Autor: ING. JOAQUIN AGUERREBERE SERRANO Fecha: Inexistente

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EL MAÑANA DE NUESTRAS CIUDADES.
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TRABAJO ENTREGADO POR EL ING. JOAQUIN AGUERREBERE SERRANO.
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Señor Presidente de la Academia Mexicana de Ingeniería.
Señores Acadmicos.
Señores Invitados, Damas que nos acompañan:
Mucho agradezco la distinci6n que me hace la Academia de Ingcniera
L al admitirme como uno ms de sus miemhros como Acadmjco de NU** .-..
mero de la misma en la Comisi6n de Ingeniería Urbanística, lo que me
ha movido a tratar de imaginar "El Mañana de Nuestras Ciudades".
Verdaderamente, en esta época de cambios profundos y continuos, en
la que nos sentimos muy frecuentemente desbordados por los diarios .
acontecimientos que ocurren en nuestras ciudades, las cuales se han
convertido no solamente en nuestro hogar sino que también en nuestra
prisi6n, es necesario hacer una revisin de los principios rectores que
han marcado su origen y su crecimiento y buscar y promover todos
aquellos valores urbanos que han sido fruto de la experiencia humana y
pa que no deben perderse sino que deben contribuir a hacer nuestra vida
urbana ms inteligente y placentera ahora y mañana.
e!
re.
1

2. . 1 • 2
Tenemos que analizar también los aspectos urbanos negativos que actual-
mente se han convertido en problemas agobiantes, que amenazan llevarnos -
al caos, problemas que son mayores cuanto mayor es la concentraci6n ur.--
bana. El aspecto de la posibilidad fisica de la gran ciudad est. Çntima- -
mente ligado con la disponibilidad de energéticos.
Para este inminente Siglo XXI, debemos buscar cuales son las mejores
condiciones y cuales las cualidades 6ptimas que deberán tener nuestras ciu
dades para poder enírentarse a la gran crisis de los energéticos sin grave
demérito en la vida de sus habitantes.
Empecemos, pues, por buscar en el pasado los grandes logros urbanos
de las civilizaciones que nos precedieron, asÇ como el encadenamiento de
inventos y descubrimientos que nos han conducido a nuestra condici6n urba
na actual, para poder dicernir con mayor claridad las cualidades urbanas
necesarias ahora y en el próximo futuro.
. . . #

3. 1 • 1 3
h.
Las primeras ciudades tuvieron como base la fertilidad del suelo, la
abundancia de agua dulce, el clima benigno, y aparecieron embrionarias
en el quinto milenio Antes de Cristo.
En las grandes cuencas fértiles, en el Valle del Hindus, en Mesopo-
a
tamia, en el Mekong, en Egipto, y más tarde en nuestras tierras, en -
Tabasco, en Papantla, en Cholula, en el Valle de Mxico, y en muchas
más zonas semejantes fueron apareciendo las concentraciones humanas,
que habrran de convertirse en verdaderas ciudades con el paso del tiem
filIZ
Ya en las primeras ciudades aparecen los principios rectores comu-
nes a todas ellas: los grandes ejes, la escala monumental, las grandes
plazas, la jerarquizaci6n de la escala vertical, la supeditaci6n de l -
edificaci6n privada a la que representa los intereses comunes, los pro-
blemas de abastecimiento de agua potable y los de la elirninaci6n de
desechos.
Estos principios ya aparecen en Mohenjo.-Daro sobre las márgenes
del Hindus, en el tercer milenio Antes de Cristo, ciudad que contaba -
con conductos de agua hasta el interior mismo de las casas principales,
que tenfa conductos para la eliminaci6n de desechos, en la que sus ca-
sas eran de dos y tres pisos, construidas sobre un trazo de tablero de
ajedrez, y cuyos habitantes ya usaban utensilios de cobre y metales no-
bles.
—r
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4. 1-
. . . 4
Esta ciudad y su vecina, la ciudad de Harapa, estaban construidas a
base de dos tipos de tabique de barro cocido, uno de los cuales era de
dimensiones 28 X 13 X 6 centÇmetros, lo sea el mismo que seguimos -
usando nosotros, de barro cocido y hecho a mano.
1
Estas ciudades milenarias cubrÇan una área de unos cuatro y medio
kilómetros de di.metro, área no superada por ninguna otra ciudad has-
ta el Siglo XIX, con el advenimiento del ferrocarril. Estas ciudades -
que alcanzaron gran tamaño tuvieron en coman las vÇas de comunicación
fáciles, en especial por el agua, que les permitía abastecerse de puntos
relativamente lejanos.
Estos ncleos humanos se fueron agrandando, más allá de los pura-
mente familiares o de clanes 9 al existir una producci6n abundante de alimen
tos que permitió que hubiera hombres disponibles para que se dedicaran a -
la .alfarera y a la construcción de edificaciones destinadas a dar seguro re-
JI
fugio y ademas protección a los productos alimenticios almacenados, asr co-
mo a las construcciones dedicadas a templos y a palacios para el poder tem
poral. Hubo también entre ellos otros oficios como: panaderos, cerveceros,
tejedores, herreros y escribas, que fueron enriqueciendo la vida de la ciu-
dad.
Más tarde, en la Mesopotámia encontramos el reino bíblico de Marí con
sus miles de tabletas de barro, donde se llevaba un minucioso registro, in-
ventano de todo lo almacenado, con la escritura cuneiíorme derivada de los
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5. IMI
jeroglificos sumerios. Fueron los Sumerios los inventores de la rueda, la
idea de la moneda, la aritmética con los sistemas decimal y sexagesimal,
que perduran en nuestros días y quienes también iniciaron la geometría.
Al aumentar los recursos, se fu agudizando la inventiva en los lugares
donde esos recursos se concentran, o sea las ciudades, las capitales de -
los reinos.
Ya en el quinto milenio Antes de Cristo, en el ubérrimo Valle del Nilo,
empieza a aparecer una cadena de ciudades cuya base es la riqueza del li-
mo que arrastran las aguas y depositan en las tierras durante las crecidas
estacionales. Aquellos hombres se ven obligados a predecir las crecientes
1
del Nilo, y al hacerlo ponen las bases de la AstronomÇa, pues encuentran
que observando a los astros les es posible predecir las estaciones y las -
crecidas y es asf como establecen el año con doce meses de treinta días,
a los que aumentan cinco para llegar a los 365 que tiene el año.
t La necesidad, que es madre del ingenio humano, provoca el desarro-
llo de la geometría y su aplicaci6n a la agrimensura, dado que al salir -
de su lecho las aguas borraban con frecuencia todas las marcas que deli-
mitaban las propiedades, lo que oblig6 a imaginar un medio de restable--
cer los lfrnites con ayuda de marcas existentes más all. de las aguas --
desbordadas. También aparecen inteligentes tcnicas para extraer de las
canteras enormes monolitos y transportarlos aguas abajo y depositarios en
el sitio escogido, aprovechando para esto también las crecidas del Nilo,
...#
1
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6. . . . 6
1levndolos sumergidos y sujetos a las embarcaciones laterales que los guia
1 ban, lo cual permiti6 la realizaci6n de los más extraordinarios conjuntos -
I
urbanos que el hombre ha realizado.
Los mecanismos aparecen en esta admirable civilizaci6n y se aplican a
OR elevar el agua de los canales y los pozos para irrigaci6n, mediante la -
tracci6n animal; tambin hacen el papiro, antecedente de nuestro papel y
por el 1150 Antes de Cristo, inventan el torno de alfarero, que es el punto
de arranque del mundo industrial.
Aquí encontramos otro principio que se cumple en todas las naciones,
en todas las ciudades: el camino, la va que permite o establece la fácil
comunicaci6n provoca el establecimiento de muchos centros a lo largo de
su recorrido. Allá eicontramos ciudades desde el Delta, donde más tarde
se desarrollaría Alejandría, puerto de enlace con otras culturas y lugar
de la biblioteca más famosa de la antigUedad con más de 700 000 ejempla-
res, hasta el Alto Egipto, donde el Nilo tiene su primera catarata, donde
los barcos ayudados por el viento no podían ya remontarlo, quedando asr
limitada esta extraordinaria civilizaci6n, aunque su influencia lleg6 hasta
Nubia y hasta Meroe y Naga en el antiguo reino de Etiopía.
Más al Norte, en las costas del Mediterráneo, destaca otro pueblo li-
mitado por las altas montafias, cubiertas de majestuosos cedros, que los
fenicios supieron transformar en ágiles naves, las que fueron el instru--
mento que provoc6 la fundaci6n de numerosas ciudades estratgicamente -
situadas a lo largo del Mediterráneo y hasta el Atlántico, como fueron -
Cártago y Gadir, la romana Gades, la actual Cádiz. Ya en aquellos tiem
9 . .

