Problemas resolubes la rioja (opi i ortega) 2 enero (2044€)
1. M
ucho se habla sobre cómo se está rein-
ventando el mundo que conocíamos
hasta ahora. El sector financiero con
la llegada de nuevos operadores digi-
tales y del pago con móvil . El turismo con la tec-
nología que ha acercado todo lo que parecía tan
lejano como viajar en avión barato o alojarse en
localizaciones inimaginables. La venta minorista
que ha visto como tiendas globales y online que
no existían hace apenas unos años hoy son la re-
ferencia para los consumidores de cualquier loca-
lidad sea grande o pequeña. Los coches eléctricos
compartidos ya se ven en muchas ciudades de
nuestro país y no son elucubraciones de los gurús
empresariales. Son todos ellos
ejemplos en el ámbito econó-
mico de un fenómeno que
afecta a multitud de sectores
como pueden corroborar aque-
llos que trabajen en la energía,
la industria manufacturera o
hasta en la música.
La política también, en todo
el mundo, está en este proce-
so de reinvención. La demo-
cracia española ha demostra-
do su madurez incorporando
a dos nuevas fuerzas políticas
con capacidad de hacer cosas
buenas por el país. Hoy en Es-
paña, pese a las encuestas y las
presiones a un lado y otro del
espectro ideológico, mediáti-
co y hasta empresarial, tene-
mos un presidente del Gobier-
no que es puesto como ejem-
plo en Europa de estabilidad y
buen hacer. Los diferentes ple-
biscitos en el Reino Unido, Co-
lombia e Italia además del re-
sultado de las elecciones ame-
ricanas nos demuestran, como lo citado anterior-
mente, que el futuro no está escrito cuando hay
urnas por medio y ciudadanos que ejercen su voto
informados y siendo conscientes de su capacidad
de influencia.
No hay sector que quede fuera de la moderni-
zación que exige el momento. Y mucho menos
puede serlo uno que es el pilar de nuestro estado
social y de derecho, como cita nuestra Constitu-
ción del 78. Las políticas sociales suponen hoy ya
más del 50% de los presupuestos generales del Es-
tado y no pueden seguir implementándose como
si nada hubiera pasado en los últimos 40 años. Hoy
nadie duda que nuestro territorio es uno de los
más avanzados del planeta a la hora de propiciar
la igualdad de oportunidad y luchar contra la ex-
clusión social. Hemos sido pioneros en implantar
programas de atención a los más desfavorecidos
pero es preciso dar más pasos. La innovación ha
llegado a las políticas sociales en países como Ale-
mania, Países Bajos o el Reino Unido; Barack Oba-
ma incluso creó en su mandato una oficina presi-
dencial para poder acelerar su implantación. El ar-
gumento es sencillo, los gobiernos gastan cientos
de millones para responder a retos sociales pero a
la vez hay una dramática falta de soluciones pro-
badas, sostenibles y escalables. Los problemas cre-
cen a una velocidad que apenas da tiempo para en-
contrar soluciones desde lo público pero mucho
menos para pensar o invertir recursos en la pre-
vención. La obesidad, la inmigración, el envejeci-
miento activo, las familias en riesgo de exclusión,
son solo algunos de los campos en los que se ne-
cesitan nuevas soluciones a problemas que no de-
jan de crecer. Para ello y de la mano de empren-
dedores han nacido iniciativas implantadas ya con
resultados exitosos como son los llamados «bonos
de impacto social». Desde su creación en 2010
han demostrado un gran potencial de mejorar re-
sultados de intervención so-
cial porque dirigen los fon-
dos públicos hacia aquellas
políticas que demuestren cla-
ramente su impacto en asun-
tos prioritarios con resulta-
dos rigurosamente medidos
y trasfiriendo el riesgo de fra-
caso al sector privado. Esto
se consigue gracias a un pro-
ceso de hibridación de em-
presas innovadoras y sector
público. Los bonos son un
mecanismo de financiación
de servicios sociales que com-
bina los pagos por éxito y la
disciplina del mercado para
responder a retos sociales.
Los gobiernos contratan, con
este modelo, a entidades para
determinados servicios so-
ciales con unos hitos y obje-
tivos a conseguir; si la orga-
nización no los consigue la
administración pública no
pagará un euro. Los fondos
desembolsados inicialmen-
te por la entidad contratada los logra a través de
capital privado (filantrópico o mercantil) que pro-
porciona la financiación para la implantación de
los programas sociales a cambio de una rentabili-
dad obtenida de los futuros pagos si se consiguen
objetivos. Las administración públicas trasfieren
el riesgo de innovar en este campo a inversores
privados. Michigan, Denver, localidades de Rei-
no Unido, Alemania o Austria lo están probando
con éxito gracias a un ecosistema innovador de
gobiernos, inversores y emprendedores sociales.
Hace unos años un investigador de la universi-
dad de Edimburgo formuló una teoría que bauti-
zó como la triple hélice. El profesor Etzkowitz
pensaba que la fórmula mágica para conseguir que
las economías creciesen era alinear las acciones
de los gobiernos, las empresas y las instituciones
de conocimiento. Nunca pudo imaginar, cuando
publicó en 1966 su tesis, que muchos años des-
pués encontraría sentido también para resolver
problemas sociales que hasta ahora pensábamos
irresolubles, basta poner en marcha esas tres hé-
lices con el impulso de lo público, los innovado-
res y el capital privado, para obtener resultados
increíbles.
Problemas
resolubles
«Los ‘bonos de impacto social’ dirigen los fondos públicos
hacia aquellas políticas que demuestren claramente su
impacto en asuntos prioritarios con resultados medidos»
CONRADO ESCOBAR
CONSEJERO DE POLÍTICAS SOCIALES, FAMILIA Y JUSTICIA DEL GOBIERNO DE LA RIOJA
IÑAKI ORTEGA
DIRECTOR DE DEUSTO BUSINESS SCHOOL Y PROFESOR DE LA UNIR
::IBARROLA
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2 Enero, 2017