La Dra. Ileana expresa una creciente complejidad de las relaciones con sus propias circunstancias en las diversas problematizaciones que se entretejen en el desarrollo del campo del conocimiento pedagógico
TRAYECTORIAS CONCEPTUALES Y ENTRAMADOS DISCURSIVOS EN EL CAMPO PEDAGOGICO
1. Universidad Nacional Autónoma de México
Facultad de Estudios Profesionales Acatlán
Programa de Pedagogía
Comentarios al libro:
Trayectorias conceptuales y entramados
discursivos en el campo pedagógico en México
(1934-1989)
DRA. ILEANA ROJAS MORENO
FESA 9 DE OCTUBRE DE 2007
COMENTARISTA: LIC. MICAELA GONZÁLEZ DELGADO.
La invitación que se me ha hecho para comentar el libro trayectorias conceptuales y entramados
discursivos en el campo pedagógico en México (1934-1989) es grata y al mismo tiempo inspiradora,
como profesora del Área de Formación y Práctica Profesional las reflexiones recogidas en este
pequeño espacio me permiten ver la importancia de saber por qué caminos se van construyendo las
formaciones conceptuales en educación. Los ángulos de lectura novedosos nos llevan a reconocer lo
indispensable que es este libro para los pedagogos que nos vamos formando en el trayecto de la
experiencia, al mismo tiempo, nos permite reconocer una legitimación de la realidad como anclaje
para empezar a pensar el mundo con el otro, y sobre todo para poder hacer un uso crítico de la teoría
desde nuestro propio contexto. Pues los cambios y transformaciones no van solos se acompañan del
otro, del tiempo, del espacio y movimiento de entramados conceptuales en miradas comunes y
presencia a través de la memoria en la relación sujeto mundo.
Es importante destacar que el trabajo que la autora nos presenta retoma una vertiente de análisis
sobre la formación universitaria en educación en dos periodos importantes: 1923 y 1955 que
corresponden a la pedagogía normalista y a la pedagogía universitaria (constituyéndose en
disciplina), como punto de partida de la problematización y nos plantea algunos cuestionamientos
2. sobre, ¿cuál es la historia del pensamiento pedagógico en México? ¿Cuál es la historia de los
conceptos que actualmente se emplean en el debate educativo en el país?
Sin duda, pensar en la historia de las trayectorias discursivas nos permite tender puentes hacia el
tiempo y las producciones que nos permiten ubicar realidades múltiples y complejas en donde lo
político y lo ideológico es el telón de fondo del tiempo-espacio constituyente de la realidad social
educativa. Situación que supone la incorporación de sujetos (movimientos, grupos, actores) como los
verdaderos protagonistas de los aletargados o vertiginosos tiempos de la historia en los entramados
discursivos en el campo pedagógico mexicano.
El desmontaje de los conceptos de didáctica, currículum y evaluación atienden a dos líneas de
problematización, la primera es sobre la estructuración de la enseñanza y el aprendizaje y, la
segunda, sobre la estructuración de la práctica educativa. De la primera línea podemos matizar el
planteamiento de interrogantes y múltiples posibilidades de los términos enseñanza y aprendizaje
como conceptos articulantes de movimiento sólo aprehensible en el marco de la tensión entre lo
permanente y lo aleatorio, entre la necesidad y el azar. Y buscar, entonces, "insertarse en el fluir de la
política, la ideología y la historia", transitar desde lo constituido hacia lo constituyente, para lograr un
"modo de conocimiento que acepte conjugar el movimiento de la realidad con el movimiento del
pensamiento pedagógico", a sabiendas de la evidente asimetría entre el primero y el segundo.
Situación que enfatiza el giro que toma la selección y organización de contenidos.
La Dra. Ileana expresa una creciente complejidad de las relaciones con sus propias circunstancias en
las diversas problematizaciones que se entretejen en el desarrollo del campo del conocimiento
pedagógico. A la luz de esta referencia podemos observar que la construcción fundamental de la
ciencia pedagógica está determinada por los aspectos que se pueden distinguir en el proceso de
formación como fenómeno cultural característico, sin embargo, los debates del campo disciplinar
apuntan hacia construir conocimiento que permita concebir una nueva pedagogía. Por ello, es
trascendente este trabajo, nos da una mirada que en palabras de la Dra. Ileana (2005:29):
3. No se trata , pues, de acuñar términos nuevos, sino de apuntar una primera caracterización
que ayude a establecer una distinción significativa y responda a una pregunta básica: ¿qué
tipo de conocimiento es éste?
