Este trabajo recoge la relación de la inteligencia emocional y la enseñanza de la música

1. Diciembre de 2018 TAREA FINAL
Inteligenciaemocionaly enseñanza
de la música
ANE ALEGRIA SARRIONAINDIA
45750276-X

2. 1
Índice
1. Introducción ………………………………………………………….……… 1
2. Marco teórico ………………………………………………………….……. 1
3. La crítica …………………………… ……………………………,,,…,……..5
4. Bibliografía ………………………………………………………………….. 6

3. 2
1. Introducción
Este trabajo que tienes entre manos es la tarea final del curso “Inteligencia emocional y enseñanza de
la música” impartido por IFIDMA. Para dar por terminado el curso, he decidido enfocar este último
trabajo desde el área de las implicaciones educativas que tiene la teoría de la Inteligencia Emocional
en el ámbito musical, yaque considero dos de las grandes herramientas de la educación y del desarrollo
de nuestros jóvenes. En primer lugar, y tras cursas este curso, no cabe duda de que la Inteligencia
Emocional es fundamental para cualquier se humano, y desarrollar dicha inteligencia de manera
correcta beneficia a uno mismo y a todos los que nos rodean. Es por ello que considero importante
implementar la inteligencia emocional en todos los ámbitos de la vida cotidiana, y por consiguiente en
la educación de los jóvenes también. En segundo lugar, yo me sitúo en la enseñanza, es decir, soy
docente y mi especialidad hasta el día de hoy es la música. Elegí especializarme en magisterio musical
porque creía y sigo creyendo que la música es el lenguaje universal que a todos nos une, y por otra
parte el ese lenguaje capaz de sacar las emociones de cada uno cuando más lo necesitamos. Así pues,
en las siguientes páginas, se resume un ensayo crítico sobre implicaciones de la inteligencia emocional
en la enseñanza de la música.
2. Marco teórico
La inteligencia emocional ha sido estudiada desde los filósofos más antiguos hasta los
contemporáneos, queriendo así entender mejor la conducta humana, las emociones y sentimientos del
humano en su ámbito más profundo.
Los sentimientos son un sistema de alarma que nos informa sobre cómo nos encontramos, qué nos
gusta o qué funciona mal a nuestro alrededor con la finalidad de realizar cambios en nuestras
vidas. Una buena percepción implica saber leer nuestros sentimientos y emociones, etiquetarlos y
vivenciarlos (Fernández y Extremera, 2007). Saber interpretar estas emociones y utilizarlas en beneficio
propio es una de los secretos al éxito, y para eso es necesario definir la inteligencia emocional para
saberlo trabajar.
La inteligencia emocional (IE) según Gil-Olarte, Guil, Serrano, Larraz (2014) aparece por primera vez
como concepto en 1990 en un artículo escrito por Peter Salovey y John Mayer y se refieren a ella como
la capacidad de percibir y expresar emociones, asimilar las emociones en el pensamiento, trabajar para
razonar con esas emociones y por último regular las emociones. En 1995 Daniel Goleman (2008, p.
75) define la IE como la capacidad de automotivarse, controlar los impulsos, regular nuestros estados
de ánimo y empatizar y confiar en los demás. Años más tarde, en 2008, identificó el auto-concepto
emocional, el autocontrol emocional, la automotivación, la empatía y las relaciones interpersonales
como los componentes de la inteligencia emocional.

