2. La metadona fue descubierta en Alemania
durante los años cuarentas. Hoy en día se
comercializa mundialmente en forma de
grageas. En su corta historia ha transitado
de fármaco indeseable a fármaco
providencial gracias a las políticas del
gobierno estadounidense y el apoyo de los
terapeutas y compañías farmacéuticas que
la producen.
3. La metadona es un fármaco que calma el dolor
(produce analgesia). Actúa reduciendo los efectos de
las endorfinas (moléculas que intervienen en la
transmisión del dolor) que se encuentran en el cerebro y
en la columna vertebral. La metadona se combina con
los receptores opiáceos del cerebro y bloquea la
transmisión de estímulos de dolor. Actuando en los
mismos receptores opiáceos que la heroína, la metadona
evita los síntomas de abstinencia que aparecen al dejar
de tomar heroína. La terapia con metadona para la
adicción a opiáceos debería utilizarse junto con apoyo
psicológico y social.
4. De este medicamento existen comercializadas formas
de administración oral (comprimidos), parenteral
(subcutánea).La dosis adecuada de metadona puede
ser diferente para cada paciente. A continuación se
indican las dosis más frecuentemente recomendadas,
pero si su médico le ha indicado otra dosis, no la
cambie sin consultar con él. Dosis oral usual en
adultos: Tratamiento del dolor: 5-10 mg cada 4 horas.
Deshabituación a opiáceos: 20-30 mg al día Dosis
subcutánea en adultos: Tratamiento del dolor: 5-100
mg cada 4 horas. No se recomienda su uso en niños.
Las formas orales de metadona deben tragarse
enteras con un poco de líquido.
5. La metadona produce contracción de pupilas, depresión
respiratoria, relajación muscular, liberación de la hormona anti
diurética, estreñimiento, aumento de la temperatura y de la
presencia de azúcar en la sangre. También se han confirmado
modificaciones similares a las generadas durante el sueño en
pruebas de encefalograma.
Utilizada durante largos periodos puede provocar aumento de
peso y entumecimiento. Sus efectos persisten después del uso
repetido; de hecho la contracción de las pupilas y la depresión
respiratoria se aprecian por más de 24 horas después de una
dosis única. No se han detectado alteraciones genéticas
debidas al uso de metadona, pero al igual que en el caso de la
heroína y la morfina, los hijos de mujeres que la consumen
frecuentemente durante el embarazo suelen nacer con bajo
peso y presentan manifestaciones abstinenciales
6. Este psicofármaco empezó a utilizarse
como sedante y como remedio contra la
tos, sin mucho éxito. Actualmente se
emplea en los programas de
desintoxicación y mantenimiento de los
farmacodependientes de opiáceos.
7. Las dosis terapéuticas de la metadona
fluctúan entre los 7 y los 10 mg por vía
oral en programas de mantenimiento.
Para tratar síndromes abstinenciales
provocados por opiáceos se emplean 10
mg en intervalos de 4 a 6 horas. Las dosis
letales son de 100 mg en pacientes sin
tolerancia.
8. La tolerancia provocada por la metadona es alta y se
desarrolla con rapidez inhibiendo sus efectos
subjetivos. Provoca dependencia física y un síndrome
abstinencial que demora más en aparecer que el de
otros opiáceos, pero tiene una duración mayor (dos
semanas, aproximadamente) y es más severo debido a
que las concentraciones sanguíneas del psicofármaco
permanecen en el organismo durante más tiempo (ir al
apartado de ¿Qué es una droga psicoactiva? para
consultar información detallada al respecto de los
receptores cerebrales de los opiáceos y la forma en
que ocasionan la dependencia física). En usos
terapéuticos se prescribe su retiro gradual.
9. El clorhidrato de metadona se
comercializa en emulsiones, ampolletas y
pastillas.