Y al mismo tiempo señala (2005:28)
La importancia atribuida a tradiciones y enfoques radica en la influencia que han tenido
en aspectos como la denominación institucional de los estudios en pedagogía y
educación, la orientación en los planes de estudios, la definición de un perfil
profesional, la selección de contenidos curriculares de licenciaturas y posgrados, y el
desarrollo de temáticas y problematizaciones en la bibliografía especializada que
circuló durante el período que comprende este trabajo.
Situación significativa frente a las producciones cronológicas que nos mostraban la historia de
construcción del campo pedagógico con una mirada de cortes de realidad sin articulación y que
centran su mirada sólo en el contexto político dejando de lado lo social, lo ideológico, los
significantes, los símbolos que circulan a través de los discursos producidos por diversos sujetos y
sus subjetividades.
Pensar en tiempos difíciles en los que no podemos ni hablar ni callar sin peligro, entenderemos la
complejidad del proceso mismo de expansión constante de la subjetividad que se encierra en el
discurso no solamente porque como sujetos nos tenemos que dar cuenta de las circunstancias, y al
darnos cuenta expresar no sólo a través de una capacidad explicativa (o sea, estrictamente hablando
en términos cognitivos), sino colocarnos, lo cual implica muchas más dimensiones que entretejen
producciones de nuevos sujetos en diferentes intervalos de tiempo con diferentes y múltiples
dispositivos pedagógicos dentro del campo pedagógico.
De ese modo, conocer y generar conocimiento al respecto desde un carácter "profundamente
histórico" de la pedagogía radica, en buena medida, en el tipo de interrogantes que podemos
plantearnos en relación con la naturaleza cambiante de la realidad social educativa, y en las
herramientas que seamos capaces de construir para resolverlas. Pero, no se puede resolver sin esos
antecedentes y la complejidad que encierra la teorización pedagógica y el desarrollo epistémico-
4. conceptual; las condiciones socio históricas e institucionales de la transición de la pedagogía
normalista a la pedagogía universitaria; y la resignificación en la configuración y el desarrollo del
campo disciplinar, y la presencia creciente de la investigación educativa en el campo pedagógico en
México desde lo que fue para reconocer lo que hoy es y lo que puede ser desde una mirada
prospectiva y radical. Nos interesa particularmente una respuesta en relación con sus prácticas e
historias, con sus lugares y vínculos…
Así la necesidad de una nueva pedagogía nos demanda además, que se esté expresando no sólo en
un discurso, sino fundamentalmente en una práctica que se hace cargo de uno de los retos que la
epistemología nos viene planteando, el reto más importante que surge de la exigencia de la
historicidad: es que el pensamiento del ser humano tiene que liberarse de sus ataduras, tiene que
abrirse a lo inédito, a lo desconocido. Por ello, es importante está obra y nosotros los pedagogos
tenemos que conocer nuestros orígenes, nuestras transformaciones y los múltiples discursos con que
nos han formado y se ha transformado la pedagogía.
Este libro nos da pistas, líneas de reflexión, aportes para reconocer–nos como parte de diferentes
tramas culturales y miradas de mundo en que nos insertamos, vemos, intervenimos, creamos,
percibimos, innovamos e imaginamos realidades sociales educativas. No podemos escapar de las
producciones sociales en que el discurso pedagógico se ha producido y sigue produciendo
significantes que permanecen sedimentados hasta hoy y ahí hay una tarea fundamental, saber el
origen de los conceptos para entender las lógicas de su transformación y comprender el movimiento
que da vida a otros movimientos y giros en las prácticas educativas y pedagógicas.
Podemos afirmar que somos fundamentalmente relación. Relación con el mundo, que es parte de ser,
así resulta que el libro nos presenta problematizaciones que enfatizan acerca de otra complejidad en
la segunda parte del libro, la producción discursiva sobre el desarrollo de la práctica educativa. Los
efectos inmediatos se resuelven en el terreno de las prácticas sociales desplazadas en el espacio y
tiempo pedagógico y alude al conjunto de elementos y aspectos articulados con el desarrollo de los
procesos de enseñanza y aprendizaje. Hablar en esos términos nos lleva a reflexionar y pensar la
formación de los educandos. La Dra. Ileana menciona algunas de las cuestiones que intervienen en
la conformación, estructura y organización de la práctica educativa como el desempeño académico
de docentes y administrativo de directivos; la planeación académica propuesta en los fines,
5. contenidos, métodos y evaluaciones; los dispositivos materiales, equipamiento y espacios físicos; la
organización y administración de los recursos, la definición de la normatividad para regular el trabajo
académico, las relaciones intra e interinstitucionales, en fin connotaciones distintas para diferentes
espacios y niveles de intervalos de tiempo, entrecruzamientos de distintas prácticas desplegadas
pero que son complementarios para dar vida en los diversos movimientos institucionales y dar cabida
a producción de sujetos.
