1. Efectos de las devaluaciones de México y Brasil
Por: Florencia Bunge
Basta mirar las principales noticias de economía para darse cuenta que
las perspectivas económicas de Latinoamérica permanecen relativamente
positivas, aunque los países de la región se enfrentan a un escenario de retos en el
plano económico, el cual está ocasionado por el debilitamiento del crecimiento y la
incertidumbre que prevalece en la economía internacional.
Brasil y México, las dos principales economías de Latinoamérica, se encuentran en
momentos muy delicados que definirán su crecimiento o declive. En el primer caso, tal
como escribí en un artículo dedicado a la economía de Brasil, se necesita continuar
trabajando en el plan para que se acelere el crecimiento del país que según las
predicciones, estaría en el 2.5% en este año, teniendo en cuenta que en el 2010
alcanzó el 7.5%.
Respecto a México, la administración de Enrique Peña Nieto ha propuesto la reforma
energética y la reforma hacendaria para incentivar el crecimiento económico del
país, el cual se ha modificado por cuarta vez en este año y se espera que sea del
1.3%, según lo ha anunciado la Secretaría de Hacienda y Crédito Público
(SHCP), luego de que el Instituto Nacional de Estadística (INEGI) diera a conocer que
el Producto Interno Bruto (PIB) creció 0.84% entre julio y septiembre respecto a los
tres meses anteriores.
Justo en el segundo semestre del año, la Comisión Económica para América Latina y el
Caribe (Cepal) ha rebajado sus estimaciones de crecimiento para 2013 del 3,5% al
3% final porque espera una menor expansión de Brasil y México, lo que sin duda nos
lleva a pensar en el impacto que tienen estos gigantes en la economía de los otros
países de la región.
Aunque uno de los factores clave a los que se atribuye la preocupación de
Latinoamérica es la desaceleración en la economía de China, país que se convirtió en
el segundo socio comercial de la región después de Estados Unidos, expertos del
sector han considerado que los precios de las materias primas no se van a desplomar
estrepitosamente, por lo que seguirán siendo un soporte para las economías de los
países latinoamericanos que aún dependen en exceso de estas. Este punto es
fundamental, pues pese a que China modificará su foco desde la construcción e
infraestructura hacia el consumo interno y servicios, persistirá en su demanda
por commodities.
En lo que sí tienen certeza los expertos del sector es que la fuga de capitales marcará
la diferencia entre las naciones de la región que, durante la fiesta del commodity
boom y de la alta liquidez, se han tomado en serio las políticas macro, la
responsabilidad fiscal y el robustecimiento de sus economías a través de reformas. En
ese sentido, países como Chile, Perú y Colombia parecen haber hecho mejor las
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2. tareas y serán capaces de seguir atrayendo capitales y, lo que es más importante, de
largo plazo.
Pese a las dificultades económicas de los distintos mercados y en especial de los dos
gigantes de la región (Brasil y México), la región aún retiene su atractivo para
los inversores internacionales, quienes conservan fuertes expectativas de
rentabilidad.
Por último, cabe anotar que los países de América Latina deben aprovechar
las condiciones económicas favorables que aún persisten para construir una base
sólida que permita un crecimiento sostenido de toda la región en el futuro. A esto se
debe sumar la cooperación y la integración económica entre los países, los cuales
pueden ser también instrumentos eficaces a la hora de generar aprendizaje mutuo y el
dinamismo necesarios en el actual contexto.
Este artículo ha sido basado en la opinión personal de Florencia Bunge.
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