7. . . 1 7
pos y segn Herodoto, estos marinos dieron la vuelta al Africa. Ante la
necesidad imperiosa de comunicarse en forma escrita, este inteligente —
pueblo logr6 la integraci6n del alfabeto horizontal, a partir de los jero-
glficos sumerios y los de sonido egipcios, y nos heredaron este logro
inapreciable que continuamos usando da con d1a. De su valor inaprecia-
ble podemos darnos cuenta al contemplar las enormes dificultades de la extra
ordinaria cultura china, que a.n hoy está enírascada con símbolos que datan
de hace cuatro mil años, a pesar de ser un pueblo culto que en el año 100
invent6 el papel y en el 1050 invent6 la imprenta.
Ahora la va de comunicaci6n usada por el hombre es el Mar Mediterrá-
neo donde también floreci6 la cultura griega . Los corintios construyeron --
el trirreme y se convirtieron en el Pueblo de las Islas, dominando el Mar
Egeo y luego el Mediterráneo. Los griegos desarrollaron su cultura que -
floreci6 exclusivamente en el ambiente urbano, alrededor de las ágoras,
alrededor de los templos y los estadios, alrededor de los teatros y de --
los grandes maestros pensadores, cuyos valores an nos in.fluenc5an; cul--.
tura que fuá llevada por Alejandro hasta Afganistán, y a la India, marcan-.
do profundamente aquella cultura y su arte con el estilo greco-budista.
Los griegos' también influenciaron el Arte Egipcio y a toda la cuenca del
Mediterráneo, donde erigieron hermosas ciudades con maravillosos tea--
tros y templos. Uno de estos templos, dedicado a Minerva hace 2 500 --
afos, an es templo abierto al culto; es la Catedral de Siracusa. Hoy —
sus obras siguen llenándonos de admiraci6n, aquí en nuestra ciudad, con
. e •

