2. TENSION DE
SOLEDAD/COMUNICACION
Su resolución:
ENCUENTRO DE COMUNION
Por un lado está el derecho y la necesidad de
cultivar la propia intimidad y los espacios de
libertad: experiencias y proyectos más íntimos,
la privacidad, los espacios propios, el
conocimiento de mis fortalezas y debilidades, la
historia personal, los afectos, las convicciones
más profundas...
3. Es el mundo de mi intimidad,
cuyas puertas y ventanas nadie
puede forzar ni violentar para
entrar en ella. Yo se la abro o la
cierro a quien quiero. Intimidad
que fluye espontanea cuando
acontece el milagro de la
amistad.
4. Una intimidad que es preciso
cultivar y profundizar. Es preciso
que yo me eduque en el
autoconocimiento, que vaya
aprendiendo a estar en contacto
con mi interioridad, con mis
sentimientos, con mis emociones,
con mis deseos más profundos, con
mis conflictos internos, con mis
frustraciones...
5. Por otro lado está la
comunicación.
Para que pueda vivir en comunidad,
esto es, para que pueda entablar
relaciones vivas con los hermanos/as,
para que me puedan comprender y
aceptar en mi realidad, en mis
limitaciones y en mis valores los
demás necesitan conocerme, saber de
mis proyectos, de mis sentimientos,
de mis deseos más íntimos.
6. Tendré que diferenciar lo que podré
decir en comunidad y lo que deberé
reservar para compartirlo con mis
confidentes: mi amigo/a, mi
confidente, mi acompañante... Uno
de los criterios para discernir que
hay verdadero encuentro de
hermanos, verdadera comunidad,
es que pueda compartir con ellos,
sin miedos ni presiones, algo de mi
intimidad.
7. De cada hermano/a, de
cada comunidad depende el
grado de intimidad que en
ella se pueda compartir y, por
tanto, el nivel de calidad de
vida fraterna.
8. Sin una comunicación fluida, sincera, capaz
de transmitir ciertos niveles de intimidad, de
sentimientos, de deseos y de convicciones,
una comunidad no avanza ni humana ni
espiritualmente.
“Para llegar a ser verdaderamente
hermanos y hermanas es necesario
conocerse. Para conocerse es muy
importante comunicarse cada vez
de forma más amplia y profunda”.
CONGREGACION PARA LOS INSTITUTO DE VIDA CONSAGRADA: La vida fraterna en
comunidad, n. 29, PPC, Madrid 1994)
9. “El conocimiento funda la
comunidad.
Por eso, el conocimiento llega
tan lejos como llega el amor,
la simpatía y la participación”
J. MOLTMAN: Trinidad y Reino de Dios, Sígueme 1986, 23.
10. 1º. Sin correr los riesgos de una
comunicación de calidad no se
puede avanzar hacia el encuentro
de comunión. El arriesgarse a ser
conocido por el otro a través de una
comunicación auténtica es el
camino para que el otro me pueda
aceptar tal como soy. Sin
comunicación no hay comunidad
11. 2º. Los niveles de comunicación
van aumentando según
aumentan los niveles de acogida
afectiva, confianza y fiabilidad de
cada hermano y de la
comunidad. No hay por qué
comunicar todos los niveles de
intimidad a la comunidad.
12. 3º Aquél que airea fuera la
intimidad que un hermano ha
compartido en comunidad o la
utiliza en su contra, está
traicionando y dañando
seriamente la vida de comunión
de la fraternidad.
13. 4º La comunicación es un ejercicio de
autenticidad para ayudarnos a conocernos
y darnos a conocer tal como somos, para
podernos aceptar y poder ser aceptados
por los otros tal como somos. En un
encuentro de comunidad no se puede
jugar a salir airoso, o a salvar la imagen.
Es el autoengaño más nefasto en que uno
puede caer en la vida de comunidad.
14. Cuando la vida real de uno no
corresponde a lo que comunica, él
personalmente y su comunicación pierden
toda credibilidad y la comunidad tiene la
impresión de quedarse sin recursos para
ayudarle a esa persona. Sin dejar algún
flanco a la vulnerabilidad no es posible el
cambio. Tras varios años de convivencia,
todas las máscaras son trasparentes,
menos para el que las utiliza.
Power: “Transparencia”
15. Comunidad como tensión entre
sintonía/diferencia.
Su fruto: la resolución positiva de los
conflictos.
16. La grandeza y, a la vez, la
dificultad de la comunidad
cristiana consiste en que el
reconocimiento y la defensa de
la pluralidad y de las diferencias
entre los miembros de una
comunidad son tan importantes
como la afirmación de su
comunión (1 Cor 12,4-11).
