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Velazquez.1
1. DIEGO DE SILVA Y VELAZQUEZ
1599 / 1660
PINTOR BARROCO DE CORTE.
EVOLUCION ARTISTICA,
OBRAS, CARACTERISTICAS,
APORTACIONES
2º DE BTO
2. Diego de Silva y Velazquez:
Introducción: En el s.XVII, la Corona española es la defensora
a ultranza del Catolicismo, la primera potencia mundial
con todo un Imperio que se desmoronará, y en pleno
absolutismo Habsburgo, donde la pintura suele ponerse al
servicio de la expansión y defensa de la Religión y de la
Monarquía. Por ello, la clientela reclama casi siempre un
tipo muy concreto de pintura: son las Cofradías, Ordenes
Militares y religiosas, Obispados, Iglesias, la Corte en
torno al rey… las que dan su apoyo y protección a los
artistas del barroco en España y Latinoamérica. La Corte
potenciará de hecho el coleccionismo, iniciado en el s. XVI,
y que será el germen del actual Museo del Prado.
El barroco español es de un realismo “tangible”; como
soporte, prefiere el lienzo y como técnica de trabajo, el
óleo.
a) Como temática, destacan: la Religión católica –antiguo y nuevo testamento-, la Mitología
clásica, las Naturalezas muertas (“bodegones”) y el retrato de corte. Apenas se trabaja la
“Pintura de género e interiores”, el paisaje y los grandes escenarios italianos o los retratos de
grupo holandeses. En España, la Escuela valenciana de José de Ribera y francisco Ribalta
habían puesto de moda el “tenebrismo” o naturalismo caravaggesco, con sus escenas de
martirios dolientes, los personajes exóticos por su deformidad,el tema religioso convertido en
escena cotidiana desacralizandolo,… y esa novedad italiana cuajó con entusiasmo en la Sevilla
donde Diego de Velazquez desarrollaría sus primeras obras. Allí, puerto importante hacia
América colonial, vivía una importante colonia extranjera de comerciantes y financieros, que
harían de la ciudad un importante Centro de arte: Alonso Cano, B.E.Murillo, Valdés Leal……
3. izda: Velazquez joven.
dcha: autorretratado en
las Meninas, con la cruz
de caballero de la orden
de Santiago.
En la Escuela de
Madrid ,donde reside la
Corte, foco artístico de
1º orden, y con los
mejores Mecenas,
destacó Velazquez
desde su llegada a la
ciudad,a los 24 años de
Velazquez. edad.
a) Etapa Sevillana: sevillano, nacido en 1599, de padre portugués y madre sevillana, primogénito
de 6 hijos y de lejano origen hidalgo por parte paterna (los “Silva” de Oporto,), el reconocimiento de
su posible origen nobiliario se convirtió para el pintor en una obsesión, sólo reconocida al final de
su vida, cuando el rey Felipe IV le otorga el título de Caballero de la orden de Santiago.
Desde muy joven, demostró aptitudes para el dibujo; se formó sobre todo en el taller de Francisco
de Pacheco tras pasar por otro anterior ; Pacheco además era censor. Diego casaría con su hija,
Juana, y esta relación le abrió puertas en sevilla, pues su suegro estaba muy “bien situado”
socialmente. Consigue en 1617 el grado de “maestro” y pintaría en estos años algunas de sus
4. Mejores obras “naturalistas” de su primera etapa.
En 1622 viaja a Madrid para conocer El escorial y la Corte, con la finalidad de ver las posibilidades
de poder triunfar en la capital. Allí conoce a Luis de Góngora, el magnífico escritor, a quien retrata
con total fidelidad y sicología. A su regreso a Sevilla, sigue pintando en su taller.
Cuando es nombrado “valido” del joven rey Felipe IV un sevillano:
el Conde de Olivares, Gaspar de Guzmán, a cuya familia conoce
Pacheco, su suegro, todo cambia para el pintor.. Velázquez será
recomendado en la Corte de Madrid, en 1623, para que pinte
retratos del rey, que queda tan impresionado, que le nombra
Pintor de Corte y años más tarde, “pintor de Cámara”, rango
oficial más elevado. Desde entonces, trasladado con su esposa al
Alcázar, se establecería definitivamente en la Capital del imperio.
A esta labor de pintar a la familia real dedicaría Velázquez el
resto de su vida.