8. II
. . . 8
el Caballo de San Marco, producto admirable de esa civilizaci6n, el cual
W. claman los atenienses que adornaba el Propileo y adonde ellos quisieran
volverlo a ver. En Grecia hace ya 3 200 aFios el hierro substituy6 al -
bronce en los utensilios.
Esta cultura es un ejemplo y una prueba de la fuerza internacional -
Owi
que ejercen los conjuntos urbanos y la conveniencia de renovarnos buscan
do luces tanto en la técnica moderna, como en los valores firmes de todo
aquello que ha resultado inmejorable al través del tiempo.
Erat6stenes, sabio griego que vivi6 en Siene (ahora Aswan) Egipto ha.-.
cia el 230 A.C., dedujo la redondez de la tierra al observar que el 21 de
junio a medio dÇa el sol penetraba hasta el fondo de un pozo y en la mis-
ma fecha a 800 Kms. al norte, en Alejandría, midi6 la sombra de un obe
lisco a medio dÇa, sombra que equivalía a un arco de 1/50 del cfrculo; -
aplicando la geometría dedujo que, prolongando la vertical del pozo y la
del obelisco, estas verticales se encontrarían en el centro de la tierra -
formando ahí también un arco de 1/50 del círculo, arco que tendría como
longitud los 800 Kms. o sea la distancia del pozo al obelisco, con lo cual
L calcul6 la circunferencia de la tierra en cerca de 40 000 Kms.
Arist6teles razonó la redondez de la tierra al ver la sombra de la tie
rra sobre la luna durante un eclipse, apoyado por la opini6n de los marinos
que veían surgir las islas del horizonte.
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9. 1•• 9
Todos los conocimientos que poco a poco fuá acumulando la humanidad,
han sido atesorados en las ciudades y, al travs del tiempo han sido usa-
dos para extender el dominio del hombre sobre la naturaleza y para el --
engrandecimiento de las ciudades mismas que supieron ates orarlos.
Los Romanos, herederos de los Etruscos al Norte y de los Griegos -
al Sur constituyen el arranque, el cimiento de la civilizaci6n occidental
y cierran la antigiedad. Supieron sintetizar todo lo que había de valioso
en las civilizaciones anteriores y contemporáneas a ellos. Hicieron del
Mediterráneo el Mare Nostrun, con el trirreme heredado de los corin-
tios, y continuaron su expansi6n con la construcci6n de caminos y puen-
tes que an están eñ uso hoy, como el de Alcántara, intacto y en uso,
o como el Puente Romano de Salamanca, al cual se desvÇa el tránsito
pesado, de carga mayor a la lÇmite del moderno puente. Sus acueductos
y cloacas fueron el modelo indiscutible y solo la moderna disponibilidad
01
de energéticos ha hecho grandes modificaciones en la tcnica por ellos
establecida.
Recordemos que, al principio de la Era Cristiana, Roma lleg6 a te-
ner un mill6n de habitantes.
Su gran cultura urbana, que en forma de leyes y c6digos heredamos,
sigue siendo la base de la nuestra, así como los trazos de las ciudades
por ellos fundadas, con sus ejes, el Cardos N-S, y el Decumanos, E-W,
formando una cuadrícula que sigue existiendo en nuestras ciudades actua-
les.
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. . .

10. L
I . . .10
Muchos teatros griegos aan prestan servicio, solamente reconstruídos
superficialmente, como en Atenas, Epidauro, Siracusa, asr como sus --
mulos romanos en Taormina, Pompeya, Orange, Mrida, Nimes y Arles.
Los caminos romanos, que llegaron a extenderse 90 000 Kms., siguen
siendo objeto de investigaci6n y consulta, pues sus técnicas son aplicables
a6n en nuestros días; los edificios romanos fueron notables y algunos de
ellos contindan existiendo en nuestros tiempos, como el Pante6n, con sus
muros de 6 m de espesor y su b6veda de concreto encasetonado intacta,
que sigue prestando el servicio para el cual fu6 creado, con sus 43 ms.
de diámetro y misma altura, con sus puertas de bronce originales y su
sistema de luz y ventilaci6n natural intacto; una abertura circular de 9 m
de diámetro que en la cúspide deja pasar la luz, la ventilaci6n y la 11w..
via, la cual en el interior se convierte en humedad ambiente y apenas
se condensa sobre el piso.
Esta b6veda sigue siendo un ejemplo diffcil de imitar y nuestra civi~
lizaci6n consumista de 6salo y trralo dificilmente podrá crear algo compa
rable que perdure.
. . . #
e;
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11. SS"
Al terminar la Era Romana, las ciudades se convirtieron en pequeños
estados y se encerraron tras sus murallas y sus monasterios y este pa-
tr6n se extendi6 por el mundo occidental y dió lugar a hermosas artesa-
nas con un fuerte matiz de individualidad. En aquellas ciudades se Lar-
maron las universidades y las uniones de artesanos y comerciantes. Es
tas uniones llegaron a gobernar las ciudades desplazando del poder a los
reyes y formando poderosas alianzas, como está demostrado en la histo-.
ria de Venecia y de la Liga Hanseática.
En este ambiente se empez6 a desarrollar la industria, perfeccionán-.
dose los telares y el uso del acero en las armaduras con complicados -
goznes y ensambles. El prodigio técnico de la época naci6 en tierras de
Francia, donde los maestros de la construcci6n de piedra de las catedra
les románicas con sus b6vedas de arista, se encontraron con los maes--
tros constructores de los barcos normandos, lográndose la chispa de ge-
nio que, hacia 1 150 y en menos de una generaci6n, logró la estructura
g6tica de piedra, con b6vedas ligeras apoyadas en nervaduras, las que ya
no se apoyaban a su vez en muros sino en columnas con contrafuertes, lo
cual dejaba grandes claros para hermosos ventanales. Esas mismas b6ve-
das de doble curvatura f orman parte de nuestro paisaje urbano actual, --
ahora hechas con concreto reforzado.
Los árabes, que dominaron la parte sur del Mediterraneo y gran parte
de la Península Ibérica, trajeron con ellos un concepto diferente de las --
ciudades que, aunque amuralladas, querran incluir en ellas el encanto de
los o.sis y buscaban armonizar la naturaleza con la habitación humana,
haciendo salones de sus jardines, los que tenfan por techo el cielo y por
muros enormes setos hechos de árboles y decorados con flores, fuentes,
. e .