4. 3
Como Gil-Olarte, et al. (2014) recogen, la inteligencia emocional está estrechamente ligada con el
bienestar personal y muchas variables de aceptación; es decir, que la inteligencia emocional también
es un componente muy importante a la hora de medir la inteligencia pero sobre todo a la hora de afrontar
la vida, por lo que es esencial introducirla en nuestras escuelas.
Las emociones que percibimos de nuestro entorno a diario son un papel fundamental para la
supervivencia. Dichas emociones si bien están implicadas en la activación de los cambios fisiológicos,
cognitivos y conductuales que nos brindan respuestas de la demanda ambiental, (Cosmides y Tobby,
2000; Nesse, 1990) también son esenciales para que el individuo tome las decisiones correctas
(Damasio, 1994; Katelaar y Todd, 2001; Overskeid, 2000).
En lo que a los modelos de IE respectan, la categorización conceptual más admitida en IE distingue
entre modelos mixtos y modelos de habilidad basados en el procesamiento de la información (Mayer,
Salovey & Caruso, 2000). El modelo mixto es la visión en la cual se concibe la IE como los rasgos de
personalidad de cada uno, las competencias socio-emocionales, aspectos motivacionales y habilidades
cognitivas (Bar-On, 2000; Boyatzis, Goleman & Rhee, 2000; Goleman, 1995), Por otra parte, está
modelo de habilidad. Esta tiene una visión más restringida y la defienden autores como Slavery y Mayer,
que entienden las IE como una inteligencia genuina basada en el uso adaptativo de las emociones y
su aplicación a nuestro pensamiento (Fernández y Extremera, 2005). Este modelo que publican Slavery
y Mayer en 1997 está compuesto por diferentes apartados y así recogen todos los aspectos que ellos
consideran de la inteligencia emocional. En primer lugar está la percepción emocional, que responde a
la habilidad de identificar y reconocer los sentimientos de unos mismo y de los que están a nuestro
alrededor. En segundo lugar, la facilitación emocional, y esto consiste en la habilidad que tenemos para
tener en cuenta las emociones o los sentimientos a la hora de tomar alguna determinación o cuando
razonamos para así solucionar problemas. En tercer lugar, la comprensión emocional. Esto implica una
habilidad para identificar y desglosar las emociones que nos rodean, etiquetar dichas emociones y tras
el proceso agrupar cada emoción con el sentimiento que le corresponde. En cuarto lugar, encontramos
la regulación emocional; y esta es la más compleja de las habilidades. Consiste en no poner barrera s
a ningún sentimiento, sea positivo o negativo, y reflexionar sobre ellos, para después regularlos y
utilizarlos en nuestro beneficio o favor. (Extremera y Fernández, 2005).
Tradicionalmente, la educación ha dado prioridad al aprendizaje y desarrollo de los aspectos
conceptuales, de manera que materias teóricas siempre han prevalecido sobre lo demás.
Comprobamos cómo la importancia radicaba en el desarrollo de personas inteligentes cognitivamente
dejando de lado aspectos como las emociones. Sin embargo, a medida que ha pasado el tiempo y la
educación ha ido variando y adaptándose a la sociedad del momento, se han ido introduciendo otros
contenidos y aspectos imprescindibles para el desarrollo individual del alumnado. Se ha ido
comprobando que el hecho de que una persona presente emociones estables provocará efectos
positivos en todos sus niveles de evolución y, en definitiva, sabrá desarrollarse en el mundo en el que
vive. Aunque este cambio aún no sea del todo completo, pues en muchas ocasiones se sigue dando
más importancia a lo cognitivo, el objetivo que persigue la educación es el desarrollo integral de las
personas: Y éste es precisamente el problema, porque la inteligencia académica no ofrece la menor

