15. El vidrio, de naturaleza ambigua y
propiedades extravagantes no es un
material dócil. Su trabajo desafía la
capacidad de dominio de la materia por el
hombre y quizás por esta razón ha ejercido
su fascinación sobre artistas, científicos y
tecnólogos desde la antigüedad. Aunque
en su estructura interna mantiene la “des-
organización” de un líquido, es un cuerpo
sólido, transparente y frágil, cuya
naturaleza es todavía objeto de
controversia.
Desde su origen, situado muy
probablemente en Mesopotamia a finales
del tercer milenio a.C. su elaboración ha
supuesto un reto tecnológico de primera
magnitud a las distintas culturas que se
han sucedido en su utilización. La fusión
de la sílice y la manipulación de un
material tan “caprichoso”, ha requerido la
experiencia acumulada de generaciones
de artistas y tecnólogos. El
perfeccionamiento de los procesos y los
materiales que se ha producido de forma
paulatina a través de la historia ha sido
impulsado, sin duda, por el planteamiento
de nuevos retos en la aplicación del vidrio.
16. Las combinaciones, casi infinitas, de los
principales componentes del vidrio y la
diversidad de técnicas de trabajo
permitieron desde antiguo la producción de
los objetos más diversos: cuentas de
vidrio, vidriados cerámicos, recipientes,
joyas, cerramientos arquitectónicos entre
otros.
El vidrio también es el material olvidado.
La más sobresaliente de sus propiedades
(la transparencia) lo hace invisible. Vivimos
rodeados de vidrio en el que difícilmente
reparamos a pesar de que veamos el
mundo a través suyo. No obstante es un
material presente en todos los órdenes de
la vida y que con su ubicuidad ha
contribuido desde su descubrimiento al
avance científico y tecnológico. El vidrio
nos ha abierto las puertas del mundo
microscópico y del cosmos. Las lentes de
vidrio han sido la ventana por la que han
podido asomarse al mundo los científicos
durante siglos.