12. .. .12
canales interiores y exteriores y con decoraciones profusas y rÇtmicas que lo
graban ambientes inigualables: con ellos llegan las matem.ticas, el álgebra, -
la geometría, los ntl.meros arábigos, que ellos habían recibido a su vez de los
hindes, la medicina, las norias y las naranjas.
1 Después vinieron los grandes navegantes que habrían de cambiar este nues-
tro mundo nuevo. Ellos ya teni'an noción de la latitud por el cambio de las -
constelaciones que observaban continuamente, y probablemente Col6n, en las -
muchas investigaciones que hizo en las bibliotecas entonces existentes, encon--
tró que ya los griegos consideraban a la tierra redonda. Es tambin un dato -
curioso que en 1491, un ao antes del Descubrimiento de Amrica por Colón,
el alemán MartÇn Behai.m construyó la primera esfera terrestre. Pero los osa
dos navegantes necesitaban un instrumento que les permitiera conocer su posi-
ción al alejarse de las costas conocidas. Disponían de la brcijula, invento chino
del 1126 A.C.; del astrolabio, herencia arabe que les permitía conocer su lati
tud, y necesitaban conocer su posición relativa al punto de partida al Oriente -
o Poniente; si pudieran mantener la hora del punto de partida la podran compa
rar con la hora sideral del punto a conocer. La clepsidra y el reloj de arena
no podían dar esa exactitud y fu6 hasta el invento del áncora de relojer!a que
se logró el cronómetro. El desarrollo de esa tcnica de engranajes llevó al -
interés en complicados mecanismos, pájaros mecánicos, robots, cajas de mci
sica, etc.
El Renacimiento, coincidiendo con el descubrimiento de América, fu como
una explosión de jcibilo, redescubriendo los grandes ejes, los grandes espacios
ordenados, que llevaron a las extraordinarias creaciones de Miguel Angel, --
. . 4
affl

13. L
entre ellas la Plaza del Campidoglio, y a las obras de Bernini, como la Pla
za de San Pedro, así como los logros franceses, cuyo espfritu ordenado aco
gi6 como suyos estos principios, los cuales fueron aplicados a las grandes -
mansiones, hasta llegar al Palacio de Versalles y otras obras de Le N6tre,
y en el Siglo pasado a la renovaci6n de la Ciudad de París, con sus amplt-
simos ejes rigurosamente trazados y ordenados. Otro ejemplo fu6 la crea-.
ci6n del trazo de la nueva capital Washington, segn el trazo de Pierre
L'Enfant.
En el desarrollo de nuestras ciudades precolombinas encontramos repe-
tidos y confirmados los principios de las grandes ciudades orientales de la
antigUedad; nuestra cultura madre, la Olmeca, sirge de la zona rn.s frtii
y al fincarse en los conjuntos urbanos aparece el concepto de los grandes
ejes, la majestuosa escala vertical y horizontal, y de la composici6n equi
librada. Asf admiramos los conjuntos de Teotihuacn, Tula, Cholula, Te-
nocht1tln, El Tajn, Monte Albn, Mi.tla, Chichen Itzá, tjxmal, Palenque,
Tikal, Tulum; innumerables y admirables conjuntos urbanos con sus bellas
plazas y mercados. Tambin encontramos repetido el fenómeno de las mu-
rallas, aunque raramente, como en Tulctm y en las ciudades Incas y ms
tarde en Campeche y Cartagena. También encontramos repetido el fen6me
no de la ciudad defentta lacustre como fué Venecia, fundada por los ro-
manos para esconder el sereto de la fabricaci6n del vidrio y Tenochtitln,
11
1.
e e e

14. .14
fundada por los aztecas para liberarse de la tutela de los reyes riberefios.
En ese tiempo de las murallas, del control de la propiedad urbana, es
• cuando aparece el primer Catastro que informa a las autoridades fiscales
sobre las posesiones de los contribuyentes, ese fu6 el Doomsday Book le-
u
yantado por los Normandos en Inglaterra en 1085 D.C., aunque en la his-
toria ya antes los egipcios y los romanos habÇan usado los censos.
El cambio radical en nuestras ciudades se present6 en el Siglo XIX.
Hasta el siglo pasado la humanidad no habia logrado disponer de mayo
res fuentes de energía que la propia de sus brazos, la de sus caballos y
bueyes, la e6lica, aprovechada en los veleros y en los molinos de viento,
y la hidráulica, aprovechada en los molinos y algunos otros modestos usos
industriales. En 1767 Watt había inventado su máquina de vapor y 1800 -
marca el inicio del desarrollo al inventar el italiano Volta su pila elctri
ca. El siglo XIX trajo el gran desarrollo del vapor, lo cual modific6 to-
Ox
la capacidad del trabajo. Previamente ya se habÇa logrado un gran
avance en la fabricaci6n del acero que culmin6 en 1855 con los inventos de
h. Bessenner y Siemens. Tanto en Alemania como en Bélgica, Francia e Ingla
L terra se habi'a logrado una importante producción de acero. Tambin se ha-
ex desarrollado muchos mecanismos basados en el desarrollo de los de re
lojera de modo que, al desarrollarse el vapor, colocó a Inglaterra en una
posición privilegiada y que le permitió lograr el rápido desarrollo de los -
ferrocarriles y de los barcos a vapor, ventaja que quedó demostrada en el
podera que adquirió el Imperio Británico.
o
Hubo otras importantes coincidencias; Faraday transformó el magnetismo
. . 9

