TIPOLOGÍA TEXTUAL- EXPOSICIÓN Y ARGUMENTACIÓN.pptx
Reflexión docencia
1. UNOS PUNTOS DE REFLEXIÓN
Docencia
Prof. José O. Poli http://reflexioneseducativ.blogspot.mx
2. Objetivos de la Docencia
Clarificar la misión del educador.
Entender la docencia como respuesta a una
vocación, distinguiéndola de algunas visiones
recortadas o limitantes.
Presentar un perfil del educador.
3. La docencia es…
en respuesta a una vocación,
… una forma de ser,
con el objetivo de lograr que las personas bajo su
tutela y, en general, cualquier ciudadano, se formen
integralmente y así puedan vivir más plenamente.
… comparable al ejercicio de la medicina y al
sacerdocio, y al de otros servicios como el del policía,
el militar, el gobernante, el dirigente y el enfermero.
4. La docencia no es…
… algo que quede garantizado con un título (aunque
sea mejor tenerlo).
… un trabajo (aunque por ejercerla se cobre una
remuneración).
… una actividad sujeta a horarios y lugares.
Esta visión de la docencia no se debe
malinterpretar como “romántica” o idealista.
Todo lo contrario: se vincula con la esencia
misma de la condición del educador.
5. ¿Qué tenemos entre manos?
Personas en formación, en una etapa decisiva en sus
vidas.
La educación de los ciudadanos y las familias.
La construcción de un futuro y de una comunidad
mejores (y esto no es una frase hecha).
Una parte muy importante en la transmisión de la
cultura y los valores.
Una misión que no puede tomarse a la ligera.
6. Notas sobre educar
Es un arte, no una técnica.
No es sólo instruir ni capacitar para el trabajo.
No es adoctrinar.
No es sólo enseñar habilidades.
No es adiestrar.
Es formar, ayudar a crecer, guiar.
Es orientar hacia el bien, la verdad y la belleza.
Es colaborar con cada persona, que es única e
irrepetible, para que ésta desarrolle sus potencialidades.
7. Notas sobre un educador (I)
Se considera un profesional y encara seriamente el
ejercicio de la docencia.
Toda su persona “habla”: sus acciones, sus actitudes,
su ejemplo. No está trabajando, está “siendo”. Él es
en sí un mensaje.
Por eso es coherente y auténtico dentro y fuera de la
escuela.
Es conciente de la trascendencia de sus acciones.
Aspira a ser maestro.
Está comprometido con su crecimiento personal en
todos los aspectos, procurando ser virtuoso.
8. Notas sobre un educador (II)
No es un actor educativo.
Es autónomo ante exigencias que se oponen al
sentido común, a lo correcto, a lo natural o a sus
principios. Distingue lo legal de lo legítimo.
Se considera un educador, no un “trabajador de la
educación”.
Procura faltar lo menos posible a sus obligaciones,
para no privar de su servicio directamente a los
alumnos a él encomendados, e indirectamente a la
comunidad.
10. VIRTUD
Hábito bueno
integrado a la
conducta personal
Dominante ética
que se manifiesta
en cada situación
El ser humano se desarrolla plenamente
mediante el ejercicio de las virtudes.
“No se trata tanto de hacer virtuoso el
instinto, como de hacer instintiva la virtud”.
11. El educador y las virtudes
Si bien toda persona está llamada a ser virtuosa,
debe serlo más quien tiene bajo su influencia a
otras personas (padres, dirigentes, autoridades,
docentes…).
Las virtudes deben enseñarse como contenido de
estudio, pero fundamentalmente es a través del
ejemplo como el alumno entiende y vive la virtud.
De aquí el enorme valor que tienen la coherencia y
la autenticidad.
Virtuosismo no es puritanismo.
12. Objetivos de Docencia Bien Ejercida
Presentar aspectos de un desempeño virtuoso de
la docencia.
Dar elementos de valoración particulares en
relación con situaciones habituales en que el
docente participa o interviene.
Reflexionar sobre la propia vivencia docente
(que es más que una mera “práctica”).
13. VERACIDAD
Conviene postergar una respuesta que no se tiene, antes
que mentir para “quedar bien”.
Quien es sorprendido mintiendo pierde confiabilidad y
autoridad.
“La verdad los hará libres (Jn. 8, 32)”
Un error se debe admitir y subsanar sus consecuencias.
No es correcta la mentira “piadosa”.
14. ESTUDIOSIDAD
c) Los cursos no bastan ni son garantía. También hay libros,
revistas, videos, sitios web serios…
El conocimiento de la propia disciplina es uno de los pilares
de la autoridad del docente, y uno de los aspectos de él que
los alumnos más valoran.
d) ¿Siempre el mismo apunte o programa, año tras año, la
misma fotocopia, el mismo trabajo práctico? Los materiales
se revisan, se actualizan, se les da otro enfoque, se
reemplazan partes, etc. No confundir con esnobismo.
