Tema 19. Inmunología y el sistema inmunitario 2024
Epistemología social
1.
2. INTRODUCCIÓN
El término “epistemología social” es de acuñación reciente en
el ámbito de la teoría del conocimiento y de las ciencias
sociales, y procede del campo filosófico anglosajón. Se usa de
modo genérico para designar no tanto a una disciplina
académicamente asentada o un área de investigación de
perfiles nítidos, sino a un conjunto no siempre homogéneo de
programas interdisciplinares con raíces básicamente
filosóficas y sociológicas, cuya finalidad global es indagar el
papel que las relaciones sociales desempeñan en la
producción de conocimiento, al tiempo que proveer de
criterios práctico-normativos a la dirección y orientación de la
empresa científica. Será precisamente esta doble vía y el
hincapié que se haga en una u otra de las dimensiones lo que
distinga una epistemología social de factura más
tradicional, de otra más políticamente implantada.
3. Lo primero que parece destacar en la acuñación del propio
sintagma “epistemología social” desde una perspectiva filosófica o
sociológica estándar, es un cierto desequilibrio semántico entre
los dos elementos componentes, que amenazaría convertirlo en
algo parecido a un oxímoron, una contradicción interna capaz de
bloquear sus posibilidades de desenvolvimiento fructífero. Desde
la filosofía del conocimiento tradicional podría afirmarse que, si
hablamos de epistemología, nos estamos refiriendo en exclusiva a
la disciplina que pretende establecer los fundamentos racionales
del conocimiento de un objeto por parte de un sujeto y, además, al
método apropiado para el logro de verdades en el campo de la
ciencia, de modo tal que deberían quedar excluidos de tamaña
empresa cualesquiera componentes reputados de “extrínsecos” o
“irracionales”, como pudieran ser los factores sociales, históricos
o contextuales que envuelven la producción cognoscitiva.
4. La epistemología social como complemento o alternativa, según
los casos, a la epistemología clásica centrada en las ideas de
“sujeto/objeto” de conocimiento y de la subsiguiente
justificación epistémica del contenido producido, se ha
construido también sobre el esquema básico de la mentada
polaridad, bien que con la introducción del componente social
como elemento añadido de intermediación entre ambos
términos. Con el propósito de ofrecer un marco clasificatorio
susceptible de abarcar los diversos proyectos epistemológicos a
que nos referiremos en este trabajo, utilizaremos como criterios
las ideas de “sujeto” y de “justificación”, para elaborar una
sencilla clasificación de cuatro opciones capaces de ubicar los
empeños más destacados en el campo de la epistemología
naturalista.
5. Fuller marca las diferencias entre su propio programa
epistemológico y el de Alvin Goldman, recurriendo a la
distinción entre dos modelos o modos opuestos de hacer
epistemología (Fuller, 1988, pp. 15-16): el modelo geométrico y el
modelo dialéctico. Según el primero, los conceptos y los
principios básicos de la epistemología se definirían a priori, de
modo general y abstracto, como patrones de validez intemporal y
fuerza normativa irresistible, donde habrían de encajarse las
circunstancias específicas de producción del conocimiento.
Una de las circunstancias que queremos destacar en esta introducción es
que la peculiar visión que sostiene Steve Fuller acerca del problema
epistemológico, como bien puede inferirse de todo lo dicho hasta ahora,
introduce un cambio en el significado habitual del término “epistemología”
y los de su peculiar constelación semántica – racionalidad, verdad,
justificación, objetividad, etcétera-, que ha sido motivo de disputa y algún
que otro equívoco en el debate, al incorporar a términos clásicos con un
perfil canónico.