El documento compara los enfoques punitivo y restaurativo en la convivencia escolar. El enfoque punitivo se centra en sancionar al culpable sin considerar las relaciones o causas subyacentes. El enfoque restaurativo busca reparar el daño causado mediante el diálogo y la reflexión para prevenir conflictos futuros. El documento argumenta que el enfoque restaurativo es más efectivo para gestionar conflictos y transformar la cultura escolar de forma positiva.
1. ENFOQUE PUNITIVO Y RESTAURATIVO EN EL PROCESO DE CONVIVENCIA
ESCOLAR
José Luis Jiménez Rodríguez
Junio de 2023
Inicio esta reflexión con dos apreciaciones de tipo personal, en relación con la pregunta
realizada sobre el direccionamiento del Manual de Convivencia Escolar:
“¿Puede aplicarse una sanción a un estudiante cuando en el Manual de Convivencia no
se tiene la tipificación de la falta?”
La primera en relación con el poco avance del proceso de convivencia escolar, y la absoluta
“dependencia” de direccionamientos externos para al menos intentar tomar acciones
diferentes en correspondencia con las experiencias generadas al interior de las instituciones
educativas. La segunda es seguir considerando el proceso de convivencia escolar desde el
enfoque punitivo o sancionatorio, lo cual direcciona el compendio denominado Manual de
Convivencia como un reglamento más; instancia encaminada a “sancionar” a cualquier
estudiante que cometa una infracción en el desempeño de la convivencia escolar, además de
evidenciar la falta de proyección y acompañamiento en este tipo de procesos de alta
relevancia en las sociedades modernas.
Sobre la pregunta y su respuesta desde el enfoque punitivo, lógicamente si no se
encuentra tipificada, no se podría “juzgar” a un estudiante que incurra en la vulneración
de un hecho escolar no relacionado en el compendio denominado Manual de
Convivencia; por consiguiente, la falta de soporte corporativo quedaría en evidencia.
Podríamos analizar una situación cotidiana de dos estudiantes las cuales se ven involucradas
en una agresión física por comentarios diversos, una vez terminada la jornada escolar. Desde
el enfoque punitivo y restaurativo se pueden comparar las acciones a llevar cabo:
2. Enfoque Punitivo Enfoque Restaurativo
Averiguar quién ha sido el culpable. No se
encuentra información de relevancia, y
tampoco se cuidan las relaciones de la mejor
manera posible.
Espacios de reflexión sobre; ¿Quién ha sido
afectado?, o ¿Qué daño se ha producido?
¿Solo resultaron afectadas las dos
estudiantes a nivel emocional o físico?, o
¿pueden existir otros afectados en estas
mismas condiciones?; amigos comunes,
niños de niveles inferiores, docentes,
acudientes los cuales pueden discutir entre
ellos, el prestigio del centro educativo.
A partir de: ¿Quién? y ¿Cómo?, han sido
afectadas las personas, o la organización
educativa, se puede encontrar mucha
información, la cual nos permitiría la
Gestión del Conflicto con las máximas
garantías y eficacia.
Una vez se identifique el culpable llega el
momento de impartir la respectiva sanción
según lo especificado en el compendio
denominado Manual de Convivencia, en
otros casos la anotación correspondiente
según la tipología donde encasille la
situación presentada.
En esta instancia el “Castigo” se asume
como provocar un sufrimiento deliberado a
una persona que ha hecho un mal para que
vea el error de su proceder, se arrepienta y
cambie, puede tener una reacción
preventiva a corto plazo.
En la mayoría de los casos los involucrados
son sancionados con trabajos sin intención
No se centra en imponer un castigo, se
focalizan en la reparación, garantizando
desde diálogos reparativos la reflexión de la
situación presentada, por consiguiente, la
instancia de acción reeducativa toma un
valor de intencionalidad pedagógica
relaciona ineludiblemente a pensar sobre
las consecuencias físicas, emocionales y
sociales de los daños ocasionados, y los
deberes del actuar en comunidad. Incluso
las victimas hacen la respectiva reflexión
desde esta instancia con el ánimo de
recapacitar sobre su comportamiento o
vinculación en la generación del problema.
3. formativa o remitidos a sus casas por días,
lo cual no da pie a un trabajo pedagógico de
las partes sobre la situación presentada
La víctima y los demás afectados no cuentan
con un proceso reparador, no se cuenta con
espacios de reflexión para pensar en los
posibles daños físicos, emocionales y
sociales ocasionados, en conclusión, no
cuentan con participación alguna.
El victimario no cuenta con un espacio
preciso para pensar como saldar su deuda,
como va a restaurar la situación, como va a
incidir para que la víctima recupere su
confianza emocional a nivel personal y
social, entre otras.
La víctima y el victimario cuentan con
espacios de acompañamiento reflexivo para
que todo quede de la mejor manera posible,
lo cual es más humano, más saludable y con
un efecto de interiorización cognitiva y
emocional que pueden llevar a cambios
significativos a largo plazo, tanto a nivel
personal, corporativo y social.
En el enfoque restaurativo existe un
acompañamiento para que las partes
participen en la construcción de una
solución reparativa, los problemas no los
solucionan otros. (Participación activa)
No requiere facilitadores de mediación
escolar, el docente orientador se considera
dentro del grupo directivo como instancia
sancionatoria, no está conectada a
instancias de procesos reeducativos.
