en Cristo hay un centro de conciencia huma- no referido a otro centro de conciencia divino , ha- bría dos subjetividades en Él: una divina (Dios), otra humana (Cristo). Jesús será un hombre en quien tiene lugar la revelación suprema de Dios. Esas teorías reducen la realidad de un ser a uno de sus actos : la per- sona sería la simple conciencia de sí. Lo cual es un error , pues toda operación vital -como lo es la conciencia- requiere un sujeto operan- te, que es la persona. La persona no se identifica con su conciencia, ni se constituye por ella: la persona es quien tiene esa conciencia de sí. CR 25 de 43
  • 26. UNIDAD PERSONAL DE JESUCRISTO, 7 El Hijo de Dios ha hecho partícipe a la humanidad asumida de la dignidad de su persona: al expresar el misterio de la Encarnación se da una especie de comunicación de propiedades entre lo huma- no y lo divino, que se llama “ communicatio idiomatum ”. A la única persona de Cristo hay que atribuir tanto todas las pro- piedades y acciones de su naturaleza divina como las de su natura- leza humana (ej.: se puede decir “Dios ha nacido de María” o “ha muerto por nosotros”). No se puede atribuir a una naturaleza de Cristo las propiedades y acciones de la otra (ej.: no se puede decir que la divinidad ha nacido en el tiempo). Sí se puede reduplicar : “Jesús, en cuan- to Dios...”; “el Hijo de Dios, en cuanto hombre...”. CR 26 de 43
  • 27. LLENO DE GRACIA Y DE VERDAD, 1 La humanidad de Cristo es el adecuado instrumento indisoluble- mente unido al Verbo para la obra salvífica . Es un instrumento vivo y racional, no inerte o pasivo. Cuanto más unido se está con Dios, más se participa de su bondad y más abundantes bienes se reciben. No hay unión más íntima con Dios que la unión en una persona divina . De ahí que Cristo en su humanidad esté lleno de los dones divinos: su naturaleza humana pertenece propiamente a la persona divina del Hijo de Dios que la ha asumido (cfr. CCE 470 ). El Hijo de Dios no asumió aquellos defectos o li- mitaciones que dificultarían la obra salvífica (peca- do, ignorancia...). Sí asumió aquellas limitaciones de nuestra naturaleza que sirven al fin de la Encar- nación y que no son defecto moral (dolor...). CR 27 de 43
  • 28. LLENO DE GRACIA Y DE VERDAD, 2 Santidad en el AT : alguien o algo es santo en sentido ontológico en la medida que está unido a Dios , le pertenece, y está destinado o consagrado a su servicio exclusivo (el Templo, el sábado, el pueblo de Dios...). En el NT , esta noción se enriquece con la de una participación en la vida divina por acción del Espíritu Santo que transforma al hombre interiormente, lo diviniza , lo purifica del pecado. En sentido operativo y moral se dice que es santo quien vive establemente la unión sobrenatural con Dios por la fe y el amor. Cristo es santo no sólo en cuanto Dios , sino tam- bién en cuanto hombre . CR 28 de 43
  • 29. LLENO DE GRACIA Y DE VERDAD, 3 Por la unión hipostática , la humanidad de Cristo tiene la santidad infinita del Verbo. Así en cuanto hombre, Cristo es santo porque su humanidad está unida al Verbo y le pertenece . Ese don a la natura- leza humana de Cristo se llama “ gracia de unión ”. Cristo en cuanto hombre también es santo por la gracia habitual , conveniente porque su humanidad no es santa por sí misma ni se ha transformado en divina ( distinción de las dos naturalezas). Llega a ser divina y santa por participación . Cristo tiene plenitud de gra- cia santificante porque la unión de su humanidad a Dios es la más estrecha imaginable. Jesús poseía la gracia con toda la perfección posible : con todos los efectos, virtudes, dones y operaciones que ésta puede tener y alcanzar. Todas las gracias que tienen los hom- bres provienen de Él . Esa plenitud se llama “ gracia capital ”. CR 29 de 43
