1. EEggoocceennttrriissmmoo
Nº 67 Agosto 2012 www.fvmartin.net http://confidenciasdeungerente.blogspot.com
Efrén Martín, gerente de FV y profesor de Deusto Business School
Carecemos de una percepción unitaria,
de una visión sistémica para entender
cómo somos las personas. Puede que no
falten piezas sino que sobren duplicidades,
para tener un modelo sencillo y elegante.
Saint-Exupéry integra ética, talento y
motivación aunando libertad, competencia
y finalidad. Todos estamos condicionados
para girar en torno a objetivos básicos que
determinan quienes somos, nuestra línea
de desarrollo y hacia dónde vamos:
DOMINAR a los demás, fama, debilidad,
riqueza, profesión y saberes.
PRESUMIR de virtud, autocontrol, dinero,
laboriosidad, conocimiento e influencia.
CONSUMIR sustancias, propiedades,
retos, novedades, poder y moda.
AMBICIONAR lucro, responsabilidad,
sabiduría, prestigio, amor y placer.
ACATAR disciplina, títulos, autoridad,
símbolos, derechos y obligaciones.
SABER reflexionar, liderar, elogiar,
disfrutar, negociar y servir.
Es inútil agotar el diccionario conductual;
siendo distintos somos muy semejantes y
orbitamos en torno a múltiples objetivos,
aunque no podamos conseguirlos todos.
Para ir más allá del simplista “cada tonto
con su tema”, es preciso dejar a un lado
juicios y prejuicios. Debajo de cada piel
hay un ser humano a la vez sencillo y
complejo; atrapado en una visión limitada
de sus posibilidades, girando en torno a un
círculo vicioso de rutinas. Soluciones
redundantes de las que no sabe escapar.
Decía Einstein: “Todos somos muy
ignorantes. Lo que ocurre es que no todos
ignoramos las mismas cosas”. Añadamos
que todos nos sentimos incapaces, pero
en distintos ámbitos y nos refugiamos en
órbitas de seguridad que no hacen sino
debilitarnos aún más.
Conocer a los demás es muy complicado
ya que nunca podremos ocupar su
trayectoria, su visión del mundo. Bastante
tenemos con conocernos a nosotros
mismos, sin que ello signifique recomendar
el egoísmo.
Nos transformamos al coincidir en
nuestra ruta con otras personas; porque
conocer otras esferas amplía nuestra
percepción y provoca la oportunidad de
crecer.
No gires sólo en torno a ti mismo.
Habitantes de los asteroides 325, 326, 327, 328, 329 y 330:
Un rey, para el que todos los hombres son súbditos.
Un vanidoso, para el que los demás son admiradores.
Un bebedor, que oculta su vergüenza por -y en- la adicción.
Un hombre de negocios, que amasa su fortuna en estrellas.
Un farolero, que cumple la consigna y sueña con descansar.
Un geógrafo, que certifica lo que nunca ha visto.
(“El Principito”, Antoine de Saint-Exupéry).
La Tierra: repleta de poderosos, presumidos, adictos,
millonarios, operarios y pensadores.