No requiere transformación sistémica de los
demás elementos del proceso educativo:
curricular, comunitario, administrativo y
directivo.
Requiere facilitadores de mediación escolar,
el docente orientador se considera un
mediador entre las partes, demanda
mayores espacios para llevar a cabo las
acciones presupuestadas, está articulada al
proceso de acciones reeducativas.
Requiere una transformación sistémica de
los demás elementos del proceso educativo:
curricular, comunitario, administrativo y
directivo.
Fuente: Institución Educativa Bolivariano 2023. Ruta de Atención Integral, en construcción.
4. Sobre la realidad de la convivencia en la escuela, en esta época accionada por el uso masivo
de la tecnología poco responsable, la mirada intolerante ante la diversidad humana y la
exigua capacidad reflexiva a la hora de tomar algún tipo de decisión, podemos considerar lo
propuesto por Aparicio, 2022, en concordancia a lo expuesto:
“Es una realidad el hecho de que la sociedad presenta hoy contextos complejos, algunas
difíciles para la convivencia tolerante, el respeto a los derechos humanos y la
consolidación de la paz. El centro escolar, como microcosmos y reflejo de la realidad
social, también está inmerso en un clima no siempre de calidad educativa en lo que se
refiere a este tema”.
En estos momentos de hondas necesidades sociales, la escuela afronta el inmenso deber de
“intentar” construir escenarios diferentes, o seguir apostando a los añejos esquemas cuyo
deber ser sigue siendo la labor de sancionar, o seguir viviendo en los efectos de una
problemática cuyas causas desconoce, por consiguiente, la labor de transformar, interiorizar,
concientizar, y generar un tipo de cultura donde se respete la diversidad y la sana
convivencia, no existe.
Como lo expresa la canción de Drexler; “nada es más simple, no hay otra norma, nada se
pierde, todo se transforma”, no podemos seguir esperando cambios “sui generis”, es una
obligación considerar nuestros propios cambios, como es el caso del manejo de la convivencia
escolar, empezar a pensar en un vuelco hacia el enfoque restaurativo, y generar cultura del
dialogo reparador, de la mediación, de la propuesta de soluciones y acuerdos, del seguimiento
cuantitativo y cualitativo de los casos presentados, de la intermediación reflexiva, de la
mediación entre pares, entre otros elementos constitutivos de un tipo de enfoque cuyo
propósito es en realidad construir opciones diferentes para gestionar de la mejor manera
posible la convivencia particular y la colectiva.
El enfoque restaurativo asume lo expresado por Pérez, et all, 2023, abordando el conflicto
como una oportunidad de aprendizaje y transformación personal y social:
“Los conflictos no siempre tienen que ser situaciones violentas, destructivas o el
empeoramiento de la situación, sino que se puede convertir en un elemento positivo que
5. permita la evolución y transformación entre las partes, proporcionando un mayor
acercamiento, comprensión, respeto y colaboración. Esto se debe a la forma que se
aborden los conflictos, pudiendo ser negativos y destructivos, o bien convertirse en un
aspecto positivo para aprender más acerca de uno mismo y los demás”
La historia en algún momento agradecerá todos aquellos intentos en procura de buscar
opciones diferentes, no solo en el transcurso de la convivencia, ya que “innovar” precisa de
un movimiento de todos los componentes del proceso educativo, incluyendo los curriculares,
directivos, administrativos y comunitarios, hacia un tipo de planeación estratégica más
cercana a la filosofía de las escuelas de carácter descriptivo y explicativo, donde se explota la
imaginación y la creatividad de los vinculados corporativos propiciando la construcción en
común de los procesos, y un poco más distantes de las de carácter preceptivo o normativo,
donde predomina un direccionamiento estándar a partir de intervenir actividades precisas
en planes de mejora.
“El escenario punitivo en la escuela desampara las víctimas, deja impune al victimario,
y no aporta información relevante para la transformación positiva de la convivencia”
Termino con una experiencia presentada a finales de 2022, donde una estudiante de grado
superior cometió una falta catalogada como tipología III, en el momento se pensó en
sanciones, pero al final se optó por iniciar un proceso restaurador, una especie de dialogo
reparador, y en realidad así fue, se organizó un escenario diferente, con preguntas de
reflexión asociadas a los presuntos daños emocionales y sociales, responsabilidades y como
reparar lo sucedido, el resultado se resume en las siguientes líneas:
“Esperaba hallar algo muy diferente, ataques por todos los lados, señalamientos,
cuestionamientos, pero me encontré con algo que toco lo más profundo de mi ser, una
instancia donde reflexioné sobre el daño que pude haber ocasionado a mis compañeros,
a mi familia, a mi propia integridad; ahora me siento totalmente diferente, me dieron
respetuosamente la oportunidad de un gran aprendizaje”
6. Bibliografía
Aparicio, M. L. 2002. La mediación como herramienta potenciadora de la convivencia juvenil
y resolución de conflictos. Revista electrónica interuniversitaria de formación de
profesorado. Vol. 5. No.
Pérez – Gallardo, et all, 2013. El dialogo como instrumento para la resolución de conflictos
en escolares de educación secundaria. International Journal Developmental Psychology. Vol.
2. No. 1. 2013. Pag. 184 – 194.
Institución Educativa Bolivariano. 2023. Ruta de Atención Integral con el componente
reparador, en preparación.