2. EL CONTROL DE LA TEMPERATURA CORPORAL
ES UNA FUNCIÓN DEL HIPOTÁLAMO.
En un ambiente neutro, el
metabolismo humano
produce siempre más calor del
necesario para
mantener la temperatura corporal
central entre
36.5 Y 37.5°C.
La temperatura bucal media es de 36.8 ±
0.4°C, con niveles mínimos a las 6:00 a.m. y
máximos a las 4:00 a 6:00 p.m.
La temperatura bucal máxima normal es de
37.2°C a las 6:00 a.m. y de 37.7°C a las
4:00 p.m.; estos valores corresponden al
percentil 99 de las personas sanas.
Debe definirse como fiebre a una temperatura matutina
>37.2°C o una temperatura vespertina >37.7°C.
La variación diaria normal típica de la temperatura es de 0.5°C.
Sin embargo, en algunas personas en fase de recuperación de
una enfermedad febril, esta variación diaria puede llegar a ser de
incluso 1.0°C.
3. Durante la edad fértil, la temperatura matutina de la
mujer suele ser menor en las dos semanas anteriores
a la ovulación; luego aumenta unos 0.6°C con la
ovulación y permanece en ese valor hasta que se
produce la menstruación.
La temperatura corporal puede elevarse después de
las comidas.
El embarazo y las disfunciones endocrinas también
afectan a la temperatura corporal.
Los termómetros timpánicos miden la energía calórica
radiante de la membrana timpánica y del conducto auditivo
vecino, dando valores absolutos (modo no ajustado) o
valores calculados en forma automática a partir de aquéllos,
con base en nomogramas que relacionan la energía radiante
medida con la temperatura central real y obtenidos en
estudios clínicos (modo ajustado).
Estas mediciones, aunque cómodas, pueden ser más variables que las
obtenidas de manera directa en la boca o el recto.
Los estudios efectuados con adultos demuestran que las lecturas son
más bajas con los termómetros timpánicos de modo no ajustado que
con los de modo ajustado, con valores de los primeros 0.8°C inferiores
a los obtenidos en el recto.
La temperatura rectal suele ser 0.4°C mayor que la bucal.
La temperatura esofágica baja refleja
con mayor exactitud la temperatura
central
4. FIEBRE E HIPERTERMIA
• La fiebre es un aumento de la temperatura corporal que supera la variación
diaria normal y se produce en combinación con un incremento del punto de
ajuste hipotalámico (p. ej., de 37 a 39°C).
Una vez que el punto de ajuste hipotalámico se eleva, las neuronas
del centro vasomotor se activan y comienza la vasoconstricción. La
persona aprecia primero vasoconstricción en las manos y los pies.
La desviación de la sangre que se aparta de la periferia hacia los
órganos internos determina
en esencial una disminución de la pérdida de calor por la piel y el
paciente siente frío.
En la mayor parte de los casos, la temperatura corporal
aumenta de 1 a 2°C.
5. Los procesos de conservación (vasoconstricción) y
producción (escalofrío y aumento de la actividad
metabólica) de calor se mantienen hasta que la
temperatura de la sangre que baña las neuronas
hipotalámicas se adapta a la nueva situación del
termostato.
El hipotálamo mantiene la temperatura en un nivel febril
mediante los mismos mecanismos de equilibrio de calor
que tienen lugar en el estado afebril.
Cuando el punto de ajuste hipotalámico vuelve a su ajuste
más bajo (porque disminuye la concentración de pirógenos
o por la administración de antipiréticos), se inician los
procesos de pérdida de calor mediante vasodilatación y
sudoración.
6. A la fiebre >41.5°C se le denomina hiperpirexia.
Esta fiebre extraordinariamente alta puede encontrarse en
pacientes con infecciones graves, pero lo más frecuente
es que se observe en enfermos con hemorragias
del sistema nervioso central (SNC).
Antes de la era de los antibióticos, la
fiebre secundaria a diversas
enfermedades infecciosas rara vez
superaba los 41.1°C y se ha propuesto
que este “techo térmico” natural
dependería de la formación de
neuropéptidos que actuarían como
antipiréticos centrales.
En algunos casos raros, el punto de ajuste
hipotalámico se eleva a causa de traumatismos,
hemorragias o tumores locales o por una alteración
funcional del propio hipotálamo.
A veces, se utiliza el término fiebre hipotalámica para
aludir a los incrementos de temperatura causados por
alteraciones de la función hipotalámica.
Sin embargo, la temperatura corporal de la mayoría
de los pacientes con lesión hipotalámica es
subnormal, en lugar de supranormal.
7. HIPERTERMIA
“Muchas personas con incremento térmico tienen fiebre, pero hay
circunstancias en las que el aumento de la temperatura no constituye
fiebre sino hipertermia”
Dicho signo se caracteriza
por incremento no
controlado de la
temperatura corporal,
que rebasa la capacidad
del organismo para
perder calor.