Desde su establecimiento en la Corte, podrá conocer de primera
mano la obra de los grandes maestros que contienen las
Colecciones Reales. Tiziano,Veronés, Tintoretto,….algo que
cambiaría su forma de pintar, añadiendo color y fondos a sus
obras siguientes.
Su catálogo reconoce entre 120/125 obras
Luis de Góngora.
5. “Vieja friendo huevos”:Edimburgo
Obra de su 1ª etapa, hacia 1618. Es
una pintura de género (“escenas de
cocinas”), conocidas a través de
estampas que llegaban a Sevilla. Típica
luz “tenebrista”, donde el foco de luz se
sitúa alto desde la izquierda,
iluminando violentamente a la vieja, al
“bodegón” sobre la mesa y a los
huevos que “se están
friendo”,(chisporrotean). Destacan los
objetos del bodegón, detallados con
realismo casi “fotográfico”, naturalista:
el plato, el cuchillo, la jarra, el mortero y
almirez, los ajos…son táctiles.
Los personajes representan tipos
populares de su Sevilla natal: la vieja
por ejemplo, vuelve a verse en el lienzo Xto en casa de Marta y María; nada está idealizado: puro
realismo.
Los colores dominantes, los propios de Barroco naturalista: ocres-tierras, rojos, blancos
“rotos”,negros…de gama cálida,; la composición es de tipo oval, sencilla, sin efectismos.
La pincelada es gruesa pero precisa los contornos, y representa varias texturas: las rugosidades
de la piel de la anciana junto con la lisura de los objetos,; muy interesantes los brillos.
Estas características pueden verse en casi todas sus obras sevillanas.
6. El aguador de Sevilla (Londres)
Otra obra maestra de su etapa sevillana. Presenta
las mismas características que la Vieja friendo
huevos: Gama cromática: tonos ocre/tierras,rojos y
blancos rotos,cálidos; luz caravaggista alta,
entrando por la izquierda; personajes populares y
reales, quizá de su propio entorno, sin idealización
alguna, con pleno naturalismo; un magnífico
“bodegón” en1º plano, donde destaca la excelente
técnica de la copa de cristal y la textura
real,”hiperrealista” del barro cerámico; unas líneas
de contorno prescisas aunque sin dibujo marcado;
El tema, quizá presentara una “Alegoría”: las 3
edades de la vida en relación con el saber: el viejo
aguador (vejez), entrega al joven una copa de
agua (la sabiduría) para que la beba, mientras en el
último plano, un adulto ya “está bebiendo” de esa
agua-saber.
La Composición es equilibrada, sin escorzos; muy
cercana a las composiciones de Caravaggio, cuya
obra era conocida en Sevilla a través de estampas
y grabados.
7. “La Mulata” (Dublín)
Esta obra sevillana se encuadra en el llamado género de “ bodegón a lo divino”: una escena
supuestamente religiosa (se aprecia al fondo izquierda: Xto con Emaús), sirve como excusa
para introducir una espléndida escena de género en primer plano: una criada, mulata, se
prepara para servir la cena, en medio de un ya clásico “bodegón” en primera línea; las luces, la
gama cromática, la pincelada, etc… son las mismas que los cuadros sevillanos anteriores,
aunque quizá marcando ded forma más específica la luz “tenebrista”.
Estas escenas “a lo divino” no son sino desacralizaciones claras del tema religioso, siguiendo la
moda italiana caravaggesca que viene de italia.
8. Cristo en casa de Marta y
María de Betania (Londres)
Otro ejemplo de los
“bodegones a lo divino” de la
etapa sevillana: el 1º plano,
un bodegón de cocina sirve
de contrapunto a la escena
“supuestamente principal” del
2º plano, concebido como si
fuera un “cuadro dentro del
cuadro” y de tema religioso:
ambas hermanas,
escuchando al maestro,Xto.
Los tres músicos: (Berlín)
Típica escena de taberna ,y uno de los pocos
ejemplos de instrumentos musicales en la pintura
del barroco español; nuevamente un bodegón
(queso, copa de vino, pan…) presenta en 1º plano
el foco de luz, mientras a lo lejos se entrevé el
recurso barroco del cuadro dentro del cuadro. La
gama cromática, el realismo, la sencilla
composición, responden a las características
propias de su etapa sevillana.
9. Adoración de los Magos y Retrato de Dña Jerónima de la Fuente (Madrid, Prado)
Ejemplos de su pintura religiosa por encargo. Ambos de su etapa sevillana, como se aprecia por su
gama cromática, y las luces contrastadas de esta fase.
