2. El gobierno mexicano es uno de los muchos que
presumen de invertir grandes recursos en la educación.
Y en efecto, si observamos los datos del Banco
Mundial notaremos que en promedio un buen porcentaje
del PIB nacional es dirigido a la educación. Pero el
debate ya no está en el monto invertido sino en la
calidad en que se invierte el mismo para que la
enseñanza sea cada vez mejor.
3. Y en este tema México sale a deber según los resultados
de la prueba PISA 2012 aplicada por la OCDE, no
obstante todos los mexicanos esperamos que la
última reforma educativa cambie el panorama aun y
cuando la adopción de la tecnología no sea uno de
sus pilares.
4. Y ciertamente la tecnología per se no debe ser un pilar
de la educación pues es tan sólo una herramienta
(poderosa) que contribuye a mejorar el proceso de
enseñanza-aprendizaje. El problema es que las
autoridades educativas mexicanas parecen no
apostarle ni al uso de la tecnología ni a la
enseñanza de la misma.
5. México, tecnología y
educación
Si el matrimonio México-educación ha sido complejo,
mediocre e infeliz (las pruebas PISA así lo dicen), el
tridente México-educación-tecnología es
débilmente existente y claramente disfuncional. La
historia educativa reciente de nuestro país así lo indica.
Más cuando cualquier intento gubernamental por
actualizar la educación ya sea en sus programas de
estudio, en su infraestructura o en herramientas
tecnológicas, debía ser aprobada por liderazgos
magisteriales corruptos.