  • 30. LLENO DE GRACIA Y DE VERDAD, 4 La gracia diviniza al alma en su esencia . Esta divinización se extiende a las potencias del alma por las virtu- des sobrenaturales . Cristo en cuanto hombre está plenamente divinizado por la gracia habitual: por eso no podían faltarle las virtudes infusas en grado máximo y perfecto . Pero no tuvo aquellas virtudes que suponen en sí mismas alguna carencia o imperfección ( fe : ya poseía la vi- sión de Dios; esperanza : ya tenía la unión con Dios; penitencia : no tuvo pecado). A causa de su plenitud de gracia, Cristo poseía los dones del Espíri- tu Santo en grado excelentísimo y eminente , y todos los carismas que han tenido los hombres para alguna misión de edificación de los demás (apóstoles, profetas, predicadores, doctores, pastores, etc. ). CR 30 de 43
  • 31. LLENO DE GRACIA Y DE VERDAD, 5 Jesús es santo también en sentido opera- tivo y moral : completa identificación de su voluntad humana con su voluntad di- vina, en lo grande y en lo pequeño. El Magisterio ha enseñado en varias ocasiones que Cristo no tuvo pecado , es “semejante en todo a nosotros, excepto en el pecado ” (ej.: Calcedonia, 451 ); y estuvo libre también del pecado original y del “ fomes peccati ”, por lo que en Él la sensibilidad estaba siempre per- fectamente subordinada a la razón (ej.: Constantinopla II, 553 ). Cristo no sólo no tuvo pecado de hecho , sino que era impecable , porque las acciones son de la persona . Si Cristo pudiera pecar, sería Dios quien pecaría. Además Cristo gozaba de la visión de Dios, que supone la imposibilidad de rechazar el Bien infinito. CR 31 de 43
  • 32. LLENO DE GRACIA Y DE VERDAD, 6 Como Cristo tiene dos naturalezas perfectas, tiene dos modos de conocer , uno infinito y divino y otro humano . Conocimiento humano de Cristo Gaudium et spes 22 : El Hijo de Dios “trabajó con manos de hombre, pensó con inteligencia de hombre , obró con voluntad de hombre, amó con corazón de hombre”. Tuvo ciencia adquirida (parte de los sentidos y de la experiencia), ciencia de visión (visión beatífica propia de los bienaventurados: Jn 8, 38 : “Yo digo lo que veo en el Padre”) y ciencia infusa o proféti- ca (proviene directamente de Dios por la comuni- cación de algunas ideas a la mente humana). CR 32 de 43
  • 33. LLENO DE GRACIA Y DE VERDAD, 7 La crítica histórica, el protestantismo liberal y el modernismo, han sostenido que Jesús padecía error en cuanto a la fecha del fin del mundo y en cuanto a la naturaleza de su mesianismo . Teorías condenadas por San Pío X (Enc. Pascendi, 1907 ). La existencia de un error en Cristo implicaría que no es Dios , que no es la Verdad . No tuvo ni error ni ignorancia . Padres : Cristo no ignoraba la fecha del fin del mundo, sino que ni quería ni debía revelarla. => CCE 474 : “Lo que reconoce ignorar en este campo (cfr. Mc 13, 32 ), declara en otro lugar no tener misión de revelarlo (cfr. Hch 1, 7 )”. CR 33 de 43
