1. República Bolivariana de Venezuela
Ministerio del Poder Popular para la Educación
Universitaria
Universidad Bicentenaria de Aragua
Escuela de Psicología
Curso: Creatividad e Inventiva.
Participante: Julio Cesar Ruiz V-26.844.369
2. Objetivos:
Objetivo general:
Elaborar un desinfectante a base de limón, utilizando
materia prima de fácil obtención tomando en cuenta
estrictas normas de inocuidad para que el producto
resultante sea lo más confiable posible y su uso no
genere efectos secundarios en quienes lo manipulen o
se acerquen a él. La sustancia resultante de este
experimento, debe constituir un elemento que otorgue
bienestar al hombre en el desenvolvimiento de su vida
cotidiana. En conclusión, el objetivo es la obtención de
un desinfectante eficaz de fabricación sencilla, inocuo,
de bajo costo, amigable con el medio ambiente y para
cuya fabricación no fuesen necesarios componentes o
elementos de alta tecnología.
3. Objetivos específicos.
1. Adquirir componentes de bajo costo.
2. Elaborar el producto basándonos en métodos
que nos aporten sencillez.
3. Lograr un producto de gran eficacia en su
empleo.
4. Ayudar en la medida de lo posible reducir la
contaminación.
Ingredientes:
A continuación se presentan sencillos ingredientes
comunes a utilizar en nuestro desinfectante.
½ taza agua
100 mltrs de jugo de limón
¼ taza de vinagre blanco
25 mltrs de Agua Oxigenada
3 gotas de aceite de oliva.
4. Gran parte de la contaminación que se emite al medio ambiente desde nuestros hogares
tiene como origen los productos domésticos de limpieza. Una buena administración de éstos
o una sustitución adecuada de los mismos contribuirá de un modo efectivo a disminuir
nuestro impacto en la naturaleza. Podemos animar a nuestros conocidos a usar menos el
coche y elegir el transporte público, a andar más, porque es bueno para la salud, a que lleven
el papel y el vidrio usado a los contenedores para reciclar.
Un mismo suelo, o un cuarto de baño con un poco de polvo, parecen totalmente limpios o
terriblemente sucios según la idea de limpieza de quien los mire. Los tiempos en que la lejía
era la reina de la limpieza y la desinfección han pasado a la historia. Todos recordamos cómo
nuestras madres la echaban a chorros para limpiar lo que fuera, incluso la verdura, a pesar
de que las manos se resintiera o que la nariz y los ojos se quejaran de que algo no iba bien.
Actualmente utilizar lejía (la detectamos en las etiquetas con el nombre de hipoclorito sódico)
es considerada por muchos, un pecado contra la ecología y la salud, aunque algunos
productos la continúan incluyendo. Los vapores que desprende provocan irritación en los ojos
y en el sistema respiratorio y resulta tóxica para la vida acuática. Si se mezcla con
limpiadores como el amoniaco, desprende un gas nocivo.