5. 4
preparación para la multitud de dificultades a las que deberemos enfrentarnos a lo largo de nuestra
vida. […] nuestras escuelas y nuestra cultura, en general, siguen insistiendo en el desarrollo de las
habilidades académicas en detrimento de la inteligencia emocional, de ese conjunto de rasgos que tan
decisivo resulta para nuestro destino personal (Goleman, 2004, p. 64).
- La inteligencia emocional según Gardner
Intrapersonal
Los componentes claves relacionados con esta inteligencia hacen referencia a la capacidad de
distinguir las emociones propias, la facilidad de acceder a la propia vida interior, así como la habilidad
de conocer los puntos fuertes y débiles de uno mismo. En este conocimiento interno el sistema de
símbolos que operan son los llamados símbolos del yo, que estarían relacionados por ejemplo con los
sueños, objetivos e incluso manifestaciones artísticas.
Evolutivamente esta inteligencia puede hallarse en las primeras evidencias a lo largo de la historia de
la Humanidad relacionadas con la vida religiosa. Aunque nuevamente es importante destacar que no
es algo típico de la especia humana, ya que otras especies como los chimpancés son capaces de
reconocerse a sí mismos en un espejo, lo cual evidencia el conocimiento de sí mismos. En cuanto a
los factores históricos relativos a esta inteligencia, sigue siendo relevante en la actualidad, y más en la
sociedad compleja en la que vivimos, que requiere una importante toma de decisiones.
De este modo, se sabe que en la toma de decisiones los lóbulos frontales son fundamentales, los cuales
se relacionan con esta inteligencia junto con el sistema límbico (que regula las emociones) y los lóbulos
parietales. Así pues, las manifestaciones culturales más valoradas estarían en relación con teorías
psicológicas, por ejemplo.
Evolutivamente hablando, en cuanto a los factores de desarrollo personales se ha demostrado que es
esencial la diferencia entre «yo» y los «otros» a lo largo de los tres primeros años de vida
Interpersonal
Puede entenderse esta inteligencia como la habilidad para dar respuesta e identificar a los estados de
ánimo y las emociones, motivaciones y/o deseos del resto (Armstrong, 2006). Dicha identificación de
los estados ajenos empela un sistema simbólico basado fundamentalmente en actitudes sociales como
pueden ser los gestos o expresiones de la cara.
Cabe destacar que esta inteligencia forma junto con la intrapersonal, la denominada inteligencia
emocional.
Sin duda, los orígenes evolutivos de esta inteligencia están relacionados con la necesidad y la
supervivencia, así la vida en grupo facilitaba la caza y la recolección de alimentos.

6. 5
Aunque a día de hoy las cosas han cambiado, Armstrong (2006) afirma que los factores históricos,
tomando como referencia Estados Unidos, también denotan una importancia excelsa de esta
inteligencia que se explicita en la economía basada en los servicios. Esta necesidad de permanencia a
un grupo concreto se aprecia en otras especies, por ejemplo, los lazos materno-filiales son muy
importantes en otras especies animales.
Los factores de desarrollo de la inteligencia interpersonal quedan patentes ya en los tres primeros años
de vida, ya que los vínculos afectivos resultan esenciales.
Los estudios realizados para establecer los sistemas cerebrales más relacionados con esta
inteligencia, tal y como recoge Armstrong pasarían por la importancia de los lóbulos frontales,
temporales y el sistema límbico.
Las manifestaciones valoradas por las culturas, serían fundamentalmente aquellas que suponen
productos o documentos políticos o provenientes de instituciones sociales.
- Las emociones
Etimológicamente, la palabra emoción proviene del latín emotĭo, la cual significa “movimiento o
impulso”, hacia una sensación determinada. Descartes, citado por Garrido (2000), manifiesta la idea de
que las emociones (pasiones) las tienen únicamente los hombres, pues éstos poseen mente (utilizado
indistintamente con el término alma) y cuerpo mientras que los animales sólo cuerpo. En su obra Las
pasiones del alma, Descartes (1649/1972) expone que el alma posee la función de los pensamientos,
siendo las acciones y las pasiones. La utilidad de todas las pasiones no consiste sino en que fortalecen
y mantienen en el alma pensamientos que es sano que mantenga, y que sin ellas, serían borrados
fácilmente. Y todo el mal que pueden originar consiste en que fortalezcan y conserven estos
pensamientos más de lo necesario, o bien fortalezcan y mantengan otros en los que no es sano
detenerse (citado por Garrido, 2000, p. 19). A todo ello, Descartes añade en ese mismo libro la idea de
que el hombre puede regular sus pasiones (emociones) mediante su voluntad ya él tiene experiencia
de su estado emocional.
Darwin, en su libro La expresión de las emociones en el hombre y en los animales (1872), manifestó la
idea de que las emociones, presentes tanto en los hombres como en los animales, tienen una función
de supervivencia, de manera que se constituye como algo innato. 7 Teniendo en cuenta la dificultad de
establecer una definición completa de emoción¸ se tomará como referencia diversos autores para,
posteriormente, crear una propia que englobe diferentes aspectos. Aristóteles manifiesta que la
emoción es toda “afección del alma acompañada de placer o de dolor, en la que el placer y el dolor son
la advertencia del valor que tiene para la vida el hecho o la situación a la que se refiere la afección
misma.” (Casado y Colomo, 2006, p. 2) Del Barrio (2005) afirma lo siguiente: “la emoción consistiría,
ante todo, en un sistema de comunicación mediante señales o procesos expresivos que el cerebro
interpretaría como mensajes sobre prioridades de acción” (p. 25).

