1. Codificación y Decodificación en el Lenguaje
En la Comunicación, el Mensaje se transmite del Emisor al Receptor mediante un
proceso de Codificación y Decodificación que se describe a continuación:
La Codificación consiste en que el Emisor convierte el mensaje en signos que
puedan ser recibidos y entendidos por el receptor.
Ejemplo:
El Emisor quiere comunicar un saludo ("Hola") al Receptor empleando
para ello signos fonéticos, es decir, codifica el mensaje en una serie de
sonidos que el Receptor luego va a entender: sonido /o/ + sonido /l/ +
sonido /a/
Otros tipos de signos que se pueden emplear para codificar un mensaje son:
Codificación del mensaje en Lenguaje Morse
Codificación del lenguaje en señales manuales (por ejemplo codificar el
mensaje "¡silencio!" al poner el dedo índice verticalmente delante de la boca
Codificación de un mensaje mediantes los signos de la escritura (letras)
La Decodificación consiste en que el Receptor convierte los signos que le
llegan en un mensaje. De esta forma los signos son asociados a las ideas
que el Emisor trató de comunicar.
Ejemplo:
El Receptor recibe del emisor los siguientes signos fonéticos: sonido /o/ +
sonido /l/ + sonido /a/ . La descodificación consiste en asociar estos
signos a la idea que el emisor trató de comunicar el mensaje "Hola".
En otro ejemplo, un alumno recibe un signo de su profesora (que tiene el dedo
índice delante de la boca). El decodificarlo consiste en entender que ese gesto
significa el mensaje de que tiene que estar en silencio y callado
Codificación - decodificación José L. PiñuelRaigada
(Procesos de) Universidad Complutense de Madrid
>>> ficha técnica
2. Se entiende por «proceso de codificación-decodificación» aquella sucesión de
procedimientos operativos de un sistema de transmisión de señales que se inicia
cuando se selecciona en un punto A una secuencia de señales pertenecientes a un
repertorio limitado de éstas, y concluye cuando en un punto B, se identifica la
secuencia de señales seleccionadas en A. La selección de la secuencia o secuencias de
señales en el punto A se denomina codificación, y la identificación operada en B, se
conoce como decodificación. Entre la codificación y la decodificación debe mediar un
procedimiento de transmisión física de las señales, y tanto la selección de secuencias
de señales, como su identificación, deben ajustarse a un orden de probabilidades (P =
n/N) de las señales transmitidas, no sólo limitado por las condiciones físicas de la
transmisión (capacidad de la fuente de señales y del canal, efectos de ruidos, etc.) sino
también por un sistema de reglas convencionales que a priori modifican aquellas
probabilidades, y que se denomina código. Estos sistemas de reglas, o códigos, sirven
para limitar, según rangos de frecuencias, las probabilidades de selección y de
identificación de las secuencias de señales posibles de ser transmitidas, introduciendo
así más señales de las estrictamente necesarias para distinguir unas secuencias de
otras, o unos mensajes de otros, efecto que se conoce como redundancia. La
redundancia, mayor o menor, según los códigos, sirve pan asegurar la fidelidad de la
transmisión de mensajes, superando los efectos de la distorsión que las señales
pueden sufrir en toda transmisión de mensajes. Debido a que toda transmisión de
mensajes sólo posee utilidad si éstos sirven para ejecutar algún acoplamiento entre la
acción de intercambiar señales y cualquier otra acción o modificación, ya sea real o
virtual, de los usuarios de las señales, también se denomina código al sistema de
reglas por las que se establece aquel acoplamiento. Cuando este último acoplamiento
de señales y acciones o modificaciones, se aplica a sistemas cibernéticos, se habla más
bien de programas; cuando este acoplamiento se considera al analizar la comunicación
humana, se habla de códigos de significación, o simplemente de lenguajes.
Los procesos de codificación-decodificación en la comunicación humana
Las señales que se transmiten en la comunicación humana son siempre modulaciones
energéticas (vibración del aire, radiaciones luminosas, por ejemplo) susceptibles de
estimular los órganos de los sentidos (audición, visión, etc.), y como tales, no se
diferencian de cualquier otra modulación de las que excitan los sentidos cuando
percibimos objetos, personas, o aconteceres. Pero a diferencia de las demás
modulaciones energéticas, las señales constituyen excitaciones sensoriales por cuya
percepción identificamos mensajes o expresiones; las expresiones constituyen una
clase de entidades, identificadas por la percepción, y cuya función es significativa: es
decir, remiten a otras entidades diferentes de ellas mismas, ya sean aquéllas objetos,
personas, acciones, valores, relaciones, aconteceres, nociones abstractas, o aun otras
expresiones o representaciones.