15. $.j5
en corriente e1ctrica, dando las bases para el motor eléctrico; en 1859 son
descubiertos y explotados grandes yacimientos petroleros en Estados Unidos;
- en 1866 circula el primer tranvÇa eléctrico en BerlÇn y en 1879 se puso en
servicio en Nueva York el alumbrado eléctrico, cuya bombilla acababa de -
ser inventada por Edison; en 1882 Koch descubrió sus bacilos; en 1885 Pas-
a
teur inventó su vacuna, lo que provocó importantisimas mejorías en las cori
diciones higiénicas, las que hicieron posible una mayor concentración urbana
sin peligro de epidemias. Tambión coincidió la creación de los alimentos en
Y.
latados que permitió el manejo y el almacenamiento de grandes cantidades -
de vfveres.
Coincidiendo con este brusco despegue, la energía eléctrica permitió la
creación del ferrocarril subterráneo; el metro fué abierto al pblico en Pa
rs con 14 lineas en 1900. Este sistema de transporte junto con el desarro-
llo de la estructura metálica remachada, de la cual la Torre Eiffel que data
de 1889 es un notable ejemplo, convirtieron a la ciudad en Metrópolis, per-
mitiendo la creación de zonas muy densamente pobladas y comunicadas efi--
cientemente, lo que no habÇa podido ser logrado con la tracción animal.
Una consecuencia inmediata de la construcción de edificios con m(iltiples
pisos, con independencia de la distribución de cada uno de ellos, modifica-
ble a voluntad, y comunicados verticalmente con los nuevos ascensores, fu
la aparición de la propiedad por pisos, nuestros actuales condominios.
En todas las ciudades aparecieron los tranvias y, tambin en 1900, el -
primer monorriel que soportaba y sigue soportando los vagones ligeros de
madera colgados sobre el cauce de un arroyo a lo largo de 13 kilómetros,
u;
. . .
1

16. .1.16
(inico espacio libre que había en la que es actualmente la ciudad de Wuppertal,
en Alemania, que ya desde entonces presentaba graves problemas de hacina- -
U.
miento industrial.
la
En nuestro Valle de Mxico, a principios de este siglo, se desarrollaron
u.
como ciudades satlites, unidas por el tranvía elctrico, Tacubaya, Mixcoac,
San Angel, Coyoac.n, Tialpan, Xochimilco, el Tepeyac, iniciándose ya la man
cha urbana en la que vivimos actualmente.
El desarrollo de la energía eléctrica, combinado con el conocimiento que —
se tenía del émbolo de vapor, condujo al invento del motor de combusti6n in-
terna, con el chispazo eléctrico oportuno que enciende el combustible compri-.
mido. Y así Etienne Lenois condujo en 1863 un vehículo a motor de kerosina
desde Pars a Joinville; en 1885 Daimier Benz construye su primer automovil
con motor de benzina; en 1892 Diessel inventa su motor y en 1913 llega Henry
Ford con su invento de la cadena de montaje y abarata sus autom6viles hasta
01 . ponerlos al alcance de millones de personas.
La independencia de estos vehÇculos, y la facilidad de su manejo, provocó
wM
una nueva cultura urbana internacional, cuyos problemas y soluciones se repi-
ten por doquier.
El aprovechamiento de la energía, que se ha logrado hacer hasta ahora ba
rata y fci1, trajo como consecuencia que la uni6n de las ciudades satélites,
que ya habfa comenzado a principios de siglo, se ampliara hasta formar las
modernas megpolis. Ahora• encontramos el tren bala que sirve a las ciudades
1 • •
u
L
05

17. S1
• ..17
de Tokio-Kyoto-Osaka que con las ciudades intermedias forma una megpolis
de ms de 30 millones de habitantes. Megpolis es también la zona Boston-
Nueva York-Filadelfia-Washington. Megpolis es Mxico-Toluca-Cuernavaca-
Cuautla-Puebla-Pachuca.
1
La facilidad de transporte masivo e independiente tambin ha causado co-
mo consecuencia el que los centros tradicionales de comercio, basados en -
su mutua cercanía, han venido siendo desplazados por los nuevos centros co
merciales que usan al máximo las facilidades modernas de grandes espacios
climatizados, a los que dan ambientes y perspectivas hermosas, con trans-.
portes verticales f.ciles y grandes espacios de estacionamiento. Todo esto
basado en la posibilidad de hacer grandes conjuntos en donde el terreno no
IMI
ha alcanzado valores elevados. Una consecuencia directa es la alteraci6n
de los valores raíces en la zona aledafía y aun en las zonas alejadas que
tradicionalmente venÇan prestando estos servicios.
El efecto de desconcentración o centrifugaci6n de las ciudades debÇa ha-
ber traído algcmn desahogo de los centros comerciales antiguos, pero lo que
se ha obtenido es congestionar los lugares que anta?io no sufrÇan esos pro--
blemas sin que los ya congestionados tengan alivio alguno.
Llegamos asÇ a nuestros problemas de Hoy.
r . . •
E
1

18. .18
Nuestros grandes problemas urbanos son de naturaleza domstica. El
problema es que nuestras calles y nuestros espacios pblicos no fueron
• hechos para que cada ciudadano circule en un autom6vil y mucho menos
para que lo estacione bloqueando el espacio destinado a circulaci6n. El
problema es que las distancias a recorrer, en la vida promedio del ciu-
dadano, son desproporcionadas a la escala humana. El problema es que
la cirug!a urbana de emergencia, como son los ejes viales, es necesaria,
pero destruye el tejido urbano y obliga a penosos éxodos y reconstruccio-
nes. Aunque se agranden las avenidas, los cuatro millones de vehÇculos en
circulación previstos para dentro de siete aftos ocuparán quince mil hec-
táreas, de las cuarenta y cinco mil totales que hay en el Distrito Fede-
ral.
Actualmente los grandes avances de la ciencia en materia de transporte
y de cibernética, las computadoras, la técnica moderna del concreto refor-.
zado, la propulsión a chorro a velocidades supersónicas, nos dan mayor -
confort, nos facilitan la comunicación internacional, pero básicamente no
alteran la vida urbana, - pues ya se ha dicho que el hombre es un animal
de costumbres.
Podemos prever que para el Siglo XXI, tal como sucedió en el XIX con
L el desarrollo del vapor, hbrá de nuevo una enorme brecha entre los paises
[
que logren substituir la energía provinente del petróleo y aquellos que no lo
logren.
1.
It
9 9 .