7. 6
Otra definición de emoción la aporta Goleman (1995): Se refiere a un sentimiento y a los pensamientos,
los estados biológicos, los estados psicológicos y el tipo de tendencias a la acción que lo caracterizan.
Existen centenares de emociones y muchísimas más mezclas, variaciones, mutaciones y matices
diferentes entre todas ellas. (p. 418) Por su parte, Bisquerra (2009) concibe la emoción como
reacciones a las informaciones (conocimientos) que percibimos en las relaciones con el entorno. De
esa manera, la intensidad de la misma dependerá de la persona y de cómo afecta a nuestro bienestar
y, para ello, intervienen las experiencias previas, creencias, etc. La influencia de las experiencias
emocionales a lo largo de nuestra vida es tal que nuestra personalidad estará caracterizada por ella.
Tomando como referencia a Bisquerra (2009), los estados emocionales que experimenta un individuo
definen y caracterizan su comportamiento y su personalidad. En ese sentido, hablamos de personas
alegres, tristes, miedosas, cariñosas, celosas, etc.
La emoción se podría definir como el resultado que se produce en nosotros mismos al vivenciar una
serie de experiencias con el entorno en el que nos desarrollamos. Ante ello, nuestro cuerpo genera una
serie de expresiones y señales que nos permiten comunicarnos con los demás tanto de manera
intencionada como involuntaria. Además de esto, cabe señalar que las emociones se constituyen como
un medio de expresión pues su lenguaje es universal. La expresión facial es considerada común entre
las personas de las distintas culturas aunque, si bien es cierto, influyen en ello “las modulaciones
surgidas de los distintos contextos sociales y sus aprendizajes diferentes” (Del Barrio, 2005, p. 26).
Como se ha podido observar, el concepto de la emoción ha ido evolucionando conforme lo ha hecho la
sociedad. En la actualidad, son mayores los conocimientos que se poseen en torno a ella hasta el punto
de que “el proceso psicológico de la emoción es objeto de interés por parte de la comunidad científica”
(Fernández-Abascal, García, Jiménez, Martín y Domínguez, 2012, p. 41). Resulta indiscutible la
relación que encontramos entre las emociones y los cambios corporales pues, como argumenta William
James (1952), “sin los estados corporales consecutivos a la percepción, esta última sería un mero
estado cognoscitivo, pálida, incolora, desprovista de calor emocional” (p. 1068 citado por Fernández -
Abascal, García, Jiménez, Martín y Domínguez, 2012, p. 28).
- La música y la inteligencia emocional
Siempre que se pregunta a alguien por qué está escuchando esa canción en ese momento nos
daremos cuenta que todas las respuestas vendrán acompañadas de un componente emocional, bien
porque le gusta o bien porque le hace sentir de una manera determinada. Por esta razón, observamos
que la música provoca emociones que generan bienestar en nuestro cuerpo. “La música es para el
alma lo que la gimnasia para el cuerpo” (Bisquerra, 2009, p. 187). De este modo se estarán realizando
prácticas basadas en la musicoterapia, la cual es entendida como la aplicación de la música en la salud
y en el bienestar, en las emociones. Como argumenta Willems (1994), el sujeto no está de una forma
pasiva con respecto a la música sino que toma parte de ella y la vive. Bisquerra (2009) expone la
presencia de dos tipos de musicoterapia, la activa y la receptiva. La primera de ellas 18 hace referencia
a la expresión de emociones mediante sonidos. La música considerada como arte, ciencia y lenguaje
universal, es un medio de expresión sin límites que llega a lo más íntimo de cada persona. Puede
transmitir diferentes estados de ánimo y emociones. (Lacárcel, 2003) La segunda, por su parte, se

