La Ley de Responsabilidades Políticas de 1939 declaró responsables políticamente a aquellos que se opusieron al golpe militar de 1936 y legalizó la represión de los partidos republicanos y de izquierdas. Ilegalizó todos los partidos que apoyaron al Frente Popular y confiscó sus bienes. Estableció tribunales especiales para juzgar las causas derivadas de esta ley retroactiva, vulnerando principios básicos del estado de derecho.