19. .. .19
tu
Pasemos ahora a analizar los problemas álgidos de nuestras ciudades, pa
ra tratar de prevenir y lograr que el futuro urbano no se presente ca6tico,
como es la amenaza ya concreta en las ciudades en donde se presentan las
mayores concentraciones humanas.
Todo ésto nos lleva a consideraciones serias sobre la problemática a la
que nos enfrentamo de donde habrá de obtenerse la energía que necesita-
éw para realizar los grandes transportes de gente; los grandes transportes
de alimentos; los grandes transportes de agua, los grandes transportes de
energéticos y de energía; los grandes transportes de desechos y su tratamien
1
1 Toda nuestra vida en las ciudades depende de que todos estos transportes
I
sigan siendo posibles, y ésto depende de que siga existiendo la energÇa nece
sana para ello. Desgraciadamente nuestra sociedad moderna desperdicia
energía cada vez más y esto a pesar de las crisis repetidas del petróleo.
I
Un estudio muestra que en Estados Unidos la relación entre la energía gas..
tada y la energfa aprovechada va en deterioro, ya que la relación en 1960 -
fu6 de 48% y en 1979 se redujo a 43%, debido primordialmente a las pórdi-
das en el transporte de la energía, y de los energéticos al estar la pobla--
ción más concentrada lejos de los lugares de producción.
Estamos desarrollando la Energía At6mica con todos los peligros que -
esto encierra y la Solar con todas sus limitaciones, podemos promover en
algunas zonas el aprovechamiento de la Eólica. Tambin tenemos a mano la
Energ!a Geotrmica, que deberá seguir siendo desarrollada dado que nuestro
. . . #

20. .. .20
suelo está fisurado profundamente en las zonas habitadas, lo cual dá una muy
conveniente localizaci6n para estas posibles plantas.
Nuestra necesidad primordial desde los tiempos ancestrales sigue siendo -
el agua, cada da más preciosa, cada dÇa más desperdiciada. En un informe
1
de las Naciones Unidas aparece la terrible cifra de trece millares de niños -
muertos, la tercera parte por disenterÇa y otros males relacionados con la -
falta de auga potable, males terribles que podrían evitarse con un modesto -
esfuerzo, el que tendrra que estar acompañado por el indispensable control
para dar tratamiento o disponer del excremento humano en forma segura. En
o ese mismo informe aparece que ni siquiera nuestros vecinos del Norte han -
logrado solucionar totalmente ese problema, lo que nos confirma que es un
grave problema al que debemos dedicar especial estudio y atenci6n.
En esta nuestra ciudad el problema del agua es el mayor de todos. Para
los más de diez millones que somos el agua ya se está trayendo de Valle de
Bravo, a un costo mucho muy elevado si lo comparamos con el costo por ha-
bitante que se obtendría para un tratamiento y transporte de agua en cualquier
otra población de la Rep6blica. Pero no es este el problema; el gravísimo --
problema es de donde habrá de traerse el agua para los adicionales diez millo
nes de habitantes que habrá de tener nuestra ciudad. Desde luego ya han sido
captados y sobreexplotados todos los acuíferos próximos a nuestra ciudad.
1... Tendremos también que hacer enormes tratamientos del agua efluente de nues
tra ciudad para reciclarla tantas veces como sea posible, antes de dejarla ba
jar más de dos mil metros, hasta el mar.
OW
9 . .

21. .. .21
Asf pues ¿de dónde y usando que energía vamos a traer agua para otra
ciudad adicional y tan grande como la nuestra?, ¿Cual va a ser la solución
al grave problema sanitario que causan nuestras aguas de desecho? o acaso
¿seguiremos cerrando los ojos y dejando que nuestro medio ambiente se de
teriore más allá de toda posible recuperación?
Ya tenemos aquí el problema que hace no muchos años pronosticó en un
cartón Abel Quezada; ya nuestros automóviles cubren casi el total del pavi-
mento disponible. Quizás se tenga que aceptar la solución por ól propuesta:
una enorme aplanadora que redujera a todos los automóviles, ya abandonados
e inmóviles en las calles, a una lámina de acero sobre el pavimento.., y a
1-1 empezar de nuevo a poner vehículos en circulación.
Al analizar nuestros problemas urbanos debemos hacer un balance de -
nuestros recursos: ¿Tenemos asegurada una fuente de energía permanente?
¿ podemos aumentar impunemente el tamaño de nuestras ciudades derrocha-.
doras de energía?, ¿Podemos seguir transportando todo, cada vez a mayores
distancias, al través de mayores obstáculos? ¿ Podremos evitar el grave dete
rioro de la vida humana como sabemos que está ocurriendo mundialmente en
las grandes ciudades?.
Conociendo nuestros grandes problemas, busquemos luces en la experien-
cia humana que nos ha permitido llegar hasta nuestro da de hoy.
Las comunicaciones terrestres han sido las que han marcado y alterado
la fisonomra y la extensión de nuestras ciudades, aunque en su origen muchas
fueron escencialmente mar!timas y otras han cambiado sus caracterÇsticas al
01
9 . . #
-J

