Este documento discute la evaluación en el contexto educativo desde varias perspectivas filosóficas, didácticas y pedagógicas. Explica que la evaluación debe ser un proceso continuo de información y reflexión para el maestro. También destaca que la evaluación implica una comunicación entre el evaluador y el estudiante, y que debe considerar las interpretaciones de todos los participantes para transformar el conocimiento de manera fundamentada, autónoma y crítica.
1.
LA
EVALUACIÓN
Y
EL
HECHO
EDUCATIVO
En
primera
instancia
se
debe
considerar
la
evaluación
como
un
proceso
permanente
de
información
y
de
reflexión,
el
cual
permite
al
maestro
llevar
un
seguimiento
en
el
proceso
de
enseñanza
aprendizaje
del
educando
en
función
de
las
competencias
(Tancara,
Salazar,
&
Valda,
2005).
Para
tener
un
enfoque
claro
de
la
evaluación
en
el
hecho
educativo
se
dan
a
conocer
a
través
de
cuatro
ámbitos
que
son:
a. La
evaluación
y
la
filosofía
de
la
evaluación.
b. La
evaluación
y
la
didáctica
c. La
evaluación
y
la
pedagogía
d. La
evaluación
y
el
aprendizaje
y
la
enseñanza
a. En
la
filosofía
de
la
evaluación
b. La
evaluación
y
la
didáctica
El
hecho
educativo,
se
debe
dar
partir
de
un
proyecto
auténtico
de
reflexión,
donde
se
debe
visibilizar
las
principios
y
la
filosofía
de
cada
institución
(Valencia
y
Vallejo,
2015).
Para
que
este
proceso
se
dé
se
debe
contemplar
la
evaluación
desde
la
pedagogía
antropológica
o
de
antropología
pedagógica,
la
cual
cumple
sus
funciones
antropológicas
de
conocer
el
individuo
y
sus
funciones
pedagógicas
de
integrarse
en
un
mundo
cultural
(Colom,
s.f).
Aquí
es
importante
reconocer
que
los
alumnos
también
se
deben
comprometer
con
la
evaluación,
pues
los
significados
e
interpretaciones
de
todos
los
participantes
deben
tenerse
en
cuenta
en
la
interacción
humana
(Stenhouse,
1987).
La
evaluación
desde
la
epistemología,
los
autores
Valencia
y
Vallejo
(2015)
refieren
que
la
evaluación
es:
• Relación
con
quien
posee
el
conocimiento
y
desea
trasmitirlo.
• Transformar
el
sujeto
que
aprende
y
posibilita
la
transformación
de
la
realidad.
• El
objeto
material
de
la
evaluación
es
el
estudiante.
• El
objeto
formal
es
el
comportamiento
ético
de
quien
pregunta
y
de
quien
responde.
• El
objeto
formalísimo
que
es
el
método
varía
según
el
modelo
pedagógico
y
los
escenarios
socioculturales.
La
evaluación
desde
la
axiología
“Compete
a
la
evaluación
debido
al
fenómeno
social
al
que
interfiere,
la
evaluación
en
la
educación
Según
González.
M.,
(2001);“Una
importante
característica
de
la
evaluación
del
aprendizaje
es
la
interrelación
que
se
establece
entre
los
sujetos
de
la
acción:
el
evaluador
y
el
evaluado.
La
evaluación
del
aprendizaje
constituye
un
proceso
de
comunicación
interpersonal,
que
cumple
todas
las
características
y
presenta
todas
las
complejidades
de
la
comunicación
humana
donde
los
papeles
de
evaluador
y
evaluado
pueden
alternarse,
e
incluso,
darse
simultáneamente.
La
comprensión
de
la
evaluación
del
aprendizaje
como
comunicación
es
vital
para
entender
por
qué
sus
resultados
no
dependen
sólo
de
las
características
del
“objeto”
que
se
evalúa,
sino
que
además
de
las
particularidades
de
quien(es)
realiza(n)
la
evaluación
y,
de
los
vínculos
que
establezcan
entre
sí.
Así
mismo
de
las
características
de
los
mediadores
de
esa
relación
y
de
las
condiciones
en
que
se
da
ésta”.
A
través
del
carácter
de
la
didáctica
la
evaluación
debe
propender
a
transformar
el
conocimiento
por
medio
de
las
condiciones
de:
-‐
INTENCIONALIDAD:
Para
utilizar
la
evaluación
como
un
modo
de
construcción
de
conocimiento
fundado,
autónomo
y
crítico,
los
sujetos
deben
estar
interesados
en
ello.
