2. Cuando el paciente y el medico se
encuentran y se embarcan en la aventura
conjunta de la psicoterapia, la contribución
de cada uno determinará la atmosfera
emocional entre ellos y de lo que hablarán.
Esta atmosfera se caracteriza por parte del
paciente por un intento de experimentar en
el presente, o reexperimenlar desde el
pasado, ciertos aspectos de sus problemas no
resuellos y hacerlos aflorar esta vez en
forma correcta, con el terapeuta como la
réplica de las figuras importantes en sus años
jóvenes.
3. La contribución del terapeuta a esta
atmósfera tiene que facilitar el reflejo, el
recuerdo, el vinculo entre el pasado y el
presente, etc. para que el paciente pueda
encontrar nuevas soluciones a sus
antiguos problemas.
El terapeuta tiene que aceptar lo que
ofrece el paciente luego tiene que
entender esto; finalmente en el momento
apropiado tendrá que interpretarlo y así el
paciente también lo comprenderá.
4. En la psicoterapia focal, de todo lo que ofrece
el paciente solo se interpretan aquellos
aspectos que facilitan y realizan el trabajo
dentro del foco elegido. Debe destacarse que
lo descrito antes como experiencia o
reexperiencia, se manifiestan en terapia por
el paciente por lo que ofrece con palabras y
en su conducta. Entonces la tarea terapéutica
es captar verbal y cognitivamente tanto de lo
que se ofrece cuanto sea necesario para
alcanzar los objetivos específicos del
tratamiento. Si no se alcanza la fase
interpretativa puede ocasionarle alivio
durante un tiempo, pero sin ningún cambio
en la dirección de la maduración emocional.
5. Los hechos en terapia tienen continuidad
durante un tiempo.
El objetivo focal explicito establecido ayuda al
terapeuta a mantener su vista en el hilo de la
trama del proceso terapéutico.
La estructura, en particular, de los informes
de sesión también hace más fácil esta tarea.