1. ARQUITECTURA DEL MEDIO AMBIENTE
CIUDADES PARA UN PEQUEÑO PLANETA - CAPITULO 1: La cultura de las ciudades
Nuestro planeta es sin duda hermoso pero a la vez muy frágil; y en nuestra búsqueda de
bienestar, estamos destruyendo progresivamente todos los elementos que mantienen nuestra
vida y el único lugar que tenemos para vivir.
Para la supervivencia de nuestra sociedad hemos dependido siempre de un equilibrio entre lo que
es población, recursos y medio ambiente; descuidar uno de ellos solo llevaría a graves
consecuencias: expansión global desmedida, el agotamiento de los recursos naturales y la
consecuente afectación del medio ambiente. Ante esta inminente amenaza se debe de aplicar un
principio preventivo para asegurar las medidas de supervivencia de las especies de nuestro
planeta.
Principalmente son nuestras ciudades las que están provocando esta crisis, con el pasar de los
años se va incrementando más la población urbana, llevando con ello a la precariedad los
modelos de habitabilidad y al mismo tiempo el grado de erosión y contaminación, sumada a la
degradación social.
Es paradójico que los mismos que nos servimos de los recursos naturales para vivir y
desarrollarnos dentro de las ciudades seamos los mayores destructores del ecosistema y la mayor
amenaza para nuestra supervivencia en el planeta.
Vivir en ciudades no tiene que significar llevar la civilización a la autodestrucción, para ello la
arquitectura y la planificación urbana pueden evolucionar para aportar herramientas q lleven a
salvar nuestro futuro, creando ciudades que produzcan entornos sostenibles y civilizadores. Aún
estamos a tiempo de cambiar el rumbo de la humanidad y son precisamente las ciudades futuras
quienes podrían restaurar la armonía perdida entre la humanidad y su medio.
Como medida para esto, se debe de aplicar 3 factores fundamentales: Ampliar la conciencia
ecológica, expandir la tecnología de comunicaciones y la producción automatizada. Estos factores
constituyen condiciones para el desarrollo de una cultura urbana sensibilizada con el entorno y
socialmente responsable.
Con esto se propone el concepto de desarrollo sostenible y nos alienta a redefinir la riqueza (como
la conocemos) por capital natural: aire y agua limpios, recuperar la capa de ozono, mar sin
contaminar, tierra fértil y abundante diversidad de especies. La sostenibilidad medioambiental
debería convertirse en el principio fundamental de la moderna proyección urbana.
A la ciudad la hemos convertido en simples centros de consumismo, que satisfacen las
necesidades de un individuo en lugar de satisfacer las necesidades sociales del conglomerado
humano que habita en ellas. Una derivación de ello es la concepción del espacio urbano en dos
formas espacio “abierto” y espacio “cerrado”. El primero es multifuncional, con variedad de usos
en los que todos podemos participar por ejemplo plazas, parques, mercados, etc., estos incentivan
la vida social. Los cerrados que cumplen una única función, en muchos casos instantánea. Estos
son las urbanizaciones cerradas, túneles, parqueos, etc. Estos espacios incentivan el aislamiento y
la segregación social.
Como profesionales y ciudadanos del mundo deberemos proponer soluciones creativas y factibles
para establecer políticas públicas de manejo y conservación de los recursos, impulso a la
utilización de tecnologías y formas renovables de energía y promover la creación y uso del espacio
público que agrupa distintas partes de la sociedad y nos ayuda a promover e incentivar el sentido
de tolerancia, conciencia social, identidad y respeto mutuo.
Stalin Solís Pazmiño – Arquitectura.