22. •. .22
lograr acceso a vías acuáticas, que siguen siendo las vÇas de transporte más
barato. El rápido desarrollo del transporte aéreo ha tenido relativamente po-
co impacto en el tejido urbano, siendo el tama?io de los aeropuertos el ma--
MI
yor problema al que se enfrentan las ciudades • Su efecto más tangible ha si-
do la polarizaci6n del poder político, del comercial, del financiero, del cultu
ral y del social, bajo el dicho siempre válido de "Los semejantes se juntan".
En esta polarización de talentos encontramos una de las razones de la --
formación de las ciudades, que se fue acentuando con la creación de los po-
deres p6blicos, la creaci6n de Universidades y con la creación de importan-
tes servicios como han sido el correo, el telégrafo, la prensa, la radio, la
ti
televisión, los centros de computaci6n.
Es evidente que ahora contamos con conocimientos de los que nuestros -
padres careci'an y contamos con máquinas que nos ayudan a pensar y a recor
dar,. para hacer todo en la mejor forma, pero no está de más tener presente
como se hicieron las cosas cuando la energía de que se disponía era limitada.
Al través de la historia encontramos que Mohenjo-Daro, en el Hindus, abar
caba una extensión de 4 1/2 Kms. de diámetro hace más de 4000 afios; Roma,
que llegó a tener un millón de habitantes al inicio de la Era Cristiana, no - -
abarcaba una superficie mayor; ParÇs en tiempos de Napoleón abarcaba una su
al
perficie semejante; Londres abarcaba algo más que la "milla cuadrada" que -
atan constituye "The City", donde teóricamente tiene que pedir permiso para -
entrar la Soberana de Inglaterra. Si analizamos sus áreas, Viena, Berlrn, -
Amsterdan, México, Madrid, Bruselas, Milán, Nueva York, es decir todas -
las ciudades importantes antes del advenimiento del vapor y de la electricidad,
• • •
L.

23. encontraremos que coinciden en un empleo del espacio basado en la autonornia
de una persona caminando, es decir: la ciudad peatonal.
t.
En Alemania, después de terminada la guerra, al replanear sus ciudades,
casi todas con un origen medieval, se llegó a la conclusión de que para su
1
funcionamiento correcto habria que respetar su origen, su trazo, sus carac-
tersticas, pues no se trataba de demolerlas o de abrir ejes viales al través
de callejuelas estrechas, destruyendo todo lo que les era caracteristico; así
que respetando lo existente por voluntad de las poblaciones, se llegó casi -
i.
obligadamente a lo que resultó ser la solución que, al mismo tiempo que -
respeta, reanima y reactiva los antiguos centros en decadencia, les d. una
nueva vida comercial, social y cultural y logra la revaluación de los valores
esttcos y de los bienes raíces, permitiendo as la adecuación de los servi-
cios urbanos con un apoyo económico. La solución no fue otra que hacer --
peatonal el centro urbano que fu creado por peatones y para peatones, ro-
r. de un anillo de circunvalación, para lo cual se aprovecharon los -
espacios de los antiguos fosos o de las murallas defensivas, creando los ne
cesarios espacios de estacionamiento en los centros de las manzanas y en
lugares estratégicos, para que el conductor ya convertido en peatón alcanza-
ra fácilmente el centro reacondicionado amablemente con hermosas fuentes,
zonas jardinadas, alumbrado adecuado, comercios, restaurantes, cines, tea-
tros, templos, todo integrado en las calle y plazas hechas originalmente a
la escala humana.
. . .
$1.

24. .. .24
Esta soluci6n ha tenido éxito dondequiera que ha sido adoptada: en In-
glaterra, Francia, Blgica, España, Canad., Estados Unidos, en todas -
latitudes y climas. Desde luego que es la soluci6n, que nunca fu otra,
en las ciudades de Marruecos, Fez, Meknes, Marrakesh, en las cuales
es imposible la circulaci6n de vehículos y el peat6n es dueño de la ciu-
dad.
Otra soluci6n es la que han dado en St. Louis Missouri, donde el -
autom6vil está proscrito en el centro, donde solamente se permiten pe
que?íos carros eléctricos a los que hay que transbordar. En Londres y en
Parfs ya se ven autom6viles pequeñs irnos en los centros congestionados.
01
Veamos a nuestro alrededor, mundialmente se resiente el gigantismo
y las soluciones que han tenido éxito son del tipo de las Treinta Ciudades
inglesas; pequeñas y bien equipadas para una vida completa, integrando la
industria no nociva y permitiendo a los habitantes llevar una vida que no
dependa totalmente del autom6vil, que se está convirtiendo en una arma -
de dos filos.
W.
El mañana de nuestras ciudades está hoy aquí en nuestras manos.
Debemos procurar las mejores condiciones urbanas para enfrentarnos al
inminente Siglo XXI. Debemos encarar la crisis de los energéticos, la -
1 que ya empezamos a conocer y la que regirá nuestras vidas dentro de me
nos de treinta años, que no son nada en la vida de una ciudad.
Existen muchos estudios serios y documentados sobre la energía dis-
ponible mundialmente. La mayor reserva de energía está depositada en
forma de carb6n, el cual no se encuentra en nuestro suelo sino en mínima
k.
. . 0

25. . . .25
parte: solamente una milésima parte de la disponibilidad mundial. De las
reservas de uranio poseemos solamente un trecientosavo de las reservas
conocidas. En cambio disponemos de más de la vigésima parte de las
existencias mundiales de petr6leo, el cual nos sirve para producir las
dos terceras partes de la energía eléctrica que consumimos. La tenden-.
cia en el consumo del petr6leo es a aumentar. El consumo aumentará apro
ximadamente en un treinta por ciento más antes de llegar al terrible desen
lace: la escasez y por lo tanto la carestÇa agobiante del petr6leo. Aunque -
4.
nosotros tenemos reservas petroleras para más tiempo, ninguna naci6n pue
de seguir consumiendo combustibles f6siles sin buscar soluciones alternas
y sin buscar ahorrarlos en la forma más amplia posible. Como punto de -
referencia pensemos que la gasolina en Europa cuesta actualmente $25/litro
tal y costará tres veces más dentro de cuatro años, segn serias predicciones.
Las soluciones urbanas deberlan de tomar en cuenta esta realidad, pues
las consecuencias de no hacerlo serÇan gravrsimas. Imaginémos un momen-
to nuestra vida actual sin petr6leo; fábricas inmobilizadas, transportes para
dos, energía eléctrica reducida al 35% de la disponibilidad actual y, como
consecuencia, la falta de agua potable, la falta de aprovisionamiento de ali-
mentos y la falta de trabajo. Las consecuencias de no valorar a tiempo la
mi
crisis de energéticos serán gravísimas.
La preciosa energía en el Siglo XXI no podrá ser malgastada. Los trans
L portes de personas no podrán hacerse en vehÇculos que pesan veinte veces -
más que su ínico pasajero, ni podrán ser a distancias que un hombre no --
. . . #
1