Algunos
historiadores han
querido ver en el
cuadro de los
magos cómo el
propio pintor se
autorretrata en
Gaspar, mientras
Melchor sería su
suegro Pacheco y
la Virgen, su
esposa, Juana. No
puede asegurarse.
10. 2ª etapa: estancia en Madrid y primer viaje a Italia:
En 1628, ya Pintor de Cámara del rey, conoce a P.P.Rubbens, que ha llegado a Madrid para pintar
y realizar cuestiones diplomáticas. El año que estuvo en la Corte pintando, fue muy fructífero para
Velazquez, que le admira, aunque la admiración fue mutua. Rubbens le aconseja que viaje a Italia,
para conocer directamente a los grandes maestros, algo que Velazquez pedirá a su rey Felipe IV;
el permiso le es concedido y en 1629 marcha a Italia con cartas de recomendación que le abrieron
sin duda las puertas de los grandes mandatarios; Venecia, Ferrara, Roma,Milán..… durante dos
años.
Allí conocerá la obra de José de Ribera (el españoleto), de Caravaggio, de los venecianos,, de
Miguel Angel, de Rafael… y esto dejará huella en su pintura: su paleta se aclara notablemente, la
luz caravaggista tiende a desaparecer (aunque no por completo), la pincelada se hará más rápida
y grande, suelta,: es el llamado “estilo abreviado” que tanto gusta en su obra a los expertos.
Aprenderá a “congelar” la última luz de los atardeceres, adoptará una técnica más suelta,
aprenderá la gradación de color leonardesca (“perspectiva del color”). Cuidará mucho más sus
composiciones y renunciará a los fondos neutros a favor de paisajes, objetos, cuadros….
A su regreso a la Corte, su pintura ha cambiado; Velazquez sigue siendo un hombre retraído,
tímido, melancólico, distante, con pocos amigos, que jamás participó en las intrigas de la Corte.
A esta época, pertenecen tambien sus obras más personales, las que no realiza por encargo, sino
por decisión propia: los “bufones”, la Fragua de Vulcano, los “Borrachos”….
11. Varios retratos del rey Felipe IV: joven, mayor… como soldado, como rey, como cortesano…Al
ser pintor de Cámara, fueron muchos los retratos realizados en esta etapa: severos, sin
adulaciones, “de Corte”, muy alejados de los retratos holandeses tan optimistas y cercanos; los
retratos cortesanos en España son austeros, ricamente vestidos,,alejados del espectador, fríos,
serios…. Pero muy fisionómicos.
12. Retratos ecuestres de la familia real: Baltasar Carlos, Isabel de Borbón, hijo y esposa del rey;Los
cielos ya se han aclarado mucho respecto a su etapa sevillana, con azules,grises.. Gamas más
frías y más claras y brillantes, que denotan la influencia de Rubbens y de la pintura italiana,
conocidas a través de las Colecciones Reales del Alcázar madrileño y luego a través de su viaje a
Italia. Escorzos en el caballo, aunque congelado el movimiento. Las figuras conservan esa frialdad,
esa severidad propia de los retratos de Corte. Para observar bien el movimiento y los cuerpos de
los caballos, Velazquez disponía de modelos de yeso a modo de bocetos, y con ellos ensayaba los
efectos de la luz y el movimiento.
13. Los dos hombres más poderosos durante este tiempo: El Conde-duque de olivares y el Rey Felipe
IV (Madrid)
Los cielos de la Sierra de Guadarrama, con la luz atrapada del crepúsculo, la técnica suelta, la
pincelada “abreviada”, los tonos más brillantes y claros….todo cambia en su obra desde que
viajara a Italia en 1629.¡que lejos queda ya el tenebrismo de su época sevillana!
14. Baltasar Carlos, hijo de los reyes, fue retratado en varias ocasiones, a caballo ,como cazador,
con traje de ceremonia… pero murió a los 17 años. El hermano del rey, el Cardenal-Infante D.
Fernando, también tuvo un puesto relevante en la obra de Velazquez. En ambos, los fondos de
la sierra de Guadarrama, con la misma luz, pincelada, técnica suelta, colores… que los
anteriores
15. Velazquez retrató tambien a las personas de su propio entorno: en “la Sibila” (izquierda), se ve
representada a su propia esposa, Juana de Pacheco (Madrid); y a personajes de su misma
profesión, como el escultor andaluz Martinez Montañes (derecha) esculpiendo un retrato real, ; o
personajes de la Corte, funcionarios… (centro). En estos casos, lo que interesa es la captación
sicológica, el parecido fisionómico… y por ello regresa a los fondos neutros, pardos o negros,
típicos del Barroco del s. XVII.
