5. La evaluación es hoy uno de los temas con mayor protagonismo del
ámbito educativo, no porque se trate de un tema nuevo, sino
porque administradores, educadores, padres, estudiantes y toda la
sociedad en su conjunto, son más conscientes que nunca de la
k
importancia y las repercusiones del hecho de evaluar o de ser
evaluado. Existe una mayor consciencia de la necesidad de alcanzar
determinados niveles de calidad educativa, de aprovechar
to
adecuadamente los recursos, el tiempo y los esfuerzos, por otra
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parte, el nivel de competencia entre los individuos y las
instituciones también es mayor.
El concepto de evaluación es amplio, una de las primeras
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dificultades es intentar definirla, para ello se presenta el punto de
ie
vista de varios autores: La evaluación ha sido definida como: "... un
proceso para determinar en que medida han sido logrados los
objetivos educativos" (Tyler,1973): "...es un proceso sistemático que
formula juicios de valor acerca de lo que es a lo que debería ser"
(Carreón, 1983); "...es un proceso organizado que permite la
ev
Ti
obtención de información útil para apoyar la toma de decisiones"
(Stufflebeam, 1969); "...es la investigación sistemática para
determinar el mérito o valor de un objeto" (Comité Conjunto, 1988),
"...es la construcción de significados, que en una acción
hermenéutica tratan de construir una comprensión de determinado
proceso educativo" (Díaz-Barriga, 1988); "...es la examinación
Pr
sistemática de los eventos ocurridos durante y corno consecuencia
de un programa" (Nevo, 1983), "...es la medición de consecuencias
deseables e indeseables de las acciones realizadas para alcanzar una
meta que valoramos" (Riecken, 1952).
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6. La convergencia de las definiciones expuestas es la de concebir a la
evaluación como un procedimiento o acto sistemático, organizado y
propositivo, lo cual implica que su realización precisa del dominio de
k
elementos teóricos, metodológicos y técnicos. Y es que la
recopilación de información confiable representa un problema
técnico referido a la validez, representación y confianza de los
instrumentos utilizados, por lo que se debe probar resolverlo
to
mediante el uso de procedimientos sistemáticos de investigación y
w
estudio que, en ocasiones, se asemeje a los métodos científico y
etnográfico.
En lo que respecta a las finalidades de la evaluación existen
ka
discrepancias aunque un uso generalizado del término es aquel que
ie
lo interpreta como un proceso de emitir un juicio u opinión para
volar al fenómeno estudiado (Carreón, 1983, Comité Conjunto,
1988). En educación, esos juicios de valor se refieren a los
resultados de las acciones de enseñanza con el fin de modificarlas
para mejorarlas y hacerlas más eficientes. La formulación de esos
ev
Ti
juicios de valor descansa en la interpretación que se hace, a la luz
de criterios previamente establecidos, de información recopilada
para el efecto. Entre más confiable sea esta información y entre
mejor refleje o describa la realidad estudiada, mayor será el
fundamento y más atinadas podrán ser las decisiones que se tomen.
Pr
Se evalúa siempre para tomar decisiones. No basta con recoger
información sobre los resultados del proceso educativo y emitir
únicamente un tipo de calificación, si no se toma alguna decisión, no
existe una auténtica evaluación.
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7. La evaluación educativa debe ser permanente y sistemática,
combinar la participación de agentes externos y del propio alumno,
y convertirse en un instrumento de gestión escolar, de toma de
decisiones y para emprender acciones de mejora de los servicios.
k
El proceso de investigación y de evaluar la evaluación guarda una
estrecha relación con procesos de planeación y ejecución, por lo que
debe abarcar factores y elementos cuantitativos y cualitativos,
to
partir de un diagnóstico continuo y de combinar la participación de
agentes externos y del propio estudiante, es decir, debe incluir la
w
participación de quienes intervienen en el contexto educativo.
Al respecto Ana Isabel Mora (2004) cita unos pasos interesantes para
lograr esa participación, como es, primero se debe indagar sobre la
forma como las personas entienden el proceso evaluativo para
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canalizar que ha sido lo positivo y emprender acciones de mejora
siendo la primera tarea del evaluador la de ayudar a los
participantes a clarificar los marcos de valor de la situación y
debatir sobre los principios, fines, metas, propósitos de la misma y
su correspondiente aplicación. Estas reflexiones, sin lugar a dudas
ev
enriquecerán el trabajo evaluativo. Igualmente los aspectos
Ti
axiológicos obligan a definirse, a adoptar y defender posturas, por lo
mismo el evaluador tiene el deber de dilucidar sus propios marcos de
valor que asume, para posibilitar que su trabajo sea juzgado de
forma clara, abierta y para evitar que los mismos distorsionen su
labor. Segundo se debe indagar sobre las necesidades, expectativas
y del compromiso que se asume ante el desarrollo de la evaluación,
Pr
una buena evaluación debería de explicar y socializar los intereses y
preocupaciones de los participantes, incrementando el
autoconocimiento grupal e individual acerca de sus actividades,
tareas, funciones, etc.
