Este documento propone un proyecto para construir una civilización futura llamada "superhumanidad" que pueda enfrentar los desafíos de los próximos miles de años. Argumenta que la inteligencia colectiva de la humanidad debe ponerse al servicio de la evolución de nuestra especie hacia una forma superior capaz de sobrevivir a cualquier amenaza. También sostiene que la inteligencia social, mediante el desarrollo colectivo del ser humano en armonía con su entorno, puede subordinar la barbarie y llevar a la humanidad
2. Nos corresponde actuar a fin de que las
condiciones de asechanza presentes, sean
superadas y enrumbemos a la humanidad
hacia estadios de trascendencia. Conocemos
de la futura ocurrencia de hitos cruciales que
determinarán el curso de la vida en la tierra y
por ello, hombres y mujeres debemos abrazar
el proyecto por la edificación de una
civilización asentada en la mutua
y solidaria sobrevivencia.
Un camino hacia la superhumanidad.
Un proyecto para la especie del futuro
El diseño de la vida futura debe poner
la inteligencia colectiva al servicio de la
evolución de nuestra especie en una superior,
que bien podríamos denominar
superhumanidad. La superhumanidad será
capaz de enfrentar cualquier celada que se
presente en los venideros cientos de miles de
años.
3. Hombres y mujeres
debemos abrazar
el proyecto por
la edificación de una
civilización asentada
en la mutua y solidaria
sobrevivencia
4. El agotamiento de nuestros recursos, su
disposición mezquina en favor de procesos de
acumulación antinaturales, la falta de
equidad en el reparto del patrimonio surgido
del trabajo colectivo para el sustento de toda
la familia humana, son recordatorios de que
no actuamos con lógica de conjunto y que, a
diferencia de las otras especies, en nuestro
caso, la sobrevivencia del más apto supone
hacer tierra quemada con toda forma de vida
en la tierra.
Nuestro curso evolutivo en manos de la sensatez
De continuar en la dirección actual, con el timón
del orbe operado por el señoreo del Club de
Bilderberg y los demás poderes globales que
operan tras bastidores, bajo la contemplación
displicente de una sociedad aletargada, más
temprano que tarde, transitaremos el campo
minado de la supremacía de la soberbia y la
irracionalidad
5. ¡Qué desperdicio de capacidades humanas, pudiéndose
emplear en provecho de una sublime transcendencia!
6. Cada ser humano genera conocimientos a
partir de su aprendizaje individual, lo hace en
adaptación al medio, empleando capacidades
intrínsecas tales como la abstracción, la
comprensión, la simbolización, el
relacionamiento de datos, etc., por su parte,
el aprendizaje colectivo del conglomerado
social a través de su historia produce saberes.
La inteligencia social como base de la superhumanidad
Nuestra capacidad resolutiva de problemas
mediante el uso de conceptos y razonamientos
se potencia en la medida en que las
interrelaciones sociales ejercen su influencia. En
este caso, el uso los billones de operaciones por
segundo (FLOPS) que cada cerebro es capaz de
procesar, se alinea en intereses superiores, se
alcanza el estadio de pleno desarrollo de las
capacidades mentales y espirituales como
resultado de un armonioso y fulgurante
relacionamiento social entre nuestras
civilizaciones.
7. La inteligencia social supone
el desarrollo colectivo del
ser humano en armonía con
su entorno
8. De a poco se van incorporando
condicionamientos que irán moldeando la
ecuación de nuestro comportamiento futuro.
Lo social, lo cultural, la codificación de
nuestros sistemas de valores y creencias, los
estados de ánimo y frustraciones van
disponiendo el marco de lo que llegaremos a
ser con el paso del tiempo.
La inteligencia social subordina la barbarie
Para comprender la esencia de lo humano,
nuestra propia inteligencia ha ido acuñando
capas de conocimiento y sedimentando
categorías que van ordenando el mapa
cognitivo. Comprender los significados de la
intuición, el fruto del intelecto y su relación con
la realidad circundante, el aprendizaje por
ensayo y error, los vínculos entre el pensar y el
ser, el sentido de la orientación, la felicidad, etc.
son aportes para el análisis de la inteligencia en
los terrenos de la praxis.
10. Los arquetipos de nuestro pensamiento han
ido evolucionando y continuarán haciéndolo.
Desde los primeros conceptos de bienestar y
felicidad en Aristóteles, basados en la razón y
la virtud en términos éticos y de excelencia,
armonizados con los satisfactores de
necesidades externas, hasta la Psicología
Positiva que la asume como el desarrollo de
las mejores potencialidades, las “escuelas”
del pensamiento humano han venido
despejando las incógnitas respecto al papel
de la humanidad en el universo.
Una superhumanidad practicante del sentido común
El campo de la imaginación puede florecer de
múltiples elucubraciones, ¿qué llegaremos a
ser?, depende de nosotros mismos. Como se ha
dicho, la apuesta existencial es convertirnos en
una superespecie, una superhumanidad
creyente de la paz. Una superhumanidad
practicante del sentido común. Una
superhumanidad defensora de la vida en las
formas que conocemos. Una superhumanidad
en los horizontes por descubrir.