La función significativa de las expresiones es la que discrimina qué excitaciones son
señales (por su pertenencia a un mensaje) y cuáles no (por su pertenencia a otra
entidad cualquiera de las percibidas en un acontecer o en una situación) y viene
regulada por códigos de comunicación, los cuales no sólo reducen la selección de
secuencias posibles de señales (mensajes), sino que también establecen articulaciones
entre mensajes y referencias.
3. Los procesos de codificación, entonces, constituyen procedimientos operativos en
virtud de los cuales se seleccionan mensajes y referencias, a fin de producir una
transmisión de señales por cuyo uso se pueda establecer una interacción con un
destinatario; mientras que los procesos de decodificación constituyen procedimientos
operativos en virtud de los cuales, primero, se identifican mensajes o expresiones de
un código y, después, referencias a través de las cuales se participa de una interacción
iniciada por un emisor.
En los procesos de codificación se suceden pues las operaciones siguientes: 1)
supuesta la elección estratégica de interactuar con un Álter mediante transmisión de
señales, elegir un sistema de transmisión que asegure la conexión (p. e. mediante
vibración del aire, es decir, mediante el sonido); 2) elegido el sistema de transmisión,
seleccionar una materia o un tren de energía adecuados, a fin de modificarlos
mediante un trabajo cuyo efecto será que entre la materia o energía modificados y su
entorno se produzca un intercambio energético que estimule sensorialmente a Alter (p.
e. hacer vibrar las cuerdas vocales y modificar sus vibraciones mediante el trabajo
orgánico de los aparatos fonadores, haciéndole llegar el sonido de la voz al
interlocutor); 3) que este intercambio energético (p. e. el sonido) configure unas
secuencias espacio/temporales de señales, previstas en virtud de la selección de
mensajes y referencias efectuada para servir a la interacción (p. e. palabras habladas
o cantadas pertenecientes a un idioma…).
En los procesos de decodificación se suceden, por el contrario, las operaciones
siguientes: a) supuesta una estimulación sensorial (p. e. en el oído) como efecto del
intercambio energético proveniente del entorno (p. e. del sonido) y cuyo origen es el
trabajo expresivo iniciado por Ego, identificar perceptivamente mensajes
pertenecientes a un código (p. e. palabras habladas o cantadas); y b) operar con los
mensajes hasta identificar su referencia e integrarla en una modificación de conducta o
de pensamiento (sea o no la buscada por Ego).
Por consiguiente, en los procesos de codificación-decodificación de los sistemas de
comunicación humana, hay que suponer el acoplamiento de dos tipos de regulaciones
en la actuación de los sujetos: 1º) la regulación del trabajo expresivo para producir (p.
e. hablar o cantar) y reproducir (p. e. escuchar) mensajes o secuencias de señales en
diferentes puntos del universo material; 2º) la regulación de la actividad
representativa (cognitiva) en virtud de la cual en la codificación se seleccionan
mensajes y referencias para interactuar, y en la decodificación se identifican e integran
referencias que modifican la conducta o el pensamiento como consecuencia de la
interacción.
Las regulaciones del trabajo expresivo son efecto de pautas adquiridas para producir y
reproducir los significantes, mientras que las regulaciones de la actividad
representativa, en la comunicación, son efecto de un modelo de instrucciones para
operar con significados. En la tradición lingüística, y especialmente en la semiótica, se
ha dado por supuesto que el acoplamiento de ambas regulaciones es establecido por
los códigos de la comunicación; sin embargo, este es el objeto de las polémicas más
importantes entre lingüistas, semiólogos y comunicólogos, o entre teóricos del
lenguaje y teóricos de la comunicación.
4. Cundo se habla de códigos, se entiende habitualmente un sistema de reglas
operativas; y regulaciones tiene que haber tanto en la organización del trabajo
expresivo como en las representaciones cognitivas de la selección y percepción de
mensajes y de la articulación de mensajes y referencias. Pero tanto en la regulación
del trabajo expresivo como en la regulación representativa, los códigos comunicativos
no son los únicos responsables del orden introducido en la actuación y la
representación.
Conservando como telón de fondo las operaciones citadas en la codificación y
decodificación de mensajes, se observará que en ellas intervienen componentes
demasiado heterogéneos, tanto por su naturaleza, como por su diferenciación
estructural y funcional. Concretamente: la intervención de unos sujetos ya sea en
calidad de codificadores o en calidad de decodificadores; unos objetos y/o prácticas, ya
sea en calidad de instrumentos de trabajo, ya sea en calidad de productos de un
trabajo; y unas regulaciones en función de las cuales se anticipa y se controla el
proceso.