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relaciona con la escucha de fragmentos musicales que desembocarán en unas sensaciones
determinadas. En esta propuesta, como veremos más adelante, aunque no se aborde la metodología
de la musicoterapia, se pretende abordar los dos aspectos por los que ésta aboga, es decir, el
componente activo y el receptivo.
3. La crítica
Tras la información expuesta en el anterior punto, una vez conocidos muchos de los conceptos teóricos
que se nos plantean en este ámbito, toca valorar y desarrollar una crítica sobre la implementación de
la inteligencia emocional en lo que a la música nos referimos.
Tras haber sido demostrado que la inteligencia emocional es beneficiosa para todos, en todos los
sentidos de la vida y que gracias a la regulación de esta los resultados obtenidos son bastante mejores,
podemos afirmar que la inteligencia emocional es necesaria para todos nosotros, con lo cual trabajarla
es importante. Por otra parte, gracias a la música y a la educación musical podemos acercarnos a
terapias que son beneficiosas para el humano, como se apreciaba la musicoterapia en algún párrafo
anterior. Es por todo lo citado anteriormente que me atrevo a decir que en mi opinión la inteligencia
emocional y la enseñanza de la música tienen que ir de la mano. En primer lugar por todo lo mencionado
anteriormente, y en segundo lugar porque la música y sus expresiones son una de las maneras más
fáciles de poder trabajar las emociones; la música es ese lenguaje universal que muchas veces nos
permite transmitir lo que sentimos o incluso entender lo que sentimos, puede que sin la necesidad de
ponerle palabras pero sí con la tranquilidad de estar trabajando nuestras emociones y por ende nuestra
inteligencia emocional.
En la 8 inteligencias que plantea Garden, en este ensayo nos topamos con 3 de ellas. La inteligencia
emocional estaría compuesta por la inteligencia interpersonal y la inteligencia intrapersonal, y por otro
lado la enseñanza de la música está asociada directamente con la inteligencia musical. Para trabajar
estas tres inteligencias de manera conjunta, es importante trabajar en una metodología adecuada, que
sea transversal y que bien las emociones y bien la música tengas su espacio para desarrollarse y su
constancia para poder desarrollar el alumno. Las metodologías ABP, el trabajo en proyectos, poner
una situación concreta y trabajar a partir de ello… son metodologías que se utilizan mucho en la
educación primaria para trabajar las inteligencias múltiples de manera adecuada, con sentido y con
espera de resultados.
Si la metodología elegida es la adecuada, la implementación de la inteligencia emocional en la música
creo que es un acierto, como para lo es para el sistema educativo y las demás materias que se puedan
encontrar, como las situaciones de día a día.
La inteligencia emocional brinda oportunidades que hasta que se ha demostrado que incide
positivamente en el rendimiento no se han tenido en cuenta. La enseñanza de la música, sea un aula,
en una escuela de música o en un conservatorio, es una enseñanza disciplinada y que requiere trabajo
bien por parte del docente y por parte del alumno. Aunque la opinión pública y muchos de los que se

9. 8
dedican a escribir currículos no lo tomen en serio, requiere de sacrificios y de una buena disciplina para
adquirir nuevos conocimientos. Que decir si hablamos de un instrumento. La responsabilidad,
dedicación e implicación para con el instrumento, son esenciales si se quiere aprender a tocar el mismo.
Independientemente de las habilidades innatas de cada alumno, esos tres pilares son fundamentales
a la hora de relacionarse con el instrumento. Por eso mismo, la incidencia de la inteligencia emocional
en esta enseñanza es un valor muy positivo, ya que educando a nuestros alumnos en la conciencia de
las emociones y en s control, incidimos en un mejor rendimiento de ellos, y como no, en una mejor
situación con ellos mismos y a la hora de relacionarse con los demás.
4. Bibliografía
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Page, London, UK.
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• FERNÁNDEZ BERROCAL, Pablo, EXTREMERA PACHECO, Natalio,(2005) La Inteligencia
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Interuniversitaria de Formación del Profesorado [en linea] 2005, 19 (Diciembre-Sin mes) :
[Fecha de consulta: 15 de octubre de 2018] Disponible
en:<http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=27411927005> ISSN 0213-8646
 Gardner, H. (2012). Inteligencias múltiples. La teoría en la práctica. Barcelona: Paidós.
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