Este documento resume las buenas prácticas de la industria farmacéutica en el entorno digital. Establece que las compañías farmacéuticas son responsables del contenido que divulgan a través de medios, soportes y canales de comunicación que directa o indirectamente controlen o financien. El contenido debe estar dirigido a profesionales sanitarios o al público general y cumplir con regulaciones como la farmacovigilancia, transparencia y no promoción de usos no autorizados de medicamentos.