No cambia el “nivel umbral” o “punto de ajuste” de la función del centro
termorregulador del hipotálamo. A diferencia de la fiebre que surge durante
infecciones, en la hipertermia no participan moléculas pirógenas
8. La exposición al calor exógeno y la producción de
calor endógeno son los dos mecanismos por los
que la hipertermia puede dar lugar a
temperaturas internas peligrosamente altas.
El golpe de calor asociado a un ambiente cálido
puede o no asociarse al ejercicio. El golpe de calor
con ejercicio es típico de los jóvenes que hacen
ejercicio con temperaturas o humedades
ambientales elevadas
Incluso en sujetos sanos la deshidratación o el
consumo de fármacos de uso común (como los
antihistamínicos que se adquieren sin prescripción
médica y que tienen efectos secundarios
anticolinérgicos) pueden desencadenar el “golpe
de calor” por ejercicio.
En forma típica el golpe de calor clásico o que no tiene que ver con la realización de
ejercicio se observa en individuos de muy corta edad o ancianos, en particular durante
ondas cálidas.
Las personas más susceptibles son los ancianos, los enfermos que
guardan reposo absoluto, las personas que ingieren anticolinérgicos o
antiparkinsonianos o diuréticos, o quienes están recluidas en entornos
con poca ventilación y sin aire acondicionado.
9. La incidencia de la hipertermia inducida por fármacos ha aumentado debido al uso progresivo de psicofármacos y de drogas ilegales.
Este tipode hipertermia puede deberse a los
• Inhibidores de la monoaminooxidasa (MAOI, monoamine oxidase inhibitors)
• Los antidepresivos tricíclicos y las anfetaminas
• Productos ilegales como la fenciclidina PCP, phencyclidine)
• La dietilamida del ácido lisérgico (LSD, lysergicacid diethylamide),
• La metilendioximetanfetamina (MDMA, “éxtasis”)
• La cocaína.
La hipertermia maligna afecta a personas con anomalías hereditarias
del retículo sarcoplásmico del músculo estriado que producen un rápido
aumento de las concentraciones intracelulares de calcio por reacción
al halotano y a otros anestésicos por inhalación, así como a la
succinilcolina.
En minutos se presentan elevación de la temperatura, aumento
del metabolismo muscular, rigidez, rabdomiólisis, acidosis e
inestabilidad cardiovascular. Este trastorno infrecuente a
menudo es letal. El síndrome neuroléptico maligno ocurre con el
empleo de los fármacos de ese tipo (fenotiazinas antipsicóticas,
haloperidol, proclorperazina,metoclopramida) o cuando se
interrumpe el empleo de fármacos dopaminérgicos; se
caracteriza por rigidez muscular cérea, efectos adversos
extrapiramidales, disregulación del sistema autónomo e
hipertermia. El trastorno parece deberse a la inhibición de los
receptores dopamínicos centrales del hipotálamo, con lo cual se
genera máscalor y disminuye la disipación de éste.
Los cuatro síndromes hipertérmicos mayores son el golpe de
calor, la hipertermia maligna por anestésicos, el síndrome
neuroléptico maligno y la hipertermia inducida por drogas
10. Es importante distinguir entre fiebre e hipertermia, ya que esta
última puede ser muy pronto letal y es característico que no
responda a los antipiréticos. Sin embargo, en una situación de
urgencia es difícil hacer tal diferenciación.
Por ejemplo, en la septicemia sistémica, la fiebre (hiperpirexia)
puede tener comienzo rápido y las temperaturas rebasar los
40.5°C.
La hipertermia suele ser diagnosticada con base en los hechos
que ocurrieron poco antes de que aumentara la temperatura
central; por ejemplo, exposición al calor o administración de
fármacos que interfieren en la termorregulación. En individuos
con síndromes de golpe de calor y en los que reciben fármacos
que bloquean la sudoración, la piel está caliente pero seca, en
tanto que en la fiebre, la piel puede estar fría como consecuencia
de vasoconstricción. En la hipertermia los antipiréticos no
reducen el incremento térmico, en tanto que en la fiebre (e
incluso en la hiperpirexia) las dosis adecuadas de ácido
acetilsalicílico o de paracetamol disminuyen en forma moderada
la temperatura corporal.
El síndrome serotoninérgico, que surge con los inhibidores selectivos
de la recaptación de serotonina (SSRI, selective serotonin reuptake
inhibitors), MAOI y otros fármacos serotoninérgicos, tiene
innumerables signos en común con el síndrome neuroléptico maligno,
como la hipertermia, pero se puede diferenciar por la presencia de
diarrea, temblor y mioclono, en vez de rigidez cérea. La tirotoxicosis y
el feocromocitoma también pueden intensificar la termogenia.