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aquell-,,os que capturan la visión interior de lo que es nuclear para lu los resultados que cabe esperar y de los efectos que puede producir,
correc:ta gestión y conducción del currículum. hicn sean los esperados u otros inesperados.
También implica diálogo en profundidad con las partes implica-
das, análisis de los posibles rechazos, de los recursos de todo tipo con
4.7. El proceso evaluativu los que contamos, capacidad del sistema, costos previsibles, etc.
Todas estas precondiciones, nos orientarán respecto de la viabili-
Pa=ra llevar a cabo una evaluación es preciso determinar el plan dt dud estratégica del estudio, de su oportunidad, de la sensibilización
acciór1 a seguir. Independientemente del modelo, éstos son los paso l't·cnte a él y también de su viabilidad técnica y metodológica.
más e omunes a la mayoría de los evaluadores del currículum: Esta reflexión previa debe conducimos a un ajuste del estudio para
Incrementar su posibilidad real de ejecución. En la evaluación tan
l. Identificación del aspecto curricular a evaluar. Esta fase su 1 portante como lo que se hace es el cómo se hace. Toda acción
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pone cdeterminar el núcleo central que será objeto de evaluación y lt ~~ t•valuativa debe generar cultura y nada justifica entrar en procesos
objeti-vos que se persiguen con ella. Solventar esta fase supone plan uli cnantes, bien sea por falta de sensibilización de los agentes como
tearse- previamente los dos aspectos siguientes: por planteamientos técnicamente erróneos.
Para realmente optimizar el currículum es preciso movilizar las
(a:J Definir la audiencia a la que va dirigida la evaluación: legisla 1 upacidades de mejora de las personas y éstas no se activan sino se
dores, políticos, dirección, administradores, los propios edu II'(.;Onocen y se involucran en el proceso y la única vía conocida para
cadores implicados, la opinión pública, etc. Probablemente t' 1 nnseguirlo está en la participación y en la transparencia, al margen
imposible plantearse una evaluación que cubra las expectall 111lviamente de la calidad técnica del estudio que es lo que le conferi-
vas de todas las audiencias, por ello convendrá definir la pn ' rtn validez y credibilidad.
maria o las más importantes. Su conocimiento y el diálogo 111 1
ayudará a solventar el tema de determinar el objeto básico dt 3. Fase de diseño. Se pasa a continuación a diseñar la realización
evaluación y algunos de sus objetivos. dt• la evaluación. El diseño constituye el soporte técnico del método,
(b ) Determinar el propósito de la evaluación: para la mejora, p:u n 11 embargo, independientemente de las características que éste im-
proceder a la correspondiente petición de responsabilidack ~ )lllllga los momentos que acostumbran a definirlo son los siguientes:
como instrumento de reflexión y de cambio, etc.
(e ) Identificar los aspectos más significativos del objeto de eva hru (a) Recogida de información. En este paso, los evaluadores deben
ción. El ámbito curricular que hayamos fijado, por sí mislllu identificar las fuentes de información esenciales y los medios
tiene elementos más sustantivadores que otros. Determinarlo S t'rll de que se servirán para recogerla. Tendrán también que plani-
también parte de la tarea evaluativa en esta fase. ficar los momentos de recogida y establecer el correspondien-
te programa de actuación.
Esta primera fase trata de asegurar la relevancia de la evaluaci611 y (b) Orgarrización de la información. En esta fase, los evaluadores
evitar que ésta se consuma en problemáticas menores sin ningún iuh tendrán que organizar la información recogida de tal forma,
rés para nadie. que la hagan interpretable y utilizable para las audiencias com-
prometidas.
2_ Valoración de la evaluabilidad. Una vez determinada la nalll e) Análisis de la información. Aquí convendrá que los evaluadores
ralez2 y el alcance de la evaluación a realizar e identificados sus 11 seleccionen y apliquen los análisis técnicos más apropiados.
pecte>s más significativos, se impone una reflexión previa al propio La elección de las técnicas generalmente dependerá de la natu-
desarrollo de la evaluación en tomo a la viabilidad de llevarla a cahu raleza del núcleo fundamental de información a analizar y del
E:sta valoración inicial implica efectuar un listado de los conlpo tipo de relación que conviene esclarecer para facilitar la inter-
nent~s básicos del objeto a evaluar, de los objetivos que persigue, th pretación evaluativa de los fenómenos.