  • 34. LLENO DE GRACIA Y DE VERDAD, 8 A partir del siglo XX , especial interés por la conciencia que Jesús tenía de sí mismo : si se sabía Hijo de Dios y Mesías. Unos autores niegan que tuviera conciencia de su divinidad. Otros sostienen que desde una inicial ignoran- cia , iría poco a poco tomando conciencia de ser Hijo de Dios y Salvador del mundo. Jesús en su conciencia humana tenía un claro y verdadero conoci- miento de sí : Hijo de Dios venido al mundo para salvarnos. En NT se ve ya cuando tenía 12 años : “¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?” ( Lc 2, 49 ). Además, nunca aparece un yo hu- mano de Jesús y otro yo del Hijo de Dios. Y Jesús utiliza a menudo la expresión revelada a Moisés, “ Yo soy ”, manifestando que es Dios. CR 34 de 43
  • 35. OTRAS CARACTERÍSTICAS, 1 Monoenergetismo : para ganarse a los mo- nofisitas, Sergio de Constantinopla (inicio s. VII ) enseñó que Cristo tenía una única operación . Monotelismo : buscando la uni- dad religiosa, el Emperador Heraclio dejó de hablar del monoenergetismo y pasó a sostener que había una sola voluntad en Cristo. Lo impuso a toda la Iglesia ( 638 ). Máximo el Confesor consiguió que el Papa Martín I convocara un concilio en Letrán ( 649 ) que condenó ambos errores. En el año 681 , el concilio ecuménico de Constantinopla III los condenó solemne- mente: “se dan en Él (Cristo) dos voluntades y dos operaciones na- turales, sin división, sin cambio, sin separación, sin confusión”. CR 35 de 43
  • 36. OTRAS CARACTERÍSTICAS, 2 El Verbo asumió una naturaleza humana per- fecta , y la voluntad libre pertenece, de modo esencial, a la integridad y perfección de la natu- raleza humana. Así tiene un querer divino común con el Padre y el Espíritu Santo, propio de la naturaleza divina, y un querer humano propio de su naturaleza humana asumida, que no comparte con el Padre y el Espíritu Santo. Libertad humana de Cristo: “Doy mi vida para tomarla de nuevo. Nadie me la quita, sino que yo la doy libremente ” ( Jn 10, 17 ). Que Cristo sea libre no significa que pudiera pecar . Elige siempre el bien con dominio sobre sus actos porque su libertad es perfecta . Querer el mal, no es lo propio de la libertad , aunque sea un signo de libertad, como el error no es conocimiento. CR 36 de 43
  • 37. OTRAS CARACTERÍSTICAS, 3 La voluntad humana de Cristo siempre “ sigue a su voluntad divina sin hacerle resistencia ni oposición , sino que, por el contrario, está siempre subordinada a esta voluntad omnipotente” ( Constantinopla III, 681 ). En Getsemaní , cuando Jesús dice: “No se cumpla mi voluntad, sino la tuya” ( Mt 26, 39 ), no hay oposición de voluntades, sino que su inclinación sensible o su sensibilidad podían apetecer algún bien distinto del querer divino, pero estaban enteramente sometidas a él por el acto libre de su voluntad racional humana . CR 37 de 43
  • 38. OTRAS CARACTERÍSTICAS, 4 Constantinopla III, 681 confesó “ dos operaciones naturales sin di- visión, sin cambio, sin separación, sin confusión, en el mismo Señor nuestro Jesucristo, nuestro verdadero Dios, esto es, una operación divina y otra operación humana ”. Santo Tomás de Aquino ( Compendium theolo- giae, c. 212, n. 419 ): “La naturaleza es el princi- pio de la operación . Por eso en Cristo no hay una sola operación por ser un único sujeto, sino dos operaciones porque son dos las naturalezas ”. Como todo hombre, puede realizar todas las acciones humanas na- turales y como todo hombre en estado de gracia puede realizar obras sobrenaturales . Todas estas acciones son propias de la se- gunda Persona de la Santísima Trinidad. CR 38 de 43