16. El triunfo de Baco (Madrid). 1628
Tema supuestamente mitológico, pero
totalmente cotidianizado y convertido
poco menos que en escena de género
“taberna”: la corte del Dios Baco no es
otra cosa que un grupo de
borrachines, con “rinofima” en la nariz,
que bien podrían ser soldados de los
tercios y pícaros de la calle, en plena
borrachera, desgastados, envejecidos,
carentes de idealización, que nos
invitan a participar en su fiesta.
El tema quizá le fuera sugerido por
Rubbens, en Madrid en ese momento,
aunque carece de la aparosidad y la
afectación propias del flamenco.
La luz todavía es ligeramente caravaggesca, puesto que hay pequeños contrastes lumínicos; el
tema viene a ser una ligera moraleja: el vino, en realidad, ayuda a alejar de los hombres
momentáneamente de los problemas de su vida cotidiana, y el Dios Baco nos ayuda en ese “viaje
al olvido”.
Nuevamente Velázquez utiliza el recurso barroco de meter un “bodegón” en 1º plano, a los pies de
Baco y un escorzo “in repussoir” en el personaje que recibe la coronita de hojas. Va enriqueciendo
un poco su gama cromática, si bien Velazquez nunca fue un pintor colorista: usó siempre los
mismos colores y matices, pero lo que cambió fue la manera de mezclarlos y de aplicarlos al lienzo
con el pincel. En este lienzo, introdujo el color gris.
17. La Fragua de Vulcano. (Madrid). Oleo sobre lienzo
Fue realizado en Roma, en su 1º viaje, cuando vivía en la residencia del embajador, en 1630.De nuevo nos
presenta el tema mitológico como era frecuente en la pintura barroca española: con un tinte burlesco,
desacralizado, cotidianizado: el dios Apolo –túnica naranja y coronado de laurel- se presenta en la fragua del dios
Vulcano para darle noticia del adulterio de su esposa Venus con el dios de la guerra, Marte; precisamente están
elaborando una armadura bélica. El tema está inspirado en estampas y grabados de Clempesta. Lo que presenta
el lienzo es una herrería real, donde el dios Vulcano es un viejo herrero y el resto, hombres conocedores del
oficio,manual, es decir, desprestigiado por los valores aristocráticos de la sociedad del Antiguo Régimen.
De este viaje italiano ha tomado los
tonos naranjas, los reflejos metálicos..
de la escuela veneciana y los cuerpos
musculosos y anatómicos de Miguel
Angel.El desnudo humano, absoluto
protagonista. Los objetos representados
adquieren una calidad casi fotográfica y
soprprende por su calidad el color
incandescente del metal, en plena
acción.
En la composición, la profundidad está
conseguida colocando a los herreros en
3 planos y enfrentados entre sí. Los
focos de luz son más complejos por
influencia veneciana y los rostros están
dotados de gran riqueza expresiva. Los
colores presentan el dominante ocre/
pardo/ tierra propios de estos años en
la obra de velazquez, pero el
anaranjado ya incorpora el colorido
veneciano, propio de sus años
posteriores.
18. La rendición de Breda. (Madrid) 1635/ 37
Fue un encargo para el Salón de Reinos del
Palacio del Buen Retiro de Madrid.
El tema está ambientado en plena guerra de
los 30 años, cuando las tropas del rey Felipe
IV, al mando del genovés Ambrosio de
Spínola, vuelven a conquistar, tras un duro
asedio, la ciudad holandesa de Breda,en 1625,
defendida por Justino de Nassau, miembro de
la familia de los Orange. El vencido entrega las
llaves de la ciudad al vencedor, Spínola, a
quien Velázquez retrata como un Gral
condescendiente con el vencido, lleno de
nobleza ante su valentía. En realidad, pura
ficción, pues este acto nunca se produjo.
Sabemos que la composición fue modificada
varias veces por el autor: las lanzas, por
ejemplo, fueron un añadido finalizado el
cuadro, para marcar aun más la profundidad
del paisaje.