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8. Y por ultimo se realiza un anteproyecto en conjunto para que todos
conozcan lo que se pretende alcanzar, el resultado ideal es
contribuir a que los involucrados puedan participar con conocimiento
en las decisiones que les afectan.
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Esto mismo puede trasladarse al aula de clase cuando se conoce
como han sido los procesos evaluativos y que ha sido lo bueno y lo
to
malo, se diseñan nuevas formas de llevar a cabo la evaluación y que
se haga basándose en las necesidades de los estudiantes y del
w
contexto se aborda un proyecto en conjunto donde todos somos
conscientes del papel que cada uno desempeña y con esto se logran
mejores resultados.
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Y es posible llegar al estado de la "cultura de la evaluación" que no
se limita a la escuela sino que se extiende al resto de las actividades
sociales. El proceso de evaluación educativa debe aspirar a
convertirse en parte activa de las características que definen la
cultura escolar, dejando de ser un mero proceso eventual y añadido
ev
para ser parte esencial de la dinámica cotidiana de la escuela. La
Ti
escuela eficiente debe observar continuamente su propia evolución
para orientarla hacia mejores fines
Esta manera de pensar se concibe desde una evaluación con una
función autoformadora porque el hecho de darle participación al
evaluado en el diseño de su propia evaluación debe darle los
Pr
elementos para que este mantenga una ética, objetividad, sentido
de la utilidad y del propósito de la misma. Se evidencia en el
docente porque lo hace ser una persona más crítica donde éste abre
el espacio para que se juzgue su propio desempeño.
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9. En el ejercicio docente para llegar a éste tipo de evaluación se debe
enmarcar dentro de normas que faciliten su construcción como son:
Que la evaluación sea útil, esto implica que la información que se
recoja sirva para buscar soluciones a la problemática acerca de lo
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que ella misma detectó haciendo una retroalimentación seria del
proceso.
Que la evaluación sea factible, significa que los procesos sean
to
entendibles y realizables.
Que la evaluación sea ética, es decir, que se respeten y promuevan
w
los valores de las personas implicadas.
Que la evaluación sea exacta, esto quiere decir que los datos que se
registren sean precisos y no sean manipulables.
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El artículo de Ana I. Mora (2004) hace un breve recorrido por los
periodos de la evaluación y es que quién desconoce la historia esta
condenado a repetirla, de ahí la relevancia de incluir un apartado
acerca del desarrollo histórico de la evaluación para disponer de una
visión en perspectiva de este campo. El beneficio resultante de
ev
saber acerca de las experiencias y situaciones por las que ha pasado
Ti
la evaluación en diferentes épocas y países, nos permite aprender de
sus logros y errores. Asimismo, este repaso histórico nos ayudará a
comprender cómo los cambios en posturas y aproximaciones fueron
el resultado de los retos y problemas afrontados.
Pr
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10. Se distinguen estos periodos:
• Periodo Pretayleriano, Se ha caracterizado por centrar la
atención de la calidad de la edición en el rendimiento de los
estudiantes, medición que se realiza mediante tests o pruebas
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(Dobles, 1996, p.80). Se refiere que la evaluación sistemática tiene
una larga historia. Mientras que sólo muy recientemente se ha
llegado a considerar la evaluación coma una practica profesional,
to
buena parte del trabajo evaluativo moderno continúa basándose en
ideas y técnicas que ya se aplicaban hace mucho tiempo, como por
w
ejemplo las encuestas, las comisiones, la acreditación y las
comparaciones experimentales de varios programas.
• El periodo Tayleriano. Se considera insuficiente una
evaluación centrada en el rendimiento del estudiante por lo que se
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opta por “una evaluación que se caracteriza por la descripción de
patrones que evidencian fortalezas y debilidades en relación con los
objetivos establecidos” (Dobles, 1996, p.81)
• Periodo de la Inocencia. Prevalecen los principios propuestos
por Tyler para la evaluación educativa, centrados en la medición de
ev
resultados. Es una época en la que hubo una expansión de la
Ti
educación (nuevos tipos de instituciones educativas como colegios
comunitarios) pero no parecía tener gran interés en formar
profesores competentes, en localizar y solucionar las necesidades de
los menos privilegiados o en identificar y solucionar problemas del
sistema educativo, hubo un estancamiento.
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15. k
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