26. . . .26
puede recorrer a piél ni siquiera en una jornada completa. El hombre ama
la libertad y un aspecto de ésta se encuentra representado en la autonornfa
que nos da el autom6vil. AsÇ pues, seguiremos sacrificando muchas cosas
con tal de poseer un vehiculo, el cual tendrá que ser cada vez más peque
fío y más eficiente. La ciudad por su parte deberá exigirnos desplazamien
tos a menores distancias en nuestras actividades de trabajo.
Una caracterrstica que deberá fomentarse es el uso de la bicicleta, que
en muchos países se ha incrementado, pues resuelve el problema del reco
rrido casa-centro comercial-escuela y no consume más energía que la de
su tripulante, beneficiándose asÇ su salud, tanto por el ejercicio cuanto -
porque el aire no sufre ninguna contaminaci6n. El potencial de esta solu-
ci6n es muy grande, pero el mayor obstáculo es el miedo a los acciden-
tes. El uso de la bicicleta y la bicimoto puede promoverse ampliamente
si se hacen ciclopistas con cruceros protegidos, si se hacen lugares de
estacionamiento adecuados y seguros.
Actualmente las industrias nocivas y ruidosas tienden a estar aisladas
y la gran mayorra de las industrias están ya integradas a la vida urbana,
y trabajan •a base de energ!a eléctrica, la energía limpia, la que ha per-
mitido a Suiza permanecer fuera del problema de la poluci6n atmosfrica,
gracias a su amplia producci6n de energia hidroeléctrica, la energía reno
vable, producto de las nieves de los Alpes. Así pues la industria puede -
ser integrada en gran parte a la habitaci6n y asÇ eliminar los desplaza--
mientos humanos inecesarios. La dimensi6n de nuestras ciudades debe -
ser alentada a mantenerse reducida mediante toda una gama de incenti--
vos y restricciones, equpándola cuidadosamente para promover las solu-

27. ciones peatonales, promoviendo y facilitando el uso de las bicicletas y bi
cimotos y gravando cada vez más el uso del autom6vil.
Los estudios de factibilidad de los proyectos a realizarse de inmediato,
si bien son una necesaria herramienta de nuestro trabajo, deben contem-.-
plarse a la luz de sus limitaciones, pues están hechos con precios actuales,
y bajo las caracterÇsticas de disponibilidad actuales. Sin despreciar su fac-.
tibilidad actual, deben sopesarse ante la ineludible realidad de lo que debe-.
rán de ser nuestras ciudades para ofrecernos una vida digna en el futuro.
No rechacemos la experiencia milenaria; si Roma lleg6 a tener un mi-
116n de habitantes al inicio de la Era Cristiana, tamaño adecuado para -
•i
nuestras ciudades de provincia, seguramente podremos imaginar una cm-
dad con todo el confort moderno en un espacio semejante, lo cual permi-
tirá subsistir a sus habitantes con un consumo mÇnimo de energra.
La preciosa energía en el Siglo XXI deberá dedicarse a la producci6n
de bienes y a su transporte, operaciones que tendrán que ser ejecutadas
cada vez con mayor ahorro de energía. Será prohibitivo emplear la ener-
ga en el transporte de los habitantes urbanos, por lo cual las industrias
tendrán que estar integradas a las zonas habitacionales, cuidando que no
sean nocivas, ni para sus propios habitantes, ni para aquellos que se en-
cuentren aguas abajo, ni para otros que pudieran resultar directamente -
perjudicados.
Debemos procurar que el desarrollo de las ciudades sea armonioso -
con la naturaleza, aprovechar los recursos naturales sin destruirla, con
1
servar nuestros bosques y reforestar los perdidos, detener la erosi6n -
9 . .

28. ... 28
que amenaza hacer atn más desértico nuestro paÇs. Debemos dar trata-
miento a los efluentes hasta restaurar la vida piscícola en nuestros rÇos.
Nuestras ciudades del mañana deberán ser necesariamente inteligen-..
u
tes, cuidadosas, ahorrativas, concientes del cuidado del medio ambiente.
Se dice que Dios perdona siempre, el Hombre a veces, pero la Natura
leza no perdona nunca; y para recordárnoslo ahí está la serie de sismos
-141
que hemos sufrido en la zona suroeste de nuestra ciudad de Mxico, pro-
vocados por la contracci6n del suelo del Valle debida a la sobreexplota-.-
ci6n de acuÇferos, que junto con la deforestaci6n del Valle constituye la más
s
grande amenaza para el futuro de nuestra ciudad y sus habitantes.
Reafirmemos que el Hombre puede resolver los problemas a que se en-
frenta, y siempre lo ha logrado hasta ahora, pero al hacerlo no debe per-
r< los valores heredados de la sabiduría de nuestros mayores.
Para terminar, permtaseme recordar la habitaci6n humana que nos le-.
g6 la gran civilizaci6n árabe, que supo bien armonizar los espacios inte-.-.
riores y la belleza de las construcciones con la naturaleza, que supo go.-.
zar de los espacios abiertos, el agua viva, las fuentes, las flores, los -
árboles, las perspectivas, las panorámicas; todo dentro de la escala huma
na, que es nuestra ánica medida.
Muchas gracias.