Los colores reflejan ya la influencia italiana: platas, verdes y azules de gama fría se incorporan a su paleta; los
cielos de la Sierra de Guadarrama no se corresponden con los cielos grises y plomizos propios de Holanda, ni
tampoco la luminosidad de la escena, propia de la luz española. Hay realismo en los rostros: a Spínola, el autor lo
conocía personalmente, pues juntos fueron a Italia; tambien se han identificado otros personajes de la escena. En
este lienzo aparece ya la llamada “perspectiva aérea”: el aire “circula” entre las figuras, dejando claro que hay
diferentes planos en la obra y una lejanía muy marcada, dando profundidad.
Armonía y equilibrio clásicos, frente al gusto rubbensino de la aparatosidad en las composiciones: Velázquez
prefiere la sencillez, el orden, el equilibrio y la armonía entre ambos protagonistas, que más parecen hablando que
una escena militar de rendición.
19. Los “Bufones”. (Madrid)
Curioso grupo de personajes que habitaban el Alcázar madrileño, destinados al
servicio de los miembros de la Familia Real –el rey, la reina, sus hijos o
hermanos-, y que adolecían generalmente de algún defecto físico: eran
enanos, disminuídos psíquicos o físicos, parálisis facial, ceguera…. Con una
misión: divertir a la Corte para distraer la vida cotidiana. El pintor nunca los
retrató recreándose en sus defectos: al contrario, los ennoblece, les da
solemnidad, honra, dignidad…aunque no rehuye nunca su defecto. Inspiran
ternura, no desprecio. Les humaniza, frente al desprecio que tenían en la
Corte. Se han considerado un lejano antecedente de la “estética del feísmo”,
que tanto éxito tuvo en las vanguardias del s. XX.
Morra, el enano, al servicio de los reyes Felipe IV e Isabel de Borbón; el
oligofrénico “niño de vallecas” servía a Baltasar Carlos y Juan Calabacillas
servía al hermano del rey, el cardenal- Infante Fernando.
20. El Bufón Pablillos de Valladolid. (Madrid)
Este bufón debe más su fama actual a la admiración que causó en el pintor Eduardo Manet, gran
“impresionista” del s. XIX, que dijo de él, tras venir a estudiar pintura al Museo del Prado de
Madrid, que era el mejor lienzo que había visto nunca. De hecho, se inspiró en estos bufones
para su célebre “Pífano” (derecha), una de sus obras maestras, enviado y rechazado al Salón
Oficial de Pintura de parís. Le llamó la atención cómo una figura sola, con fondo neutro, podría
tener ese sentido de profundidad y esa expresividad y realismo, esa fuerza pictórica…
21. Xto
crucificado.
Años 30
(Madrid)
la
Coronación de
María. Años
40 (Madrid)
No demasiado frecuente en su obra, el tema religioso católico tiene en estos 2 lienzos ,buenos ejemplos: el
sentido plástico del cuerpo de Xto, concebido como una escultura, revela el interés del autor por el desnudo,
adquirido en Italia, directamente de Miguel Angel,; iconografía barroca de 4 clavos y ligero “contraposto”, luz
fuertemente contrastada rescatando el “caravaggismo” de su etapa sevillana,.. Es una obra llena de serenidad y
equilibrio, donde se rehuye el excesivo dramatismo del Xto crucificado ensangrentado y sufriente de los
escultores castellanos contemporáneos.
La Coronación de María, (trinidad) realizada para el oratorio de la reina Isabel de Borbón, presenta una
interesante composición triangular invertida, dando forma de corazón a las 3 figuras: Xto, Dios Padre y María (de
rojo y azul). El colorido veneciano denota su paso por Italia. Recuerda los “rompimientos de gloria” (angerlitos y
nubes) típicos del Renacimiento.
22. Ultima etapa de la obra de Velázquez. De 1649 a su muerte en 1660.
Hacia 1649 realiza un segundo ,también muy fructífero para enriquecer su estilo, Viaje a Italia, con
la excusa de seguir comprando pintura y escultura para las Colecciones del Rey Felipe IV. Allí
permaneció 2 años, pero pintaría poco porque su trabajo oficial llena su tiempo. De esta estancia se
sabe que se rodeó de los personajes más influyentes, como el mismísimo Papa Inocencio X, los
nobles romanos…. cuyos retratos no cesan de encargarle, aunque no pueda hecer frente a estos
encargos. Allí se ha barajado la posibilidad de que tuviera una amante y una hija ilegítima algo que
no ha posidio ser debidamente documentado por la historiografía.
