1. RESUMEN
El polvo metálico de las aleaciones resistentes al calor se produce en atmósferas carbonosa
a temperaturas superiores a 425 ° C (800 ° F), con una actividad muy alta en el rango de
790 a 845 ° C (1450 a 1550 ° F) y superior a 925 ° C (1700). ° F) (Fig. 6). La adsorción y
difusión de carbono en la matriz metálica inducen la formación de carburos de cromo,
primero intergranularmente y luego dentro de los granos.
La formación y el revestimiento excesivos de estos carburos conducen a una combinación
de matrices y la transformación posterior en ferrita y grafito. Las tensiones generadas por
las transformaciones de fase promueven la descomposición de las partículas metálicas, el
grafito y el desperdicio bruto de metal (polvo).
Una vez iniciado este mecanismo, las tasas de reacción probablemente se aceleraron
cuando el carbono se difundió en el área del tamaño del grano fino. La mayor densidad de
los límites del grano mejoró la difusión interna del carbono y expuso más superficies
metálicas. Estas superficies actuaron como catalizadores para la reacción de polvo de metal.
CONCLUSIONES
La medición del grado de ferromagnetismo es un método fácil para determinar el alcance
del daño metálico en otras áreas de la caldera de calor residual.
El metal que es magnético debe ser reemplazado.
RECOMENDACIONES
También se debe realizar un control más estrecho de la temperatura cerca de la salida del
horno reformador para garantizar que las temperaturas del sistema de derivación no se
encuentren dentro de las regiones que promueven el polvo de metales.