1. Violencia
Ante la ola de violencia que azota no solo a la ciudad capital sino a todo el país, y que incluso ha dejado
víctimas fatales que lamentar, el presidente de la Conferencia Episcopal Paraguaya y Obispo
de Caacupé, Mons. Claudio Giménez, desea manifestar cuanto sigue:
– Se hace evidente que a consecuencia de diversos factores muchas familias paraguayas han sufrido una
enorme desintegración, lo que ha generado un profundo daño a todos sus miembros e incluso a
la sociedad toda, con el aumento de la delincuencia y la creciente violencia. Desde todo punto de vista,
las víctimas comunes de estos actos las constituyen los niños, adolescentes y jóvenes, de ambos sexos,
teniendo en cuenta además las crecientes violencias intrafamiliares.
– En este contexto, aprovechamos la oportunidad para exhortar a los jóvenes de nuestro país a realizar,
junto con los actos de manifestación de repudio, el juramento firme de evitar la violencia y la
agresión inútiles entre colegios y entre ellos de manera particular.
– A pesar del dolor que nos embarga en estos momentos, consideramos una buena oportunidad para que
paralelamente desde las escuelas, colegios, universidades y demás instituciones educativas, se piense en
desarrollar acciones sociales concretas de solidaridad para ayudar a los niños y jóvenes más carenciados
del país. De esta manera se renovarían y vivenciarían más la fe, la esperanza y el amor juntamente con
otros valores que ayuden a unos y otros a sentirse personas que se apoyen y respeten mutuamente. Los
cinturones de pobreza de nuestras ciudades esperan una mano amiga y fraterna. Estoy seguro que los
jóvenes pueden hacer eso. Los conozco. Sé de sus sentimientos y capacidad creativa a la hora de ayudar
a otros.
– A las familias paraguayas y a los jóvenes en especial, con todo respeto les recordamos que es
necesario saber apreciar y cultivar las buenas relaciones entre padres, hijos y hermanos para que
podamos fortalecer ese nido que finalmente es el soporte y el resguardo primario. Desde la familia
pueden así salir las soluciones que requiere la sociedad. Con ayuda global de todas las instituciones del
Estado, de las Iglesias, ONGs nacionales e internacionales.
Todos debemos apoyar a la familia, como núcleo fundamental de la sociedad.
– Solicitamos a la ciudadanía en general, y a los fieles católicos en particular, elevar sus oraciones para
que nuestros gobernantes velen por la salud y la educación de nuestro pueblo y favorezcan la generación
de fuentes de empleo, como mecanismos para evitar que la violencia y la delincuencia se conviertan en
herramientas culturales válidas, a manera de justificar lo injustificable.
Finalmente, es hora de acentuar al máximo el espíritu cristiano de nuestro pueblo; en especial pedimos a
las familias católicas paraguayas que desarrollen su espiritualidad evangélica mirando la Sagrada Familia
de Nazareth y la Trinidad Divina, como modelos de toda familia en la tierra.
Asunción, 4 de junio de 2004
Por la Presidencia de la CEP.
Mons. Claudio Giménez
Obispo de Caacupé – Presidente de la CEP