Tras su regreso, Velázquez retomaría la actividad retratística, gracias al 2ª matrimonio de felipe IV
con su joven sobrina Mariana de Austria, que le daría nuevos hijos: Margarita, Felipe Próspero y el
débil Carlos. De la madre y de los dos primeros Infantes realizaría retratos de excelente factura.
Tambien a esta fase corresponden las dos obras más laureadas por la crítica del autor: La Fábula
de Aracne y el Retrato de familia de Felipe IV, conocido como las meninas.
En estos años es nombrado por el rey Aposentador mayor del reino, cargo que le permitiría a la
larga ganar méritos para su ansiado reconocimiento nobiliario, que llegaría a través de su
nombramiento como caballero de la orden de santiago, cargo que tuvo sus dificultades, al no tener
antecedentes nobiliarios probados; fue el Papa Inocencio X quien le diera la dispensa necesaria
para este nombramiento, por amistad y reconocimiento a su labor artística.
En 1660, acompañando al rey y a la Infanta Mª Teresa al País Vasco, para encontrarse con Luis
XIV, con quien se ha pactado el matrimonio real en la Paz de los Pirineos, Velazquez enfermó
gravemente y fallecería poco después, en Agosto, en Madrid. Su esposa Juana sólo le sobrevivó
una semana.
En estos últimos años, su pincelada se hace aun más abreviada , suelta, colorista, abocetada y
personal. En suma, el gran Velázquez.
23. Retratos del papa
Inocencio X (Roma)
Juan de Pareja
(Nueva York)
Hacia 1650 pinta Velazquez el retrato de su esclavo-ayudante, el mulato ý quizá morisco, Juan de pareja, que
finalmente consiguió la libertad y se convirtió en pintor. En este retrato de su ayudante, no hay “status” inferior,
sino nobleza, altivez, incluso soberbia, impropias en un esclavo, por lo que se cree que Velázquez lo hizo porque
lo quiso así, en su idea, como en los bufones, de igualar al ser inferior y al superior socialmente. Su mirada
penetrante y directa al espectador es común a la mirada del papa Inocencio, retratado en Roma, de forma veraz,
marcando el carácter enérgico del personaje. El Papa admiró la obra y posteriormente aceptaría darle la
dispensa necesaria para ennoblecerlo. El colorido de su traje papaL es absolutamente veneciano, rojo sobre rojo
“Tiziano”, hasta tres, pero esta superposición de tonos no merma la fuerza del lienzo, magnífico y fisionómico,
sin idealización alguna.
24. Jardin de Villa Médicis de Roma. (Madrid)
Estos 2 pequeños cuadros de paisaje son la única incursión de Velazquez en este género. Fueron
pintados en Roma, y su factura suelta, la pincelada abreviada, a toques pequeños, con técnica casi
“impresionista” hacen de ellos que para algunos historiadores, sean un precedente de este
movimiento decimonónico. Los personajes pasan a un segundo plano en importancia para
dejarsela a los árboles y a la arquitectura palaciega.
25. La Venus del espejo
(Londres)
Pintada quizás
Roma,(aunque no se sabe
con certeza,) es muy
interesante pues es la única
obra conservada del autor de
desnudo femenino,
camuflándolo bajo tema
mitológico, al modo de los
grandes pintores venecianos
Tiziano ,Veronés,y Rubbens.
Una novedad en la
composición: está pintado de
espaldas, no de frente, y sólo
nos muestra el rostro a
través del reflejo de un
espejo, donde para muchos
historiadores no hay correspondencia entre el cuerpo espléndidamente cuidado ,elegante y blanco
de la modelo con el rostro reflejado, más tosco y “popular”.No hay tampoco trato de pintura
mitológica, sino que se trata simplemente de una mujer carnal, táctil, aunque sin el toque irónico de
los Borrachos o de la fragua. No hay joyas, ni flores, sólo Cupido sosteniendo el espejo ante un
rico cortinaje de terciopelo. El cuadro sufrió el ataque de una feminista en 1914 y ha debido ser
reparado.
26. Retratos de Felipe Próspero (izquierda) y de la Infanta Margarita (centro y derecha). Viena
A su vuelta a Madrid, retrataría en sucesivas ocasiones a la nueva familia del rey, dentro de la
estética “Retratos de Corte”: de cuerpo entero, riqueza en el vestido y adornos, mirada distante
que no mira directamente al pintor. Luces contrastadas y pincelada muy suelta, pequeños toques,
manchas de color a toque de pincel, característica de la última etapa del autor.