Ahora bien, los sujetos, es decir, los ejecutantes de los procesos de comunicación,
poseen una imagen y en todo caso rechazan o usan unos determinados sistemas de
transmisión de señales y unos determinados mensajes y referencias, anticipando o
controlando simultáneamente otros procesos en los que no se puede excluir
dimensiones sociales, económicas, cognitivas...
Los objetos y/o prácticas, que en definitiva constituyen el blanco material de su
actividad operativa, nunca se crean de la nada, sino que son productos sociales e
incluso económicos (mercancías), y por supuesto antes que objetos y/o prácticas
materiales, objetos de conocimiento...
Finalmente, las regulaciones, sin las cuales nunca se daría un trabajo expresivo ni
representativo-referencial, no podrían mantenerse como resortes conductuales sin
lógicas y nociones conceptuales que atañen a la actividad cognitiva, ni sin normas y
valores sociales que atañen a la interacción social.
Dicho de otra manera, la propia práctica de la codificación-decodificación de mensajes
no puede reproducirse más que en la medida en que se cumplan «otros» procesos
cuyos grados de libertad o cuyas constricciones se tienen que acomodar a otros
sistemas —no de comunicación— de los que los propios procesos son su manifestación
más evidente.
Uno de estos sistemas se manifiesta por aquel conjunto de procesos posibles que
atañen a la interacción humana en los términos en que ésta supone: a) que los sujetos
actúan en calidad de seres vivos dotados de capacidades superiores en la
transformación del entorno, y de cuya autonomía de acción se sigue la construcción
cognitiva de la subjetividad personal y de la objetividad del entorno; b) que los objetos
y/o prácticas consolidados son, o bien entidades que estimulan sus acciones o que
reciben sus reacciones conductuales, o bien instrumentos de que los sujetos se sirven
para dominar otros objetos y/o prácticas; y c) que, finalmente, las reglas que ordenan
la actividad de los sujetos, son aquéllas que atañen a la forma de operar (lógicas), o al
orden de las nociones con que se opera (conocimiento o saber).
5. Lo llamaremos Sistema Ecológico-cognitivo, y formalmente estableceremos que sus
componentes, estructuralmente diferenciados y funcionalmente relacionados en los
procesos que el Sistema permite, son: sujetos (propiamente hablando Egos y Alteres);
útiles (biológicos y/o técnicos) de percepción y de reacción o respuesta; objetos y/o
prácticasobjetivizadas (conductas), y reglas cognitivas (1ógicas y nociones
conceptuales).
Otro de estos sistemas se manifiesta por aquel conjunto de procesos posibles que
tienen que ver con la interacción humana en los términos en que ésta supone a) que
los sujetos actúan en calidad de miembros de una colectividad social; b) que los
objetos y/o prácticas son productos (bienes o servicios) destinados al intercambio (con
un valor de cambio equivalente o no a otros productos), o bien medios de producción,
distribución y consumo de otros productos; y c) que, finalmente, las reglas que
ordenan la interacción consisten en normas que se adecuan al valor social atribuido a
las posiciones que los miembros ocupan en la comunidad y/o en sus procesos de
producción social.
Lo llamaremos Sistema Social y formalmente estableceremos que sus componentes,
estructuralmente diferenciados y funcionalmente relacionados en los procesos que el
Sistema permite, son: agentes sociales (productores, cambiarios, consumidores);
medios de producción, cambio o consumo; productos o mercancías, y normas y valores
sociales (roles y status).
Finalmente, el otro de estos sistemas, y al que pertenecen propiamente hablando los
procesos de codificación y decodificación de mensajes, es el que da cuenta de aquellas
interacciones humanas que recurren al acoplamiento entre sujetos mediante el
intercambio de señales asociadas a alguna significación. En este sentido, la interacción
comunicativa supone: a) que los sujetos actúan en calidad de emisores o de
receptores, b) que los objetos y/o prácticas sean, o bien instrumentos de comunicación
(productores, transmisores o receptores de señales), o bien expresiones o mensajes
asociados a referencias, que no pueden tener una consistencia física sin una materia
prima (fuente de señales) y sin una configuración de modulaciones energéticas
sensorialmente perceptible; y c) que, finalmente, las reglas que facilitan este tipo de
interacción, sean pautas de transmisión de señales y códigos de significación.
Lo llamaremos Sistema de Comunicación, y formalmente estableceremos que sus
componentes, estructuralmente diferenciados y funcionalmente relacionados en los
procesos que el Sistema permite, son: actores de la comunicación (emisores y
receptores); instrumentos de trabajo en la transmisión de señales; expresiones o
mensajes, y reglas de comunicación (pautas expresivas y códigos de significación). El
CUADRO I resume estos componentes (dimensiones) para los tres sistemas citados:
Sistema Social, Sistema de Comunicación y Sistema Ecológico-cognitivo.