Este documento presenta una introducción a la bioética como disciplina que estudia la ética de la vida humana desde su concepción hasta su muerte. Define la bioética y explica que su objetivo es mejorar la calidad de vida del hombre evaluando la ética de los avances científicos. Luego resume que la bioética analiza temas relacionados con el comienzo, conservación y final de la vida humana, como el aborto, la eutanasia y el suicidio.
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Bioética: Ciencia de la Vida
1. DIÓCESIS DE PEREIRA
UNIVERSIDAD CATÓLICA DE PEREIRA / L.E.R.
MORAL VIDA Y BIOÉTICA
ÉTICA DE LA VIDA: COMIENZO, CONSERVACIÓN Y FINALIZACIÓN
P. JORGE LUIS TORO RIVAS.
PEREIRA
2021
2. UNIVERSIDAD CATÓLICA DE
PEREIRA / L.E.R.
BIOÉTICA: ETICA DE LA VIDA - 2021
Orientado por: Pbro. Jorge Luis Toro R
Licenciado en Moral – Bioética y Ed. Religiosa
4. INTRODUCCIÓN
La vida humana ha sido siempre objeto
primario de la TEOLOGÍA MORAL: es lógico que
el juicio ético se dirija no sólo a las acciones
del hombre, sino a su misma vida, a su origen y
destino. Pero la vida misma, -la «biológica»-
ha experimentado en los últimos años una
verdadera conmoción, y esto a causa del
marcado avance científico de las
investigaciones de la Biología, ya que esta
ciencia en el estudio del origen, naturaleza y
desarrollo de la vida, ha alcanzado tales
grados de conocimientos, que nuestra época
se le suele denominar como la «era de la
biología», así como a la anterior se le
denominó «era atómica».
5. Además es necesario recalcar que el notable
avance en el conocimiento de la vida ha tenido
aplicaciones inmediatas en el campo de la
medicina, por lo que ha suscitado no pocos
problemas que demandan respuesta a la ética
en asuntos muy cercanos a la existencia
concreta del hombre. Todo lo anterior ha dado
lugar a una disciplina ética nueva que estudia
estos problemas: la BIOÉTICA.
6. 1. Definición de Bioética
Es la parte de la Teología Moral que estudia la eticidad de la vida humana desde
su concepción hasta su muerte. Esta denominación es de uso reciente, apenas
unos 51 años de vigencia, y con ella se quiere estudiar los aspectos morales
(ethos) a que da lugar la vida (bíos). Esta es, pues, su definición etimológica:
«La ciencia que estudia la eticidad de la vida».
7. El término mismo data del año 70
aproximadamente, y unos 20 años después se
habla de una nueva disciplina moral. Su origen
se debe a los nuevos problemas que plantea la
Medicina, la Genética y la Biología, pues estas
han alcanzado tal grado de desarrollo que
permanentemente plantean nuevos
interrogantes éticos.
8. Es necesario aclarar que la Bioética
no trata de condenar los abusos o los
usos desordenados o inadecuados de
las ciencias profanas que estudian la
vida, sino que aprovecha los avances
científicos y los logros de estas
ciencias, con el fin de obtener y de
ofrecer una vida más digna para el
hombre. Así que su objeto
primordial es mejorar la calidad
de vida del hombre.
9. El hecho de que la medicina, de la mano de la biología, ofrezca medios favorables
para la obtención y conservación de la vida humana, posibilita el que la Ética
Teológica asuma esos datos para facilitar al hombre una conducta que haga
más humana su existencia, de modo que le acerque a su vocación trascendente.
10. 2. Objeto de la Bioética
La ética de la vida –Bioética- se puede
referir a toda clase de vida, incluso a
las plantas, los animales, pero dado que
se contempla su eticidad aplicada a la
existencia humana, en este tratado se
estudia solamente con referencia al
hombre. Los demás seres vivientes los
dejamos al estudio de la Ecología en
su dimensión ética.
11.