2. 158 159
Aquí posiblemente la cualidad que le vamos a exigir al proceso t·~ 4.8. La evaluación del currículum
la precisión en las actuaciones.
como actividad cooperativa
4. Utilización de la información evaluativa. Señalábamos, en l'l
primer capítulo de nuestro libro, que una de las paradojas que se dan Hace ya más de 30 años que Hilda Taba (1962) ya defendía que la
en la evaluación, es que aquello que la sustantiva (la emisión de jui t•valuación era una actividad de naturaleza particularmente coopera-
cios de valor) no es lo que la legitima (la toma de decisiones para la liva. Esta cooperación la consideraba esencial para llevar a buen tér-
mejora). Cuando hablamos de la utilización de la evaluación estamos mi no el proceso evaluativo del currículum, para diseñar el plan general,
haciendo referencia a las acciones que habrá que desarrollar para de seleccionar los instrumentos, el modelo evaluativo a aplicar y final-
rivar e implementar procesos de mejora como resultado de la activi mente para ejecutar los diferentes estadios que hemos mencionado.
dad evaluativa. Generalmente esta fase contempla las siguientes: Entendía que en una evaluación del currículum centrada en la es-
t· uela, es absolutamente necesario contar con la participación de los
(a) El informe evaluativo. En este apartado es en el que Jo ~ profesores, los administradores, los estudiantes y los padres, en gene-
evaluadores deciden/negocian la naturaleza del informe. Ob ral de todos los miembros de la comunidad educativa.
viamente, para ello deberán tener muy presente a la audiencia Taba indicaba que, posiblemente, la razón de mayor peso para
a la que va dirigido, que es la que en el fondo determinará en t•sta cooperación es que la única forma de conseguir una fotografía
mayor medida, no el contenido pero sí la naturaleza del mis ~:o mpleta del currículum es a partir de involucrar a todos los que, de
mo. Conviene que la forma en que esté escrito facilite el deri una forma u otra, se ven afectados por él.
var propuestas de acción de mejora. Se acostumbra a incluir en Vamos a tratar de repasar la naturaleza de esta participación de
él los datos más relevantes y sus análisis respectivos. ocuerdo al diferente estatus de cada uno de ellos.
(b) La inclusión de la información evaluativa en la planificación
estratégica. Es ingenuo y responde a un pensamiento absoluta
mente lineal, el pensar que de la evaluación se derivan directa UU. ALUMNOS
mente las acciones de mejora. Cuando ello ocurre acostumbra
a ser por que la mejora ya era evidente por sí misma y posible Es evidente que la primera responsabilidad de los alumnos es con-
mente no precisaba de la acción evaluativa. Por ello en el apar vertirse en agentes activos de sus propios aprendizajes y desde los
tado anterior señalábamos que el informe debe aportar la nuevos principios de la evaluación moderna se acepta que los estu-
información de tal forma que facilite su derivación, pero ésta diantes deben asumir gran parte de la responsabilidad sobre la eva-
debería producirse a través de incluir la información evaluativa luación de sus propios aprendizajes como paso necesario para
en el contexto de la planificación estratégica del ente respon desarrollar en ellos una verdadera autonomía como aprendices. Sin
sable del ámbito curricular objeto de evaluación. embargo, lo que estamos proponiendo va más allá, deberían partici-
(e) Reciclaje de la información. La información evaluativa básica par también sustancialmente en la evaluación del currículum.
debe ser objeto de continuo mantenimiento con el fin de i1 Los alumnos pueden trabajar conjuntamente con sus profesores
retroalimentando permanentemente los procesos de mejora con en el aula o en comités de seguimiento del funcionamiento del currí-
tenidos en los planes estratégicos. culum, analizando y decidiendo sobre el valor y la efectividad de
muchos de ms componentes. Naturalmente, su participación vendría
condicionada por le edad y el nivel de madurez.
Como señala Posner (1992), involucrar a los alumnos en su propia
evaluación y en la del currículum es una forma de posibilitar su dere-
cho a dirigir su propia vida de forma socialmente aceptable y de ma-
nera personalmente significativa.
