A lo largo de la historia, el hombre ha estado amenazado por la sola palabra; en la sociedad actual, el silencio está en cuidados intensivos y constantemente enajenado por un sinnúmero de informaciones que recibe constantemente a través de los medios de comunicación, los coloquios, el mismo discurrir del hombre y los pensamientos que a diario ofuscan a la misma persona dejándola sin salida; lo anteriormente dicho, se refleja en una afirmación de Martín Heidegger: “El hombre es un ser que habla”. Esto conlleva a que el ser humano se centre solo en el discurso y no permita acoger al silencio que envuelve la misma palabra y le da forma al significado.