12. La Bioética es una disciplina teológica que
no trata de suplantar a la Medicina, ni a
la Biología, sino que persigue valorar la
eticidad de los hallazgos científicos, con el
fin de aplicarla con éxito a la vida concreta
del hombre; pues, ni los estudios ni los
resultados de la Biología y de la Genética
son ajenos a la ética. Pero el estatuto
científico de la Bioética le viene de su
carácter teológico y no del estudio ni de
la interpretación de los datos científicos.
Es por lo tanto, una parte de la teología
moral que estudia el origen, el desarrollo
y el fin de la existencia humana.
13. En síntesis, la Bioética juzga el recto
uso de ese dominio que el hombre ha
adquirido sobre la vida, pues dispone
de recursos para gestarla, para
conservarla o para aniquilarla e
incluso puede prolongarla más allá de
los límites que marca la naturaleza.
El primero en utilizar el término
BIOÉTICA, fue el científico inglés
Van Resselaer Potter, en su obra
Bioethics: “Bioética: puente hacia
el futuro” De aquí en adelante la
bibliografía es bastante abundante
al respecto.
14. 3. Alcance de la vida humana
Es claro y obvio que la vida en sí misma es
el valor fundamental de la persona humana.
En efecto «del no ser al ser se verifica el
origen de la existencia del hombre singular.
Por ello, vivir es preferible a no existir,
porque el ser supera infinitamente a la nada».
De aquí el valor del hombre concreto, el cual
desde el momento de su concepción y
posterior nacimiento, inicia una biografía
personal, única e intransferible, que culminará
con la muerte, la cual, a su vez, señala el
comienzo del estadio último –definitivo y
permanente- del existir humano.
15. Esta concepción cristiana de la existencia es la que
también justifica la vida de un hombre con defectos
físicos o psíquicos. De aquí que, aun el nacimiento del
deficiente mental –el niño subnormal- es preferible a
«no ser», porque el ser humano es un «ser para la
eternidad». En realidad, la persona es un ser con un
destino eterno, dado que, iniciada la vida de un
hombre, su existencia no se acaba nunca. Así lo
destaca la Encíclica Evangelium vitae: (n.34)
«La vida es siempre un bien. Ésta es una intuición
o, más bien, un dato de experiencia, cuya razón
profunda el hombre está llamado a comprender» .
16. La vida del hombre, es entonces, objeto de estudio al
menos de tres disciplinas teológicas: la Escatología
se ocupa de la vida postmortal. La Antropología,
sobrenatural de la vida cristiana en el espacio
terrestre y si esa vida quiere ser digna del hombre y
desea llevarse a cabo conforme a los planes de Dios,
debe orientarse según la Ética de la Vida o Bioética.
17. 4. Importancia de los temas biológicos
En la Moral Vida y en la Bioética confluyen numerosos
temas que tienen, en la actualidad plena vigencia, y
que reclaman cada día una respuesta moral pronta
y adecuada. Pero las dos ciencias principales que se
destacan son la Medicina y la Biología, que incluso
hoy están en procesos de rápidos y sorprendentes
hallazgos, por lo que constituyen un reto
para la Ética Teológica.
18. La cuestión es que, dada la rapidez y urgencia
con que se presentan estos avances, no
siempre es fácil tener la respuesta a la mano,
adecuada y pronta, y no son suficientes los
principios morales, heredados de la época
inmediatamente anterior. No obstante lo
anterior, casi todos los temas han ocupado
la atención del Magisterio. Por lo que el
moralista, aunque sobre algunas cuestiones
medien todavía soluciones no definitivas,
encuentra en los documentos magisteriales
el hilo conductor que le guía en la valoración
moral de casi todas las cuestiones.
19. Por ello, si la Bioética no debe reducirse a
comentar al Magisterio, sin embargo,
encuentra en estos Documentos el apoyo para
elaborar sus juicios éticos. Lo mismo ocurre
con la Doctrina Social de la Iglesia y los
problemas socio-políticos de nuestro tiempo.
