TIPOLOGÍA TEXTUAL- EXPOSICIÓN Y ARGUMENTACIÓN.pptx
Porque los jovenes abandonan el bachillerato
1. LA FALTA DE PREPARACIÓN PROFESIONAL DE LA PLANTILLA DOCENTE,
TAMBIEN ES UN FACTOR QUE INCIDE EN LA DESERCIÓN ESCOLAR DE LOS
ADOLESCENTES EN LA EDUCACIÓN MEDIA SUPERIOR.
Mi propuesta la haré desde mi posición de Padre de familia de un adolescente de
primer semestre de bachillerato.
ARGUMENTACIÓN.
Soy padre de familia de un alumno de primer semestre de bachillerato en una
preparatoria privada, y que al igual que en los bachilleratos públicos existe deserción
escolar por distintas razones, algunas igual a las que se presentan en estos, con
una pequeña o gran diferencia; que los docentes no están comprometidos en evitar
que los alumnos deserten. Trataré de explicar mi caso personal y como ha venido
evolucionando el conflicto, porque debo reconocer que si se ha convertido en un
dolor de cabeza para mi hijo, mi esposa y un servidor.
Es una institución que con el argumento válido de que nuestros hijos están
formándose y que por causas casi normales y otras atribuibles a nosotros acarrean
con grandes y graves deficiencias en cuanto a disciplina, orden, cumplimiento,
dedicación, etc., han tratado de que mi hijo sea diferente y parcialmente estoy de
acuerdo con la institución, porque efectivamente está en la etapa formativa y de
cambio de hábitos no adecuados por otros si aceptables para la institución, para la
sociedad, para la familia y para el futuro del alumno; hasta aquí comparto su
dedicación y empeño, pero desgraciadamente la plantilla docente carece de una
formación profesional adecuada para lograr tan importante y complicado cambio en
los adolescentes.
Varios catedráticos quieren lograr cambios trascendentales en los educandos
por medio de la amenaza, el castigo, la prohibición y el sometimiento, sin tomar en
cuenta que la etapa que están viviendo por cuestiones de orden natural es
sumamente complicada; viven con muchas ilusiones de descubrir el mundo y
descubrirse a sí mismos enfrentando lo que sea necesario, aunque en esto estén
incluidos los propios padres, por lo que al legar a una institución ya sea pública o
privada, claro que tratarán de desafiar cualquier obstáculo que pudiera
presentárseles aun si de por medio estuviera su permanencia en esa institución,
luego entonces si le agregamos que en muchos de los casos los catedráticos no
están capacitados para lograr este tan anhelado objetivo.
Sin poner en tela de juicio la gran preparación profesional de los catedráticos,
si quiero ser enfático que no es lo mismo tener un cúmulo de conocimientos capaz
de presentar un gran proyecto ante un público que solo se presenta a una reunión
de trabajo, que estar al frente de un grupo de alumnos que además de que exige un
2. gran conocimiento de la materia, también debe de tener argumentos pedagógicos,
debe de tener la capacidad de dominar un escenario que tiene mas de treinta
personas ansiosas de conocimiento pero también con ganas de hacer valer sus
ideas, pensamientos, conocimientos previos sobre el tema, pero sobre todo no
someterse a las imposiciones de un maestro que por no tener una preparación
docente, por carecer de técnicas de enseñanza, por no emplear un método
adecuado para transmitir el conocimiento, por carecer de los elementos necesarios
para elaborar una batería de exámenes con distintos tipos en los que el alumno
tenga la facilidad de salir aprobado y no la consigna de que lo vas a reprobar, por
no tener elementos pedagógicos suficientes para despertar el interés de su materia
y que los alumnos estén por convencimiento y no por obligación, terminan por
enfrentarse con los alumnos humillándolos frente a los demás, propiciando con esto
que se incremente el maltrato escolar, que por no ser empáticos con sus alumnos,
optan por prohibirles la ayuda mutua en vez de la colaboración grupal, que por no
tener conocimiento sobre técnicas de estudio para verdaderamente ser un
facilitador del conocimiento, se convierten en dejadores de enormes tareas que el
alumno en el mejor de los escenarios lo hace para medio cumplir o ni siquiera eso,
mejor no lo hacen. Todo esto los lleva a tener grupos con alto índice de reprobación
porque el alumno no está en la clase por querer a su catedrático que ya despertó
su interés por su materia, sino que si quiere se presenta los días y horas necesarios
para reunir el requisito de asistencias para presentar examen en el mejor de los
casos, porque el otro escenario es faltar y no tener derecho.
Por lo antes argumentado, los alumnos pierden el interés por presentarse y
aprender, se desaniman por no encontrar el eco que ellos querían escuchar, y
empiezan a pensar que no son buenos para estudiar, que no encuentra la
comprensión que esperaba porque en su casa no la tiene, que la institución está en
contra de que logre continuar sus estudios, que él o los catedráticos ya lo agarraron
de encargo, porque también esto es cierto en muchos de los casos, pues se juntó
y se armó el gran coctel para que el alumno abandone sus estudios y en otros casos
cambie de institución esperando encontrar en otra, lo que aquí no le dieron, que es
apoyo, comprensión, empatía, buen trato, etc.
Una vez analizadas las distintas circunstancias que no abonan la
permanencia del adolescente que estudia el bachillerato, propongo que los
catedráticos que laboran en los bachilleratos de cualquier índole, privado o público,
la dirección de Educación Media Superior, debe ser estricta en:
Revisar el perfil profesional sin hacer de lado que deben de tener una alta
capacitación pedagógica,que les permita tener herramientas didácticaspara
tener dominio de grupo.
3. Que se les capacite para dominar técnicas grupales, no solo de integración
sino también de aprendizaje.
Que tengan las herramientas suficientes para conocer de elaboración de
reactivos, para que los exámenes sean didácticos y permitan que los
alumnos aumenten el índice de aprobación, y no sean reactivos
improvisados que los orillan a desanimarse.
Que se les capacite en técnicas de integración grupal, y no los orillen a ser
ciudadanos aislados.
Que se les capacite para ser empáticos con los alumnos, y lejos de orillarlos
a que se cambien o deserten, mejor tengan la ilusión de asistir al bachillerato
por encontrar un ambiente de trabajo y convivencia.
Que la DEMS aplique los estándares de contratación para que los
catedráticos garanticen el logro del proceso educativo.