Se puede apreciar en los aportes de este libro la sutileza con que la autora va entretejiendo los hilos
discursivos para generar enlaces en el conjunto de movimientos en el manejo de los soportes
conceptuales y destaca que (2005:237) “la estructuración de la enseñanza y el aprendizaje es tan
sólo una de las aristas que caracteriza la complejidad de la educación como objeto de estudio; por
tanto, al situar el aula como un primer plano de análisis los conceptos de didáctica, currículum y
evaluación representan en este caso los puntos de emplazamiento y acceso para resolver cuestiones
que enfatizan la intervención pedagógica a través de instrumentos específicos (métodos, planes y
programas de estudios, exámenes)” .
De ahí que nos preguntamos sobre cómo es que hemos llegado a saber lo que sabemos del campo
de la pedagogía, nos resulta natural utilizar ciertos conceptos y hacerlos parte de nuestro lenguaje
técnico e instrumentarlo en el espacio de la intervención pedagógica o para hacer inteligible el medio
educativo, y no nos detenemos a reflexionar de dónde provienen. Nombrar, identificar y hacer
reconocibles ese tipo de conceptos enmarcados en los discursos y las prácticas sociales que
desplegamos los pedagogos es una necesidad urgente. Abordar el problema de las formaciones
conceptuales es escudriñar en la voluntad de saber de quiénes nos han antecedido en otras épocas y
otras generaciones las herencias que nos conforman y cómo navegamos entre mundos de
subjetividades. Acceder implica rastrear las trayectorias en que fueron tomando forma, fondo,
volumen, significado y densidad histórica las nociones, conceptos y problemas mediante los cuales la
comunidad pedagógica se ha apropiado y ha hecho inteligible para sí los procesos de constitución del
campo profesional.
Desde estás lógicas podemos plantear un señalamiento importante que marca la Dra.
Ileana(2005:273):
6. En este momento algunas cuestiones adquieren sentido, como por ejemplo preguntarnos
si hay historia de los conceptos del campo pedagógico, o bien, cómo se puede llegar a
ella y para qué abría de utilizarse. Por tanto, más que agotar un tema tenemos la certeza
de que el conjunto de resultados presentados en esta trama deja diferentes «hilos
sueltos» a la espera de anudarse en nuevas búsquedas.
El libro además nos conduce a apreciar la recomposición disciplinar del campo y los movimientos y
enlaces en los entramados conceptuales que configuraron, de algún modo, el desarrollo, emergencia,
desplazamiento y sedimentación de los mismos en el proceso de cambio y modificación del contexto
político e ideológico; en la singularidad de los intervalos históricos, en el cruce y remisiones de
sentidos entre elementos presentes y ausentes; en los elementos provenientes de formaciones
anteriores que se reconstituyen al incorporarse en una nueva formación discursiva como propiedad
particular en la apropiación de saberes. El vehículo de las representaciones, la validez y legitimidad
del contenido articuladas al contexto en los entramados discursivos señalan la presencia de sentidos
diferentes, como señala la Dra. Ileana (2005:277), “al evidenciar diversas formas de tratamiento que
definen trazos de movimientos, tejidos y entrelazamientos en lo que podríamos llamar «una
constelación de redes conceptuales del campo pedagógico»”.
Finalmente quiero destacar que los aportes condensan posibilidades y apertura para la reflexión y la
investigación en la visión de la panorámica del campo y la formación y transformación de los objetos
de conocimiento que toman como eje su dimensión procesual en las formulaciones conceptuales en
la pedagogía.
Ahora, planteare a la autora algunos cuestionamientos acerca de: ¿cómo impacta en la formación de
sujetos el cambio perceptual de esos desplazamientos discursivos? ¿Cómo se enlaza la subjetividad
en las lógicas de razonamiento y sobredeterminación en los desplazamientos discursivos? ¿Cuáles
son los aspectos ausentes que podrían abrir líneas de investigación en las trayectorias conceptuales
y entramados discursivos en el campo pedagógico en México?