Este documento discute la importancia de la ética en la enseñanza de destrezas médicas. Propone retomar buenas prácticas como la presentación personal pulcra e higiénica de los estudiantes y médicos, y desarrollar nuevas como seguir pasos similares al aprender nuevas técnicas. Concluye que mantener la ética activa en el aprendizaje permite formar buenos profesionales de la salud.
3. • La enseñanza médica es un aprendizaje
continuo que comienza con la admisión en la
escuela de medicina y termina con el retiro
del ejercicio activo.
4. Introducción
• Se han descuidado aspectos esenciales de la
práctica médica, como una buena clínica, la
relación médico paciente, una imagen del
médico que le inspire confianza y seguridad, el
respeto a los principios éticos de la práctica
médica y la competencia profesional de los
médicos.
5. • Si como directivo de un hospital es deprimente
observar a médicos en proceso de formación,
atender a sus pacientes sin haberse lavado las
manos, desaliñados, con el uniforme en mal
estado de limpieza, sin afeitarse, con un trato
informal o con exceso de confianza; como
paciente produciría grados variables de angustia,
inseguridad, insatisfacción y miedo de adquirir
una infección hospitalaria o de encontrarse ante
un profesional incompetente. Éticamente no es
justificable.
6. • La disponibilidad indiscriminada de los recursos
tecnológicos, ha desvirtuado una buena practica
médica, ha conducido a omitir pasos de una buena
clínica, substituyendo un interrogatorio minucioso, la
aplicación de los principios de la semiología y una
exploración física completa, por la indicación de
estudios de laboratorio y gabinete, a veces complejos y
dirigidos al “estándar de oro” del diagnóstico, que no
aportan información útil, con relación al riesgo que
implica su práctica de producir eventos adversos para
el paciente e invariablemente, con incremento de los
costos para la economía familiar y para las instituciones
7. • Es necesario contribuir al desarrollo de valores
en los médicos en formación, que los ubiquen
en la trascendencia de su misión y en la
situación de desventaja en que se encuentra
el paciente, que los motiven a captar su
confianza, a ofrecer un trato humanitario y de
apoyo, para satisfacer sus necesidades de
salud y sus expectativas.
8. Formación de nuevos médicos
• Se propone retomar las buenas prácticas que
han sido olvidadas o perdidas en el camino y
desarrollar nuevas buenas prácticas, acordes
con una mejor medicina y una mejor relación
médico paciente.
9. • Presentación personal.La presentación personal de los
estudiantes, de los médicos residentes y de los
médicos adscritos, debe ser muestra de pulcritud e
higiene, que permitan desarrollar la confianza de los
pacientes, para que tengan la tranquilidad de que su
intervención como miembros del equipo de salud es la
de un profesional de la medicina, no de un estudiante y
que su intervención no los pone en riesgo de una
atención de mala calidad, de sufrir un evento adverso o
de adquirir una infección intrahospitalaria.
10. • El propósito del uniforme blanco es mostrar
cualquier rasgo de falta de pulcritud, que ofrezca
tranquilidad al paciente, acerca de la higiene con
que se está desarrollando el acto médico. Es de
esperarse que un médico pulcro en su
presentación, tenga las manos limpias, como
elemento insustituible para prevenir las
infecciones hospitalarias. Es nuestra
responsabilidad como médicos el desarrollo de
actitudes que den confianza la paciente.
11. • En lo referente al desarrollo de destrezas y
habilidades, se considera conveniente seguir
pasos similares
12. • Estudio y aprendizaje teórico de la técnica a desarrollar, con la
asesoría de residentes de años superiores o de su tutor, que le
permita conocer en detalle, todos y cada uno de los pasos a seguir,
para continuar con la observación de su puesta en práctica por su
tutor.
• Demostrar los conocimientos adquiridos a través la revisión
bibliográfica del tema en revistas, libros e Internet mediante la
discusión de los casos, un examen formal o informal del residente
de años superiores o de su tutor.
• Desarrollo del procedimiento en presencia y con apoyo del
residente de años superiores o su tutor, una vez que se hubiera
familiarizado con su técnica.
• Práctica supervisada. Cuando a criterio del tutor, el médico
residente en formación pueda realizar la técnica en forma
autónoma, lo permitiría bajo su supervisión directa.
13. • Práctica autónoma. Como último paso del proceso, el médico o
especialista en formación, realizara la técnica en forma autónoma,
con opción de contar con apoyo del tutor en caso de requerirlo.
• Identificación, formación y desarrollo de personal médico interesado
en ser docente de carrera a tiempo completo. La posibilidad de
contar con personal docente de carrera, técnicamente preparado,
disponible a tiempo completo, con el propósito de garantizar el
cumplimiento de los programas docentes y la calidad con que se da
el proceso de enseñanza aprendizaje, hace necesario identificarlo y
prepararlo desde etapas tempranas de su formación; ello permitiría
asegurar un mejor cumplimiento de los programas y mayor calidad
en la formación de nuevos médicos.
14. • Garantizar un equilibrio adecuado entre las actividades
docentes y el aprendizaje a través de la práctica
asistencial. La docencia sin la práctica clínica, puede
considerarse como una falla que conduzca a la formación
de teóricos de la medicina, incapaces de enfrentarse a un
enfermo; en contraposición la habilitación de médicos
prácticos, sin los conocimientos necesarios para darle una
base científica a su actividad, sería igualmente absurda. Por
lo tanto es indispensable identificar la justa proporción,
balance y equilibrio, que asegure la complementariedad
entre estas dos actividades y permita una formación de
médicos, capaces de cumplir con su misión.
15. • La parte clínica de la enseñanza médica debe estar centrada en el
examen supervisado de pacientes y debe incluir experiencias
directas en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades. La parte
clínica debe comprender el diagnóstico personal y la experiencia
terapéutica con acceso gradual al nivel de responsabilidades. Se
debe mantener una relación adecuada entre el número de
estudiantes admitidos y la enseñanza a la cabecera del paciente.
• La facultad debe asegurarse de que los estudiantes que reciben el
primer diploma profesional hayan adquirido un conocimiento
adecuado de la medicina clínica, la experiencia necesaria para
evaluar los problemas clínicos y para tomar decisiones de manera
independiente, y que tengan la actitud y la personalidad que son
propios de un médico de ética
16. Conclusiones
• Es importante mantener activo el aprendizaje
de la ética para poder formar buenos
profesionales de la salud
• La ética en la enseñanza de la practica médica
se tiene que tener presente.