La limitación del esfuerzo terapéutico se refiere a la decisión de restringir o cancelar tratamientos cuando hay una desproporción entre los objetivos y los medios del tratamiento. El objetivo es evitar la obstinación terapéutica. El médico no debe emprender tratamientos sin esperanza, inútiles u obstinados, y debe respetar la voluntad del paciente de rechazar tratamientos para prolongar la vida. El médico solo debe aliviar los dolores del paciente cuando la enfermedad es incurable y terminal.