3. 160 161
La autoevaluación provee a alumnos Y profesores de informurl MÍ los contenidos están bien secuenciados o dimensionados, si las meto-
valiosa y fundamental, para nutrir la autonomía de los alumnos 111 tlmlogías sugeridas son las más idóneas, o si las propuestas evaluativas
que su dependencia (Pratt, 1994). Entienden que, aunque aprendh 1 :mpturan correctamente el tipo de conocimientos que se persigue eva-
también deben ser capaces de enjuiciar el nivel y el significado ti lu¡ar, etc.
aprendizaje. Nadie mejor que ellos pueden elaborar juicios respecto de los ele-
Los alumnos juegan un papel decisivo en la determinación de qu Intentos que van analizando desde su propia experiencia individual y
procedimientos de evaluación, de entre los usados por sus profesor' t;O)lectiva. En el marco de un trabajo colaborativo y dentro del proyec-
son los más eficaces para juzgar si se están produciendo o no lu tO• curricular del centro se deberían sistematizar sus aportaciones a la
debidos aprendizajes. Existen experiencias (Paulson y Meyer, JNI 1 •vraluación curricular.
respecto a la creación por parte de los estudiantes de portafolios t'''" Lo señalado para los alumnos, respecto de la importancia de que
teniendo sus propios trabajos y comentarios respecto de la calidad ~ se: sientan protagonistas de su propia actividad que en definitiva for-
la cantidad de aprendizajes que están incorporando en relación l'llll m:a parte esencial de su propia vida, es en este caso mucho más válido
unidades concretas del currículum. También son dignas de menci11 y !trascendental, ya que la tipología de actividad a la que estamos ha-
nar experiencias realizadas con alumnos de evaluación entre pares v citendo referencia se enmarca en el núcleo duro de su propio desarro-
otras en las que son invitados a evaluar a sus propios profesores. llo profesional.
Todo ello muestra una tendencia clara a que los alumnos juegul'll Nadie mejor que ellos es capaz de analizar sus sentimientos y los
un papel cada vez más importante en los procesos evaluativos, tant o de sus alumnos respecto del programa en acción, y es absolutamente
en lo que hace referencia a sus propios aprendiz~es, como a la evu evidente que en las propuestas evaluativas actuales, los profesores
Iuación de diversos componentes del currículum, especialmente aqul' están llamados a convertirse en la clave de la evaluación de proceso
Ilos en los que se van acumulando evidencias de la significación qut• de las propuestas curriculares.
tienen sus aportaciones.
Ha de quedar absolutamente claro que el tiempo en que la partici-
pación del profesor en la evaluación curricular se resumía a pasar test
4.8.2. PROFESORES a sus estudiantes o a contestar cuestionarios elaborados por los
evaluadores, responden a una mentalidad absolutamente periclitada.
Los profesores son, sin duda, Jos profesionales que de manera más Su presencia activa y su participación continuada son claves en las
obvia, deberían asumir protagonismo en la evaluación del currícu- ccncepciones comprensivas de la evaluación.
lum. Sin embargo, la realidad es que, al menos como colectivo no se
les ha tenido, históricamente, en la debida consideración.
Su participación se ha resumido en muchos casos a acciones indi- 4.U. LOS EVALUADORES
viduales, valiosas pero que no es justamente lo que se debe propugnar
como modelo general de actuación. Si una aportación de las corrien- Tal como hemos visto, la evaluación es una actividad que exige la
tes humanística y naturalista ha resultado de gran valor, es generar p~rticipación de diversos colectivos, la cooperación entre todas las
praxis evaluativas inconcebibles sin la participación del profesorado. p~rtes involucradas en la evaluación curricular es absolutamente ne-
Los profesores deberían involucrarse como colectivo en el trabajo CtSaria. Sin embargo, alguien tiene que encargarse de coordinarlos y
curricular, y es evidente que una parte sustancial de la tarea evaluativa de activar el proceso; ésta es una tarea que exige a la vez habilidades
del mismo les corresponde. En la actualidad, es cada vez mayor la sc:iales y conocimientos técnicos; estamos haciendo referencia a los
conciencia, sea cual sea la variante metodológica empleada, que de- e'aluadores .al equipo evaluador.
ben jugar diversos roles de importancia en la evaluación curricular. Es aconsejable que las personas que componen el equipo, formen
Su experiencia en el aula les hace ser testigos excepcionales de cómo pate del sistema donde se desarrolla la actividad curricular a evaluar,
los alumnos responden en el día a día a las propuestas curriculares, de cmocer el sistema y sus objetivos es indudablemente una enorme
4. 162
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ventaja. Sin embargo, también presenta alguna dificultad que acos-
tumbran a resumirse en que no es sencillo ser crítico respecto del Por todo esto, aquellos afectados por la educación deberían ser
sistema desde el propio sistema, y que a veces los expertos internos involucrados en la toma de decisiones acerca de ella, y en esta afirma-
sufren de cierta desconfianza acerca de su formación como expertos ción incluimos también los asuntos relacionados con el currículum.