17. No es posible una vida de
comunidad adulta sin el
reconocimiento de las
diferencias. Si en una comunidad
desaparecen las diferencias, es
señal de que alguien se ha
impuesto sobre los demás.
18. Una de las tensiones que tiene que
asumir toda comunidad religiosa es que
debe aprender a convivir con el conflicto y
que tiene que aprender a manejarlo y
resolverlo positivamente para convertirlo
en una ocasión de crecimiento. Es la
tensión que se da entre
sintonía/diferencia.
Cf. SABINO AYESTRAN: El conflicto comunitario. ¿Una oportunidad para
crecer o una amenaza de destrucción? FRONTERA n. 13, Instituto de vida
religiosa, Vitoria 1996.
Ejercicio: “Parecidos y diferencias”
19. La comunidad se funda en que hay un
núcleo de valores centrales que las
personas comparten y que hacen posible
el encuentro de comunión. La comunión
es aquel encuentro que acontece entre
personas que sintonizan a niveles
existenciales y afectivos de fondo
Lo que funda la comunidad es, pues, la
sintonía en los valores fundantes, y no la
simpatía que brota natural entre las
personas.
20. Los hermanos no nacen en mí, como los
amigos: por afinidad de gustos, simpatías
o intereses comunes. Nuestra comunidad
se fundamenta y brota del corazón del
Padre, que se ha fijado en cada uno de
nosotros, para constituirnos en hijos y
con-vocarnos en una familia de hermanos.
(Ef 1,5; Rom 8,29; 1 Jn 3,1)
21. Ahora bien, el que se dé esa sintonía de
intereses vitales, Dios y su Reino, no elimina
las diferencias sicológicas ni el conflicto:
gustos distintos, percepciones dispares de la
realidad, estrategias distintas de acción,
ejercicio del poder, comprensiones distintas
de la Iglesia ...
Para resolver esas diferencias no hay otra
salida que la negociación a partir de aquellos
principios de comunión y de sintonía en los
que se funda la comunidad y desde los que
cabe resolver positivamente los conflictos con
la praxis del discernimiento y del consenso.
22. Todo ello nos remite a la necesidad de
fundar la comunidad sobre buenos niveles
de comunicación:
“El diálogo es el nuevo
nombre de la Caridad” (Juan
Pablo II)
23. La resolución del conflicto suele seguir
este esquema:
1. Comunicación de los valores y de las
necesidades personales que están en
juego.
2. Confrontación de estos valores con los
valores fundantes de la comunidad y con
las necesidades sentidas por los
hermanos.
24. 3. Búsqueda de armonización con los
valores fundantes y con las necesidades
de todos los hermanos.
4. Toma de decisiones.
25. La tensión entre ser/hacer
No es concebible pensar en el ser
del ser humano al margen de su
hacer
El ser humano es un ser dinámico
que se va haciendo a sí mismo
desde lo que va haciendo.
Lo que hace, le hace.
26. No hay posibilidad de ser en
el mundo sino haciendo algo.
Lo que uno es, lo más
personal de uno mismo, es
justamente lo que uno ha
hecho consigo mismo.
Modifico mi ser con mi
quehacer.
27. La cuestión no es dar
prioridad al ser sobre el
hacer.
La cuestión es cómo y qué
hacer para que yo llegue a
ser la persona que estoy
llamada a ser.
28. El crecimiento personal
como síntesis entre
ser/hacer, consiste en
despertar procesos de
transformación interior de
dentro-afuera, a partir de
necesidades sentidas, a partir
de motivaciones propias.
29. Para discernir si ese proceso de
crecimiento avanza, es preciso
comprobar si se avanza, desde
sí mismo, hacia el encuentro de
comunión con el otro, hacia la
integración en una comunidad
concreta y de unos
compromisos históricos
concretos.
30. El amor, que es lo que más
personaliza, es un encuentro
de entrega, en libertad
comprometida, al otro, a mi
comunidad, a la historia
doliente de los hombres y
mujeres.
31. La tensión entre Ser/hacer
se resuelve en una vida de
amor/servicio.
La verdad de mi hacer se
muestra en que genera
comunión.
Mi hacer transformará
entonces mi propio ser.
32. El encuentro de comunión
exige dos cosas:
1. Celebrar y acoger la
comunidad como DON DE
DIOS que nos fundamenta
como comunidad de hijos y
de hermanos
33. 2.Afanarnos en una apasionante
TAREA que exige nuestros
mejores esfuerzos para
construir una vida de común-
unión que se haga creíble en
una vida comunitaria de calidad
y solidaria.
Extractos de una conferencia de Fr. Juan Mari
Ilarduia,cfm