27. Retrato de la familia de Felipe IV. “Las
Meninas”. (Madrid)
Se conocen a todos los personajes del cuadro:
Margarita, la infanta acompañada de 2 damas de
honor (Agustina Sarmiento e Isabel de Velasco)., ý los
bufones Maribárbola, enana alemana y Nicolasillo;
atrás, un “guardadamas” y una Dama de Compañìa.
Reflejados en el espejo, los reyes, y el propio pintor,
luciendo la Cruz de Santiago ¿colocada tras su
muerte?. Al fondo, irrumpe José Nieto, aposentador de
Mariana de Austria. Es el propio estudio del pintor
donde se desarrolla la escena.
El cuadro fue sufriendo modificaciones en su
composición, algo típico del autor,(ej, el propio
Velázquez, cambió el giro de su cabeza).
Gama cromática corta: ocres,pardos. La ejecución es
muy suelta, sin dibujo: pinceladas sueltas y largas con
pequeños toques blancos para dar luz. Perspectiva
aérea: el aire corre entre las figuras y está pintado, y
la profundidad está plenamente captada. Recurso
barroco: el cuadro dentro del cuadro; el techo de la
estancia está representado también, algo inusual, con
sus “arañas”, para dar profundidad, mientras en 1º
plano podría entrar el espectador porque tiene espacio
. El pintor está pintando, pero no se aprecia lo que pinta: quizá sean los reyes, reflejados en el espejo, otro
recurso barroco para engañar al espectador, (los reyes no están físicamente en la escena) su objetivo, situados
donde debe estar el espectador del lienzo. El color va degradándose con la distancia, igual que los contornos.
El cuadro está considerada la obra maestra de la Historia del Arte.
28. Enamorado del cuadro, Pablo Ruiz Picasso elaboraría varias versiones, absolutamente
personales y coloristas, sobre este lienzo velazqueño,en el s. XX. (Barcelona)
29. ¿Jugamos a quitar casi todas las figuras de la estancia? ¿Qué nos quedaría?. ¿se aprecia
bien la Perspectiva aérea?
30. La Fábula de Aracne. (Madrid). 1657
Obra de gran formato, (óleo sobre lienzo), realizada
para el montero del rey, Pedro de Arce. Sufrió
algunos desperfectos en el incendio del Alcázar. El
tema es mitológico: inspirado en un episodio de las
Metamorfosis de Ovidio: Aracne, mujer de Lidia, -la
hiladora de la derecha- ,se jactaba de ser la mejor
tejedora; retó a Palas Atenea, protectora de las Artes
y oficios, a hacer un tapiz en una sola noche. Como
los dioses se imponen a los humanos siempre, ganó
la diosa y la castigó por su atrevimiento, a tejer
permenentemente toda su vida (“aracnidos” o arañas
que tejen viene de este mito). Por ello hay dos
niveles el en cuadro: el 1º plano: Aracne tejiendo en
su taller, donde el movimiento de la rueca de hilar
sugiere que está en plena acción; ovillos de lana,
ruecas, maderas,… sugieren la realidad de un taller
textil, mostrado gracias al recurso barroco de una
cortina corrida que permite apreciar el espacio,y
cotidianizando el tema mitológico.
El 2º plano, con la diosa Palas Atenea, y un tapiz que reproduce un cuadro de Tiziano: “el rapto de Europa”, que
tanto gustaba al autor. El dibujo no existe: líneas abiertas, diluído bajo el imperio del color y la luz, verdaderos
protagonistas. Técnica abocetada, para conseguir la perspectiva aérea (colores y líneas pierden nitidez y
tonalidad a medida que el oxígeno del aire se coloca entre objeto y ojo humano, difractando contornos para dejar
pasar el aire entre las figuras y objetos, de forma que la atmósfera envuelve los objetos y hace ganar en
profundidad, haciendo tangible el ambiente: se puede “tocar el aire”); el polvillo de la lana en suspensión y el
movimiento de la rueca en acción consiguen ese efecto.
La composición no es sencilla: triángulo con vértice en el ojo de buey y un cuadrado en el fondo, se
superponen;y la escena principal se coloca en el fondo, como ya antes habían hecho, entre otros, Rafael y El
greco.