y un importante grado de incomprensión por parte de sus propios com- Los padres en el caso del currículum escolar y los agentes socia-
pañeros. les, culturales y económicos en general, deberían participar de mane-
Aun con todo, es aconsejable que el equipo sea fundamentalmen - ra activa en la evaluación del currículum.
te interno, lo que no significa que no sea importante que colabore con Existen ciertas valoraciones sobre la importancia de los conteni-
él algún experto externo. La presencia del evaluador profesional no dos curriculares en la posterior vida activa de los sujetos, sobre el tipo
tiene por qué provocar ningún tipo de distorsión, su papel es básica de formación recibida, sobre la satisfacción de los usuarios, etc., en
mente de observador y colaborador, aporta conocimientos técnicos y las que posiblemente la opinión de la comunidad educativa en gene-
cierta objetividad en los juicios y en la toma de decisiones. También ral es fundamental, e ignorarla constituiría un grave error.
su presencia colabora notablemente a generar actitudes de mayor ob Existen experiencias interesantísimas sobre la participación de los
jetividad y profesionalidad por parte de los otros miembros del equi padres y otros miembros de la comunidad (1991) en la mejora del
po.
t: urrículum que arrojan luz sobre sus posibilidades como factor
El equipo en su conjunto tiene como misión planificar la actividad optimizador y dan idea de su importancia y necesidad y que conven-
evaluativa que implica activar el sistema a fin de poder cumplir con dría extender a todos los ámbitos de la actividad evaluadora.
tareas tales como: localizar y acudir a las fuentes que mejor informa Por otro lado, involucrar a todos estos miembros de la comunidad,
ción puedan aportar, seleccionar los instrumentos, técnicas o estratc :s introducir en la sociedad conciencia de su importancia como agen-
gias más potentes y apropiadas, analizar la información, coordina1 lc educador. El sistema educativo resulta cada vez más insuficiente
los debates interpretativDs, consensuar los juicios y negociar las me para alcanzar a cubrir todas las necesidades formativas de las perso-
dictas de mejora en el m¡uco de la planificación estratégica. Es decir, nas. Sólo desde un esfuerzo conjunto, responsabilizando de forma
su responsabilidad es dis<!ñar y hacer funcionar la logística del sistc in tegral a la sociedad en su conjunto y actuando inteligente, compro-
ma evaluador. metida y coordinadamente a lo largo de toda la existencia del sujeto
Sería conveniente re~ular el sistema de nombramiento de estos se podrán atender debidamente.
equipos y al menos ante la ausencia de normativa se impone la con
sulta desde los órganos de gobierno a los de participación en particu
lar y a las partes afectadas en general, para determinar la composición, Bibliografía
sino ideal al menos cons~nsuada, de sus miembros. Será necesario
cuidar de su formación par:-a la práctica evaluadora y habilitar los apo AI <NAL, J., DEL RINCÓN, D. y LATORRE, A. (1994), Investigación Educativa. Funda-
yos necesarios para que r~almente puedan llevar a término su tarea. mentos y Metodología. Barcelona: Labor.
ll iiAUCHAMP, G. A. (1981), Curriculum Theory. Itasca Ill.: Peacock.
( 'AS W H. L. y CAMPBELL, D (1935), Curriculum Development. Nueva York:
ELL
American Book.
4.8.4. LOS MIEMBROS DE kA COMUNIDAD I' IWN ACH, L. J. (1982), Designing Evaluations of Educacional and Social Programs.
B
S. Francisco, Ca. : Jossey-Bass.
( 'II A PMAN, W. (1991), "The Illinois Experience: State Grants to Irnprove Schools
Incuestionablemente, lan educación es una actividad cuyo interc~-o Thorough Parent Irnprovement", Phi, Delta, Kappa (enero), pp. 3 55-358.
trasciende lo escolar o insatitucional, y que evidentemente provo<:a 1)fiWEY, J. (1938), Experience and Education. Nueva York: Macmillan.
II. ISNilR, E. W. (1975), The perceptive Eye. Toward the Reformation of Educational
repercusiones de tipo socia= e incluso políticas que no se pueden ig
.], Evaluation. Stanford, Ca.: Standard Evaluation Consortium.
norar, y la evaluación se connvierte en muchas ocasiones en una fornu1 HI .~N i iR, E. W. (1981), The Methodology of Qualitative Evaluation. The Case of
más de construir o hacer diechas políticas. l:"du cational Connoisseurship and Educacional Criticism. Stanford: Stanford
University Press.