Plan Refuerzo Escolar 2024 para estudiantes con necesidades de Aprendizaje en...
Factores que contribuyen a los problemas de conducta en el salón de clases
1. U N A P R E S E N T A C I Ó N D E L O S
M A E S T R O S E S T R A T É G I C O S
Factores que contribuyen a los problemas
de conducta en el salón de clases
2. En el campo de la comunicación terapéutica o comunicación
emocional firmemente creemos que la conducta de los adultos
influencia, tanto positiva como negativamente, la conducta en los
niños. En el extremo negativo, palabras y mensajes pesimistas y
derrotistas por parte de un adulto constantemente degeneran en
resentimiento y en desobediencia en el niño. Específicamente, lo
que le decimos a los niños y la manera en que lo decimos puede
exacerbar (intensificar) o desacelerar (disminuir) un problema de
conducta. Por eso, es importante que maestros y otros adultos a
cargo de estudiantes con problemas recurrentes de conducta nos
mantengamos en constante vigilia de esos estilos comunicativos
(mensajes y atribuciones) e interactivos (por ejemplo, relaciones
maestro-estudiante típicamente tensas y tirantes) que pueden estar
“echándole gasolina” e impulsando conductas inapropiadas en
nuestros alumnos.
3. A continuación, comparto algunos mensajes que los
maestros y personal de apoyo podemos estar
comunicando a los estudiantes y, sin que lo notemos,
estén contribuyendo a conductas disruptivas y
actitudes negativas en nuestros alumnos. Entre esos
factores encontramos interacciones y estilos
comunicativos como…
4. Responder a las conductas disruptivas de los
estudiantes creando penalidades impulsivas y que
simplemente reaccionan a la situación o al momento.
Este tipo de penalidad se conoce en inglés como “on-
the-spot penalties.” La disciplina en el aula mejora
cuando los estudiantes conocen “las reglas del juego”
de antemano. En otras palabras, es importante que,
anticipadamente y consistentemente, familiaricemos
a nuestros estudiantes con las consecuencias tanto
negativas como positivas por su conducta en el salón.
5. Describir al estudiante su conducta inapropiada sin
darle un ejemplo de la conducta apropiada o de lo
que queremos que haga en su lugar. Por ejemplo, en
vez de decir al estudiante, “¡Deja de jugar con ese
carrito!” le podemos decir al infractor, “Por favor,
entrégame el carrito.”
6. Frecuentemente usar mensajes tipo “stop” y muy
pocos mensajes tipo “start.” En español, el mensaje
tipo “stop” empieza con frases como “Para de…” o
“Deja de…” y suena así: “¡Para de jugar con el
carrito!” Por su parte, el mensaje tipo “start” suena
así: “Regresa el carrito a tu bulto para que no te
distraigas y continúa con tu lectura.” Algunas
palabras típicas en un mensaje tipo “start” son:
empieza, regresa, continúa, sigue y vuelve. Nuestros
mensajes a los estudiantes se aclaran y son más
fáciles de obedecer cuando reemplazamos lo que los
estudiantes no deben hacer con lo que deben hacer.
7. Dar instrucciones u órdenes imprecisas y que no
especifican; por ejemplo, “¡Haz algo con este desorden!”
La palabra “algo” es ambigua y tanto “algo” como
“desorden” pueden ser percibidas e interpretadas de
manera diferente. Lo que el adulto ve como “desorden,”
por ejemplo, el niño lo puede estar percibiendo como “un
espacio libre, confortable y que me invita a ser
espontáneo.” Una instrucción o comando efectivo es
descriptivo y en 15 palabras o menos dice exactamente lo
que el estudiante tiene que hacer para cumplir con la
orden. Por ejemplo, decirle al estudiante, “Recoge los
legos del piso y colócalos en la segunda tablilla.”
8. No ofrecer al estudiante una alternativa aceptable
que le aclara lo que él/ella puede hacer para corregir
su conducta (que invita al niño a auto-corregirse).
Por ejemplo, decir, “Si necesitas golpear algo, trata
golpeando este muñeco.” Otro ejemplo puede ser,
“En lugar de dibujar en la pared, hazlo en estas hojas
de papel.” El estudiante estará en una mejor
disposición para modificar su conducta si recibe una
sugerencia o una alternativa positiva y aceptable
para el niño al igual que para el adulto.
9. “Etiquetar” (labeling) al estudiante usando mensajes
tipo “Tu eres…” que le atribuyen al niño cualidades o
características negativas de personalidad. Por
ejemplo:
a. El problema contigo es que eres vago y no te
esfuerzas.
b. ¡Eres corajudo y obstinado!
c. ¡Eres tan desorganizado!
d. Daniel es un instigador.
e. ¡Te complaces en crear problemas!
10. Criticar al estudiante en formas y maneras que
indican estabilidad y durabilidad; por ejemplo,
decirle, “Siempre estás agitando a los demás” o
“Nunca haces caso.” Estas atribuciones le sugieren al
niño que su conducta es permanente y con pocas
expectativas de cambio.
11. Lo que podemos decir en su lugar…
La crítica constructiva está basada en observaciones,
describiendo y referenciando conductas o acciones
específicas a la situación y que todo el mundo,
incluyendo el estudiante, puede observar y puede
analizar. Cuando criticamos negativamente, por otro
lado, nos enfocamos en buscarle fallas (faltas y
defectos) al carácter e identidad del estudiante; no
pasará mucho tiempo sin que encontremos las fallas
que buscábamos. Todos los ejemplos de mensajes
tipo “Tu eres…” que listamos previamente son
ejemplos de crítica negativa.
12. Al corregir las conductas en el aula es importante
que maestros, tutores y personal de apoyo en las
escuelas seamos consistentes en comunicarles a los
estudiantes que desaprobar una conducta no indica
desaprobación ni rechazo hacia el estudiante
responsable por esa conducta.
13. En palabras que todos nuestros estudiantes necesitan
escuchar, decir, “A mí no me gusta tu conducta pero mi
aceptación hacia ti es y será incondicional” representa
un paso gigantesco en dirección a mejorar una relación
maestro-estudiante que ya estaba tensa y tirante.
Sintetizando, podemos describir y desaprobar la
conducta, expresando sentirnos insatisfechos y
decepcionados con la misma si queremos, pero evitando
juzgar –mucho menos condenar—la identidad o el
carácter del estudiante. Por ejemplo, podemos decir, “Me
siento decepcionado con esta conducta; tu
comportamiento fue grosero y no me gusta.”
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