Por ello esta situación no justifica lo que se ha
venido a llamar «ética provisoria», puesto que
sobre los asuntos más comunes estamos ya en
posesión de juicios éticos definitivos.
20. La Bioética ofrece otras peculiaridades.
Por ejemplo, la dificultad del diálogo de la Ética
Teológica con las ciencias profanas se multiplica
en diversos campos de la Biología y de la Medicina
actual. En primer lugar, se suscita la cuestión de
si todas las posibilidades que ofrece la ciencia
deben ser experimentadas. Es el caso de tantas
cuestiones que plantea la biogénesis que puede
llevar a cabo experimentos en los que entra en
juego el ser mismo del hombre.
21. A este nivel, la moral pone en guardia a los
investigadores para que tengan en cuenta de que
“no todo lo que es científicamente posible resulta
válido desde el punto de vista moral”. En concreto,
es preciso armonizar «ciencia» y «conciencia».
Este llamado de atención es compartido con otros
sectores de la cultura actual que temen una
experimentación científica en el campo de la vida
que no tenga en cuenta los medios que se emplean,
así como su aplicación. Incluso se condena el
itinerario de algunas experiencias que sólo
contemplan los nuevos hallazgos sin percatarse
de que puedan volverse en contra del hombre.
22. Estas mismas circunstancias ocupan a los
moralistas, pues una serie de dificultades se
originan en el momento de juzgar la licitud
moral en la aplicación de los mismos
resultados científicos. Tal es el caso, por
ejemplo, de decidir sobre los medios lícitos
en la prolongación de la vida, la congelación
e implantación de embriones o en el uso de
medios artificiales para conseguir la
fecundación cuando es infructuoso el
recurso a la naturaleza, como acontece
en la paternidad asistida, etc.
23. Pero en este campo, la Ética Teológica tiene otro
frente abierto: la justicia en la regulación civil de
los muchos problemas que despiertan los nuevos
descubrimientos. Es cierto que los gobernantes
están preocupados en legislar sobre estos
temas, pero la ética demanda que los nuevos
ordenamientos jurídicos se orienten en servicio de
la dignidad del hombre y no en función de hacerse
valer sólo por motivos políticos o de simple y –lo
que es peor- de «aparente» bienestar social.
24. 5. Esquema de una ética de la vida humana
En necesario destacar que en este tratado de
Moral Vida y Bioética buscaremos exponer
los temas más conocidos y que demandan la
permanente atención del sacerdote, ya que
reclaman una respuesta moral. Trataremos de
articular los temas éticos que se relacionan con
la vida humana, que con el fin de seguir un orden
lógico que ayude a un aprendizaje ágil y fácil,
reduciremos a tres grandes bloques:
25. Los temas relacionados con el inicio de la
vida;
*Los problemas que plantea su conservación:
*Y, las cuestiones que se suscitan al momento de
su defunción o finalización.
En síntesis, se trata de buscar respuestas éticas
para nacer, vivir y morir como hombres. Es el
triple estadio de la vida del hombre.
26. a. Comienzo de la vida humana
En este primer gran capítulo se estudia, como
tema previo el respeto al poder generador del
hombre y de la mujer, a lo cual se opone la
esterilización: el hombre no sólo debe respetar
la vida, sino que no puede disponer a capricho
de su facultad procreadora.
27. Luego, ocupa la atención de la ética el
modo concreto de propagar la vida, que
es un capítulo nuevo, y un tema nuevo,
originado por las modernas técnicas de
inseminación artificial y los diversos
problemas que plantea la biogenética.
Finalmente, la ética se ocupa de la
obligación de respetar la vida concebida
y aún no nacida, a lo cual se opone el
aborto.
28. b. Conservación de la vida
La dignidad de la existencia de cada uno
de los hombres toma origen en la fuerza
creadora de los padres. Pero sólo Dios
es dueño absoluto de la vida humana,
engendrada y nacida. Esta es la razón
por la cual el hombre no puede disponer
de la misma, aunque sí le incumbe el
deber de conservarla y cuidarla. A este
derecho-deber se opone el homicidio.