-‐
POSIBILIDAD.
Por
tratarse
de
una
propuesta
que
no
2. esta
guida
al
desarrollo
de
ser
humanos
y
dirigida
por
seres
humanos,
cualquier
acción
llevada
a
cabo
a
la
práctica
educativa
conlleva
en
sí
misma
momentos
de
valoración
o
devaluación
de
lo
valores
morales
y
acciones
presentes
y
futuras
de
los
agentes
involucrados”(Orjuela,
2013
p.
193).
consiste
en
seguir
un
plan
previsto,
detallado
y
preciso,
sino
en
el
ofrecimiento
de
unas
herramientas
para
un
trabajo
artesanal
cuyo
modelo,
si
existe,
lo
crea
el
propio
sujeto,
la
evaluación
entendida
en
estos
términos
requiere:
• que
los
sujetos
sientan
que
puedan
desplegar
cierto
grado
de
autonomía,
autoestima
y
auto
valía
personal;
• que
exista,
o
se
genere,
un
medio
educativo
que
admita
o,
mejor
aún,
valore
estas
actividades,
y
• que
se
creen
las
condiciones
institucionales
y
materiales
de
trabajo
docente
para
su
desarrollo.
c. La
evaluación
y
la
pedagogía
d.
La
evaluación
y
la
enseñanza
aprendizaje
Se
da
a
través
de
una
relación
que
aparece
en
la
escena
educativa
cuando
se
busca
refinar
técnicas
y
métodos
en
la
transmisión
y
construcción
del
conocimiento.
Para
ello
se
debe
tener
en
cuenta
que
la
hay
tres
tipos
de
evaluación:
-‐ Inicial:
antes
de
la
enseñanza
(diagnóstico)
-‐ Formativa:
durante
la
enseñanza
(interactivam
retroactiva
y
proactiva)
-‐ Sumativa:
después
de
la
enseñanza
(calificativa
acumulativa)
Según
Pérez
(2005)
existen
tres
principios
de
la
evaluación
que
son:
-‐ La
evaluación
se
debe
concebir
como
un
medio
al
servicio
de
los
objetivos
educativos.
-‐ La
evaluación
por
naturaleza
debe
ser
integral.
-‐ La
evaluación
siempre
debe
aportar
al
proceso
de
mejora.
El
docente
como
un
profesional
de
apoyo
utiliza
la
evaluación
como
una
herramienta
para
alcanzar
los
objetivos,
y,
a
su
vez
puede
hacer
constar
el
nivel
de
logro
que
acompaña
la
promoción
y
titulación
de
estudiantes.
Los
estudiantes,
quienes
de
forma
activa
poseen
la
capacidad
de
autoevaluar
su
proceso
dentro
de
un
sistema
educativo,
con
la
disposición
de
estar
en
una
constante
y
continua
revisión
y
retroalimentación,
buscando
siempre
la
calidad
y
la
eficiencia
educativa.
De
acuerdo
al
planteamiento
de
Hadhi
(1991)“La
cuestión
no
es
dar
respuesta
a
cómo
racionalizar
y
mejorar
las
prácticas
evaluadora,
sino
cómo
insertar
estas
prácticas
como
un
aprendizaje”.
Evaluaciones
metacognitivas
para
el
desarrollo
de
la
capacidad
de
“aprender
a
aprender”
La
metacognición
es
aquella
habilidad
de
la
persona
que
le
permite
tomar
conciencia
de
su
propio
proceso
de
pensamiento,
examinarlo
y
contrastarlo
con
el
de
otros,
realizar
autoevaluaciones
y
autorregulaciones.
• El
autoanálisis
respecto
a
sus
actitudes
y
el
control
del
esfuerzo
y
dedicación
• El
control
ejecutivo
de
la
evaluación
• El
control
de
la
adquisición
de
los
conocimientos
y
las
habilidades.
Las
estrategias
de
evaluación
de
naturaleza
metacognitiva
Los
diarios
reflexivos,
el
portafolios,
la
autorregulación
del
aprendizaje
mediante
la
elaboración
de
mapas
conceptuales,
la
autoobservación
y
valoración
de
las
adquisiciones
mediante
el
uso
de
parrillas
de
evaluación
(Juba
y
Sanmartí,
1996)
son
recursos
favorecedores
de
una
evaluación
centrada
en
el
proceso
más
que
en
los
resultados.
3.
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