  • 39. OTRAS CARACTERÍSTICAS, 5 Como las acciones humanas de Cristo eran libres y nacían del inmenso amor al Padre que el Espíritu Santo había infundido en su alma, todas ellas eran meritorias , es decir, eran dignas de alcanzar el fin al que las había ordenado el designio divino. Antes de su Resurrección, Cristo mereció para sí mismo aquellos bienes que aún no poseía (glorificación y exaltación de su huma- nidad ). También mereció para nosotros la salvación . Mereció la gracia para todos los hombres, pues a este fin estaba ordenada la Encarnación del Verbo. CR 39 de 43
  • 40. OTRAS CARACTERÍSTICAS, 6 Las acciones humanas de Cristo en cuanto son instrumentos de la divinidad En el orden físico : se sirve de gestos y palabras humanas para hacer milagros . Estas acciones humanas en cuanto son instrumentos de la divinidad para realizar obras propias de la omnipotencia divina se llaman en teología “ teándricas ”. En el orden espiritual , la divinidad se sirvió de su querer humano y de sus palabras para perdonar los pecados, y de sus acciones humanas para comunicar la gracia . En todas estas acciones la causa eficiente princi- pal es la naturaleza y el poder del Verbo , que tiene en común con el Padre y el Espíritu Santo ; y la humanidad de Cristo es la causa instrumen- tal . CR 40 de 43
  • 41. OTRAS CARACTERÍSTICAS, 7 Cristo tuvo aquellos sentimientos y pasiones propios de la naturale- za humana compatibles con la plenitud de gracia y que servían a nuestra redención: alegría de las obras de su Padre ( Lc 10, 21 ) y de saberse amado del Padre ( Jn 15, 10 ); deseos ardientes de nuestra redención ( Lc 12, 50 ) y de quedarse en la Eucaristía ( Lc 22, 15 ); tristeza al contemplar los sufrimientos de su Pasión y el pecado de los suyos ( Mt 26, 38 ); dolor del alma hasta llo- rar por la muerte de Lázaro ( Jn 11, 33- 35 ); ira ante la hipocresía de algunos ( Mc 3, 5 ) y los mercaderes en el Templo ( Mt 21, 12 ), etc. . En Cristo la razón controlaba perfectamente sentimientos y pasio- nes, toda su afectividad . CR 41 de 43
  • 42. OTRAS CARACTERÍSTICAS, 8 En Jesús no faltó la virtud natural , de la que derivan todas las demás, que es el amor , y que es sobrenaturalizado por la caridad . Éste ha sido el motor de su vida, y la clave de la armonía y unidad de todo su ser: su amor y entrega al Padre y a nosotros . CCE 478 : “Nos ha amado a todos con un corazón humano. Por esta razón, el Sagrado Corazón de Jesús , traspasado por nuestros peca- dos y para nuestra salvación, ‘es considerado como el principal indi- cador y símbolo (...) del amor con que el divino Redentor ama conti- nuamente al eterno Padre y a todos los hombres ’ ( Pío XII , Enc. Haurietis aquas, 1956 )”. CR 42 de 43
  • 43. OTRAS CARACTERÍSTICAS, 9 Los Evangelios no nos han transmitido ninguna descripción directa sobre el rostro y el aspecto físico de María y de Cristo. De modo indirecto nos sugieren algunos datos sobre la fisonomía de Jesús : debió de tener una presencia agradable , amable para que muchos acudieran a Él, y le lle- varan niños para que les impusiera las manos; unos modales dignos que inspiraban el afecto de personas de toda condición ; una mirada que re- movió a los Apóstoles para que lo siguieran de- jando todas las cosas... Quizá Dios permitió que no tuviéramos una des- cripción de Jesús para que no fuéramos atraídos a Él por motivos meramente humanos . CR 43 de 43

Notas del editor

  1. sdgfadsfafaF
  2. sdgfadsfafaF
  3. REALIDAD DE LA ENCARNACIÓN
  4. UNIDAD DE LA PERSONA DE JESUCRISTO
  5. LLENO DE GRACIA Y DE VERDAD
  6. OTRAS CARACTERISTICAS DE CRISTO