29. Asimismo, cada día se discute con mayor rigor
si el Estado puede disponer de la vida de los
súbditos, de forma que se justifique la pena de
muerte. Igualmente, pesa sobre el hombre la
obligación de defender la vida contra el injusto
agresor, a lo que se opone la tortura y el
terrorismo. Además de ese uso arbitrario de
la vida de una persona por parte ajena, cada
hombre tiene también obligación de cuidar su
propia vida, por lo que le están prohibidas algunas
acciones que la ponen en peligro, tales como el
alcoholismo, la drogadicción, la huelga de hambre,
30. Pero, con el fin de conservar la vida,
otras acciones se consideran lícitas,
tales como el transplante de órganos y ciertas
experiencias médicas. Y sobre todo se le niega
al hombre la facultad de disponer a capricho de
su vida mediante el suicidio.
31. c. Final de la vida
La existencia terrena del hombre no es eterna y,
por ello, está sometida a limitaciones que ocasionan
la enfermedad y concluye con la muerte. De aquí se
originan una serie de circunstancias que son objeto
de estudio de la ética. A este respeto, además del
cuidado de la salud y la atención al paciente durante
la enfermedad, el hombre tiene derecho a una
muerte digna.
32. Igualmente se debe atender a diversos
problemas que se dan cita en la vida del
enfermo, tales como el empleo de los
«medios extraordinarios»
(desproporcionados) con el fin de
alcanzar la curación o la decisión última
de morir, o sea, la cuestión de la
eutanasia.
33. Estas y otras cuestiones se mencionan
en las enseñanzas del Concilio Vaticano
II, cuando todavía la Bioética no se
consideraba como un capítulo propio de
la Teología Moral.
En este sentido la Gaudium et Spes urge
la defensa y el respeto a la persona
humana, para ello propone «el cuidado
de la vida propia y de los medios para
vivirla dignamente».
34. «Cuanto atenta contra la vida –
homicidios de cualquier clase,
genocidios, aborto, eutanasia y el
mismo suicidio deliberado; cuanto viola
la integridad de la persona humana,
como, por ejemplo, las mutilaciones,
las torturas morales o físicas, los
conatos sistemáticos para dominar
la mente ajena;
35. Cuanto ofende a la dignidad humana,
como son las condiciones infrahumanas
de vida, las detenciones arbitrarias, las
deportaciones, la esclavitud, la prostitución,
la trata de blancas y de jóvenes... todas estas
prácticas y otras parecidas son en sí mismas
infamantes, degradan la civilización humana,
deshonran más a sus autores que a sus
víctimas y son totalmente contrarias al
honor debido al Creador» (GS, 27).
36. Es necesario decir, también, que algunos de
estos temas son nuevos en el campo de la Ética
Teológica; otros son capítulos conocidos en los
manuales clásicos de Teología Moral.
Se estudiaban, todos ellos, en el V precepto
del Decálogo en aquellos autores que seguían
el esquema de los «Mandamientos».
37. O eran parte de la virtud de la justicia
y de la caridad en los tratados que se
articulaban sobre el esquema de
Virtutibus. En la nueva ordenación de la
Ética Teológica que seguimos, todos
estos temas se encuadran en la Moral
de la Persona, dado que constituyen un
capítulo decisivo de la vida personal de
cada individuo.
38. Como una última consideración de esta
introducción, es necesario tener claro
que la Bioética no es sólo un saber de la
Ética Teológica, sino que también deber
ser una parte importante del saber
racional sobre la vida humana. De aquí
la importancia que adquiere en la ética
civil, por lo que reclama de los
gobernantes que legislen de forma tal,
que la vida, desde su origen hasta la
muerte, reciba la protección que
merece.
39. Pero no siempre esas leyes se adecuan
al mensaje moral cristiano. De aquí que
la Bioética, como saber teológico, tenga
también que juzgar de la legitimidad de
esas leyes y, en contrario, demande la
objeción de conciencia de los
ciudadanos.