Detener la desertificación es, sin duda alguna, una labor titánica, pero a Yacouba Sawadogo, agricultor burkinés conocido como el hombre que paró el desierto, no le importó que lo tildaran de loco porque tenía un objetivo: curar la enfermedad de su tierra para hacerla fértil y combatir el hambre.
La larga sequía aceleraba el avance del desierto, la desaparición de los pozos, la flora y la fauna, aumentaba el éxodo de Gourga, su pueblo, y otros poblados cercanos hacia Costa de Marfil y Europa.
2. A finales de la década del 70 e
iniciando los 80, Yacouba Sawadogo,
agricultor burkinés, se percató que el
clima estaba cambiando y buscó en
sus raíces una técnica ancestral para
regenerar el duro y estéril suelo para
sembrar.
La práctica se le conoce en la lengua
local con el nombre de Zaï.
Hoy, 40 años después, un gran
bosque con más de 60 especies
continúa creciendo en Gourga, un
poblado de la región de Yatenga, al
norte de Burkina Faso, un pequeño
país africano sin salida al mar y pocos
recursos naturales.
3. Para Yacouba Sawadogo,
el Zaï es una filosofía de
relación con la tierra:
producir lo que ella puede
dar, no sobreexplotarla ni
conseguir más de lo
razonable y sostenible.
Además de guisantes y
cereales como el sorgo,
existen áreas boscosas
que atrajeron distintas
especies de animales
Los árboles son
fuente de vida
“Los árboles y bosques tienen funciones diferentes, hidratan el ambiente y traen más
lluvia a la región; son leña y madera para construcciones y frenan el viento. Si él se
ralentiza, todo crece mejor. Además, el nivel del agua subterránea es elevado por los
bosques, de modo que los pozos de la región se han llenado de nuevo”.
4. Yacouba Sawadogo introdujo una
innovación: incorporar compost y
estiércol a los hoyos donde se
siembran las semillas para
proporcionar nutrientes a las
plantas.
El método empleado, sencillo y a
bajo costo, consiste en cavar con
un palo huecos en la tierra
durante la pretemporada de
siembra para recoger agua
durante la lluvia y almacenarla
durante los meses de sequía.
Las termitas
y el compost
5. “Me gustaría que la gente
tuviera el valor de crecer a
partir de sus raíces”, dice el
agricultor burkinés cuando
se refiere a la técnica
ancestral, enriquecida con
las innovaciones que
introdujo y por las que
muchos lo llamaron loco.
Incluso llegaron a destruir
más de 10 acres de cultivos
y bosques recién plantados,
mediante un incendio
provocado.
Conocimiento
para la Pero esta acción no
quebrantó la voluntad
de Yacouba Sawadogo
y respondió ampliando
sus áreas de cultivo y
enseñando su técnica
Zaï a los pueblos
vecinos.
Comparte sus
conocimientos a través
de talleres, orientando
a los campesinos de
otras zonas que lo
visitan y ofreciendo
semillas de excelente
calidad.
humanidad
6. “Creo que podemos popularizar
esta práctica en cualquier campo.
Desde que desarrollé este método,
puedo hacerlo crecer mucho más
fácilmente, no extraño la comida
para mi familia.
A menudo doy la bienvenida a
muchos extranjeros a mi casa para
alimentarlos y aliento a otros a
trabajar de la misma manera para
la protección de la naturaleza y la
lucha contra la desertificación”.
Popularizar
el método
7. El 24 de septiembre de 2018
recibió, en Estocolmo, el Premio
Right Livelihood, conocido como el
Nobel Alternativo, por su labor de
40 años transformando miles de
hectáreas en un gran bosque, que
paró la desertificación y logró el
regreso de la flora, la fauna, los
pozos de agua y los refugiados a
Burkina Faso.