15. AMOR A LOS ALUMNOS
Paciencia: saber esperar, insistir, reiterar,
la confianza en la capacidad de los demás,
la tolerancia de los defectos ajenos.
Se complementa con
Esta virtud hace ver en cada alumno una persona
irrepetible y única, y comprender que no tienen
sentido expresiones como “los de quinto” o acciones
como los castigos colectivos.
¿Qué piensa y cómo se refiere usted a sus alumnos?
16. ORDEN
Consiste en disponer cada cosa en el sitio que le corresponde.
La virtud del orden es de alto valor formativo. Quien es
ordenado la transmite y promueve. El buen orden siempre es
humano, no mecánico.
El orden se da en diversos aspectos: personal, del propio
desempeño, de las relaciones personales e institucionales.
“Cuida del orden, y el orden cuidará de ti”
17. ORDEN
Personal
Presentación acorde,
expresa madurez, se
distingue del
alumnado
Es cuidadoso con su
intimidad
En el desempeño
Es puntual
Es prolijo en sus
registros, sus
comunicaciones, el
pizarrón
Es previsor, organiza
clases y evaluaciones,
tiempos de corrección
Exige orden. Se ocupa
de un aula ordenada.
En las relaciones
No se relaciona de
igual a igual con el
alumnado
Respeta jerarquías,
distingue su posición
respecto de los demás.
18. ORDEN
Algunas faltas al orden habituales en la docencia:
Desorden en el uso del pizarrón, en la organización de la clase.
Uso personal del celular en el aula.
Confección desprolija o descuidada de planillas o actas.
Despreocupación por el orden en el aula.
Relación con los alumnos sin guardar una distancia necesaria:
o con un trato excesivamente informal ,
o compartiendo informaciones personales (redes sociales y otros medios),
o usando el mismo lenguaje adolescente,
o tomando partido con ellos en posturas críticas hacia la institución, hacia colegas
o hacia otros grupos de alumnos.
Impuntualidad para llegar a hacerse cargo de la clase.
Uso el tiempo de clase para otras cosas (corregir, divagar).
Improvisación de clases, avances y retrocesos con los temas, reiteraciones…
Dejar todo para lo último, pasa el tiempo y no se evalúa, dilaciones…
19. MADUREZ
La persona madura evidencia estabilidad de ánimo.
Mantiene la calma y el equilibrio, no se descontrola.
No adopta actitudes adolescentes.
Es una referencia adulta para el educando.
Mantiene buen humor y disposición constantes.
Transmite la sensación de estar a cargo.
Acepta sugerencias pero no cede a presiones de los
alumnos. Toma decisiones racionales y las sostiene.
20. HUMILDAD
Consiste en la justa valoración que la propia persona hace de sí.
“Si yo soy superior a mis vecinos deberían ser ellos y no yo los
encargados de decirlo.” (G. Sarton)
Por una falsa humildad hay quienes no ponen sus
cualidades al servicio de los demás, porque según ellos “no son
capaces” de asumir algunos compromisos.
Se conoce a sí mismo y no se infravalora.
Se evitar a toda costa la pedantería.
La humildad va aparejada con la gratitud. “Por favor” y
“gracias” siempre están vigentes.
La humildad conlleva la aceptación de las sugerencias y
correcciones de colegas, directivos e incluso alumnos.
22. La educación siempre ha de cumplirse en
beneficio de un otro.
La educación se realiza esencialmente con la
presencia de un amor benevolente que instaura el
vínculo educativo, sugiriendo un camino con su
propio ejemplo y el ímpetu de su carácter.
23. La educación no debe ser entendida como la
formación de habilidades o competencias, sino
como una influencia que guía y consolida el
carácter del educando para que logre una clara y
correcta conciencia de su libertad.
Este es el sendero que debemos enseñar a
recorrer, el de una sabiduría que proclama:
“encuéntrese cada uno consigo mismo y venza en sí
mismo todo aquello que no es acorde a lo
propiamente humano”.
Porque la más doliente ignorancia se consuma
cuando se es vencido por un “sí mismo“ inferior que
prevalece y triunfa sobre nuestra humanidad.
24. Se ha de enseñar el arte de “vencerse a sí mismo”:
sé quién eres, pero sé cómo debes “ser”.
La exigencia de armonía interior y unidad de carácter
como condición de felicidad, exige que nos esforcemos en
la conquista del señorío que ha de lograrse en el ejercicio
de las virtudes. Logro que requiere fundamentalmente de
dos disposiciones, la propia inquietud de ser mejor y el
ejemplo que conduce hacia ese fin.
25. No habrá inquietud en la juventud si los
educadores no tienen la sagacidad de suscitar el
reconocimiento de esta necesidad, y sin una
presencia que constantemente afirme con su
ejemplaridad la realidad que pretende enseñar.
La realización efectiva de la educación no ha de
ser posible sin la presencia de un maestro, al que
podríamos llamar “señor de sí mismo”, que educa
con el saber y muestra en su vida una coherencia
humanamente correcta que se condice con el mismo
saber que enseña.