2. Cualidades de la Expresión Oral
Defectos de la Expresión Oral
3. La expresión oral es el conjunto de técnicas que
determinan las pautas generales que deben seguirse para
comunicarse oralmente con efectividad, o sea, es la forma
de expresar sin barreras lo que se piensa, claro, sin
excederse ni dañar a terceras personas. Saber expresarse
oralmente ha sido desde la antigüedad una de las
actividades centrales de la vida en sociedad. En los
regímenes democráticos, sobre todo, hablar en público es
primordial para dar a conocer nuestras ideas y opiniones.
Gran parte de la efectividad de la democracia radica en
que grandes masas de la población tengan las destrezas
necesarias para comunicarse.
La expresión oral esta conformada por cualidades, las
cuales son muy importantes a seguir y son:
4. Dicción:
Significa pronunciar con toda claridad las
palabras con las que construimos los
mensajes que deseamos transmitir.
Fluidez:
Es utilizar las palabras de manera espontánea
natural y continua, como fluye el agua.
5. Volumen.
Es la mayor o menor intensidad que un hablante
imprime a su voz al transmitir un mensaje ante
un auditorio.
Ritmo.
Es la armonía y acentuación grata y cadenciosa
del lenguaje, que resulta de la combinación y
sucesión de las palabras, frases y cláusulas que
seleccionamos y que se expresan respetando los
signos de puntuación. Cuanto mas cuidado se
tenga en la organización, combinación y sucesión
de las palabras, más armonioso será la expresión
oral.
6. Claridad.
Es importante que expresemos en forma precisa y
objetiva nuestros conceptos, ideas y pensamientos,
empleando los recursos necesarios para aumentar la
claridad de nuestro discurso.
Coherencia.
Es expresar organizadamente las ideas o
pensamientos en cadena, unidos por un hilo
conductor lógico.
Emotividad.
Consiste en proyectar, por medio de nuestras
palabras, la pasión y el calor necesario para
convencer, sensibilizar o persuadir a un auditorio.
7. Los seres humanos favorecidos con la facultad de habla no
siempre poseen la cualidad de usarla con abundancia y acierto al
propio tiempo. Del mismo modo que la locuacidad incontenida
perjudica a la expresión hablada, porque llega a marear a quien
es objeto de ella, la facundia no implica necesariamente
derroche de sonido. El hombre fecundo no fatiga: complace.
Mediante su destreza, el orador debe ser capaz de interesar al
auditorio y consecuentemente contribuir a la difusión de la
cultura.
Lo monótono en la disertación puede comprometer al fondo y a
la forma. El defecto más frecuente se produce fundamentalmente
en el ritmo utilizado por el disertante.
La persona que habla en público necesita convencimiento ante
todo, Tanto para convencer a una multitud recalcitrante como
para vender un seguro a un cliente indeciso, debe haber
seguridad en lo que se dice.
8. El convencimiento, ante todo, tiene dos enemigos
mortales: el titubeo y el tartamudeo. El primero
es un defecto moral y el segundo es un defecto
físico, pero ambos tienen remedio.
El titubeo esta provocado por la vacilación y la
indecisión que no sea la adecuada o que moleste
u ofenda al auditorio. Semejante defecto debe ser
previsto y eliminado previamente mediante un
estudio sólido de lo que los proponemos decir.
Debemos estar seguros de lo que expresamos
para no manifestar ningún tipo de vacilaciones.
La voluntad puede servirnos de mucho para
evitar que un titubeo suicida anule el objetivo
propuesto.